▪Capítulo Nueve: La vida▪
-Ya he evacuado el lugar. Mientras no rompas demasiado, creo poder cubrir los gastos de una infraestructura tan cara.
-Gracias Jean, gracias...es todo lo que necesitaba.
-Deberías dejarlo...se te escucha muy desgastado. Apenas puedes ponerte en pie. Podemos pedir a otro héroe que...
-No...él se escaparía si lo dejamos más tiempo. Tenía que ser hoy. No podría dejar que se saliese con la suya.
-Sigues condenandote.
-Lo sé, era imposible cambiar de la noche a la mañana; de un instante a otro. Pero no te preocupes, ahora entiendo algo. Entiendo porqué lo hago.
Colgó la llamada y guardó su celular Nokia en su pantalón. Estaba cerca de donde debía ir, pero antes permitió que unas gotas de sangre reposen en el camino. Solo tenía que atraerlo al lugar, donde pudiese acabar con él con cierto factor.
Peter saltó lo más alto que pudo, agarrando por lo cuernos su destino nuevamente para subsistir en el incesante torbellino.
.........
Olía su característico perfume humano y arácnido a medida que se iba acercando a su rastro de sangre, siguiendo cada una de estas como el olor más pleno que puede haber en sus fosas nasales. La resistencia a este sabor ya había cesado, lo único que guardaba para sí era matarlo como medio de acabar con sus vicios durante una temporada completa. Con sus dientes salidos y sus pelares destellando, el ente vio una enorme fábrica tecnológica a la vuelta de la esquina, donde el olfato le indicaba la providencia del vigilante. Cada vez más cerca, con sus dientes y saliva deslizándose hacia abajo. Pero tampoco perdía tiempo en pensar en ¿qué hacía en un lugar como ese?
Creía que pretendía tenderle una trampa. Pero no tenía sentido al ser una infraestructura tan paupérrima. Él apenas llevaba una hora en aquel sitio, no había mucha probabilidad de que tuviese algo efectivo planeado. Pero si se trataba de algo más...aún así podía buscar tenderle una trampa también. Él intuía que lo arrinconaria, pero la diferencia entre él y Peter Parker, es que él sabía como cazar correctamente.
Peter esperaba dentro, pasible, mientras se sentaba esperando con suma paciencia en una habitacion abierta. Tenía un perímetro de 360 grados para detectar y tener tiempo de sobra. Estaba agitándose al sentir en sus pulmones problemas para respirar, pero eran problemas que debía de tener para ejecutar su deseo. Peter intentaba guardar la calma con una mano en su pecho, dispuesto a aferrarse a la vida con todo lo que tenía. Solo tenía que ver por donde venía, en un lugar tan deshabitado donde el sujeto estaba rodeado de materiales peligrosos para manos inexpertas. Es por eso, que a sus ojos era el paraíso para un combate contra un oponente tan peligroso; uno imbatible e invicto. Debía de tener un punto de inicio donde comenzar a golpear, pero para eso necesitaba verlo primero.
El lugar pronto se apagó, dejando las luces deshechas para los ojos humanos. Peter supuso que ocurriría, así que solo prendió una linterna para ser una fogata en medio de un bosque con un monstruo. Tenía que ver donde vendría, sea como sea. Pero esta criatura seguía teniendo trucos bajo la manga, puesto que apareció atravesando el suelo de concreto. Dicho acto resultaba del todo fantasioso como impensable, ya que estaba en la primera planta; un piso sin otro más abajo donde recorrer. Él excavó para salir de abajo y ser el primero en golpear, estrellando al arácnido contra una pared de metal. Él gritó ante tal golpe, sintiendo que perforó parte de su hombro y pecho; desgarrando la piel de su pectoral. El sujeto se acercaba, con sus cuchillas que llamaba "manos" para no designarlas de un nombre más mortal.
- Así es como debe de terminar tu vida, en un laboratorio donde pretendiste extender tu existencia...¿acaso creíste que aquí me detendrías, hombre araña?.
- Tal vez, eso creo...
Peter se levantó pese al indomable sabor de la sangre en su boca, unido al crujir de sus huesos. Tenía encima suyo un peso mayor al de un edificio o un camión. La muerte quería matarlo, y solo él tenía el tiempo y el momento para intentar frenarlo. Respiraba profundamente, con cada respiro absorbía más oxígeno del que necesitaba, y con segundo una gota bajaba más y más de su cuerpo. Estaba sintiéndose enfermo, pero era parte de su plan.
El ente se abalanzó para terminar con su misión, cuando el arácnido esquivó el daño con su sentido arácnido para dar un puñetazo con todas sus fuerzas. El resultado fue una inclinación hacia abajo por la punzada haciendo que se arrodille ante un golpe de efecto. No podía creerlo ni mucho menos asimilarlo, pero el golpe había dolido.
No, más que eso. Un incipiente sensación creció por su piel, siendo un ardor de rechazo a una toxina. El arácnido apretó sus manos con fuerza suficiente para sacarse sangre de estas y lanzar gotas al monstruo. Estas gotas cayeron en ese pequeño momento de debilidad, entrando por instantes en su hocico y ojos, haciendo que grite en una agonía que no quería sentir tan pronto.
-¿Recuerdas que estabas decepcionado de mí porque me había perdido? Tenías razón, me había perdido. No tenía en mi mente nada ordenado y casi pierdo de vista lo que ha significado todo para mi familia- lanzó otro golpe, que llevó al sujeto atravesar una pared de concreto. Spider-man saltó a través del orificio para seguir golpeando, pero entonces el ente se levantó para arremeter con un ataque filoso en el hombro de Peter. Perforó su hombro con suficiente fuerza para inutilizar sus músculos, pero Peter no se fue sin antes agarrar su brazo y también romperlo. El sin nombre brincó con la esperanza de morderle el cuello, pero Peter esquivó su boca. De una patada, alzó al sujeto con la suficiente fuerza como para hacer que se estrelle contra el techo- Todo lo que es esta ciudad para mí. Pero tampoco podía permitir perderme yo mismo- Cuando hubo caído, Peter lo recibió con otra patada que lo estrelló contra el piso, haciendo que pierda dientes- ¡Yo no soy solo Peter Parker, ni Spider-man, soy una vida!
-H-h-ha-hazme el favor de cerrar tu estúpida boca, mocoso- se levantó limpiándose la boca empapada con la sangre de Peter, haciendo que vomite casi al instante de decir todo eso- Yo soy la Vida, he vivido por los siglos de los siglos, por los milenios de los milenios. Para mí eres solo un individuo normal, he visto humanos más grandiosos. Tu sangre es impura de mi paladar; y como individuo solo serás una mancha molesta.
- No eres distinto entonces.
-¿Distinto a qué?
-Tú también eres una mancha.
-No me compares.
-Claro, perdona, no puedo compararme. Eres una mancha peor. Tú no eres vida, tú eres la Muerte. Un chupasangre que se queda con lo último de las grandes personas...con la aspiración de ser algo que nunca podrás ser.
El sin nombre gritó otra vez, lanzándose con un brazo levemente regenerado para callar al hombre. Peter se lo esperó, con sangre en su brazo aún chorreando de sus manos. Espero hasta el último segundo su llegada, momento en el que Peter metió su mano dentro de la boca del ser sorpresivamente hasta su garganta. Entró una gran cantidad de sangre contaminada, tratando de escupir antes de chillar por el arder de una sangre en sus entrañas. Provocaba dolor en su organismo, que tenía tantas combinaciones en su cuerpo que se esforzaba en disolverlos y tratarlos por separado. Notaba que el arácnido debió de inyectarse compuestos radiactivos u otras sustancias impropias en su cuerpo para poder potenciar su toxicidad al extremo. Estaba arriesgando su vida con tal de ganar y demostrarse algo así mismo. ¿Y qué estaba intentando demostrar el Sin nombre con todo ese espectáculo de sangre?¿qué quería dar a entender? Salvo sus dientes flojos y la agonía de todo su cuerpo, no había nada más ¿o sí? ¿Se estaba aferrando desesperadamente a algo, no es así?¿a intentar defender lo poco que puede tener?. Peter resonó sus nudillos en su rostro, hasta el punto en el que el ente no podía moverse más por la toxina. Spider-man estaba igual, quitándose la máscara para vomitar por sus heridas y la toxicidad que recorría su sangre. Ahora Peter dejaba su rostro al desnudo, mientras el resto de su cuerpo portaba el traje del hombre araña.
-¿Sabes qué solo me estás atrasando, no? No puedo morir- dijo entrecortado y con los dientes atrofiados aquel ser de tiempo eterno- Solo me estás atrasando, y dado que no puedes matarme, ¿qué harás?¿encerrarme?
-Esa fue la idea.
-¿Para qué? Algún día saldré, tengo todo el tiempo del mundo para escapar. Volveré para acabar contigo...
-Entonces lo haré otra vez.
-¿qué?
-Volveré a enfrentarme a ti, tantas veces como sean necesarias. Me preguntaste si volvería a vivir mi vida antes...
-Mi respuesta es sí, volvería a vivir mi vida. Tanto con sus desgracias, como sin ellas. Porque todo eso me hizo como soy, y solo puedo agradecerlo. Quería matarte, pero eso no es lo que soy. Soy esto.
El Sin nombre calló ante la dura verdad que era su existencia. Una eternidad sin poder nunca pronunciar esas palabras. Unas palabras que nunca tuvieron valor en él.
Siempre intentó vivir felizmente, apreciando cada detalle o haciendo pequeñas acciones de bien, pero mantenía sus obsesiones y deseos de grandeza pese a todo eso. Soñaba a lo grande, por lo que no se percataba de que ya estaba haciendo bien su propia tumba. Más que sueños, eran contaminaciones que tenía consigo. Las toxinas de imitar algo que no era y no iba a ser, buscando ser otros o sentirse superior a otros, cuando nunca pretendió realmente vivir una vida propia, y cuando lo hacía, era una vida nuevamente fingida para entrar en un papel. Él no era la vida, era la Muerte. Un muerto andante en un panorama de vivos, una anomalía del mundo, cometiendo los mismos errores en la espiral, de ahí que haya sido derrotado ¿Algún día cumpliría la visión de Buda?.
Así, mientras escuchaba algunas sirenas a lo lejos, vio en la figura del arácnido algo distinto y especial. El recuerdo de que el más simple de los hombres podía iluminarse con tanta potencia como para cegarlo. Por un segundo pensó que era Buda, por el otro lado, se dio cuenta que solo era un humano. Un humano que lo había superado.
Ni más, ni menos.
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Fin
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