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Capítulo 41

— Tn pov —

Bajé la mirada avergonzada para evitar la mirada de mi tía, quien estaba recuperándose de su ataque de tos cuando se atragantó en medio de mi relato acerca de los chicos que vi, y Teto que abrió los ojos hasta más no poder en medio relato. Desvié la mirada hacia la mesa más cercana para tratar de evitar esas imágenes que no había podido olvidar desde el día de ayer. Incluso me dio una pesadilla con eso y ahora tenía miedo de abrir las puertas sin tocarlas.

— ¿Qué crees...— Levanté la vista hacia Teto y ella puso su mano en su mentón para pensar en las palabras. — ¿Sabes cómo se hacen los bebés, ___? ¿Sa-sabes qué hacen los adultos? — Parecía estar nerviosa desviando los ojos de vez en cuando. — ¿Por qué no lo explicas?

— ¿Que tiene que ver eso con lo anterior? — Cuestioné confusa y alzó las cejas para seguir. — Los dos adultos se dan muchos besos y abrazos, ¿n-no? — Sentí como la vergüenza me invadió de nuevo. —Luego, el hombre le deposita una semillita que sale de su... De sus partes privadas en la... En la parte intima de la mujer y esa semillita encontrara por... ¡Tú me entiendes! — Grité apenada cubriéndome la cara con las manos.

— Si hay besos y abrazos, pero también hay caricias de por medio. — Aparté las manos de mis ojos y vi su leve sonrojo en ella. — Pero, dejemos las cosas claras primero; las relaciones sexuales no es solo para tener un bebé, ___. Sino para tener placer también y satisfacer la curiosidad a veces.

— ¿Placer? ¿Curiosidad?

— Cariño, el coito...—Comenzó mi tía dudando por cómo empezar. La miré. — Los chicos no debieron hacerlo en un lugar así, nunca se lo hace en un lugar público. Es inaceptable. — Dijo con la espalda derecha y mirándome seriamente. Es inaceptable hacerlo en un lugar con gente, anotado para siempre. — El coito, ahora, es practicado para sentir placer por muchos, ya no es extraño que personas de tu edad lo practiquen por curiosidad. Pero, debes ser consciente de que mantener una relación sexual con otra persona implica mucha responsabilidad.

— ¿Personas de mi edad? — Me sonrojé al pensar en mis compañeros de esa manera. Sacudí la cabeza para sacarme esas imágenes de la cabeza. — ¿Es normal? Pe-pero...

— Las parejas de tu edad, usualmente, suelen curiosear sobre esas cosas. — Me interrumpió Teto jugando con sus manos nerviosas. — Aunque, no es malo no hacerlo, solo puedes hacerlo cuando te sientas segura y cómoda, sin ningún tipo de presión de nadie.

— Durante el acto, tienes que ser muy sincera con las cosas que te gustan hacer o no, preguntar a la otra persona con qué se siente cómoda, y lo más importante, en no sentir dolor en ningún momento. — Parecía que mi tía me estaba dando órdenes que cumplir, con su dedo alzado y moviendo su mano hacia adelante una y otra vez. Como cuando me encargaba en golpear a las personas que me tocaban sin mi permiso.

— ¿Qué tiene que ver eso con lo que vi?

— Eh, ___, lo que tu viste es...— Me respondió Teto tocando la punta de su pelo y se acercó a mi oído para comenzar a explicarme.

— Len pov —

Nunca he hecho esto antes. — Le dije mientras sentía el miedo en mi cuerpo mezclado con el deseo de explorar su cuerpo aún más. Mis manos estaban inquietas y una parte de mí deseaba mandar todo a la mierda, pero tenía miedo de qué diría Rin.

Yo tampoco lo hice antes. — Noté sus mejillas sonrosadas por lo que estábamos haciendo. Cubrió su camisa desabotonada con sus manos, pero no se movió de la posición en la que estábamos, sino que trató de controlar su respiración.

La miré en silencio. Mi corazón estaba palpitando de manera desenfrenada y apenas estaba pensando con la cabeza fría. Pestañeé varias veces. Ella estaba sentada sobre mí y yo tenía mis manos en su cadera, no tenía idea de cómo había llegado ahí, pero quería bajar aún más, acariciar sus muslos y hacerla gritar. Quería hacer lo mismo que Kaito hacía con mi hermana.

Nadie lo sabrá. — Murmuró Gumi tímida. — Será nuestro juego exclusivo, Len. Nadie lo sabrá, te lo prometo. — Repitió para darme seguridad.

Tenía 15 años, esto era normal para todos, todos tenían miedo a su primera vez, me dije para quitarme el miedo y logré mandarlo lejos, pero rebotó como una estúpida pelota, el pensamiento del qué tendría mi madre al verme. Ya no sería el niño puro y tímido que tendría en sus recuerdos.

Algún día tenía que pasar, ¿no?— Escuché. Aunque no estaba seguro si lo dije yo o lo dijo ella en un murmullo lleno de deseo de manera impaciente.

Yo no amo a Gumi; traté de detenerme, pero sus labios fueron suficientes para callar esa voz. Ella tampoco me ama, pensé tocando su cuerpo; Gakupo está saliendo con Luka y Rin está con Kaito, ¿no somos lo suficientemente cercanos? ¿No podemos comprendernos?

No. — Respondí sin darme cuenta abriendo los ojos y colocando mis manos sobre mis piernas. ¿Qué estaba... ¿Dónde está Gumi?— ¿Cómo puedes pensar que te engaño con ella? — Pregunté volteando mi mirada a Gumi que estaba a mi lado con los brazos cruzados. Estábamos sentados en el sofá de mi casa. — Ella es novia de Fukase y nosotros...— Moví la mano para restarle importancia.

Somos novios, Len. — Dijo molesta. — Tú lo dijiste.

Solo somos amigos con derechos, Gumi. — Recalqué. Me levanté para acabar con esa tonta conversación y caminé hacia la cocina de mi casa. Tenía hambre y estaba cansado, escaparme de la casa de la novia de Fukase no era fácil. ¿Ciro aún estará en sus tontas fiestas? — Yo dije que éramos novios porque Miku cuando nos atrapó en su casa, ¿lo recuerdas?— Decidí sacar pan del refrigerador. ¿Por qué Rin ponía eso en ahí?

Somos exclusivos. — Murmuró alto mientras dejaba las cosas que había sacado del refrigerador para hacerme un sándwich. Rodé los ojos harto de esa misma excusa. — Hicimos un trato cuando empezamos a hacerlo y tienes prohibido romperlo. Te volviste de esa manera tan agresiva desde que empezaste a hablar con Ciro.

Rodeé molesto los ojos por esas palabras.

— ¿Podrías dejar de ser tan posesiva? — Pregunté molesto agarrando un cuchillo para cortar el pan y los vegetales en rodajas. — Me asfixia tenerte a mi lado, haces que la atmosfera se vuelva insufrible y...

— ¿Yo? Si alguien no diera indicios tan estúpidos, nada de esto pasaría. — Alzó la voz realmente enojada. — Oh, pero no, el señor no tiene nada malo, ¿por qué hablaríamos de esas cosas, verdad? Yo soy la persona que tiene la culpa.

— ¡¿Por qué te contaría esas cosas si siempre estás gritando?! — Respondí soltando el cuchillo. — ¡Siempre haces lo que quieres! ¡Ignoras los deseos de los demás solo porque se dé te da la gana! ¡Incluso Piko se molestó por tu actitud! — Mentí a medias. Piko se enojó porque había "vuelto" con Gumi. En realidad, le dije una mentira a Piko que había terminado con ella para acompañar a Ciro a sus fiestas. Algo insignificante.

— ¿Todo está bien? — Preguntó Rin apareciendo detrás de Gumi, la miró y luego me miró. — Sus gritos pueden escucharse desde....

— No estábamos discutiendo. — La interrumpí molesto volviendo a la preparación del estúpido sándwich. — Solo hablábamos de algunas cosas.

— ¿Estaban discutiendo por mi otra vez, Rin? — Me escuché a mi mismo con una voz más infantil... Fruncí el ceño confundido y, miré de nuevo, hacia dónde antes estaba Gumi y Rin. Y lo primero que vi, fue a una Rin pequeña que acariciaba la cabeza de... Mi yo pequeño escondido detrás de ella.

Espera, esto no está bien. Pestañeé varias veces y miré mis manos. ¿Por qué llevaba un traje negro? Yo... Yo recuerdo haber llevado mi chamarra de cuero para no dar pistas a Gumi. Yo... Abrí los ojos de golpe mientras jadeaba.

Traté de acomodarme mejor en mi cama cuando escuché de manera estridente la llamada entrante de mi celular sobre la mesita de noche. Miré mis manos y cuando vi que el tono dejó de sonar, me vi en la pantalla del celular y suspiré de alivio al verme. Tragué ruidosamente para evitar pensar de sobremanera ese sueño, las discusiones o el traje negro.

Golpeé mi mejilla y respiré hondo. Desbloquee mi celular y vi las llamadas y mensajes que no había contestado.

De: Clases de Astronomía.

Vuelve aquí! Cómo puedes irte así?!

No hemos hablado absolutamente nada!

Me niego a romper contigo! Es una razón estúpida! Yo no soy celosa!

LEN VUELVE AHORA!

Es cierto, la noche anterior discutí para romper con una relación. Reí por darme cuenta de algo. ¿Por qué todas las chicas que me junté eran iguales a Gumi? Controladoras, desconfiadas y gritonas para hacerse escuchar. ¿Miku no era igual que ellas? ¿Qué hay de Rin?

No le dije nada a ella. La escuché apenas en voz baja, mágicamente, al otro de la puerta, como si la hubiera invocado de solo pensar en ella. Miré mi puerta y la imaginé hablando por teléfono. Gruñí y le di la espalda. Ya no me interesa lo que haga. Yo...No voy a salir con Kaito.Murmuró.

Justo en ese momento, sonó mi celular con la llamada entrante de Nora. Espera... dijo ¿Kaito?

— Tn pov —

Fruncí mis labios para imaginar pequeñas orejas blancas de gato salir de la cabeza del director mientras él terminaba de hablar acerca de la actividad de música, acerca de los tres robos que descubrieron y qué tomarían medidas más drásticas, o sino todo se cancelaría y haríamos un ensayo de ochenta paginas. Con los profesores de música a cada lado, desde el profesor Gakupo hasta el ex profesor, claro, sin olvidar a su secretaria Yowane. Sonreí al ver que no le quedaban mal las orejas de gato, se veía tierno y le quietaban toda seriedad.

Traté de hacer lo mismo con la secretaria Yowane cuando se reemplazó al director, pero la llamada de Mayu me distrajo de mi objetivo. Pestañeé varias veces al verla, tenía una sonrisa en su rostro y pude ver el pelo rojo de Miki detrás de ella.

Estábamos divididos entre chicos y chicas. Cada columna representaba un paralelo y la primera persona era quién tenía mejor nota: Yo representaba al paralelo A, Mayu al C y Miki al D. Me sorprendía que Mayu tuviera la mejor nota del C, no por pensar que era tonta, sino porque me preguntaba: ¿A cuántos puntos estaba antes para irse al paralelo A? ¿Dos? ¿Un punto, quizá?

— ¿Qué sucede, Mayu? — Pregunté murmurando, mirando que los de último año de preparatoria no se molestaran por mi voz. Ningún paralelo volteó a verme sino seguían inmerso en el discurso de la secretaria.

— ¿Tienes lo que te pedí? Mi amiga quiere hacerlo mañana. — Murmuró inclinándose hacia mí. — Y se ha vuelto loca por los datos. No deja de llamarme por la ansiedad, sálvame de sus regaños, ___.Me rogó juntando sus dos manos.

— No he tenido tiempo de hacerlo, lo siento. — Me disculpé con la cabeza baja jugando con mis manos y desvié la mirada un poco hacia un lado. Bueno, puse esas preguntas como lo último de hacer en el día y terminaba olvidándolo. Mis trabajos también son importantes. — P-pero, ¿sabes? P-podría hacerlo con una carta romántica. — Sugerí nerviosa.

— No has tenido tiempo, ¿eh? ¿Sabes? Eso suena como si no quisieras colaborar. — Rodó los ojos mientras sonreía burlonamente y por fin noté el chicle que estaba masticando con desprecio. Fruncí el ceño al notar que su tono de voz había cambiado a uno más hiriente. — Solo son unas preguntas triviales, nada importantes.

— Si son triviales, ¿por qué no lo hace tu amiga? — Intervino Miki sin mirarnos y con una postura derecha. Mayu volteó a verla rápidamente al escucharla y reventó el globo que estaba inflando con su chicle.

— ¿Te estaba hablando a ti? Oh, no, disculpa, solo es la chica de tonto fenómeno. — Se burló Mayu antes de reír de manera falsa. Me sorprendí al oírla de esa manera por primera vez frente a una persona. Eso no es bueno ni amable. — ¿Por qué escucharía a una persona que no se esfuerza en sus notas? — Mayu decidió mirar sus uñas mientras masticaba su chicle. Miki solo entrecerró sus ojos por unos segundos. — Las personas que peores notas son las más tontas, ¿no lo crees, señorita con la mejor nota del A? — Me miró con una sonrisa. — Tú debes entenderlo.

— N-no, no creo que eso sea correcto. — Murmuré sintiendo la tensión del ambiente cortar mi voz. Me sentí pequeña al sentir su mirada de burla. — Las p-personas son buenas aún así, tienen virtudes...— Me callé al notar que ya no me estaba escuchando, sino peleando verbalmente con Miki, quien parecía inmutable por sus palabras.

Cuando Mayu volteó a verme, rápidamente fingí prestar atención a las columnas de chicos del último año y apenas desvié la mirada, choqué la mirada con ese chico de pelo negro desordenado y su piel color oliva que conocía de manera traumante. Me vio con sus ojos desinteresados, se sorprendió formando una O con la boca, sonrió y me saludó con la mano.

Sexo oral, me vino a la mente rápidamente y un horrible escalofrió recorrió mi espalda de manera incomoda. No, no, el sexo no es malo, pero el lugar y el momento, dónde ellos lo hicieron, no era correcto. Seguí sonriendo y solo asentí a su saludo de manera forzosa. No... No quiero traumarme de nuevo, por favor.

Vi que caminó en mi dirección con las manos en los bolsillos con una sonrisa y ahí me di cuenta de que todos se estaban retirando de sus lugares. No. No. Quédate en tu lugar, sino la maldición del chocolate, te caerá y...

— ¿Puedo acompañarte hoy a casa? — Me preguntó Oliver desde mí detrás, causando que me sobresaltara en mi lugar. Volteé a verlo y le sonreí por salvarme de ese chico. Gracias. — ¿Te asusté? Lo siento. — Rió incomodo rascando su nuca.

— Te lo recompensaré con un helado. — Murmuré agradecida. Era imposible que ese chico viniera con...

— Hola, señorita asustadiza. — Me murmuró divertido cerca de mi oreja y borré mi sonrisa de inmediato, al igual que Oliver lo había hecho al ver detrás de mí. Quería voltear, pero la imagen que me vino al escuchar su voz, paralizó mi cuerpo. — ¿Quién es el rubio marinerito? — Preguntó colocando sus brazos sobre mi hombro con total confianza. — Oh, espera, ¿son pareja acaso?

— ¿Qué sí lo somos, Ciro? — Preguntó nervioso Oliver. Panquecito, no, por favor, siento sus nervios caminar también por mi cuerpo.

— ¿Eh? ¿Me conoces? Pero, yo no te conozco. ¿Acaso nos vimos en una fiesta? — Le preguntó y bufó cuando Oliver se paró derecho. — ¿Tú qué piensas, princesa?

— Y-yo... Yo no lo sé. — Balbuceé nerviosa deseando tenerlo lejos. ¿Puedo alejar sus manos de mí? No, solo se está apoyando en mí, no me está haciendo nada malo, pero no quiero.

— ¿Sabes cuándo volveremos a hacer la canción, ___? — Preguntó Len en voz alta. Todos miramos a su dirección, lo vimos venir totalmente desinteresado y mirando a otras partes. Se paró a mi lado y me jaló acercándose a mi oído, alejándome de Ciro. — Te dije que dijeras no, ¿no? — Me murmuró.

— ¡Hey! ¡Eso no es amable! — Se quejó Ciro con pucheros.

— Lo siento, estamos hablando sobre trabajo. ¿Te importaría irte? Gracias. — Pidió Len con un tono frío y volvió a murmurar cerca de mi oído para que no lo escucharan. — ¿Quieres que te saque de aquí? ¿O es un amigo tuyo? Si es no, asiente con la cabeza y dime que está perfecto.

Asentí con la cabeza y dije lo que me pidió con una sonrisa forzosa.

— ¿Es tu...? — Me señaló el chico de pelo negro y sonrió victorioso. — Bueno, tú entiendes. ¿Estás con ella? ¿Quieres jugar también? Podemos hacer cosas divertidas.

— Vámonos, ___. Ciro no...— Me dijo Oliver apunto de agarrarme de la mano, pero Len lo alejó de un golpe.

— ¿Qué parte de trabajo no entienden? — Len bufó molesto y agradecí por primera vez que mintiera bien. — ¿No escucharon acerca de los robos que habló el director? ¿Creen que es un chiste?

— Puedo decirte algo más divertido, Len. — Le respondió Ciro sin pedírselo mientras miraba con burla a Oliver. — ¿Un juego entre tres personas? Apuesto que...— Se calló cuando Len pasó de él, caminando hacia la puerta y como una luz de salvación lo seguí sin problemas.

— ¿Te digo algo más divertido? — Len soltó después de asegurarse de que lo seguía y agarró mi mano de manera disimulada mientras se detenía por unos segundos. — Tú lejos de nosotros. Creo que sería un juego divertido para todos, incluso Oliver participaría como el árbitro que te mantiene lejos de manera eficiente. — Rió inocentemente y volvió a caminar hacia la salida.

(...)

— No te gusta nadie, ¿verdad? — Me preguntó Len al lado de mí mirando la pantalla apagada de su celular. Vi cómo me miró por ahí y vi la tristeza en sus ojos azules. — Aún no has encontrado lo que buscas, ¿verdad, Nora?

— ¿Dónde está Len? — Preguntó en voz alta Oliver al otro lado de la puerta, giré la mirada hacia la ventana y vi su sombra seguir caminando por el pasillo.

Tragué ruidosamente para controlar mis nervios y el temblor de mis piernas al pensar en la respuesta. B-bueno, lo encontré, pero me da miedo decir quién es. Carraspeé para pensar en una respuesta creíble que no sea nombrarlo.

Mi consciencia me dio dos bofetadas para que reaccionara y le respondiera, p-pero responder s-sus preguntas, ¿no sería d-declararme? No estoy lista para hacer e-eso. Sentí cómo el temblor de mis manos empeoró de solo imaginar ese escenario. Y... ¿Qué tal si se dio cuenta que me gusta? ¿O qué tal si piensa que me gusta Oliver como Gumi o Rin? No. No. No quiero malentienda todo.

— ¿Nora? — Me llamó con voz apagada.

— ¡N-no pienses que me gusta Ciro, apenas lo conozco y me dio un susto!— Dije con pánico aferrándome a mi uniforme. — Lo conocí mientras él tenía sexo oral con una chica cuando jugaba con Piko. ¡Yo no quería ver esas cosas! Tenía miedo y no sabía cómo actuar. — Conté algo incomoda cerrando los ojos. — Me sentía muy vulnerable.

Esperé alguna respuesta por parte de él, pero no había nada, solo alcé la mirada y encontré sus ojos bien abiertos viéndome.

— ¿Cuándo... ¿Sexo oral? ¿Qué?

— Es un tipo de los tres tipos de sexo. — Traté de explicarle mientras se pellizcaba el puente de la nariz algo frustrado. — Mi tía me dijo que había tres tipos, el primero era oral, el otro e-s... T-tiene que ver c-como se hacen los bebes y-y así. ¡No te asustes! No es malo. Al parecer las personas de nuestra edad, lo hacen como curiosidad y...

— ¡¿Desde cuándo sabes eso?! ¿C-cómo...? No. No. No puedes saber eso. — Se levantó de su lugar y caminó en círculos dentro del salón que estaba repleto de mesas viejas o rotas y algunos muebles de promociones anteriores. — Eres Nora y... — Se quedó callado al verme confundida. — Y...

— ¿Es malo cómo pensé? — Pregunté parándome lentamente. — ¿El sexo es malo?

—N-no. — Negó junto con las manos, parecía nervioso o más confundido que yo. Incliné la cabeza por verlo de esa manera. — No es malo. Es solo que...— Cerró los ojos con fuerza y sacudió la cabeza rápidamente. — No es malo, ¿no?

Agarré sus manos para disipar esa duda que descubrí en él, le sonreí y negué con la cabeza.

— Si mi tía dice que no es malo, entonces no es malo. Yo confío en ella, Len. También me hablaron de más cosas, ¿quieres saber? Fue una noche muy educativa. — Lo jalé para pararnos y ver por la ventana ese bonito cielo azul.

— ¿Qué más te dijeron? — Murmuró.

— Me hablaron de que no debía sentir presión cuando hiciera eso, sino me debía sentir preparada y cómoda, sin miedo o algo así. — Me apoyé en el marco y señalé a los niños de primeria jugar en la cancha, vi como varios niños comenzaron a huir de un niño. — T-también me hablaron de su lado malo.

— ¿Lado malo?

— Me dijeron que hay personas que lo hacen por placer egoísta, utilizan los sentimientos y cuando ya terminan de hacer esas cosas, la desechan buscando a otra persona. Se los llama mujeriegos o algo así. Me dijo que era un sufrimiento innecesario— Vi como el niño fue atrapando a cada niño que escapaba, reían y el atrapado caminaba hacia la sombra. — Pero... ¿No significa que ellos también sufren? Oliver también me dijo que debía alejarme de ese tipo de personas. ¿Tú qué crees?

— ¿Un sufrimiento innecesario?

— Me dijeron eso. — Murmuré. — Que ese tipo de personas solo querían sexo sin importar los sentimientos de los demás. Pero, eso tuvieron que aprenderlo de otra parte, ¿no? Tal vez, significa que ellos o ellas también fueron manipulados, ¿no? ¿O crees que deba ignorarlos?

Imaginé estar en los zapatos de esa señorita de pelo rosa del receso de hace días, estaba llorando mientras su amiga le decía: él era uno de esos idiotas que solo juega con las chicas. Ese "él" era ese tipo de persona, que era un sufrimiento innecesario. Yo no deseaba que me pasara algo así, ser utilizada solo por sexo con mentiras. Sería cruel fingir palabras de amor cuando no tienen amor.

— Pero, ¿qué tal si quieren cambiar?— Me pregunté a mi misma. — No puedo dar la espalda a alguien que quiere apoyo. No,.. El pasado no era justificable para ellos, ¿no? Pero, las personas que salían de esas cosas años más tarde, ¿tampoco se les debería dar una oportunidad? ¿Dar la espalda cuando están en un proceso de cambio... — Mi consciencia me entregó su carta de renuncia y comenzó a sacar sus cosas en silencio. ¡Era tan confuso! — ¿Qué harías tú, Len? — Lo miré confundida. — Desearías recibir apoyo cuando quieres cambiar, ¿no?

— ¿Qué es lo que esperas de ellos, Nora? 

— Que también pueden ser buenas personas. — Respondí. — Todos pueden cometer errores y mejorar. No todo es malo.

—Len pov —

— ¡No vuelvas a cometer ese estúpido error de nuevo! — Le gritó tratando de limpiarse el arroz de la ropa con las manos, se paró y le miró con odio mientras agarraba servilletas. — ¿Qué tienes en la cabeza? ¿No ves qué estaba ahí? Mira, mi vestido nuevo.

— Lo siento. — Murmuró el mesero agachando la cabeza varias veces, ese chico moreno de pelo negro que trabajaba en el mismo restaurante que yo. ¿No le es suficiente con un trabajo?

— ¿No te gusta lo que pedí? — Me preguntó Gakupo cuidadosamente después de meter una cuchara de arroz a su boca. Negué con la cabeza y sonreí al ver Espagueti frente a mí.

— No pensé que recordarás que...

— ¿Qué es tu plato favorito? — Continuó por mí y asentí mientras agarraba los cubiertos. Puncé el tenedor en el plato y comencé a dar vueltas entre los fideos. — Te ves demasiado cansado y quise recompensarte por todo lo que has hecho. Rin me dijo que sueles llegar casi a las dos de la madrugada y apagas tu luz a las cuatro. Ella está preocupada por ti, Len. ¿Por qué...

— ¿Por qué no le dices que se vaya a follar con Kaito?—Escupí molesto antes de meterme esa bola de fideos a la boca. Desvié la mirada para no ver su expresión de "eso no está bien".

— ¿Fo... Follar? ¿Todo esto es por la relación que hubo entre Kaito y Rin? — Mira, esa señora lleva un Chihuahua dentro de su bolso mientras su niño juega con los cubiertos. — Len, esa relación ya terminó hace tiempo. Kaito se fue y Rin lo superó. ¿Cuál es tu problema con algo que ya terminó? Tú deberías ser el menos indicado con encapricharte con algo así. Estás actuando de manera infantil e inmadura.

¿Incoherente? ¿Superar? ¿Cuándo? ¿Por qué no le dices eso esta mañana? 

— ¿Y qué? ¿La perdono, arreglamos todo y espero a que se enamore de otro, para me abandone? — Le pregunté tratando de aguantar mi molestia. — Si nadie te lo dijo, ella quería escaparse con Kaito, estaban tan encaprichados que deseaban escaparse y mandar todo al diablo. 

— Una persona normal lo hubiera hablado con su hermana.— Alzó un poco la voz. — Estás siendo incoherente.

— ¿Una persona normal? ¿Y qué soy yo? ¿Una persona tóxica? ¡¿Hago daño todo lo que toco?!— Pregunté harto. — ¡Oh, claro! ¡Dejemos que el chico se encargue de todo y le diga a su estúpido padre que no pudo cuidar a su estúpida hija cómo él creía! — Grité arrojando el tenedor realmente molesto, golpeé la mesa al recordar la voz de Rin mencionando el nombre de Kaito. — ¡Lo único que tenía era a Rin y lo único que se le ocurrió es abandonarme con su padre! ¡Es igual a todos! ¡¿Acaso no fue suficiente que mi madre me abandonara esa noche?!

¿Qué?

En ese momento, cuando escuché lo último, reaccioné y me di cuenta del silencio de todo el restaurante, al igual, que mi respiración agitada mientras miraba a Gakupo, quién tenía una expresión de tristeza. Pestañeé varias veces y miré a los alrededores, eso fue suficiente para que las personas que me estaban viendo trataran de fingir, nerviosamente, que no habían escuchado nada.

¿Qué había dicho?

Sacudí la cabeza y traté de acomodarme en mi asiento ignorando la mirada de pocas personas.

— Lo siento, Gakupo. — Murmuré sin poder creer lo que había dicho. ¿No solo se trataba de Rin?— I-iré por un tenedor. —Señalé sin poder verlo y me levanté antes de que respondiera algo.

— Aquí tiene. — Me dijo el mesero que era regañado minutos atrás cuando estaba a la mitad del camino hacia la barra. Me quedé mirándole por esa extraña actitud. — Vi que lo dejaste caer al suelo e iba a ofrecértelo. Trabajas conmigo en el otro restaurante, ¿no? Eh, ¿Lenard?

— Gracias. — Balbuceé confundido y agarré el tenedor. Asentí con la cabeza a sus dos preguntas. — ¿Cuál es tu nombre? Nunca he escuchado...

— Me llamó Wil. — Me interrumpió con una gran sonrisa de amabilidad. — Espero que disfrutes la comida, Lenard. — Se despidió con la mano cuando lo llamaron en la ventana de la cocina.

Asentí a sus palabras y volví a estar frente a Gakupo. Sentía la incomodidad del ambiente apenas me senté.

— Hablé con la persona que te reemplazará en el concurso.— Comenzó mientras le prestaba atención a su plato, luchaba en partir el filete con el cuchillo.— Claro, si aceptas trabajar con ella y eso, y me dijo que lo haría por el 30% del premio.— Me señaló con el cuchillo cuando logró comer su filete. Tragó mientras asentía con la cabeza. — Creo que es una buena oferta, Len.

— ¿Quién es? ¿La conozco?

Asintió con la cabeza volviendo a luchar con la carne y no partir el plato a la mitad. Cuando tuvo una pequeña porción en el tenedor y se la metió a la boca, me respondió.

— Es Hatsune Miku.

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¿Cómo que esa noche?  A ver, a ver, ¿qué está pasando aquí? ¿Por qué Mayu y Miki peleaban? No, espera, ¿Por qué Piko no apareció hoy? D: Okya xD Esta vez, si me gustó hablar más con las imágenes del Collage -Mensajes subliminales cof cof-

Uff, es viernes y esto me recuerda cuando actualizaba cada viernes para que se distrajeran un poquito de los trabajos ;; Ah, que viejos tiempos. ¿Cuántos años pasó de eso? Oh, espera, no los saludé, que mala educación por parte mía. Cof cof. Hola, panditas! Cómo están? Espero que estén muy bien! Bien descansados y sin estrés ;;;  Y también espero que tengan un bonito fin de semana con sus amiguis o sus familias <3

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