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Capítulo 39

- Len pov -

El sexo ya no se trata de solo de Rin, ¿verdad?, pensé por un segundo antes de sentir la mano de Miku sobre mi cara.

- ¡Cálmate de una vez! - Me gritó Miku. Me quedé quieto cuando sentí el ardor mi mejilla lastimada y traté de controlar mis jadeos y el dolor de mi garganta por la pelea de antes.- ¡¿Qué es lo que te pasa por la cabeza?! ¡¿Golpear a Fukase?! ¡¿Eres un niño o qué?!

- ¡Sácame, idiota! - Gritó Fukase molesto al otro lado de la habitación encerrado dentro de un depósito de basura viejo.

Retrocedí hasta chocar con una de las paredes del depósito y me dejé caer en el suelo. Me sentía cansado de manera física como mental, quería dormir, ya no quería pelear con otra persona, era suficiente. ¿Piko se molestará si me quedo unos días en su casa? No, no quería hablar sobre esta pelea tampoco, ni las cosas que dije mientras lo golpeaba o... Suspiré cansado y abracé mis rodillas. Miku bufó al verme y caminó hasta el centro del depósito cerrando el cierre de su deportivo.

- ¡No lo haré, idiota! - Alzó la voz Gumi molesta.

- Mentí al profesor de gimnasia, podemos estar tranquilas.- Dijo Mayu entre jadeos al volver al depósito. Entró y se secó las gotas de lluvia que caían de la frente con la manga de su deportivo, se dirigió hacia Miku.- ¿Ya se calmaron? - Nos miró a ambos por unos segundos mientras sacudía las gotas de su cabello.

- Les dije que escuchaba sonidos extraños aquí dentro y ustedes me dijeron que era de otro salón.- Gumi se acercó a ellas con los brazos cruzados, me miró por un momento antes de volver a ver a Miku.- ¿Qué hubiera pasado si le profesor elegía a otras personas para guardar las colchonetas por la lluvia? Ellos no hubieran parado.

Ugh, no, no, el sexo es solo para aliviar lo de Rin, no trasciende más allá. No está relacionado a mi padre, ni a mi madre, ni a... Pero ya no me gusta Rin, me respondí como si me encantara joderme la vida; me gusta otra persona. Rasguñé el suelo frustrado conmigo mismo y mi poca colaboración para mejorar mi ánimo.

- ¡¿Qué es lo que pensaban ambos?! - Me detuve cuando Miku volvió a gritarme. La miré y ella tenía una expresión de enojo como si yo le hubiera hecho algo. Volvía rasguñar el suelo con más fuerza. ¿Cuál era su problema? - ¡¿Cómo crees que Rin se sentirá?! ¡Ella no merece más problemas por tu culpa!

Me levanté del suelo con dificultad harto de sus gritos, sentí el dolor en mis brazos y mi torso, mordí mis labios para no soltar ningún quejido de dolor. Respiré hondo para ignorar los gritos de Fukase y el dolor que comenzaba en mi cabeza. Está bien, solo fingiría unos minutos. Dibujé una sonrisa en mi rostro y noté que su molestia aumentó aún más cuando me paré frente a ella.

- ¿Qué parte de "ya no me importa Rin", no entiendes? Te lo dije en el viaje, ¿no?

Ignoré las palabras de Gumi o de Mayu que soltaron luego de eso. Salí del lugar fingiendo tranquilidad metiendo mis manos en mis bolsillos a pesar del dolor que sentía y el frió que se pegó en mi cuerpo cuando sentí la lluvia, era horrible. Respiré hondo y caminé pegado a la pared para no llamar la atención, pero me di cuenta que ya no había nadie en el patio por la fuerte lluvia.

Escuché pasos chocando de manera apresurada contra los charcos de agua en el suelo, doblé mi mirada y vi a la madre de Fukase venir en mi dirección cubriéndose con una mano por culpa de la lluvia. Cerré los ojos para prepararme para los gritos, pero nunca sucedieron. Abrí los ojos y justo ese momento, la señora de pelo anaranjado me ignoró mientras llevaba una expresión de preocupación. La vi entrar en el depósito donde estaba Fukase.

Estoy completamente solo, dije cuando el dolor de mi pecho empeoró. Pestañeé varias veces para alejar ese cansancio que me estaba conquistando. Miré mis manos, estaban sucias y temblorosas ¿Cómo estará mi cara? Quise tocar mi rostro, pero no logré hacerlo, alguien más lo hizo por mí.

Puso sus manos suavemente sobre mis mejillas y me hizo subir la mirada lentamente. Lo primero que vi fueron sus ojos azules llenos de tristeza y decepción, pestañeé por alguna extraña razón, tal vez para convencerme que ella no estaba ahí, que solo era un recuerdo cruel. En ese momento noté que cargaba mi mochila sobre su hombro al lado del suyo.

- Te duele, ¿no es así? - Murmuró Rin y me agarró de la mano.- No te preocupes, arreglaremos esto juntos.

- ...No tienes que mantener la sonrisa frente a mí, cariño. Puedes ser honesto contigo mismo.- Recordé que dijo mi madre, las mismas palabras que dijo Rin unos segundos después.

Abrí los ojos sorprendido y quise gritarle que se alejara, pero mis palabras se quedaron atoradas en mi garganta con mucho dolor; dentro de mí, una pequeña parte, sentía felicidad al escucharla decir esas palabras después de mucho tiempo desde que éramos niños. ¿A quién estoy complaciendo? Espera... No, detente, no te rompas frente a ella. Sin poder controlarlo mi garganta comenzó a romperse por sí sola.

Retrocedí un paso y cubrí mi cara con mis manos rápidamente cuando comencé a soltar todo ese dolor en sollozos. Negué con la cabeza cuando sentía que ella se acercaba a mí. No. No quiero volver al inicio, no quiero que toque mi inseguro cuerpo otra vez, no quiero que sea ella quien este frente a mí. ¿Dónde estás?

- Len...

Corrí lejos de ella antes de que terminara, a pesar de que mis pasos resbalaban por la lluvia, seguí corriendo cuando escuché sus gritos detrás de mí. No. Lárgate, no te necesito. Entré a las instalaciones de la preparatoria y resbalé apenas puse un pie adentro, sentí el dolor en todo mi cuerpo de inmediato y el comienzo de un dolor de cabeza, me empujé con mis manos para pararme y seguir corriendo.

Cuando vi un baño, giré mi dirección hacía allí y entré. Cerré la puerta con brusquedad y dejé caer mi cuerpo en el suelo, dando espalda a la puerta, jadeando y temblando comencé a llorar. Traté de respirar hondo y pestañear varias veces para reponerme, pero el dolor en mi garganta no me lo permitía, lo empeoraba aún más.

Me estoy complaciendo a mí mismo, ¿por qué terminé aquí? Si, es culpa de Piko, no, es mi culpa por demostrar más de mi vida, por demostrar mis preocupaciones. Se entrometió en lo que no le importaba y yo dejé que el opinara de más, la próxima vez, yo lo alej...

- ¡¿E-estás bien?! - Preguntó jadeado. MI cuerpo se paralizó al escuchar su voz. Se arrodilló asustada a mi lado llevando me pelo detrás de mi oreja con las manos temblorosas. La miré con pánico. - ¿Estás bien, Len? ¿Qué pasó? No, no, eso no importa ahora. ¿T-te duele, Len? Podemos...

Nora estaba aquí.

¿Qué estaba pensando? ¿Qué era? Era de...

- Len.- Entró jadeando Rin.- ¿Por qué...

No contesté a ninguna de sus preguntas, solamente me lancé sobre Nora y la abracé, apoyé mi cabeza sobre su hombro y me limpie la cara como pude; ella rodeó mi cuello con sus brazos y acarició suavemente mi cabeza mientras decía palabras para reconfortarme mientras trataba de controlar sus jadeos. Era tan dulce y tan reconfortante. Me sentía protegido.

Oh, ya lo recuerdo, tenía que contar mis preocupaciones a Piko, ¿no? Sí, eso era.

- Tn pov -

- ¿Estás segura? - Me preguntó Rin mientras se ataba el pelo en una coleta. Volví a asentir con la cabeza gustosa.- Realmente me harías un gran favor, ___. Estaría en deuda contigo por ayudarme en curar a mi hermano y aún más cuando te quedas a cuidarlo.

- Tranquila.- Levanté su mochila y ella recogió las llaves de su mesa cerca de la puerta junto con un pequeño paraguas de color naranja.- Cuidaré a Len mientras tú cumples su castigo como una honorable hermana mayor, además ya avisé a mi familia que tardaré en llegar a casa. No te preocupes, Rin.

- Llegaré a las tres de la tarde, pasaré por el trabajo de Len para pedir permiso.- Colgó su liviana mochila sobre su hombro y abrió la puerta, dando paso al frio y al sonido de la lluvia chocar contra el suelo. Me miró con una leve sonrisa.- Realmente agradezco que me ayudes tanto.

La despedí con la mano antes de que cerrara la puerta.

El silencio me envolvió cuando se fue, acomodé la sudadera roja que Rin me había prestado al igual que el pantalón deportivo negro, mi uniforme se mojó por culpa de la lluvia mientras llegábamos a la casa de Rin. Estiré mis manos y suspiré en ellos para calentarlos. Miré las escaleras de dos tramos que daba paso a la segunda planta, donde estaban todos los dormitorios de la familia de Len.

Apenas subí un escalón, me pregunté si realmente estaba bien subir a la habitación de Len, él se fue diciendo que estaba cansado y con sus heridas... Negué con la cabeza, tal vez se durmió de inmediato y no quiero molestarlo, es mejor que recupere sus energías y sus ánimos. Golpeé mis mejillas y caminé hacia la sala de estar. Abrí la puerta lentamente y tal como dijo Rin, encontré un sofá de tres plazas y un gran televisor frente a él.

(...)

- Han habido rumores recientes de que se está buscando al autor de Leia.- Dijo la presentadora del show con una sonrisa.- Por la novedad tecnológica del cantante virtual y como este cambiaría al mundo musical, y dicen que usted conoce al autor, pero se me ocurrió algo mientras hablaba.- Luka soltó una leve sonrisa al igual que el publico detrás de cámaras.- ¿Por qué usted no querría replicar su éxito de nuevo? Tener otra canción como Leia, haría que su carrera despegara aún más, ¿no cree?

- Bueno, no dudo que mi nombre se haría más llamativo con otra canción del mismo autor o autora, tal vez.- Contestó con un amable sonrisa mirando a la señorita y a las cámaras.- Pero, me parecería triste tener una canción similar a Leia.

- ¿Por qué? -Preguntó lo mismo que pensé la presentadora.

- Porque la persona que debería escuchar la canción, para quién está dedicada, jamás la verá.

Todos nos quedamos callados al escucharla decir eso, noté que se formó una incomodidad horrible en el programa, incluso yo aparté la mirada unos segundos. Ah, fui egoísta sin pensar en eso, golpeé mi cabeza suavemente. Mi tía me regañaría al no pensar en eso, espero que el autor se encuentre bien y que haya encontrado la felicidad con amigos o pareja. ¡Ánimos, autor de Leia!

- ¿Qué haces? - Me preguntó ronca y yo apagué el televisor rápidamente como si no hubiera visto nada.

Giré la cabeza y vi que se acercó al sofá arrastrando la manta con la que estaba cubierta de pies a cabeza como un niño pequeño cuando tiene pesadillas. Rodeó el sofá y se sentó a mi lado sin quitar la vista del televisor apagado. El volumen tal vez estaba alto y él despertó, debí ser más cuidadosa, rayos.

- Lo siento, no pensé que...

- ¿Cómo es tu príncipe azul? - Soltó de repente.

- ¿Qué? - Sentí que mis mejillas se sonrojaron de inmediato. Cubrí mi cara con mis manos y tragué nerviosa. Tranquila, si estoy tranquila no seré obvia.- ¿Po-por qué preguntas es-eso?

Me miró atentamente y entrecerró los ojos por unos segundos, desvié la mirada hacia el reloj de forma de pájaro colgado en la pared. Dios, mis manos estaban sudando y mi corazón latía sin parar. Cálmate y nada se saldrá de control. Por una extraña razón, recordé las palabras de Piko que dijo en el hotel, donde Len cambiaba de tema para evitar algo.

- ¿Có-cómo están tus heridas? - Pregunté mirándolo, pero él seguía con la misma expresión que antes. Bajé la mirada para alejar los nervios que estaban en mi cuerpo.- Escuché que...

- ¿Cuál es la diferencia entre tu dichoso príncipe azul y yo, Nora?

Tragué con fuerza para no flaquear ante mis nervios que caminaban en mis piernas, conquistaron mi estomago y ahora los sentía batallar en mi pecho de manera honorable. Mi consciencia no dejaba de correr de un lado a otro sin saber que decir, describirlo sería demasiado obvio...

- ¿P-por qué estás lastimado? ¿Fukase te golpeó? Su madre me quiso gritar, pero Teto me defendió y pensé que se había ido. - Pasaba mi dedo por el reposabrazos para alejar mis nervios.

Noté por el rabillo del ojo que bajó la mirada y encogió sus hombros.

- ¿No te enoja? - Lo miré confusa y noté que la manta se resbalaba por su espalda, pero él no me miró, sino dejó que su flequillo lo cubriera.- ¿No te molesta que los demás te echen la culpa cuando no es así? - Se agarró el pelo con fuerza.- ¿No estás harta de que el mundo sea injusto contigo?

- No me molesta.- Respondí en un murmullo y él me miró confuso. Le sonreí.- Es decir, si me molesta que crean que soy la culpable cuando no es así, pero la última vez que quise discutir acerca de eso, terminé lastimando demasiado a la persona.- Bajé la mirada con tristeza al recordar las lagrimas de Len de esa noche luego de la playa. - Y no quiero volver a dañar a nadie así, nadie merece eso. Así que lo que decidí fue ya no darle tanta importancia a esas cosas, así nadie saldría herido y todos seriamos felices más pronto.- Sonreí.

- ¿Cuál es tu defecto? Eres demasiado perfecta.- Susurró.

Ignoré la felicidad que me invadió como burbujas, no debía estar nerviosa.

- ¡Claro que no! - Golpeé su hombro en broma y me acerqué a él. Comencé a contar con mis dedos.- Mi tía me dijo que soy demasiado lenta en hacer algunas cosas, una vez me dijo perezosa.- Me quejé y luego me reí.- Teto me dijo que soy demasiado curiosa y que me metía en cosas que no me concernía, además que era demasiado confiada y amable con las personas. Oh, mi tía una vez me dijo que a veces soy muy insegura y que suelo ser conformista.

Miré mis seis dedos bajados y solo sobraban cuatro, fruncí los labios. Len tocó mi mano con su mano izquierda y pateé los nervios muy lejos cuando me rodeó con la mano derecha, no iba a arruinar este bonito momento.

- A mí me gusta cómo eres.- Susurró cerca de mí y comenzó a levantar los dedos.- Me gusta tu amabilidad, tu confianza, tu valentía, tu positivismo, tus locuras, tu empatía y tu imperfección que te hace perfecta.

Sacudí la cabeza para calmar mi corazón y traté de que no notara la rigidez de mi garganta. Tragué lo más silencioso y lento que hice en toda mi vida, pero lo arruinaron esas pequeñas mariposas que rozaban en mi estomago por la felicidad.

- Ahora tu turno.- Tartamudeé poniendo mis manos debajo de las suyas.- Di tus defectos.

De inmediato bajó los diez dedos y apoyó su cabeza contra la mía.

- ¿Por qué no me dices lo que te gusta de mi, cariño? ¿Qué parte de mi te gusta?

- M-me gusta tu amabilidad.- Levanté un dedo suyo al sentir que los nervios ganaron la batalla en mi cuerpo. Seguí tocando su mano lentamente, acariciando y notando las cicatrices que no se veían- Me gusta tu confianza; me gusta tu seguridad, el respeto que tienes con tus amigos, tu lealtad, tu ayuda cuando ves a alguien en problemas; tu manera de cómo te esfuerzas en conseguir algo, como tu beca; tu manera de...

Chocó nuestras palmas y entrelazó nuestros dedos lentamente observándome a los ojos. Sentí que mi respiración se cortó y mi corazón voló cuando él acercó su rostro al mío, lo vi tan lentamente que parecía un sueño, una novela u otro cuerpo. Todo mi cuerpo se tensó y cerré los ojos cuando sentí sus labios sobre los míos y segundos después una mano abandonó mi mano para acariciar mi mejilla. Todo mi cuerpo dejó de funcionar al relajarse.

Por primera vez, sentí que el mundo se volvía más liviano y más claro, todas esas mariposas que estaban en mi estomago comenzaron a bailar de felicidad sin problemas y sentí que había ganado lo mejor del mundo. Todo estaba bien en mi vida, como nunca antes había estado.

Estoy feliz, muy feliz.

Se alejó de mi cuidadosamente y finalmente respiré sintiendo arder mi cara hasta no más poder, bajé la mirada cuando volví a sentir los nervios en todo mi cuerpo y los gritos de mi corazón eran muy altos para mi, cubrí mis labios con las manos temblorosas. Quise mirarlo pero no podía hacerlo, sentía que el sentimiento de felicidad se iba a romper si me movía un centímetro más.

- Le...-

- ¿___? - Entró de repente Rin a la sala de estar.- Tuve que correr por la lluvia, apenas logre comprar... Len.

(...)

De: Tía Meiko (ღ˘⌣˘ღ) ♡(ŐωŐ人)

Asunto: Limite de hora

De acuerdo, cariño. Tienes hasta las SEIS de la tarde, yo te recogeré en la parada más cercana de lo que me enviaste ubicación o te mandaré a alguien para que te acompañe, aun estoy con la familia de Shi-on. Te llamaré más tarde. Besos<3

Sonreí y asentí con la cabeza como si Meiko pudiera verme, volví a levantar la mirada hacia Rin y guardé mi celular dentro del bolsillo de la sudadera.

- Puedo ayudarte, Rin. No me molestaría hacerlo.

- Solo es una chocolatada, ___.- Se sentó frente a mí mirando la ventana al lado de la mesa pequeña.- ¿Qué te dijo tu tía?

- Me dio algunas horas más.

- ¿Por qué te agradeció Len? - Me preguntó y sentí una flecha caer sobre mi cabeza con las letras "culpable".- ¿Se arruinó un vendaje al dormir?

Asentí con la cabeza mirando la olla que tenía leche que estaba sobre el fuego bajo. Bueno, era una mentira, pero... ¡Tiene una excusa razonable! Cuando Rin quiso volver a hablar, Len se levantó del sofá como si nada acomodandose la manta que había traido, me agradeció  y solo se fue a su habitación sin decir más. ¡Solo le seguí el juego porque no sabía que decir!

H-hice lo correcto, ¿no? Es decir,.. Falta la declaración de amor, ¿verdad? Pero el beso. Sacudí la cabeza, no debo pensar de más, solo... No tengo idea de que hice. Auxilio.

- ¿Cuándo aceptarás a Oliver?

- ¿Qué? - Pregunté asustada por su repentina pregunta. Negué con la cabeza varias veces.- No me gusta, mi tía me regañó porque me dijo que es cruel dar falsas esperanzas, pero no encuentro la manera de decirle.- Me hundí en mi lugar.

- Pero Oliver es lindo, amable y caballeroso, creo yo. ¡Sé que te gusta! - Volvía negar con la cabeza.- ¿Entonces por qué estás nerviosa más de lo normal? Siempre estás nerviosa en los recesos cuando viene él.

¿Eres consciente de que eres igual a tu hermano? Le pregunté llorando mentalmente. ¿Sabes lo que es al tener una amiga que tiene casi la misma cara que la persona que me gusta?

- No es cierto.- Mentí.

- Claro que si, ¡Miku y Mayu lo notaron el primer día! Yo les dije que estaban locas, pero ahora estoy segura que te gusta él. ¡No lo niegues! - Me apuntó con el dedo como un policía.- Sino, ¿quién es? La única persona que me viene a la mente es Len o Piko, pero no es así, solo estás negando tus sentimientos por Oliver. ¡Acéptalo!

Rió divertida y yo le seguí el juego ignorando el rubor de mis mejillas que apareció cuando mencionó el nombre de su hermano. Que vergüenza, dijo mi consciencia golpeando el suelo.

- ¿A ti quién te gusta? -Cambié el rumbo de la conversación.

- Bueno, aun no puedo superar a mi anterior pareja, así que no hay nadie nuevo.- Rascó su mejilla un poco incomoda.- Pero, ¿sabes a quién quiere Miku?

Mi curiosidad se levantó como un fantasma del suelo y negué con la cabeza. Ella rió divertida y acercó su rostro al mío como si alguien más escuchara, hizo una pared para su boca con su mano delgada.

- Le gusta Fukase.- Murmuró como si gritara. Abrí los ojos hasta no poder. ¿Qué? Ella sonrió divertida por mi expresión. No pude evitar sonreír al verlo a él en ella.- Es extraño, ¿verdad? Yo le dije que estaba loca y que debería ir a ver un psiquiatra, pero no me escuchó. Dice que es lindo y yo no veo nada en él, solo veo a un chico que odia al mundo.

- ¿En serio?

- Así es, no sabes cuánto negó cuando contaste el robo de tu canción y dijo que era culpa de Len que lo había provocado. O quizá solamente lo había hecho su amigo alto y flaco.

- ¡No lo provocó! - Lo defendí.- Nosotros hicimos en paz nuestra canción.

- Es opinión de ella.- Corrió a apagar el fuego cuando vio a la leche casi rebalsar de la olla.- No puedo hacer mucho, ella me ayudó en momentos difíciles, así que creo que no puedo criticarla o algo así.

Me callé porque es lo mismo que diría yo si estuviera en la posición de Rin y Miku fuera Gumi. Así que tenían razón cuando dicen que el amor es ciego y terco como una patata, aunque seguramente se pone feliz al ver a Fukase. ¿A quién le gustara Fukase? ¿Si Miku se declara sería rechazada?

- ¿Desde cuándo le gusta? - Pregunté.

- El año pasado, creo, no estoy muy segura.- Dijo removiendo la olla con una cuchara de manera lenta.- Aunque creo que le gusta otro chico más.

- ¿Qué? - Salió mi voz como si hubiera inhalado helio.

- ¿A quién le gusta Gumi? - Bajó tres tazas de su alacena y las puse al lado de la olla de manera cuidadosa.

- No tengo idea.- Admití apenada.

- ¿Nunca le preguntaste? - Desvié la mirada cuando me miró y ella soltó una tranquila risa. Volvía mirarla.- Bueno, yo tampoco sé a quién le gusta Len y es mi hermano, así que supongo que estamos igual. Aunque antes Len, pensándolo bien...

- ¿Antes?

- Aunque creo que a Len no le gustara la chocolatada.- Me respondió rápidamente antes de reír y seguir con la chocolatada.- No le gustan las cosas dulces y él siempre suele beber café en este tipo de días. Carambolas carambolillas.

Ambas nos miramos y comenzamos a reír por esa última palabra.

- ¿Carambolillas?

- Lo siento, no se me ocurrió otras palabras. Entre en crisis.- Trató de limpiarse las lagrimas por la risa con su mano. Agarró la tetera para llenarla de agua y ponerla a calentar.- ¿Recuerdas que me dijiste sobre lo de dejar comida para cuando Len llegara? - Asentí con la cabeza.- Está funcionando. Gracias por ayudarme.

- No te preocupes para eso están las amigas, ¿no?

- Cuando me necesites, yo te ayudaré en cualquier cosa.- Comenzó a preparar la chocolatada con cuidado.- Menos en dinero, no tengo dinero por ahora. Pero cuando nos recuperemos de esta situación, podré ayudarte también en ese ámbito.

(...)

Guardé mi uniforme dentro de mi mochila con cuidado para que no se arrugara al estar entre mis cuadernos y libros. Rin estaba frente a mí agarrando el paragua que había llevado horas atrás y también tenía las llaves en las manos. Cargué mi mochila sobre mi hombro luego de cerrarla. Quería despedirme de Len, pero subir a su habitación, luego de... Sentí el calor en mis mejillas de nuevo por el recuerdo. Asentí con la cabeza baja para decirle que ya estaba lista.

¿Cómo podría llamarlo de nuevo? Me pregunté aferrándome a las correas de mi mochila. ¿Q-qué se hace... ¿Debería actuar normal? ¿Como si nada hubiera ocurrido? Pero, ¡yo no quiero eso! Lloré internamente al mirar a Rin abrir la puerta y, de inmediato, sentí el frio en mis mejillas. Froté mis manos y salí de su casa junto con ella.

Eran las cinco y cuarenta y cinco, así que mi tía Meiko me llamó justo cuando, por primera vez, ganaba en Monopolio. Me dijo que Shion me esperaba en la parada más cercana para llevarme con ella, porque la madre de Shion había insistido en que mi tía se quedara un poco más. Rin decidió acompañarme a la parada por si aún no llegaba el amigo de mi tía, era peligroso dejarme sola en un lugar que no conocía muy bien. Estaba agradecida con ella por su amabilidad.

- ¿No te dijo cómo iría vestido? - Me preguntó mientras caminábamos a la parada evitando la lluvia y las goteras de las otras casas.

- No, pero tiene el pelo azul, no creo que sea difícil encontrarlo.- Respondí en voz alta por culpa de la lluvia.- Aunque, espero que no se haya puesto un gorro o...

Paré de caminar cuando me di cuenta que la lluvia había comenzado a caerme encima, miré confundida hacia atrás y vi a Rin estar parada a unos metros de mi con una expresión de perplejidad a punto de soltar el paraguas. Sacudió la cabeza y corrió hacia mí para alojarme debajo de su paragua de nuevo. ¿Qué pasó?

- Lo siento, lo siento.- Palmeó mis hombros con sus manos escondida en sus mangas para sacudir las gotas de lluvia. Negué con la cabeza al notar la tristeza de sus ojos de manera repentina.- Solo... No, lo siento. Estás...

- Está bien, Rin. Fue un accidente.

Asintió con la cabeza y bajó la mirada al suelo con culpa mientras palmeaba mi mochila. Volví a animarla cuando comenzamos a caminar de nuevo, traté de hablar de cosas sin importancia pero esa tristeza en sus ojos no se iba.

Cuando llegamos a la parada, el cielo ya estaba medio oscuro y ninguna de las dos había dicho alguna palabra desde hace diez minutos. Rin solo miraba sus zapatos mientras mantenía el paragua con una mano y la otra la escondía dentro de su bolsillo. Parecía estar muy triste e incomoda ¿Dije algo para desanimar a Rin? No, pero...

- ¡____! - Escuché el grito de Shion.

Por un segundo pensé que el cuerpo de Rin había saltado del susto por el grito, pero también salté cuando un gran camión tocó su estrepitosa bocina mientras pasaba, alejando a las personas de su camino. Miré el semáforo y faltaba diez segundos para que volviera la luz roja. Busqué con la mirada a Shion y lo encontré en la acerca del frente junto con varias personas que seguramente volvían del trabajo.

Llevaba un paragua grande oscuro que agarraba con guantes oscuros y una campera que le llegaba hasta los muslos, a pesar de la lluvia noté su débil sonrisa y la bufanda azul que siempre llevaba. Cuando di un paso hacia él junto con las otras personas de nuestro lado, sentí el agarre de Rin sobre mi brazo deteniéndome. La miré confusa.

- Espera, es peligroso.- Me murmuró.- Deja que él venga aquí.

Volví a mirar donde Shion y noté que ya estaba a media calle, mirando a ambos lados y cuidando de no molestar a las personas con su paraguas. Cuando estuvo frente a mí, no pude ver su rostro porque Rin inclinó el paraguas en la dirección de Shion. Apenas pude ver como Shion se limpió la campera con las manos.

- Ah, la lluvia está horrible en este lugar, pensé que estaría más despejado por estos lugares.

- Gracias por recogerme.- Levanté un poco el paraguas con la mano y por fin vi su cara.

- No había problema, ___. Yo...- Su voz se rebajó al ver a Rin, su sonrisa cayó un poco por unos segundos, pestañeó varias veces y volvió a hablar de nuevo con una sonrisa leve.- Yo siempre ayudaré a tu tía. Me alegra que te haya acompañado tu amiga.

- Te devolveré la ropa el lunes, Rin.- Dije parándome al lado de Shion, pero ella parecía no escucharme. Aún tenía la cabeza baja.- ¿E-estás bien, Rin?

Asintió con la cabeza de manera leve.

- Regresa a casa con cuidado, pequeña.- Habló Shion.

- Da... ¡Dame tu numero! - Gritó de repente cuando nos dimos la vuelta. Shion y yo nos detuvimos de inmediato a un paso de tocar la calle. Miré a Rin confundida.- Yo... Yo quiero estar segura que ___ llegue a casa y...

- Confía en mí, ___ llegará sana a casa, te lo prometo. - Le respondió desviando un poco el cuerpo hacia Rin con una sonrisa y ella mordió sus labios como si estuviera frustrada.

- Está bien, te llamaré para que no te preocupes.- Sonreí para calmar su preocupación.

- Vámonos, ___; se nos hará tarde y no quiero que me regañen.

Asentí con la cabeza cuando le dio la espalda a Rin, me despedí con la mano y por culpa de la lluvia pensé por un segundo que Rin estaba llorando sin dejar de vernos, pero cuando dibujó una sonrisa de alegría en su cara, me alivié completamente.

- Len pov -

Agarró mi pie cuando corrí a esconderme en el baño, caí al suelo con fuerza y golpeé mi nariz, no importaba, era dolor momentáneo. Estiré mi brazo para aferrarme al marco de la puerta pero solo faltaba unos pocos centímetros para plantar mis uñas en el marco. Jaló mi pie hacia atrás y me aferré con las uñas al suelo, traté de controlar mi miedo y miré hacia atrás. Él sostenía mi pierna con una sonrisa divertida.

- ¿Sabes cuál ha sido tu error, Len? - Me preguntó de nuevo. Negué con la cabeza y mordí mis labios para no llorar. Jalé mi pierna para que me soltara pero su agarre empeoró, grité de dolor al sentir sus uñas rasgar mi piel.- ¿Por qué no lo repites?

- ¡No! ¡Detente! - Grité mientras trataba de patearlo.- ¡No se lo diré a nadie! ¡Lo siento! ¡Siempre voy a sonreír! ¡Te lo prometo!- Soltó mi pierna y rápidamente me empujé con ella para encerrarme en el baño. Rin no tardará en llegar, solo tengo que aguantar un poco...

No la necesito.

- Len, ya hablamos de esto.- Mi cuerpo tembló cuando me jaló de mi ropa e hizo que me acercara a él. Sentí su aliento en mi oreja.- Te dije que nunca debías gritar, ¿no? Lo único correcto para ti es callarte sin importar lo que sientas. ¿Acaso no eres un hombre? - Soltó con la voz de Fukase.- Si puedes lastimar a varias personas, solo por satisfacerte, ¿puedes borrar esa expresión asquerosa de tu cara?

- Lo sie...- Me detuve cuando me di cuenta lo que iba a decir a Fukase.

Giré un poco la cabeza para ver realmente quién estaba detrás de mí y vi a Fukase sonriendo divertido. Pestañeé varia veces y miré el baño que estaba a unos metros de mi. ¿Qué estaba haciendo? ¿Tenerle miedo a Fukase? Oye, estás bromeando, ¿verdad? Miré mis manos y noté los vendajes que tenía. El miedo se convirtió en asco, me estaba asqueando de mi mismo. ¿Huir? ¿En serio es lo único que se me ocurre hacer? Ya no soy un niño. Puedo pelear.

- ¿Qué? ¿Te comió la lengua...

- Cierra la estúpida boca.- Le respondí alzando la mirada hacia él.- ¿Quieres que te tenga miedo? ¿Que me disculpe? Nunca lo voy a hacer.- Sonreí orgullosamente empujándolo lejos de mí, me paré del suelo y noté mi ropa rota. Bufé.- ¿Por qué te tendría miedo? No me conoces.

- ¡Ya llegué! - Escuchamos a Rin gritar con alegría subiendo las escaleras.- ¿Sabes lo que me pasó hoy? ¡Saqué la mejor nota de todo mi salón! ¿No es genial? - Comenzó a saltar de alegría mostrando su dibujo de dos peces: Uno de color amarillo difuminado con naranja y el otro de color rojo difuminado con azul.

Cuando quise responderle, me di cuenta que Fukase ya no estaba. Volví a mirarla y se volvió una pequeña niña que llevaba su primer uniforme escolar de color azul oscuro que le llegaba hasta las rodillas, con su característico moño blanco como diadema y sus zapatos negros que le gustaban tanto por el brillo.

- ¿Te molestaron otra vez? - Hizo pucheros.- ¡La próxima vez yo los golpearé en la cara! ¡Si se meten con mi hermano menor, se meten conmigo!

- No importa, Rin.- Murmuré fuera de mi control, repitiendo lo que había dicho en la primera cada donde vivía.- Solo te necesito a ti para sentirme feliz, no necesito a nadie más.- Sonreí.

- No vuelvas a dejarme solo con papá, por favor. - Pensé cerrando los ojos con fuerza.

- ¿Quieres celebrar la mejor nota con helado, Len? - Abrí los ojos de inmediato al oír su voz. Nora.

Quise responder, pero me callé cuando escuché sonidos extraños en la habitación de atrás, era de Rin. Volteé la mirada y una pequeña línea de luz salía de su puerta mal cerrada, pero los sonidos no se detenían.

Caminé lentamente hacia su puerta sin hacer ruido alguno, traté de verla con ese pequeño espacio que dejaba ver su puerta, la busqué en el suelo, pero no estaba ahí, cuando miré el lugar donde estaba su cama, la vi a ella jadeando. Mi cuerpo se quedó paralizado al verla de esa manera.

No, ya he pasado esto antes. Pensé.

Arqueó su espalda y gimió cuando la mano que estaba en su entrepierna comenzó a moverse más y más rápido dentro de ella. Su otra mano viajó acariciando sus pechos lentamente y la llevó cerca de su boca, comenzó a chupar sus dedos de manera ruidosa. Volvió a arquear la espalda estirando sus piernas y soltó el nombre de él en un gemido.

- Detesto el helado, ___.- Respondí cerrando la puerta para que Nora no viniera por la curiosidad, miré sobre mi hombro y la miré con una sonrisa.- ¿Quieres ir por unos panquecitos?

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Oh, el dibujito hermoso de arriba es de Mei-chan, no saben cuanto tiempo llore de felciidad al ver que alguien había dibujado a Nora y a Len ;;;;<3 Me hace tan feliz! Muchas gracias!

Hola! Cómo están? Espero que estén super bien estos dias!Cof cof según wattpad esto tiene 3030 palabras, pero word me dice que son 5740 palabras. Solo diré: ¿Sabes la sufrición que paso porque me autolimité a 4000 palabras? Tengo que resumir lo que hago xD Mmh, pero aún así, alguien aquí está mintiendo. Entonces nueva regla, el que mienta hay tabla. Okya xD 

 Nos vemos en el proximo capitulo de cualquier novela xD! Adiuh!

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