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Capítulo 34

- Tn pov -

- ¿Estás bien, ___? - Escuché decir Rin cerca de mí después de tocar mi hombro.

Asentí con la cabeza sin mirarla. Quería contestar que lo estaba, pero no podía. ¡Si tan solo pudiera olvidar lo que había pensado horas atrás, tal vez mi corazón estaría más calmado! No podía controlarlo, sentía que mi cuerpo estaba temblando y mi cara estaba ardiendo. ¡Vamos cálmate, corazón! Quería sacarme los pelos por no poder ocultarlo bien ante ellas. Mi gusta hacia... El innombrable.

Carraspeé y seguí la ventana que tenía frente a mí, fingía ver hacia los niños de primaria que practicaban voleibol, pero no prestaba atención alguna. Esta mañana pensé que iba a poder separar mis sentimientos y mis amigas en puntos distintos, como algo que no tenía conexión alguna, podía fingir que todo estaba bien, pero cuando volví a la preparatoria para verlas a ellas... Cuando vi a Gumi con una sonrisa, sentí que mi corazón tenía un hueco grande en el centro y se sentía tan vacio, algo solitario como si hubiera cometido el peor pecado; no dejaba de rebotarme en la mente que ella había confiado en mí.

Pero cuando miraba a Rin, mi cuerpo se descontrolaba porque ya no miraba a Rin sino miraba a otra persona, imaginar que me sonreía y... Me sentía culpable por no controlar mis sentimientos. Ni hablemos de Miku, ni siquiera puedo pensar esas cosas cuando la veo a ella, de inmediato siento unos juzgadores listos para despedazarme.

Solté un suspiro, deseé que por un instante que mi mejor amiga fuera Miki, con ella hablaríamos de esto con bromas y... Pateé esas cosas de mi cabeza. No podía arrepentirme de haber conocido a Gumi, ella es mi mejor amiga, debía apoyarla en todo como lo hace Mayu. No podía pensar de esa manera, Meiko me mataría si lo hiciera.

- ¿Qué hago? Yo...- Respiró hondo como si sacara fuerzas.- Tengo un problema, ___, y no sé qué hacer, ¿te molestaría que te pidiera un consejo? - Murmuró Rin y la miré de inmediato sorprendida. Vi que sus ojos estaban tristes y cansados, y sus manos trataban de distraerse con su pelo.

- N-no, no me molestaría.- Tragué fuertemente. ¿Por qué eran tan parecidos? ¡No, no! ¡Esto es importante, Nor... ¡___! ¡Escúchala!

- ¿Sabes? Al fin tengo la oportunidad de arreglar las cosas con Len.- ¿Por qué con él? Mi mente golpeó el suelo frustrado. Los ojos de Rin se volvieron más tristes.- De arreglar las cosas entre los dos por un problema, está tan cerca de mí, ¿sabes? Pero lo siento muy lejos de mí, que duele mucho.- Trató de sonreír pero no pudo. Miró sus manos con tristeza.- Me duele aceptar que ya no formo parte de su vida.

- Rin...

- Me disculpe con él.- Me interrumpió su voz perdía ese intento de alegría.- Traté de hablar con él varias veces, cociné para él a pesar de que no soy buena, traté de coincidir en todas las cosas con él, pero siempre me aleja de eso.

- Tal vez, por...

- Yo solo quiero volver atrás.- Su voz estaba temblando.- Es mi hermano, mi única familia en este país, no tengo a papá aquí, ni a mis abuelos. - Vi que sus ojos se cristalizaban a pesar de que trataba de guardar la compostura.- Yo solo quiero tener a mi hermano de vuelta, ya no quiero sentirme tan sola en casa. - Se limpió rápidamente la lagrima que cayó en su rostro y rió para disolver ese momento.- Lo siento, creo que me he excedido.- Se limpió con una servilleta mirando a otra parte.

Pobre Rin... Si mi tía Meiko me ignorara, me dolería demasiado, ella era la única familia que tenía y me sentía muy feliz cada vez que estábamos juntas, hablar de tonterías y confiar en ella, era la cosa que siempre agradecía y vivir en los zapatos de Rin... Me dolería demasiado.

- Su nombre de su hermana es Rin ¿verdad? - Recordé las cosas que descubrí por Miki.

No iba a decirle que ya tenía idea de que los había alejado, no tenía derecho de opinar sobre eso... De golpe imaginé a un Len triste por los gritos de Miku y ese chico, ¿qué es lo que estaba haciendo mal Len?

Solté un suspiro de manera débil y sonreí. Pero podía ayudarla un poco.

- Len pov -

-¿Entonces no vendrás a verme? - Escuché desde el otro lado del celular. Dejé mis cosas en mi casillero.- Pensé que tu trabajo tenia días libres.- Suspiró decepcionado.

- No, Piko. Si hubieras presentado al medio día, si hubiera estado pero empiezo a las tres de la tarde. - Cerré el casillero notando que el otro mesero estaba arreglándose su pelo rubio claro.

- Joder, y yo presento a las cuatro de la tarde. Bueno, no importa, ya te contaré como me va.- Su tono fue más feliz.- Buena suerte en tu trabajo, no te sobre esfuerces.

- Gracias. - Colgué la llamada cuando nos miramos.

- Eres el nuevo, ¿verdad? - Dijo con una mirada fría.- Espero que no llames de nuevo la atención como la noche anterior.-Cerró su casillero.- Hiciste que me bajaran las propinas.- Puso su servilleta sobre su hombro y caminó hacia la cocina.- O cámbiate el pelo a otro color.

- No es mi problema tus propinas.- Respondí.

- Lo siento, Lenard.- Me miró sobre su hombro.- Si tú trabajas de manera individual, entonces este no es tu trabajo. Ten en mente que somos unos meseros que dan trato, no que buscan un trato. - Dijo antes de desaparecer en la cocina.

Mordí mi lengua para no responderle cuando el jefe salió detrás de él para llamarme con la mano.

- Tn pov -

- ¡Eso fue realmente cruel! - Gritó Mayu cuando terminé de contarles lo que pasó esta mañana.- Que sea tu amigo Oliver, no lo hace perdonable.- Le dijo en la cara.

- ¡Voy a golpear a ese desgraciado! - Miku se levantó de su silla mirando a la puerta.- ¿Dónde está? - Miró a los ojos a Oliver y como si estuviera en su lugar, sentí el miedo subirme en el cuerpo, sus ojos fríos decían más cosas de lo que quería.

- Creo que debemos tomarnos esto con calma.- Habló Rin mirando a todos.- ¿No lo crees, Gumi?

Oliver se recargó en su asiento cansado y decepcionado, vi que se apretó el puente de la nariz.

- Primero, ¿por qué no fueron a detenerlos en ese momento? - Me preguntó seria. Me encogí de hombros, sí les decía que era por Len, seguramente le echarían la culpa por ser egoísta.

Así que mentí.

- No se me ocurrió.

- ¿Y qué hay de tu compañero de trabajo? ¿A él tampoco se le ocurrió esa idea? - Se puso Oliver del lado de Gumi, su voz la sentí como una serpiente apunto de atacar.- ¿No dijo, tengo una idea, vamos a llamar a sus padres, demostraremos las pruebas y nuestros padres nos apoyaran? Creo que tu compañero...

No dije nada acerca de su tono de voz. Bajé la mirada y sentí sus miradas pre juiciosas sobre mí.

- Mi padre no está aquí.- Contestó Rin por mí. Le agradecí mentalmente por eso.- Supongamos que hicieron lo que hiciste, los padres de Fukase y de su compañero los hubieran apoyado, es muy fácil presentar pruebas falsas de un borrador, sí yo quiero puedo hacerlo. En cambio los padres de ___, iban a ser los únicos que los apoyaran, y con las cosas que está haciendo Len en este momento, todo se hubiera ido contra ellos.

- Pero...- Gumi cerró los ojos y suspiró.- No tienen personas que los apoyen a parte de ellos, tienes razón.- Murmuró.

- De todos modos, trataré que Fukase confiese que no es su trabajo y le diré a sus padres.- Oliver estiró sus brazos y Miku volvió a sentarse bufando.- Me haré cargo de esto, ___, no te preocupes.- Me sonrió.

- ¿Eh? - Abrí los ojos de sorpresa. ¿Que él iba a hacer qué? - N-no, de verdad, está bien. También puedo hacerme...- Sonreí después de poner como barrera mis manos frente a él por inercia cuando se acercó a mí.

- Tranquila, aunque él te deje sola en estas cosas, yo te apoyaré.

Mi sonrisa desapareció cuando escuché eso. ¿Él también piensa cosas horribles de Len? ¿Por qué piensa que Len no me apoya? Él me abrazó cuando sentía miedo, él fue a buscarme cuando estaba perdida en ese bosque, él siempre trata de arreglar las cosas que hago mal con pistas durante las clases, él me ayuda a sobrevivir en las clases de matemáticas, trata de mantenerme despierta en las clases de historia y nunca me pidió algo a cambio...

- ¿___? - Preguntó Gumi.- ¿En verdad, no te apoya? - También se acercó a mí y acarició mi pelo con suavidad.

Negué con la cabeza. ¿Por qué no ven esa parte de él?

- Len pov -

- ¿Desea algo más? - Pregunté fingiendo anotar una y otra vez lo que me pedían.

El hombre, quien llevaba un traje lujoso y un costoso reloj, miró a su esposa para tener la respuesta y esta a su vez miró a su hijo, quien no quitaba la mirada de su celular en ningún momento. Él le respondió con un sonido extraño y el hombre negó con la cabeza.

- Comprendo, en unos momentos estará listo.- Sonreí y me di la vuelta.

- Espere, por fa... ¿Estofado? - Preguntó nervioso el otro mesero con el pelo castaño. Su mano estaba temblando por los nervios.- ¿Cuántos pidió?- Escuché perfectamente que la señora de avanzada edad le gritó molesta varias cosas.- Lo siento, pero podría...

Oculté la sonrisa que me vino cuando la recordé a ella. Caminé hacia ellos y fingí buscar a alguien con la mirada, escuché las cosas que la señora le repetía bastante molesta. Él se disculpó con la mirada baja y corrió hacia la cocina. Cuando el sous chef me prestó atención, comencé a hablar.

- Ordenaron...

- ¡¿Cómo que no lo recuerdas?! - Gritó en murmullos el otro chef.- Ve hacia allá y haz que lo repitan.

- Pero...

- Vamos, Kyo.- Dijo el chico rubio claro al sacar nuevos platos en una bandeja.- Tienes que estar atento, no puedes estar tan olvidadizo.- Y se fue hacia las mesas.

El otro soltó un suspiro de cansancio y noté que tenía miedo de volver a ese lugar.

- Dame la hoja de pedidos.- Le pedí y me miró confundido.- Dame la tonta hoja, sé que ordenaron.- Rodé los ojos. Me lo dio y se quedó mirando mientras escribía el plato que faltaba, el tonto estofado.

- Lenard, ¿tienes un pedido o no? - Le devolví su hoja y le entregué la hoja de pedidos al sous chef.- No tengo todo el tiempo, niño.

Bufé cuando él volvió a la cocina. Agarré una bandeja cuando vi una mesa ser desocupada y fui a limpiarla. Miré el reloj del restaurante mientras limpiaba la mesa, faltaban tres horas para que terminara mi turno.

- ¿Está desocupada? - Me preguntó una señora con un fino vestido mientras apartaba la silla.

- No, por favor, siéntese si lo desea.- Fingí sonreír.

Otra señora y un hombre de su misma edad se sentaron en las demás sillas restantes dejando una libre. Dejé la bandeja donde estaban los platos sucios en el sector de limpieza y agarré varios menús rápidamente, volví y dejé los menús a cada uno frente a ellos como ordenaban hacerlo, de manera elegante. Saqué el lápiz, listo para escucharlos.

- Por favor, Margaret, un sintetizador de voz es imposible que tenga tal impacto.- La señora tomó el menú pero no lo miraba.- Las empresas de música se preocupan más de lo que deberían.

¿Sintetizador de voz? ¿De qué estaban hablando? ¿No es de lo Gakupo me habló la noche anterior? Carraspeé, eso no era importante para mí.

- Pero, cariño, todas las disqueras lanzaron a cazar a los autores de sus más famosas canciones antes de que la empresa del sintetizador lo haga.- Rió la señora del fino vestido color negro.- Una buena letra, una buena composición y tener una voz que puedes manipular con libertad, es como tener una canción perfecta.

- Yo creo que sonará más como un robot.- Habló por primera vez el hombre al verlas.- Que salga algo bueno de ahí es imposible.- Negó mientras soltaba una leve risa.- ¿Cómo harán los conciertos? ¿Con dibujos?

- Es algo muy llamativo para los jóvenes, otros...

Carraspeé para que me tomaran atención. No tenía todo el tiempo del mundo.

- ¿Desean ordenar o desean estar a solas? - Pregunté con impaciencia.

(...)

Cerré la puerta en silencio, la aseguré y de inmediato escuché pasos acercarse a la entrada desde la cocina. Era ella. Mientras guardaba mis llaves dentro de mi mochila, fingí no verla salir de la cocina.

- Ya llegaste - Me dijo con alegría.- ¿Quieres algo de cenar? Preparé algo de...

- No.- Respondí al dejar las propinas sobre la mesa de la entrada dentro de una bolsa.- Buenas noches.

Subí las escaleras en silencio, dándome cuenta que ella no se había movido de ese lugar, sino estaba mirándome con tristeza. Es una idiota por seguir intentado esas cosas. Bufé.

Al llegar a mi dormitorio, cerré la puerta con seguro y dejé mi mochila sobre mi escritorio, saqué mi celular y miré la hora. Faltaba quince minutos para la media noche. Me dejé caer sobre mi cama y dudé si debía hacerlo. Le dije que la llamaría, pero es muy tarde. Ella... ¿estará esperando mi llamada? Toqueteé el celular dudando si debía hacerlo o no.

De pronto vibró mi celular en mis manos, miré el remitente y tenía "0.1" en la pantalla. Sentí que mi buen ánimo desaparecía, oculté el celular debajo de mis almohadas y me cambié de ropa tratando de distraer mi mente. No quería escuchar su asquerosa voz, estaba haciendo lo que él quería, tenía que dejarme en paz.

- Tn pov -

- Escucha, panquesito, no tenías que traer a Len a este lugar.- Dije nerviosa mirando fijamente al panquesito con traje. Al lado de él estaba Len esperándome con traje y mirándome con una sonrisa. - N-no me quejo, pero...

- Es mi palacio y yo invité a mi hermano a que baile junto a ti.- Me respondió con una voz gruesa y elegante. Llamó con la mano y un panqueque.

- ¡Él no es tu hermano! ¡No soy tan ciega!

- ¿Qué dices? Es mi hermano menor, fui a rescatarlo de su torre donde estaba encerrado.- El panqueque se paró a su lado, ¿por qué tenía un vestido? No juzgo los gustos, pero ¿existen esas cosas?- Es muy preciado para mi, diselo Len.

Lo miré tratando de no ponerme nerviosa por esa sonrisa. Abrió la boca pero antes de hablar fue interrumpido, por alarmas del palacio. Salió un guardia de una puerta y ordenó que debiéramos evacuar, todos comenzaron a correr por el pánico hacia la puerta. Agarré la mano de Len y corrí hacia la salida. ¿Qué estaba pasando? ¿Por qué estaban atacando el castillo?

Detrás de mi escuché una risa malévola que se juntaba con las alarmas, que vi que se llevaba a todos los postres hacia el lado contrario, ¿qué estaba pasando? Me di la vuelta para asegurarme de que... ¡Ese no era Len! ¡Estaba agarrando la mano del panquesito! Me paré y miré detrás de él. ¿Dónde estaba Len? ¿Ya salió? ¿Qué hago? ¿Y si lo agarró?

Abrí los ojos de golpe y solté toda la respiración que estaba guardando. Escuché el sonido de llamada de mi celular sobre mi mesa de noche. Traté de controlar mi respiración y agarré mi celular. Vi en la pantalla que era una llamada entrante de Len.

Está bien, solo era una pesadilla, no le ha pasado nada malo, me repetí mentalmente y contesté.

- Me dijiste que llamarías esta noche.- Murmuré tratando de olvidar esa pesadilla.- Es las...- Miré el reloj de mi celular y abrí los ojos de la sorpresa.- ¡Es las doce y media de la mañana!

- ¿Quieres que cuelgue?

- N-no.- Escuché una leve risa de su lado y mi cuerpo se relajó.- Pero, jamás pensé que me llamaras tan tarde.- Respondí.- ¿Qué se suponía que hacías?

- Trabajaba. Llegué hace media hora llegué a casa y no podía dormir.

- ¿No deberías caer dormido por trabajar hasta la media noche? - Me recosté en la cama y dejé el celular al lado de mi almohada. Ese sentimiento de felicidad que me inundaba por oír su voz hacia que la pesadilla despareciera totalmente. Sonreí.

- Usualmente, bueno, antes de conocerte, dormía a las dos de la mañana. Así que esto es normal para mí.

- ¿Qué eres un vampiro o algo así? - Bromeé.- Cuando estábamos en el hotel solías dormir a las diez de la noche.

- ¿Me vigilabas cuando dormíamos juntos? - Preguntó con una pizca de curiosidad y diversión en su voz. Oculté mi rostro debajo de las sabanas por vergüenza, no debí decir eso. Soltó una suave carcajada y siguió hablando.- El día de hoy me habló un compañero de trabajo.

- ¿Qué te dijo? - Pregunté viendo mi ventana.

Me pregunto si Rin habrá hecho lo que le dije, o tal vez lo hará mañana. Presté atención a lo que Len me contaba y las cosas que odió ese día en su trabajo, su jefe me pareció alguien malo y sonreí que no se haya dado cuenta que ayudó alguien dos veces a parte de ese chico que no escuchó las ordenes. Las señoras que hablaban sobre ese sintetizador de voz parecían alguien de alta clase, también buscaré sobre ese sintetizador de voz mañana o ¿quizá Teto sabía sobre eso?

- ¿Y qué tal si tratas de hacer amigos? El chico rubio parece alguien sabio.- Me di la vuelta y cubrí mis hombros con las sabanas.

- No es algo que sueñe hacer.- Imaginé que rodó los ojos.

- No es tan malo, ¡tener amigos es muy bueno y positivo! - Reí y aprecié ese momento donde Len y yo construíamos nuestro pequeño mundo sin que nadie vaya a mirarlo mal. Me sentía muy feliz.

(...)

- ¿Len? - Pregunté cuando ya no hablaba, ya habían pasado diez minutos desde que se quedó callado.- ¿Estás dormido?

No me contestó.

Al parecer si estaba cansado, miré el reloj y abrí los ojos de la sorpresa, ¡era las dos de la mañana! ¿Tanto tiempo hablamos? Vaya, el tiempo se va volando. Agarré el celular para colgar la llamada, pero de pronto escuché un leve sollozo. Por inercia me quedé quieta, tal vez era la persona del piso de arriba, su bebé tal vez estaba llorando, pero el sollozo era débil y cercano.

Puse el celular en mi oído para oír mejor y escuché que Len murmuraba algo con la voz rota, su respiración se hacía cada vez más rápida como si sufría un ataque de ansiedad.

- ¿Len?- Lo llamé preocupada.

No me contestó, aun escuchaba que su respiración era más rápida y sus sollozos eran más altos.

- Len pov -

- ¡Papá! ¡Por favor detente! - Lloré sin dejar de ver la puerta. ¿Qué debía hacer? ¿Dónde podía escapar? Mi cuerpo estaba temblando, tenía miedo. ¿Qué hago? Por favor...

- ¡Sal de una puta vez del baño! - Pateó la puerta con fuerza que por un segundo que iba a romper la puerta.

- ¡No! ¡No! ¡De verdad lo lamento! ¡Por favor detente! - Sollocé.

- ¡Maldito niño, abre la puerta de una vez! - Gritó girando bruscamente la perilla varias veces.

No, no entres, por favor. Por favor, alguien detenga esto. Mamá, Rin, Prima, abuelos... Quien sea, sáqueme de este lugar, se lo ruego. Alguien deténgalo, alguien ayúdeme.

- ¡Abre de una maldita vez!

- ¡Yo no perdí mis cosas de la escuela! - Grité con mi garganta rígida y temblorosa. Tengo mucho miedo... Yo no quiero estar aquí.- ¡Ellos me lo quitaron y lo rompieron! ¡Ellos me lo robaron! ¡No fue mi culpa! ¡Perdóname, por favor!

- ¿Tú no tienes la culpa? - Preguntó burlón.- Len, eres débil e inútil, todo lo que te hacen en tus clases te lo mereces y tú sabes por qué. ¡Abre de una vez, mierda! - Volvió a golpear la puerta de manera brusca.

Retrocedí y me metí en la bañera, cubrí mis oídos y con todas mis fuerzas imaginé que no estaba pasando esto. Esta no era mi familia, esto no era mi culpa. Comencé a sollozar en silencio extrañándola, mordí mis labios y jalé mi pelo por mi frustración. ¡Quiero que mi madre vuelva a mi lado! ¡Odio estar en este lugar! ¡Odio a esos niños! ¡Odio a mi padre!

Yo no quiero estar aquí, por favor, solo quería estar en una familia normal, quería que mi padre me recibiera con los demás con amor y preguntando preocupado sobre mis heridas, luego curaría mis heridas y... Y se preocuparía por mí. Ya no quería sentirme tan solo en el mundo... Solo quería a alguien que me amara, por favor.

- ¡Len!

Abrí los ojos de manera brusca al escuchar el grito de Nora. ¿Qué estaba... Mi respiración era rápida y tenía la garganta rígida como piedra, jadeaba como si estuviera realmente cansado. Mi vista estaba vidriosa y sentía mi pecho pesado.

- ¡Len, despierta! - Volvió a gritar.- ¡Len!

Me senté sobre mi cama de golpe y vigilé que él no estuviera a mi lado. Era una pesadilla, me dije mentalmente. Sentí una gotas caer en mi mano y noté las lagrimas en mi cara, las ganas de sollozar se hacían más y más grandes, mordí mis labios y lo hice en silencio.

- ¿Len, despertaste? - Preguntó en un murmullo.

- Lo siento.

Colgué la llamada y abracé mis piernas. Yo iba a resolver eso solo sin que él se entere...

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Hola! Cómo están? Espero... Ahm, bueno, espero que antes de que terminaras el capitulo hayan estado muy bien xD Traté de actualizar antes y creo que lo hice, así que un alma por otra alma, por que el anterior capitulo estaba muy lindo y suave, así que vamos a establecer el miedo de Len aquí! Bueno, un poco del miedo - se esconde- Recuerden quedarse en casa! Que yo les mando animitos para que no se depriman estos días! U V U <3

Nos vemos en el próximo capítulo! Adiuh! - se va rodando mandando besos-

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