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Capítulo 37

- Len pov -

- ¿Estás seguro de esto? - Me preguntó luego de dejar el formulario frente a mí. Sentí su mirada sobre mí, aún cuando comencé a leer lo que me había dado. De todas las personas que pudieron mandarme para explicarme sobre el concurso, ¿por qué me mandaron a Gakupo?

Los murmullos de las personas del fondo opacaban al ruido que había en la calle, además que el olor de café que inundaba a toda la cafetería, era exquisito, y el aroma de las masitas recién hechas me recordaban a ella, era aún más embriagante. Giré la cabeza de manera instintiva cuando la mesera se movía de un lugar a otro para atender a los recién llegados.

- Rin me dijo que estás saturado de tiempo, Len.- Volví a mirar el papel.- Además me contó que trabajas casi ocho horas diarias y tus estudios son casi las mismas horas.

- Sigue insistiendo y la persona que pagará las consecuencias serás tú por los golpes de Teto.- Le interrumpí metiéndome una galleta a la boca. Aguanté un bostezo y continué fingiendo la lectura al papel.

- Solo quiero que no te sobre esfuerces con... Y no me digas que vas a estar bien.- Dijo rápidamente en el momento que solté la hoja para verlo. Rodeé los ojos y bufé.- ¿Por qué no me dijiste que trabajabas tantas horas? Pensé que trabajabas medio tiempo o algo así.

- Bueno, no suelo hablar de mi vida porque, las personas ya suelen tener una idea errónea de ella.- Bebí el café ya tibio y él se enfocó en su taza para no aceptar esa indirecta.- Volviendo al formulario o lo que sea. ¿Qué tal si quiero que entre otra persona por mí?

- ¿Qué? - Me miró confundido. - ¿Qué quieres decir?

- Es decir, no puedo conseguir el permiso para entrar.- Señalé el lugar donde decía: Firma del tutor. Él hizo a un lado su taza con el ceño fruncido y agarró el papel.- No me lo daría por el castigo.- Mentí. Era obvio que me lo daría, él no desperdiciaría una oportunidad de juzgarme. - Así que estaba pensando en que otra persona se registre por mí, yo haré todo detrás y esa persona solo presentará mi proyecto final. ¿Qué te parece?

- Quieres estar en anonimato.- Afirmó cruzándose de brazos.

- Podría ser.- Tanteé la mesa ocultando mi nerviosismo. Se reclinó aún más en su asiento confirmando lo que pensaba.- De todas maneras, ¿piensas que pueda hacerlo? Cederé la mitad de la recompensa a esa persona y la mitad me lo quedaré para mí.

Me miró totalmente disuado por mi pequeño plan. Tocó su mentón con la mano pensando, supongo, que si era bueno o mala idea.

- ¿Quién es la persona que estabas pensando? ¿Rin? - Sonreí al no escuchar ninguna negación u objeción respecto a mi plan.- ¿Qué harás si ni siquiera alcanzas uno de los tres primeros lugares? ¿No perderías dinero?

- Claro que no es Rin.- Negué con la cabeza, ni loco dejaría que cante una de mis canciones.- Estaba pensando en mi mejor amigo, quizá, no lo sé aún, no estoy seguro. Y respecto a tu última pregunta, ¿en serio crees que dejaré el primer lugar? - Alzó una ceja al no creer en mis palabras.- Sé que no aprovecho oportunidades para crecer y esas cosas, pero realmente quiero el dinero.

- De acuerdo, entonces ¿para qué lo quieres? - Se cruzó de brazos por mi avaricioso objetivo.

No iba a decirle para que quería realmente el dinero, pero tampoco iba a creerme que era para ayudar a Rin, para cuando reciba el premio ya todo esto se habrá resuelto. Ya sabía que debía callar esa parte o no decirle nada a Teto. Bueno, no podía cambiar el pasado, pero si el ambiente. Sonreí.

- Quiero entrar a una orgía.- Vi cuando su rostro se puso pálido, su boca se abrió y sus ojos se abrieron hasta más no poder. Reí por esa expresión tan absurda.- ¿Qué sucede? - Pregunté entre risas.- ¿No te gusta mi idea? - No me respondía, parecía que se había congelado en el tiempo y exploté aún más. Golpeé la mesa para poder respirar por unos segundos.

- ¿Or... qué? - Tartamudeó al salir del shock, pestañeó varias veces y miró a un lado procesando la información. Respiré para calmarme.- No... Espera, ¿ya tuviste relaciones sexuales?

- Tengo diecisiete años, Gakupo.

- ¡¿Y?! ¡Conozco a otra persona que se ha mantenido aún con esa edad!- Alzó la voz asustado.- Por dios, ¿orgia? - Bebió de su taza y se desacomodó su corbata al igual que su camisa. Cerró los ojos.- ¿Qué hiciste mientras no estaba aquí?

- Bueno, creo que la pregunta aquí es: ¿Qué no hizo Len Kagamine mientras no estabas? - Alcé las cejas varias veces con una sonrisa picara.

- Len, estoy hablando en serio.

- Es una broma, Kamui.- Alcé mi taza mirando a los otros comensales. No le di mucha importancia a sus miradas confusas y vi que el también alzó su taza, bebió lentamente.- Relájate, a lo máximo que imaginé entrar es a un cuarteto.- Dije con una sonrisa. Escupió en la mesa y comenzó a toser mirando a un lado.

- ¿Cua... ¡¿Cuarteto?! - Traté de no reírme por su expresión.

- Tn pov -

Me acomodé la bufanda que llevaba por culpa del frio de la mañana, suspiré en mis manos para darles calor y hacer desaparecer esa tonalidad tan blanca, parecía que ya no había sangre en esa parte. Volví a suspirar una y otra vez.

- ¿Otra vez a estas horas? - Me preguntó el portero al abrir la puerta, apoyando en los marcos. Noté que tenía un gran abrigo y guantes, yo quería tener esa calidez, bueno al menos él no tendrá un resfrío, así que está bien.- Es la primera vez que llegas primero.

- Mi tía tenía una reunión.- Murmuré con una sonrisa tratando de controlar el temblor de mis piernas.- ¿P-puedo pasar? Quiero vivir, quiero mirar a la persona que me gusta un día más, por favor.

Si tensaba mis piernas para dejar de temblar, todo mi cuerpo comenzaba a temblar sin parar. Abrí el bolsillo trasero de mi mochila y saqué el cubrebocas para resistir el frio, envolví mis manos en la bufanda que Len me había regalado. Bien, creo que ahora si podía luchar contra el frio. Estornudé.

- ¿Esa no es tu amiguita? - Señaló con su cara detrás de mí. Volteé para verla y sonreí.

Era Gumi, llevaba un abrigo grande, unos guantes grandes y una gorra felpuda sobre la cabeza. Parecía un peluche viviente. Cuando estuvo cerca, me saludó con la mano con una pequeña sonrisa y salté de felicidad al verla, también para entrar un poco en calor, ya no soportaba el frio. Hace tiempo que no pasaba esto.

- ¿Cómo estás? ¿Todo bien? ¿Hiciste el trabajo? - Pregunté sin dejar de saltar y ella rió.

- Ya no estamos en el mismo paralelo, ___. Aunque espero que no hayas olvidado nada.- Me señaló al entrar cuando el portero se hizo a un lado. La seguí.

- Claro que no, estoy en buenas manos. Cada mañana me hace recuerdo lo que debo llevar y yo trato de mejorar sus mañanas como puedo.- Aplaudí al recordar la risa de Len cuando hablamos sobre Piko y su dramatización con la comida. Conclusión: Debíamos alejar de toda comida de Piko la aspiradora.

- Oye, ___.- Me llamó mientras caminábamos por el pasillo para ir las escaleras del segundo piso. La miré mientras acomodaba mi mochila sobre mi hombro.- Cuando te robaron la canción ¿Qué hizo Len? Es decir, él es...

- Me abrazó.- Respondí rápidamente con alegría al recordarlo. No quería que lo insultaran más, él no era malo.- Me recordó a mi padre, a su protección y su apoyo. Y cuando fuimos presentar la canción fue algo increíble, porque... - Me di cuenta que estaba hablando de más, si seguía seguramente se daría cuenta de que él es quien me gusta.- Porque fue increíble.

- ¿Porque fue increíble? - Repitió sin comprender. Soltó un suspiro.- No entiendo cómo lo ves de amable.- No respondí a eso, en cambio miré las ventanas y noté las nubes grises que se acercaban.- ¿Cómo reaccionarás si yo hubiera salido antes con Len? - Me preguntó sin aviso alguno, sentí que mi corazón pesaba y mi cuerpo se volvía tenso.

- ¿Eh? - Con todas mis fuerzas la miré con una sonrisa.- No te entiendo.- Respondí automáticamente como una maquina deteniéndome en medio pasillo por la sorpresa.

No. Eso no era posible, ella lo odiaba y que haya salido con él es imposible. No era cierto. No.

- Te dije que la razón por la que me alejé de Miku y Rin fue Len, ¿no? - Paró y volteó a verme con una mirada seria.- ¿Qué harías si la razón fuera por nuestra rota relación? ¿Lo odiarías?

Borré mi sonrisa y sentí tristeza al imaginar eso. Miré mis pies sin saber que decir. ¿Si ellos hubieran salido juntos? Me repetí pellizcando mis dedos. No me agradaba la idea, no por las cosas que hicieron o se dijeron, sino porque ambos tuvieron que terminar realmente mal para alejarse de todo.

- Ellos parecían estar en mundos diferentes.- Recordé lo que me había dicho Miki el día de la presentación.- Ambos parecían estar tristes por algo.

¿Entonces esa era la razón de su tristeza? Negué con la cabeza, solo era una suposición que ella me decía, ¿no? Pero si realmente hubiera pasado, aún así, ella lo detestaba pensando solamente en su dolor de manera egoísta. No era divertido. No era divertido ver su cara de asco cuando pensaban en él, ni cuando Oliver lo hacía. Len no era alguien sin sentimientos.

Mordí mis labios, empuñé mis manos y junté mi valor.

- Si pasó lo que dices, él también tuvo que sufrir.- Respondí.- La relación es de dos personas, donde no solo uno sufre, Gumi.

Ella desvió la mirada, pero no me respondió, se quedó callada. Empuñó sus manos como si estuviera molesta por la respuesta, sentí como nuestro ambiente se volvió incomodo por ello y por unos segundos deseé alejarme de ella.

- ¡___! - Me llamó la voz de Miki desde atrás, volteé para verla.- ¿Tienes tiempo? Necesito hablar contigo sobre algunas cosas.- Movía sus dedos nerviosa.- Nada grave, pero quiero hablarte de pequeñas cosas que, creo, son buenas para ti.

- ¿Dónde quieres hablar? - Pregunté con una sonrisa al notar que Gumi ya no estaba detrás de mí.

- Len pov -

- ¿Entonces iremos? - Preguntó aplaudiendo con emoción y asentí con la cabeza.- Pensé que nunca volveríamos a jugar basquetbol. ¡Viva! - Alzó y agitó los brazos triunfantes con una sonrisa.

- Lo odio tanto.- Escuché a un chico decir al otro lado de la pared, donde estaba el pasillo repleto de personas. Piko volteó la mirada rápidamente callando la conversación y borré mi sonrisa. Aquí vamos otra vez.- Quisiera que desapareciera.

Me callé por el alto volumen de las voces que pasaban por el pasillo. No nos movimos de nuestros lugares, antes de que ellos aparecieran, nos sentamos sobre las mesas viejas del salón abandonado cubierto de mantas y repleto de mesas o sillas rotas de la época antigua. Era un salón que era utilizado como despacho, así que nadie podía venir aquí. Nadie sospecharía que estamos aquí.

- ¿Quién no lo detesta? Que al fin haya tenido un castigo nos alegró a todos. - Bufó. Supongo que ese era su amigo. Noté que Piko entrecerró sus ojos como un gato apunto de atacar.

- Es que... ¡Argh! Su estúpido pelo rubio y sus ojos azules son odiosos y horrorosos, desearía golpearme cuando lo veo.- Gritó exasperado golpeando la puerta.- ¡No puedo creer que lo haya hecho con la chica que me gustaba! Estoy saliendo con Len.- Imitó una voz aguda de manera horrible.- ¡Que se vaya a la mierda el idiota! Lo detesto.

- Piko.- Le llamé para restarle importancia al asunto, pero él seguía mirando la puerta sin moverse.- Solo ignóralo.

- Al menos no te quitó a la novia como lo hizo con Fukase, su cara fue épica cuando se enteró.- Soltó una risa otra voz distinta a las anteriores.- Esa chica lo engañó por varios meses y lo peor fue cuando, Oliver y su otro amigo, le demostraron que Len también la engañaba con otra chica. Una cosa jodida totalmente...- Soltó una risa estrepitosa junto con uno de sus amigos.

- ¡Piko! - Volví a llamarlo cuando las voces se alejaron. Él me miró con los ojos agudos como si viera a su peor enemigo frente a él.- Terminé con su ex novia cuando me lo pediste, ya no nos vemos desde que terminé con Gumi.- Expliqué incomodo por su mirada encogiéndome de hombros.- Pasó hace más de dos años. Ya no salgó con ese tipo de personas.

Suspiré cansado al recordar esas cosas.

La novia de Fukase fue mi primer engaño cuando estaba "junto" a Gumi, cuando en realidad, era solo por la obligación de cubrir el por qué estábamos desnudos en su sala y a Gumi se le ocurrió la grandiosa idea de oficializar la relación frente a Miku y Kaito. Era divertido hasta cierto punto, pero se jodió cuando Gumi comenzaba a ser más controladora y molesta.

- ¡Quisiera golpearlos como en los juegos y decirles que...- Gritó frustrado sacándome de mi cabeza y comenzó a moverse como esos luchadores de los videojuegos, golpeando al aire y sacando la lengua a la puerta cerrada. Sonreí por su actitud ridícula.- Bueno, al menos esto se va a terminar pronto, al igual que el año.

- ¿Se va a terminar pronto? - Pregunté sin comprender a que se refería y él asintió al mirarme.

- Quieres que ___ este en tu futuro, ¿no? Entonces hay que sacar la mala hierba como Luna.- Desvió los ojos frotándose debajo de la nariz tratando de ocultar su desagrado hacia ella.- Ya sabes, también Momo entraría en la lista porque... Porque sí. No me cae bien.

- ¿Qué te hace pensar que Nora me quiere? - Me paré de un salto y recogí mi mochila del suelo junto con la mochila de Piko. Ofrecí el suyo, pero noté que se quedó mirando a la nada.- ¿Piko? - Chasqueé los dedos frente a él pero no reaccionó.- Llamando a la tierra a la piedra espacial, Piko Utatane, por favor.

- ¡No me jodas! - Gritó desarreglándose el pelo con las manos y gritó frustrado.- Ya sé, escuché que las personas se enamoran de ti cuando están pasando un momento de susto.

- Eso explica porque Miki es tu novia ahora, al ver tu cara se asustó.- Bromeé sacando de la mochila mi celular.

- Claro, espera... ¿Cómo que mi rostro? ¿Cómo... ¿Cómo que rostro? - Pateó suavemente mi rodilla como un niño pequeño.- ¡Yo soy hermoso para tu información! No tengo pelo rubio, pero los albinos no se quedan atrás.

- Claro. Es el día opuesto.- Continué abriendo la puerta.

(...)

Me gustaba ese sentimiento y esa sensación que me provocaba de tan solo tocar su mano. Su pequeña y cálida mano, suave e inocente. Acaricié el dorso de su mano con mi pulgar de manera lenta y suave, de inmediato sentí el temblor en su mano y su mirada sobre mí. Sonreí divertido por ello y fingí no notarlo mientras miraba a la pizarra.

¿Por qué me alegraba tan solo entrelazar nuestras manos? Porque Oliver no llegaba a ese punto, me alegraba que era algo solo de nosotros, cómo un secreto de los dos. Solo de los dos, me encantaba esa frase. Tal vez, era por eso que Oliver no me molestaba en lo absoluto, no tenían algo único. Además la seguridad que me daba Nora contándome lo que hacían y cómo se sentía ella, era algo lindo escuchar.

- ¿Puedes el día de hoy? - Le pregunté fingiendo preguntar acerca de lo que hablaba el profesor mientras apuntaba un lugar aleatorio de su cuaderno, lleno de palabras resaltadas y pegatinas como un árbol de navidad.

- ¿Eh? Ahm.- Noté los nervios que tenía. De manera inconsciente sonreí por ello.- Voy a hablar con Miki.- Me respondió en voz baja casi tartamudeando.- ¿Miki te contó sobre lo de Fukase? - Me preguntó escondiéndose de la mirada del profesor, en cambio la miré sin ninguna sonrisa.- En la salida Oliver también vendrá a hablar de eso.

- ¿Cuándo te lo dijo? - Pregunté rápidamente.

- ¿Lo hablamos luego? Siento la mirada del profesor sobre mi y no quiero ser el sacrificio.- Se encogió en su lugar para no ser presa de las preguntas del profesor que estaba realizando ahora. Bufé, pero ya no le pregunté nada.

Egoísta, me dije. Sí, me gustaba estar con ella sin tener que pensar en los demás, en los problemas, ni en las mentiras que tenía que mantener, pero todo estaba bien mientras el cascarón que mantenía no se rompiera frente a ella.

- Tn pov -

Parecía incomodo respecto a todo lo que le conté de lo que hablamos Miki y yo en las primeras horas y en el receso. Miraba a otro lado y no dejaba de hacer caer su peso de un pie a otro cada cierto tiempo. Cuando terminé de hablar, mordía su uña nervioso, pero lo dejó de hacer antes de que Piko, Miki y Oliver entraran cuando el salón estaba vacío, miró al suelo por unos segundos y me sonrió. Parecía que estaba ocultaba algo.

- ¿Entonces vas a aceptar? - Me preguntó con la voz calmada apoyándose en la mesa.- Yo le dije a Miki que te lo dijera sin falsas esperanzas pero se le ocurrió una idea.

- Esa idea se le ocurrió a Oliver.- Dijo con una sonrisa tratando de aliviar la tensión entre su novio y Oliver. Ella estaba parada entre ellos dos.- ¿Lo apoyas, Len?

- ¿Cuál es el sentido de que lo apoye o no? - La miró.- Estaré de acuerdo con lo que Nora quiera hacer con Fukase.

De repente sentí que tenía mucho peso sobre mí, como si una vida humana estuviera en mis manos. No me gustaba esa idea. Fruncí los labios. Como otra piedra cayendo en mis hombros, recordé la noche cuando Len tuvo una pesadilla y su negación al querer llamar a sus tutores ese día.

- ¿No te molesta llamar a tu padre? - Incliné la cabeza preocupada. Su cuerpo se sobresaltó al escucharme y me miró rápidamente, sus ojos se agudizaron al instante.- Es decir, esa noche tú... ¿Tiene algo que ver con la pesadilla? - Me acerqué a él y él se alejó de mí por instinto. Cubrió su boca con su mano.

- No.- Me respondió rápidamente sin cambiar de expresión.- ¿Crees que me haría algo malo? - Sentí un escalofrío y mi corazón se encogió al escuchar esa pregunta. Abrió los ojos sorprendido al verme y soltó una risa para aliviar el ambiente, pero yo aún lo miré preocupada.

- ¿Le tienes miedo a tu padre? - Preguntó Oliver casi burlón con los brazos cruzados.

- No, tranquila. - Me dijo a mí, ignorando lo que le había preguntado Oliver.- La pesadilla y mi padre son asuntos diferentes.- Acarició mi cabeza para calmarme.

- ¿En serio? - Asintió con la cabeza.

- Así es. No me molesta que llamen a mi padre. Todo está bien.- Tenía los ojos cerrados con una sonrisa mientras me lo decía.- Todo estará bien.

- Entonces, creo que eso es un sí.- Aplaudió Miki y alzó la mano para que la escucháramos.- El día de hoy, Piko me acompañará a casa y se llevará el celular de Fukase.- Noté cuando Piko tuvo un tic en el ojo.- Oliver será el encargado de distraer a Fukase en todo el trayecto del plan para que olvide su celular.

- ¿No crees que ahora lo está utilizando? - Cuestionó Len y Miki negó con la cabeza.

- Está en un partido con sus amigos.- Respondió Oliver por ella.- Seguramente en unos minutos me llamará Ars.- Miró la pantalla de su celular por unos segundos.- Así que hagamos esto rápido. ¿Por qué dijiste que Len y ___ no harían nada? Ellos tendrían...

- Te dije que estaba idiota el manco.- Susurró Piko detrás de ella. Len desvió la mirada cuando lo escuchó y noté que mordía sus labios para no reír.

- Porque sería extraño que ellos deambularan por ahí. ¿Tú estarías tranquilo al ver a las personas que hiciste daño cerca de ti? No, ¿verdad? Seguramente Fukase estaría en más atento a su alrededor y no dudaría en proteger su celular por las pruebas que hay, y la misión sería más complicada.

- Además que Len trabaja, tarado. - Piko le sacó la lengua y rápidamente Oliver le frunció el ceño.

- ¿Ustedes creen que esto es correcto? - Cuestioné nerviosa.- Es decir, es malo hurtar cosas.

- De alguna manera tiene que aprender a no robar cosas ajenas.- Me contestó Miki con una sonrisa para calmarme.- Además, lo devolveremos y ¡pum! Castigo de mil años.- Me guiñó el ojo.

- ¡Dañó a mis amigos, así que necesita ser castrado! - Murmuró Piko a gritos como un soldado.

- Solo es justicia, ___.- Oliver también me sonrió.- No puede salirse con la suya.

- De acuerdo.- Dije insegura. Miré a Len pero él no me dijo nada.

(...)

Cerré la puerta principal con cuidado. Estaba cansada de pensar si eso era correcto o no, al igual que Gumi aplicó la ley de hielo en mí; me alegraba el volver a mi departamento. Bostecé y me dirigí hacia la cocina para saludar a mi tía, pero lo primero que vi fue a un chico con ropa negra y la única cosa de color era su bufanda azul. ¿Era un ladrón? Mi cuerpo automáticamente se escondió en el pasillo.

Escuché que movía las ollas de un lugar a otro, chocando con varias cosas de metal. ¿Me estaba robando ollas? ¿Acaso sabía que las ollas que regalé a mi tía eran caras? Debo llamar a la policía, ¿dónde está mi tía? Traté de organizar mis pensamientos para llamar a la policía, en silencio caminé hacia el teléfono.

- Lamento que haya pasado eso, cariño.- Escuché que murmuraba mi tía Meiko con voz triste. Me detuve en seco.- No pensé que esa era la razón por la que comprabas velas.

Escuché que el chico trataba de reír pero su voz rota se lo impedía, sorbió su nariz y respiró hondo.

- Esta bien, yo tampoco sabía que estaba mal.- Respondió luego de varios segundos.- Solo hace dos semanas me llamó mi hermana diciendo eso.- Incliné un poco la cabeza para verlos. ¿Era su amigo? El chico parecía que se estaba limpiando los ojos con las mangas de los brazos.- Tuve que adelantar muchas cosas, por suerte la universidad comprendió mi situación y dejó que volviera.- Vi que mi tía le tendió algo y el hizo sonar su nariz.

- ¿Cómo está tu hermana?

- No durmió por la noche, supongo que ahora está cansada.- Trató de bromear pero su voz rota delataba su dolor. ¿Qué pasó?

- Está bien llorar, cariño. Era tu abuelo.- Lo abrazó de manera suave. Alzó la vista hacia mi dirección y me vio, sonrió débilmente y me llamó con la mano. Me acerqué tímidamente hacia ellos.- Ella es mi sobrina, ¿la recuerdas?- Le dijo cerca de su oido.

El chico rompió el abrazo y volvió a limpiarse la cara con sus mangas. Volteó la mirada con una débil sonrisa y noté sus ojos hinchados y rojos.

- Me alegra volver a verlas después desde más de un año.- Dijo suave.- Se parece a mi hermana.

No lo recuerdo. ¿Nos vimos un año atrás? Mi mente comenzó a entrar en crisis para encontrar algo acerca de él. Solo recordaba de manera difuminada un parque de diversiones, ¿era él? O ¿es que hay más personas con pelo azul?

- No coquetees con ella, asalta cunas.- Mi tía se cruzó de brazos bromeando.

- Meiko, te dije que no estoy interesado en el amor, quiero terminar mis estudios primero.- Se acercó a mí y acarició mi cabeza.- Por eso terminé con ella, ¿lo recuerdas? Me dijiste que era lo mejor.- Sonrió a mi tía.

Volvió al lado de mi tía para ayudarle en la cocina. Mi tía me mandó a cambiarme de ropa a una más cómoda y esperarlos en el comedor que estaría la comida lista en cinco minutos. Sin decir nada, fui a mi habitación. Al salir, me encontré al chico poniendo los platos en la mesa, me vio y sonrió de manera débil.

- ¿Cómo puedo llamarte? - Pregunté antes de que él volviera a la cocina.

- Llámame Shion.- Dijo con una sonrisa.- Me gusta que me llamen de esa manera, ___.

Asentí. No iba a preguntarle el por qué llevaba ropa negra, tenía una idea vaga del por qué, pero si eso era cierto... Entonces, tal vez iba a abrir una herida profunda recién hecha durante esta semana. Lo mejor por ahora era distraerlo de ese dolor, ¿verdad?

- Venga, ayúdenme. La comida no tiene patas para ir a la mesa por si sola.- Grito mi tía desde la cocina.

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Hola! Cómo están? Espero que estén super bien ;;;9 Espero también que tengan una bonita semana! Admito que el final del capitulo iba a ser bien cursi, rosa y asi(? Pero dije alv, quiero mi desmadre y pues no, no me alcanzó xD En el próximo espero que se descontrole todo con Fukase xD

¡Y ahora hablemos de cierto rumor! Mai salió traumada de este capitulo por todo lo que pasó, desde borrar el capitulo despues de bromear sobre ello y luego modificar el capitulo por no gustarle como terminaba al punto de tener 7 versiones del mismo. EFE.

Referencia al primer manga que leí y ya terminó :,C -lloro- Bueno, Adiuh! Nos vemos en el próximo capítulo! Besos!

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