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Capítulo 42

— Tn pov —

— Eso no está bien. — Me dijo antes de salir del ascensor. Oliver se dio la vuelta y me miró con el ceño fruncido. Realmente no le gustaba la idea. — Él te robó la canción, ___. No debes perdonarlo solo porque se disculpó.

— Él se disculpó porque siente lo que ha hecho, Oliver. Fukase no es tan malo. — Respondí saliendo del ascensor segundos antes de que se cerrara la puerta. — Todas las personas merecen tener otra oportunidad, ¿no? Solo lo disculpé, no lo hice mi amigo, tiene que demostrarme que es una buena persona. — Asentí con la cabeza lo que dije. — No le deseo ningún mal.

— Estamos hablando de Fukase. — Volvió a repetir cruzándose de brazos. — ¿Y qué tal si vuelve a hacerlo? ¿Vas a disculparlo? ¿Una y otra vez?

— Claro que no.— Saqué las llaves del bolsillo trasero de mi mochila mientras caminaba hacia mi puerta. — Le dije a Fukase que tenía que disculparse con Len y si Len no aceptaba sus disculpas...

— ¿Lo aceptarás solo porque Len lo perdone? — Detuve mi mano cuando la llave estaba por tocar el picaporte al escuchar que su molestia había aumentado. — ¿Qué hay de tu opinión? ¿Solo te vas a acoplar a lo que Len dice? ¿Cómo una marioneta? ¡Él es igual a Ciro!

— Es malo tener rencor hacia otra persona, Oliver. — Me di la vuelta para verlo, esta vez yo tenía el ceño fruncido. — Y comparar personas es aún peor. No conoces a ninguna persona a profundidad y no tienes derecho a hablar mal de ellas.

Abrió la boca para responderme, pero rápidamente la cubrió con su mano como si estuviera pensando. Relajé mis hombros al notar que estaba algo tensa, respiré hondo, fruncí los labios y volví mi atención al picaporte y la llave.

— ¿Qué estás esperando de Len? — Me preguntó en un murmullo cuando hice girar la llave. La miré confundida. — Sí estás aferrada a él, es porque estás esperando algo de él. ¿Qué es? ¿Qué te hizo pensar que eras especial para él? ¿Qué te prometió?

— No me prometió nada, Oliver. — Respondí al sacar la llave. — Solo quiero ver su verdadera sonrisa. — Murmuré en voz baja para mí misma.

— No te enamoraste de él, ¿verdad? — Me preguntó y me quedé paralizada frente a mi puerta media a abrir. Tragué con fuerza. — Gumi me dijo lo que prometiste respecto a él, ___. Será mejor que te alejes antes de que Len juegue sucio.

(...)

— ¡Kaito, espera! — Gritó mi tía mientras caminaba cuidadosamente al lado contrario que él, lo tenía en frente y solo una mesa los separaba. Me metí varias palomitas a la boca mientras lo veía en vez de la película frente a mí. — ¡Espera! Mi amiga llamada Teto fue la que se comió el helado que tenía para ti, ¿bien? No es mi culpa.

— ¿Sabes que estás actuando como una niña? — Le preguntó divertido a pesar de las ojeras que tenía en los ojos, se remangó las mangas de su jersey negro. Sonreí porque mi tía trataba de distraerlo de su perdida con tonterías. — Solo deja que te haga cosquillas y mi venganza cesará. Acepta tu destino, Meiko.

— Escucha, soy inocente. — Trató de explicarle mientras movía sus manos. Imitó sin darse cuenta, quizá, lo que hizo Kaito, se remangó las mangas de la blusa roja que llevaba. — Yo inocente, tú ser mala persona por vengativo.

— Vi a Meiko comer helado a las tres de la mañana. — Grité tratando de entender la película de nuevo. La chica estaba sola en la playa.

— ¡Meiko! — Gritó ofendido y escuché la risa de mi tía irse hacia la cocina mientras gritaba divertida que era inocente. Sonreí alegre por el ambiente y volví a comer las palomitas que tenían en el tazón.

De pronto apareció el chico apareció en silencio. No pude escuchar lo que le dijo a la chica por las risas estridentes de mi tía mientras pedía ayuda y Kaito también se reía. De pronto, vi a ambos protagonistas acercar sus rostros y besarse lentamente. Mi corazón se paró por unos segundos y sentí el rubor en mis mejillas de inmediato. Desvié la mirada y toqué mis labios al recordar... Me paré de golpe y reí nerviosa.

— ¡No fui yo! — Escuché a mi tía Meiko decir tratando de detener su risa. — ¡Auxilio!

E-el beso. Si, el beso. Volví a sentarme sobre el sofá tratando de controlar el temblor de mi cuerpo por los nervios. ¿P-por qué hablaríamos de nuestro tercer beso? ¿P-por qué n-no hablamos del primero? ¿P-por qué lo sacaría días después?

Es decir, nunca hablamos de esas cosas. ¿N-no sería extraño hacerlo ahora? Él actúa como si no hubiera pasado nada entre nosotros, actúa con normalidad y... Mi consciencia me dio una bofetada y señaló al retrato de Len. ¿Qu-qué tal si era las pastillas? ¿Qué tal si no lo recuerda? Desvié la mirada, ni yo me creía las escusas que soltaba por miedo.

— ¿Cómo se habla de esas cosas? — Pregunté a la televisión que mostraba a los dos protagonistas sonriéndose el uno al otro.

¡Sé que debí sacar el tema cuando hablé del sexo y esas cosas! Me hubiera desviado al beso y hubiera sacado el tema, pero estaba tan concentrada en otras cosas. ¿Qué tal si dice que no significó nada para él? ¿Yo qué hago? ¿Le digo: "Oh, no te preocupes, ¿para mí tampoco importaba"?

Así que el beso con Julia...

No significó nada, me gustas tú. — Le contestó el chico antes de volver a besarla.

¿Por qué el mundo es tan cruel? Pregunté llorando internamente por esa desmotivación que me dio la televisión. ¿Es una señal de la vida? Pero a mí me gusta Len; como a otras personas, completó mi consciencia. ¡¿Por qué no se dio cuenta que me gusta él?! Hice un berrinche por estar frustrada. ¡Es obvio! ¡Incluso el profesor de gimnasia se dio cuenta!

Solté un suspiro, porque mi berrinche era tonto, lo sabía. Nadie puede leer la mente de otras personas, lo sabía. Además, Len seguramente está más atento a sus estudios y trabajo, no puedo obligarlo a no ser responsable con esas cosas. ¡Tengo que apoyarlo! ¡Darle ánimos!

Pero... ¡Ni siquiera puedo pedirle un consejo a Gumi! No puedo pedirle un consejo a mi mejor amiga... Pensé con tristeza.

— Len pov —

Mis emociones ocultaré, cada día soy más cobarde. Aquel filo de tus palabras, con mi sonrisa logro esquivar. (1) — Murmuré cantando mientras tocaba el piano y aprobé lo que había vuelto a revisar por tercera vez. Anoté las notas del piano en el cuaderno con un lápiz. — Poco a poco mi presión aumenta, respiro y no exhalo el aire. Estoy asqueado de los tontos caprichos que anhelas...

— Len. — Tocó la puerta suavemente antes de entrar de manera tímida. Me callé y fruncí el ceño. Fingí prestar más atención al cuaderno que estaba apoyado en el atril del piano. Ignórala. — Son las tres de la mañana. ¿No vas a dormir?

Mira, mira, jovencita, te has vuelto una cobarde. ¿Por qué no me ordenas que vaya a dormir como una hermana mayor? ¿O es que temes actuar como tu padre?

— ¿Te molesta algo? — Pregunté para terminar esto cuando antes. La miré y acomodó la manta roja con la que se cubrió el cuerpo, noté el pijama amarillo que llevaba como una niña.

— Me preocupa que no... — Rodeé los ojos y dejé de escucharla mientras la miraba, pero ella no lo hacía, sino desviaba la mirada a otras partes.

¿Por qué no dejas de balbucear sobre ese tema y me dices lo que te dijo de una vez? ¿Estás nerviosa por qué volvió Kaito y no quieres que te descubra? Oye, Rin, ¿por qué no eres sincera? ¿Crees que puedes ocultarlo todo con tus amables ojos?

— ¿Te molesta algo? — Volví a repetir y se calló de inmediato. — ¿O hay algo que deseas decirme, Rin? — Volví a mirar a mi cuaderno y fingí borrar algo. No me respondió por varios minutos. Otra vez una mentira tuya. — ¿Por qué dices que te preocupas por mí, Rin? Quieres tanto mi perdón, pero ¿para qué? ¿Qué quieres de mí? ¿Más dinero?

Me sorprendí al sentir un deja vú, como si ya hubiera pasado esto. ¿En dónde? ¿Dónde he escuchado eso antes? ¿Un teatro?

— Solo quiero que vuelvas a confiar en mí. ¿Es tanto pedir?

— ¿Y luego te escapas con alguien más? — Pregunté con una sonrisa mientras comenzaba a escribir en el cuaderno, lo que había pensado antes. — ¿Por qué querría pasar eso de nuevo? No voy a perdonarte para que vuelvas a hacer eso, niña caprichosa. ¿Por qué no le mientes a otra persona?

— ¡No es una mentira! — Alzó la voz a pesar de estar nerviosa. ¿Estoy diciendo las mismas líneas de una película? Froté mi sien frustrado por no tener el recuerdo exacto de esta situación. ¿Es de tantos años atrás? ¿Dónde se suponía que debía buscar? — Lo digo en serio. Te ayudaré con el concurso y cuando el castigo termine, también buscaré trabajo y...

Entrecerré los ojos confundido al escucharla.

Espera. ¿Estás bromeando? — Entonces me di cuenta que se había acercado a mí, estaba a unos pasos del piano. — ¿Qué concurso? ¿De qué me estás hablando? ¿Trabajo? ¿Qué?

— Gakupo me dijo que quieres entrar a un concurso de composición. — Me dijo con una sonrisa al sentarse a mi lado de manera cuidadosa para no espantarme como un gato... — Te apoyaré sí lo deseas o me alejaré. Me dijo lo que querías hacer.

Cuando Rin trató de agarrar mi mano mientras hablaba, alejé su mano de manera brusca y la fulminé con la mirada. Ella se sorprendió y bajó la mirada incomoda.

Todos pueden cometer errores y mejorar. No todo es malo. — Recordé lo que me había dicho ella. Mierda. No, ella está equivocada. Los que cometen errores, jamás mejorarán. Son un sufrimiento innecesario. ¿Por qué perdonarlos?

Me estremecí por ese pensamiento. No. Sí. No. Espera, esto está mal. No, no está mal.

— Solo confía en mí una vez más, Len. — Se llevó un mechón de su pelo rubio detrás de su oreja y me miró con una sonrisa amable. — No te dejaré solo, te lo prometo. Soy una persona difere...

— ¿Tampoco se les debería dar una oportunidad? ¿Dar la espalda cuando están en un proceso de cambio... ¿Qué harías tú, Len? — Surgió la pregunta dentro de mi mente.

No me preguntes esas cosas ahora. Yo formo parte de esas personas que no deben acercarte a ti.

— ¿Qué harías tú, Len? — Volvió a repetir mi mente. Yo... No lo sé. No sé qué hacer cuando...

— Hay personas detestables como tú. — Cerré los ojos con fuerza y sacudí la cabeza. De nuevo ese estúpido recuerdo. — Tú no pararías de lastimarla, Len.

— Una persona normal lo habría hablado con su hermana. — No puedo...

¿Qué no puedes? — Recordé su voz burlona cerca de mi oído y dejé de respirar. Yo no...— Dímelo, Len. ¿Qué mierda no puedes hacer?

Tengo pesadillas.Murmuré cortando ese hilo de pensamientos, sin saber realmente qué hacer. Cerré mis ojos con fuerza. Esto está mal.

— ¡Eres un egoísta! Solo piensas en ti mismo.

— No puedo dormir porque tengo pesadillas, Rin. — Admití en voz baja ignorando ese recuerdo. — Necesito hacer algo para no recordar esas cosas y no se me ocurren más cosas que hacer. Prefiero estar despierto que recordarlo a él tan vívidamente en mis sueños. — Susurré para que no me escuchara.

¿Qué estoy haciendo?

— ___ pov —

— ¡Vamos! Díselo, ___. — Me pidió Miku mientras Rin negaba con la cabeza totalmente en desacuerdo. Pestañeé varias veces confundida por la petición. — Encontró una nueva oportunidad en al amor y tiene que aprovecharla, ¿no? La felicidad de uno es más importante que otros.

— Miku, te dije que no voy a llamarlo. — Le dijo Rin con el ceño fruncido volviendo más visible sus ojeras y volvió hacia la ensalada de frutas que tenía delante de ella. — No voy a cambiar de opinión. Escogí a mi hermano y voy a arreglar las cosas con él.

— Vamos, Rin. El amor te dio una nueva oportunidad. — La miró suplicante con los ojos. Rin la ignoró y siguió abriendo el envase. Frotó sus ojos cansada. — Y tienes derecho de ser feliz. Pueden intentarlo de nuevo y ver qué pasa.

— ¿Amor? — Pregunté curiosa.

— ¡Así es! — Me respondió Miku con una gran sonrisa. — El ex novio de Rin volvió y yo la intento convencer que vuelva a intentarlo una vez más. Todos cambian y mejoran como persona, ¿no? Ahora puedes ser feliz.

— No lo haré.

— Por favor, Gumi, no lo pedí yo...— También escuché a Mayu suplicante. Volteé a verlas y Gumi tenía los brazos cruzadas con una mirada seria mientras Mayu iba detrás de ella como un niño regañado antes de sentarse a nuestro lado. — Miki empezó la pelea y yo solo me defendí. ¡Miki es la malvada!

— No importa lo que haya hecho Miki. No puedes preguntar nada de esa persona. — Le respondió algo molesta antes de alzar el menú de la mesa. — Ya te lo dije, Mayu.

— ¿Esa persona? — Preguntó Rin alzando la mirada, eso provocó que Miku hiciera pucheros por desviar la conversación y miró hacia la pareja que hablaban y reían ignorando a todos. — ¿De quién no puede preguntar?

De manera cuidadosa, desvié la mirada hacia las otras personas que estaban dentro de la cafetería para no ser obvia en que buscaba a Miki. Len no había venido a la preparatoria y podía buscar a Miki o Piko sin temer que Len estuviera cerca de ellos y podía contarle todo más fácilmente. Claro, también pregunté por qué Len no vino y me dijo que estaba enfermo. Eso no me alegraba, pero me dijo que no me preocupara, pero le preguntaré a Piko si podía llamarlo de nuevo para saber cómo está realmente.

— ¿Vieron que Cirohe (2) se acercó a ___ cuando hablaba con Oliver? — Escuché a Mayu mirándome con una sonrisa luego de alzar su mochila roja y ponerla sobre su regazo. — Toda la preparatoria lo vio con sorpresa. ¿Cómo lo conociste?

Rápidamente sentí la mirada de todas sobre mí. Rin me miró sorprendida, mientras que Miku y Gumi tenían expresión seria y Mayu solo me sonreía. Solté una risa incomoda. Oliver también me había preguntado eso y realmente busqué una manera de contarle lo que había pasado, pero me sentía tan incomoda recordar eso.

— Oye, ___. — Me llamó Miku al levantar las cejas. — ¿Sabes qué tipo de persona es Ciro?

— Es una porquería. — Contestó Gumi sin desviar de su billetera. Rin la llamó sorprendida al escucharla de esa manera y Gumi levantó la vista confundida— ¿Qué? Todos saben que Ciro es una porquería. Todos de nuestro salón están felices porque es el último año de Ciro y luego se irá a la Universidad. No es secreto que juntarte con él, es mandar todo al cuerno.

— Pareciera que tuvieras rencor hacia él. — Bromeó Mayu luego de soltar una leve risa. La tensión empeoró aún más con el silencio de todas. ¿Tiene rencor hacia él? ¿Por qué... Sacudí la cabeza. La misión, no te olvides de la misión.

Sentí alivio al ver a Miki caminando hacia la salida de la cafetería con una charola llena, seguramente para ella y para su novio. Sonreí internamente y me levanté de mi asiento recogiendo mis cosas rápidamente. Son señales del cielo. ¡No voy a desaprovecharlas!

— ¿A dónde vas? — Me preguntó Rin sorprendida.

— Te-tengo que hacer algo, lo siento. — Balbuceé nerviosa y corrí hacia Miki antes de que alguien preguntara más cosas.

Sentí, realmente, sentí que salía de una espesa burbuja de tensión. Me sentí libre. ¿Es eso malo? Sacudí la cabeza y traté de alcanzar a Miki mientras desaparecía al girar en una esquina para irse al patio.

— ¡Miki! — Grité al girar y ella se paró de golpe, mirando hacia los lados tratando de encontrarme.

Volví a llamarla y giró a verme. Me sonrió cálidamente y caminó hasta pararse frente a mi mientras yo trataba de calmar mi respiración.

— ¿Cómo estás, Nora? — Me preguntó divertida. — Bromeo, señorita ___. ¿Qué sucede, ___? ¿Pasó algo? — Asentí con la cabeza.

(...)

— ¿De verdad te besaste con Len? —Volvió a preguntar Miki sin poder creerlo.

Ambos se quedaron en silencio por varios segundos y por eso los miré, tenían una expresión de sorpresa como si le hubieran dicho que ganaron dinero gratis. Toqué mis mejillas, ¿era muy obvio? De pronto, Miki gritó de felicidad y se lanzó a abrazarme.

— ¡Te dije que le gustaba! — Gritó mientras me abrazaba y gritaba de alegría. Espera... ¿Ella se dio cuenta? — ¿Por qué no me lo dijiste? — Me agarró y entrelazó nuestras manos. — ¿Cómo fue? ¿Cómo te sentiste? ¿Incomodo? ¿Cómodo? ¡Cuéntame cada cosa pequeña! Soy todo oídos.

Piko solamente me miraba con los ojos abiertos en una posición congelada, ni siquiera reaccionó cuando soltó el sándwich que tenía en las manos.

— Fue lindo. — Murmuré en voz baja y Miki me jaló para que me parara junto a ella, comenzó a saltar de alegría. Sonreí de felicidad al sentirme tan cómoda con ella. — Me gusta Len. — Admití mirándola y de inmediato me contagió con su sonrisa. — Es la primera persona que me gusta. No es malo, ¿verdad?

— ¿Malo? Claro que no. Malo es que no me hayas pedido nada acerca de Len. — Bromeó enojarse mientras jalaba levemente mis mejillas. — Puedes confiar en mí, ___. Yo te ayudaré a enamorar a Len, tengo datos y lo que tú quieras. ¿Quieres una cena en el parque? Yo te ayudaré a cocinar, excepto Piko. Él casi incendió mi casa. — Bromeó y reí con ella.

— Entonces, ¿qué creas que deba hacer? — Pregunté lo que realmente quería hacer.

— Mmh. — Pensó mirando al cielo por unos segundos. — Creo que deben hablarlo, saber sí significó algo para ambos o no. Sé que puede ser incomodo al principio, pero necesitan ser honestos entre ambos. Incluso uno de ustedes puede declararse. — Alzó las cejas varias veces con una sonrisa picara.

— ¿De-declararse? — Asintió con la cabeza.

— No para ser novios o algo así, sino para tener todo claro. Intentarlo para ver si funciona.

Sonreí, pero rápidamente borré la sonrisa al recordar a Gumi y su promesa. Sacudí la cabeza. Primero debo tener todo claro con Len y... Luego veré qué pasa.

— Len pov —

— ¿Quién? — Me preguntó Piko sorprendido ladeando la cabeza a un lado escapando de la luz de la lampara. — ¿Miku? ¿Hablamos de Hatsune Miku? ¿La Miku que te gritó para que desaparecieras una semana? ¿Esa Miku o es otra Miku?

— Hatsune Miku. — Repetí mientras pensaba en dónde poner la pieza de ajedrez, el caballo. ¿Matar al peón o no? — La mejor amiga de mi hermana.

De la hermana que estoy escapando para no hablar de lo que pasó anoche. Olvidemos que ella trató de ayudarme a dormir y me despertaba cuando comenzaba con las pesadillas. Reí de ese pensamiento. No voy a olvidarlo por varios meses.

— ¿Ya hablaste con ella? — Negué con la cabeza y dejé ir al peón. Creo que puedo ir por la torre. Acomodé la lampara a un lado de la mesa para que no me estorbara al ver el tablero. — ¿Sabe que eres tú? — Me preguntó alzando otro peón cercano al rey, volví a negar con la cabeza. — ¿Qué te hace confiar en ella?

— Canta muy bien. Además, solo quiere el treinta por ciento del premio, me beneficia. — Vi cuidadosamente dónde ponía el peón, pero él no lo ponía sobre el tablero sino lo movía de un lado a otro mientras hablaba. Fruncí el ceño ante eso.

— De acuerdo, sí confías en ella, también lo haré. Pero la vigilaré como un águila y apenas haga algo sospechoso, te lo diré inmediatamente, ¿de acuerdo? — Asentí con la cabeza cuando puso el peón sobre el tablero al fin. Alcé al peón más cercano e hice caer a ese enemigo. Sonreí victorioso. — No sabía que ___ conociera a Ciro. — Soltó de pronto.

Lo miré a los ojos por unos segundos y bufé molesto por recordármelo. Despeiné mi pelo y froté mis ojos con fuerza. Junto con ese recuerdo, vino el recuerdo de Kaito y gruñí enojado.

— ¿Quieres ir a dormir? — Me preguntó y negué con la cabeza rápidamente. — Van a ser las tres de la mañana. — Soltó una risa divertida y luego trató de callarse rápidamente para que su padre no nos escuche. — ¿Qué hacen tu amigo y tú a las tres de la mañana? Jugar ajedrez. — Le seguí a su risa al escuchar lo estúpido que sonaba eso. — ¿Fiestas? No. Ajedrez.

— Miriam nos va a regañar. — Grité en un murmullo tratando de calmar mi risa. — Shh.

— Shh, tú. Tú querías jugar en vez de hablar. — Dejó caer su cuerpo al piso y se camufló con la oscuridad de su habitación, de nuevo comenzó a reír cuando de su espalda sacó sus zapatos. — Me... Me lastimé la espalda. — También reí mientras cubría mi boca para no perturbar el silencio fuera de la habitación de Piko. — Olvidé que estaban mis zapatos ahí.

— Eres un idiota. — Dije al apagar la lampara y dar por terminada la partida.

— Yo también te quiero, señor enojado. — Hizo el sonido de un beso. Rodeé los ojos mientras negaba con la cabeza con una sonrisa, me recosté a su lado en el suelo. Sentí alivio al sentir un poco de paz. — ¿Entonces te besaste con Nora?

Borré mi sonrisa de inmediato y abrí mis ojos sorprendido por esa pregunta. ¿Qué había dicho?

— ¿Qué? — Pregunté al pestañear varias veces al verlo. Él se incorporó apoyando ambos codos sobre el suelo y me miró con una débil sonrisa.

— Te besaste con ___, ¿verdad? —Volvió a preguntar. No le respondí, sino me quedé paralizado por el shock de su pregunta. Tragué ruidosamente. — Nora vino a hablar con Miki y dijo cosas muy interesantes. ¿Por qué no lo hablaste con ella después de qué sucedió? Te gusta, ¿no? Creo que ambos...

— Yo no le gusto. — Le interrumpí en voz baja al desviar la mirada a un lado y arrugué levemente el entrecejo con tristeza. ¿No podemos olvidarlo? — Yo no soy amable, no tengo confianza ni seguridad, no soy leal. ¿De dónde sacó eso, Piko? Yo no soy ese tipo de persona. Soy una persona egoísta, mentirosa y detestable. ¿Quién es la persona que describió frente a mí?

— Ella solo dijo lo que vio en ti. Te describió.

— No. Describió a alguien que no existe. — Cubrí mi cara con mis brazos y solté un suspiro. — No soy la persona que tanto desea amar. No soy un príncipe azul. — Murmuré con tristeza y reí un poco para aliviar la tensión que había creado. — La primera vez que quise besarla, me enojé porque ella no era Rin. Ahora me enojé conmigo mismo por no ser quién ella desea amar. ¿No es estúpido?

— Piensas que no la mereces. — Concluyó y escuché como se levantó del suelo.

Levanté un poco mi brazo y vi cómo me miró desde arriba con una expresión de decepción. Volví a cerrar los ojos y de pronto sentí como un golpe fuerte sacó todo el aire de mi estómago. Abrí los con fuerza tratando de respirar bien. Lo vi estar sentando sobre mí con una expresión de enojo.

— ¿Qué mierda estás... Levántate, idiota. — Traté de empujarlo con las manos ignorando el dolor que me había hecho. — No eres una persona de poco peso, piedra.

— ¿Alguna vez has visto tu cara cuando estás con ella? — Me cuestionó ignorando mi petición. Golpeé su brazo para que ya no se sentara en mi estómago. — ¿Has pensado en cómo te comportas con ella? ¿Las cosas que dices?

— No.— Admití luchando por respirar. — ¿Puedes levantarte?

— Eres más expresivo. — Se levantó de mi estómago y agradecí el poder respirar bien. — Esa expresión usual que lleva el chico Spice, desaparece. Actúas como te conocí. No eres perfecto, es cierto, pero ella tampoco es perfecta, Len. Ella y tú no son diferentes.

— Somos más diferentes de lo que piensas. — Me levanté para no volver a sufrir ese castigo y me senté sobre su cama. — Uno de los dos va a salir arruinado si continua.

— No es cierto. Tú estás actuando como un idiota, es eso. — Lo miré molesto. — Ya vi esto en las películas que mira Miki. Si piensas que alejarla hace lo mejor, te equivocas. La dañarás más por tu egoísmo de no tener la valentía estar con ella.

— ¿Disculpa? — Pregunté enojado y me paré frente a él. — Entonces soy egoísta por no estar con ella y... ¿También estar con ella? No me jodas. — Me arrojé sobre la cama y apreté el puente de mi nariz. Sentí la vibración de mi celular. — ¿Entonces qué es ser solidario? ¿Eh? Intento entender al mundo y ¡No lo entiendo!

— ¿Entonces te gustaría que Ciro o Oliver fuera la personas que le mostraran las cosas que ella no conoce o se niega a conocer? — Preguntó de manera casual mientras me daba la espalda para recoger las piezas de ajedrez. — Si lo recuerdas, Ciro es un ladrón y Oliver es una persona que manda y no escucha, igual a Gumi.

— ¿Por qué suena que tienes rencor hacia ella? — Pregunté para cambiar de tema. Olvidemos del beso, por ahora.

— No le tengo rencor. — Escuché como cerró la caja del ajedrez con fuerza. — Gumi tenía quince años y, no lo sé, tal vez tenía problemas en esos años y no tenía más opción que desahogarse contigo, pero no me gustaba que siempre pelearan por cosas tan tontas y volvieran como si no hubiera nadie más.

— ¿Te gustaría que volviera con ella? — Pregunté en broma.

Soltó una risita y sentí su peso sobre la cama.

— ¿Y volver a escuchar una discusión a gritos en un baño? No, gracias. Prefiero que salgas con ___ y se besen en el baño o algo así. — Desvió su mirada hacia mí y alzó una ceja. — ¿Por qué comenzaste a salir con ella, si no te gustaba? —Volvió a preguntarme por quinta vez en este año.

— No lo sé. — Le di la espalda y cerré los ojos para finalmente dormir. — Quería dar celos a Rin, quería sentir amor, quería ser comprendido por alguien. Quería muchas cosas hace dos años y todo se salió de control.

Sentí su mano sobre mi espalda de un golpe y comenzó a frotarlo como si estuviera ansioso.

— ¿Quieres saber por qué te dijo que eras amable? — Negué con la cabeza de una manera leve, que creo que él no notó, porque siguió hablando. — Porque asumes la culpa de algo que no era tuyo y no te quejas. — Mentiroso. — Estoy seguro que no le dijiste a Miku que Gumi te manipulaba, ¿verdad? Seguramente, ella sigue pensando que tú fuiste la persona que arruinó su relación por ser infiel, y no porque fuiste provocado por sus manipulaciones.

— Ciro me animó a hacerlo con la ex novia de Fukase y, justo esa semana, Fukase y Oliver se burlaron de ti. — Admití en voz baja sin verlo y reí un poco por esa casualidad. — Él también odiaba a Gumi por su actitud controladora y dramática.

— ¿Ves? Si él puede notarlo, entonces es mala en serio. Ciro es una mala influencia, pero cuando se lo propone es bueno, agradezco que te haya sacado de esa relación tan horrible. No lo odio solo por eso.

Una mala influencia, ¿eh?

— Oye, Piko. ¿Crees que Ciro es una persona tóxica? — Pregunté en voz baja. — ¿Crees que soy una persona tóxica? 

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(1) Literary Nonsense. | Música·Letra: Eve/ Arreglos: Numa | Adaptación: SinayPaohla

(2) El nombre formal de Ciro es Cirohe, pero detesta que lo llamen por su nombre completo, según él, porque le recuerda a un héroe que sería la burla de todos. 

Hola! ¿Cómo están? Espero que bastante bien u v u <3 Todos odian a Ciro pero ¿por qué? D: Me impresionó que lo odien tanto al niño que es mi creación original. Lo imagino tipo: Apenas llego y ya me están lloviendo chingadazos xD Aunque eso me hace feliz, significa que Ciro lo está haciendo bien. Y también se me cayó el ídolo en Gumi :C F 

Dato curioso que nadie quería saber. ¿Notaron que Piko tiene el pelo blanco y Ciro tiene el pelo negro? Además que comparten las dos vocales de su nombre D: Okya xD Nos vemos! Adiuh! -3- 

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