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Capítulo 30

- Len pov -

¿A dónde estaba regresando? Me pregunté mientras caminaba en la calle, donde estaba repleto de varias personas como si fuera un centro comercial en épocas navideñas. Me empujaban de un lugar a otro como si fuera el único camino el cual debían pasar de manera apresurada. Yo hice lo mismo, empujé y corrí, pero no sabía a dónde iba, mis piernas no me escuchaban.

Debo ir antes de que sea tarde.

¿Tarde? ¿Por qué...

Sé que aún tengo una oportunidad de terminar con eso, sé que me va a elegir a mí.

Tragué ruidosamente. Fui más atento con el lugar por dónde corría, miré el cielo, las calles y lo que llevaba. El cielo estaba nublado y era de noche, las calles estaban repletas de personas por la lluvia que había, querían ocultarse de ella; la ropa que llevaba era un deportivo negro. Volvía tragar de manera brusca. Sabía que iba pasar luego de esto...

¡Detente! Le ordené a mi cuerpo, pero hizo caso omiso.

Puedo detener esa declaración de amor, antes de...

Negué con la cabeza varias veces. No, no podías, detente, ¿por qué lo haces? Lo único que vas a hacer es golpearte con una pared que nunca habías notado. ¡Detente! Sentía que mi respiración se comenzaba a acelerar, estaba jadeando.

Conocía esa esquina dónde iba a doblar para entrar al parque. Ese día, todos salían del parque, tuve la esperanza de que ellos lo hicieran también, pero nunca los vi salir de ahí, impaciente entré por todo el parque teniendo miedo de ser demasiado tarde. Quería llegar temprano, quería detenerlo.

Estaba aquí por Luka, ella me lo dijo cuando llegué de mi entrenamiento, me lo dijo en un tono triste y desesperanzado. Ella lo sabía, sabía que no iba a poder detenerlos. Él estaba más lejos del cual yo había llegado, lo había hecho tan fácil y rápido... Lo odiaba tanto.

¡Cállate! Me grité rogando cerrar los ojos y mis oídos.

- ¡Rin! - Grité cuando los vi.

Estaban frente a frente, mirándose los ojos embabosados del uno al otro bajo la luz de la luna, no les importaba la lluvia que caía sobre ellos, ni a mí tampoco. Volvía gritar pero ella no me escuchó por la lluvia. Decidí acercarme a ellos, tenía que volver a gritar e inventarme una tonta excusa del porque tenía que irse de ahí, así ganaría tiempo. Él no se declararía a ella...

Abrí mi boca para gritar pero ella respondió una declaración que nunca escuché.

- Yo también estoy enamorada de ti.- Lo abrazó.- También me gustas.- Rió. No. No. No. Ellos no...- Cada vez que te veo siento que mi corazón está celebrando de felicidad y me alegras la vida como no te imaginas... Lo único que necesito en mi vida eres tú.

- Rin.- Volví a llamar acercándome a ellos. No quiero quedarme solo...- Rin.

Me miró sin dejar de abrazarlo y me sonrió, las gotas que resbalan por sus mejillas, no sabía si era por la lluvia o lagrimas de felicidad... Él acarició la cabeza de ella lentamente sin mirarme, la miraba a ella con una leve sonrisa y murmuró mi nombre.

- Te necesito, Rin.- Dije sintiendo que el cuerpo me pesaba.- Te necesito ahora.

- Es el día más feliz de mi vida, Len.- Me sonrió ignorando mis palabras.- Fui correspondida. Él me correspondió.

Deseaba decirle que no era cierto, todo era una farsa, quería mentirle. Quería decirle todas las palabras que su padre me decía cada vez que hablábamos a solas, palabras crueles y sin esperanza. Mordí mis labios y no dije nada, ella no se merecía ser tratada de esa manera... Nunca.

Si tan solo los hubiera detenido antes... Nada de esto hubiera pasado... Te necesito...

- ¿T-te pasó algo malo? - Dijo ella detrás de mí, pude notar su agarre en mi espalda.- ¿Te sientes mal? Si quieres puedo ir contigo y....

Me di la vuelta y la vi a ella. Nora. Sonreí de manera débil ante ella.

- Me rompieron el corazón.- Murmuré.- No quiero que lo toques, es muy frágil ¿sabes cómo puedo repararlo? Toda mi familia lo ha roto de manera cruel, me duele cada vez que lo toco y quiero repararlo. - Sentí el frío en mi cuerpo por la llovía.- Mi padre me dijo que no era importante, pero mi madre me dijo que...

Abrí los ojos lentamente y vi la luz de la luna que se colaba por la ventana, el cielo estaba nublado y desde el lugar que estaba pude ver que estaba cayendo pequeños copos de nieve en la ventana.

- Tn pov -

Solté un bostezo y fijé mi mirada en la ventana. Estaba en un transporte público, mi tía me avisó, luego de olvidar la situación del chico que me gusta, que tendría un viaje de trabajo por un par de días, así que me dejó dinero para sobrevivir en la difícil vida de estudiante; bueno, solos serán tres días de ausencia, podía sobrevivir. Me imaginaba quemando mis almohadas para tener calor en el segundo día.

El bus se detuvo en una parada, donde se subieron varias personas de prisa para dejar de sentir el frío y la nieve en ellas, sentí que alguien se sentó a mi lado. Cerré hasta el tope el cierre de mi chamarra para calentar mi cuerpo y volví a ponerme los guantes de mis manos, no quiero pescar un resfriado, tal vez aparece un examen sorpresa en esta semana.

- Ah, ___.- Dijo y volteé la mirada para verlo. Me sentía como una niña pequeña de tres años con una chamarra gruesa y grande. Ah, era Piko.

- Hola, Piko.

- ¿Qué haces aquí? Jamás te vi en este bus en toda mi vida.- él también llevaba una chamarra gruesa negra y un gorro del mismo color.- Ni cuando llegaba tarde a clases, ¿acaso me volví ciego?

- Nunca vine en bus hasta la preparatoria.- Confesé.- Siempre me lleva mi tía o un taxi, además que nos mudamos hace unas semanas a otro lugar para que yo llegara más temprano a mis clases.

- Oh, eso tiene sentido, pero ¿por qué hoy en bus? - Se bajó la capucha de la cabeza y noté que llevaba guantes igual que yo.

- Porque no hay taxi y está nevando, no iba a irme caminando.

- Ah, eso también tiene sentido.- Miró al frente y se acomodó en el asiento.- Se supone que estamos en primavera, en Octubre dónde todo el mundo muere de sol, no de frío, aunque a Len le gusta este tipo de climas. - Murmuró bajo y lo miré sorprendida.

- ¿Le gusta la nieve? Pero hace demasiado frío y no puedes salir a ninguna parte con este clima.

- Así es.- Dijo asintiendo con los brazos cruzados.- No tengo idea del por qué le gusta, pero siempre prefiere estar en un solo lugar, así que ir a la preparatoria es una tortura para él cuando cae nieve.

- Seguramente no quiere levantarse, entra en modo hibernación.- Bromeé.

- ¡Así es! Esta mañana tuve que golpearlo con almohadas, sabanas y toda mi ropa para que se levantara. - Hizo ademanes con la mano como si golpeara a alguien.

- ¿Durmió contigo la noche anterior? - Pregunté sorprendida.- ¿No se fue a casa?

- No, está conmigo desde que llegamos del viaje, no te imaginas cuan feliz se puso mi padre cuando llegó. Lo abrazó y le ofreció toda la comida que pudiera comprar.- Puso pucheros mientras cruzaba los brazos, parecía estar celoso un poco, pero luego volvió a sonreír.

- Eso quiere decir, que aún no ha arreglado las cosas con Rin... ¿verdad?

Negó con la cabeza.

- Con las cosas que le dijo Rin, ese día, de que hubiera sido feliz escogiendo al otro, creo que Len lo menos que quisiera hacer por ahora es perdonarla.- Rascó su nuca preocupado.- Seguramente lo recuerda cuando la ve.

- Fue cruel, lo sé, pero seguro que puede olvidarlo y perdonarlo.

- No, no puede.- Lo miré confusa por su respuesta.- Ya sabes su hipermemoria, el síndrome que sufre, la... ¿Cómo se llama? -Cerró los ojos tratando de recordar el nombre mientras chasqueaba los dedos. ¿Síndrome?- La hipermnosea.- Dijo con una sonrisa.

- ¿Hipermnosea?

- Si, es un síndrome que hace que recuerde todo lo que ha vivido, como una grabadora, puede decirte cada detalle del recuerdo, como la ropa, la hora, las palabras exactas y esas cosas.- Contaba sus dedos mientras decía lo ultimo.- ¿Len no te dijo que sufría eso? - Negué con la cabeza sin poder creerlo.

- E-el profesor Gakupo me dijo que sufría una enfermedad, ¿es esa? - Asintió con la cabeza un poco dudoso.- Poder recordar cada detalle de que has vivido.- Murmuré y recordé el momento que Rin y Len habían discutido. - Entonces cada palabra que Rin le había dicho ese día, ¿no puede olvidarlo?

- No, siempre recordará cada palabra y...- Jugaba con sus manos.- Lo que sintió en ese momento. No es como un superpoder, como yo lo creía, creo que es más cómo una condena.

- Len pov -

Cuando abrí la puerta, me invadió la calidez y el olor de una comida recién hecha. Saqué las llaves del picaporte y cerré la puerta de manera silenciosa, no escuchaba los murmullos de Rin en el piso de arriba, ni en el salón, ni en la cocina, seguramente ya se fue a clases. Miré el reloj en la pared de la entrada. Faltaba veinte minutos para que sea las ocho de la mañana.

Caminé hacia la cocina y sentí el olor a café caliente recién hecho, vi que la mesa pequeña que teníamos en la cocina estaba llena de bolsas y un libro. Me acerqué y el libro tenía la palabra "matemáticas" en grande en letras doradas, debajo tenía la inicial K. Era de Rin, se ha olvidado del libro. Sonreí débilmente.

Miré la ventana que estaba al lado de la mesa, la nieve caía de manera suave y gentil contra el suelo, tan pequeño y blanco. Detestaba la nieve, hacia que la nostalgia que sentía se hiciera más fuerte y más solitaria, pero los recuerdos que quería evocar eran de la persona que más quería y amaba, mi madre, la única persona que no me juzgó y confió en mí sin importar las cosas...

Cerré los ojos mientras llevaba mi mano a mi pecho.

- Len, cariño, el café se te enfriará si no lo bebes ahora. - Me dijo antes de acariciar mi pelo con sus suaves manos.

Cerré aún más fuertes los ojos.

- Pero, mamá, aún está nevando. No quiero salir con tanto frio, puedo empeorar mi resfriado y a papá no le gustará eso.- Dije con pucheros, no me gustaba que mamá se sintiera culpable.

- Mmh.- Miraba la ventana buscando una solución para todos. Estornudé y eso fue suficiente para darle una idea.- Tienes razón, puedes empeorar, puedo pedir permiso para el día de hoy y recuperarte con todas las energías para el día de mañana. Entonces hoy será el día de madre e hijo.- Dijo con gran entusiasmo.- Pero será la última vez que hacemos esto ¿bien?

Asentí con una sonrisa.

Eso era mentira, nunca nos detuvimos, amaba los días que nevaba, mientras Rin y mí... Él se iban solos, nosotros dos planeábamos varias cosas que hacer. Era un día donde cada uno pasaba el día con la persona que más quería, Rin y su padre se iban por su lado, mientras que mi madre y yo nos íbamos por otro.

Escuché el "click" de la puerta al ser abierta por la llave. Abrí los ojos y caminé hacia la puerta de la cocina que estaba al lado de la entrada.

- Yo te esperaré aquí afuera, hijo.- Dijo una voz masculina de una persona mayor que no conocía. No abrí la puerta de la cocina, me quedé quieto.- Dejaré el paraguas aquí y yo entraré al auto.

- Esta bien.- Esa voz era del hermano de Miku.- No tardaré mucho, me dijo que el libro estaba en la mesa.

¿Libro? Fijé mi vista en el libro de matemáticas que estaba cerca de la ventana. Rin lo mandó. Agarré el libro y volví donde antes.

Cerró la puerta y escuché que sacudía su ropa en la entrada. Aclaró su voz y caminó en dirección donde estaba la cocina. Escuchó que repetía varias veces la palabra libro mientras venía. Abrió la puerta y se sorprendió al verme. Le di el libro antes de que comenzara a hablar y extendí la otra mano frente a él.

- La llave no te pertenece, dámelo.- Le dije sin ánimos de seguir hablando.

En verdad se parecía a él. La bufanda que traía hacia que su parent4ezco físico sea grande, la altura era cercana al de él y la única diferencia era su voz, que era más aguda.

- ¿Qué? - Reaccionó al fin.- No te la daré, Rin me la dio para emergencias.

- Pues ahora yo te la quito, dámelo.

- Debes de estar bromeando. - Bufó mirando a todos los lados.- Tú eres la última persona que podría pedirme eso, soy consciente de lo que haces, Len. Eres la persona más inmadura que he conocido.

De nuevo ese tipo de palabras... Desvié mi vista de él.

- Mamá, mamá.- La llamé luego de que colgara el teléfono, me vio y sonrió. Se sentó a mi lado mientras arreglaba mi pelo.- ¿Y si tocamos el piano? Podemos componer una nueva canción a pesar de que a papá no le guste.- Ignoré lo que sentía al recordar a papá- Me gusta crear historias a tu lado.- Sonreí.

- ¿Quién crees que está ayudando a Rin en solucionar tus problemas? Mi hermana y yo somos los únicos que se preocupan de Rin mientras que tú solo desapareces de esta casa ignorando todo.- Gritó molesto.

- Cariño, que te guste a ti, para mí es una gran felicidad.- Murmuró con una sonrisa y besó mi frente.

- Tú no sabes...- Debía concentrarme en él.

- ¡No! ¡No! ¡No! ¡Sí sé, toda mi familia sabe quién eres! ¡Lo mínimo que deberías hacer para plantarme cara es ayudar a tu hermana! - Alzó la voz señalándome con su dedo.- Como hermano tienes la obligación de ayudarla.- Quería que se vaya, que me dejara solo con mis recuerdos.- ¡Es tu familia!

Molesto agarré mi mochila y saqué las hojas que había llevado desde hace dos días atrás, desde que recibí la estúpida llamada de su padre, diciendo esas palabras sobre el dinero y la beca. La única manera de librarme de él era trabajando y eso es lo que haría.

Le lancé las hojas de periódico que saqué para que se callara, lo hice varias veces y él dejó de hablar cuando se percató que las hojas tenían varios círculos y cruces de un marcador rojo en varios anuncios. Se arrodilló para alzar las hojas y mirarlas cuidadosamente.

- ¿Estás buscando... - Alzó la vista.- Len, nosotros podemos...

- Quiero que te vayas.- La empujé con las manos cuando se levantó para hablarme.- Si me conoces tan bien como dices, entonces quiero que te largues ahora.

- No, Len, escucha...- Cerré la puerta en su cara.

Me resbalé por la puerta y me senté en el suelo. Abracé mis rodillas en mi pecho y suspiré. Ignoré los golpes de la puerta.

- Tengo idea, Len.- Dijo con una sonrisa en su rostro mi madre. Su presencia era tan cálida y reconfortante para mi, podía ser feliz a su lado.- Así que, primero horneemos algunas galletas, luego jugaremos ajedrez, luego cocinaremos y al final tocaremos el piano ¿está bien?

Asentí con alegría. No me importaba limpiar la casa incluso, estar con ella era tener muchas sonrisas y risas, y eso era suficiente para mí. Abrí los ojos lentamente y fui consciente de la soledad en la que estaba en este lugar. Era una casa tan grande para que dos personas se quedaran en este lugar, peor aún para que una sola persona se quedara en ella...

Fijé la vista hacia el techo. ¿Por qué decidí volver? No lo sé, solo quería volver, no quería ir a la preparatoria, sabía que no estaría escuchando las clases sino estaría más distraído con mis recuerdos. Quería experimentar ese sentimiento de nostalgia en soledad, sin nadie que me preguntara cosas que no les importaba. Solo quería ser feliz de nuevo...

- Len, vamos, tenemos que preparar galletas.- Habló entre risas, mi cuerpo comenzó a caminar.

Toqué que el dedo la tetera que estaba sobre la cocina y estaba tibia. Encendí la hornilla y dejé que volviera a calentar la tetera, miré la despensa para encontrar harina. Harina... harina... La encontré y la agarré, al igual que las demás cosas que necesitaba para hornear. Las dejé sobre la isla que estaba frente al lavaplatos y la cocina.

- Los momentos más cálidos se viven con la familia unida y la nieve haciendo un bonito paisaje, Len.

- Tn pov -

- No ha llegado.- Dijo Piko temblando cuando llegamos a mi salón. Suspiró en sus manos y se las llevó a sus mejillas.- Pero si ha salido más antes que yo.

- ¿Crees que le haya pasado lo mismo que nosotros? - Pregunté dejando mi mochila en el mismo lugar que siempre. Me senté en mi lugar y me quité los guantes.

- Hay mucha nieve, quizá no fuimos a los únicos que se les plató el bus a medio camino.- Estornudó de repente.- Ah, me voy a morir si me agarra un resfriado.- Dijo como si quisiera llorar.- Mi padre me va a matar, ___, no llevé el paraguas que me dio.- Ocultó su rostro en sus manos como si llorara.- Ya escucho sus palabras, ¿quién no se llevó mi paraguas? - Habló con el mismo tono que lo haría la llorona.

Sonreí y lo invité a que se sentara en el lugar de Len por el momento. Aceptó gustoso con una sonrisa mientras se sacaba el gorro.

- Nunca conocí a tu padre cuando estábamos en el mismo paralelo.- Sacudí mi mochila de la nieve que fue acumulando mientras caminábamos como en una película.

- Ah, bueno, yo no vivía con mi padre para esos años.- Dijo un poco incomodo. Lo miré con la ceja alzada.- Vivía con mi madre, pero ahora vivo con mi padre y mi hermana. Además que no estamos en el mismo paralelo hace cuatro años.- Me golpeó el hombro tratando de aligerar esa incomodidad que él sacó.- El tiempo sí que vuela.

Fruncí los labios. Es verdad, no había desde hace cuantos años nos separamos de paralelo con él, sentía que era hace uno o dos años nada más. ¿Entonces hace cuantos años él conoce a Len? Cuando estábamos juntos, jamás vi que Len entrara por él o algo así.

- ¿Hace cuánto conociste a Len? - Pregunté curiosa.

- Ahm.- Miró al techo tratando de recordar.- Creo que fue hace más de tres años.- Dijo dudoso.- En ese momento yo tenía... ¿cuánto tenía? - Volvió a mirarme.-Bueno, la cosa es que fue hace más de tres años.

- Yo jamás lo vi en los otros paralelos. Ni siquiera sabía que existía.- Confesé con pucheros estirando los brazos sobre la mesa.

Piko soltó una risa por unos minutos y me respondió.

- Bueno, digamos que Len sabe cómo pasar desapercibido.- Se miró las manos buscando algo en ellas o en sus uñas.- Yo tampoco sabía de él hasta que Oliver me dijo: Oye, en mi salón hay un chico callado con pelo rubio, ¿quieres molestarlo?

- ¿Oliver? - Pregunté sin poder creer varias cosas. ¿Oliver era uno de esos chicos malos que molestaban personas? ¿Oliver y Len estaban en un mismo paralelo? Y... ¿Piko conocía antes a Oliver?

- Así es. Yo, antes, era amigo de Oliver y su pandilla.- Se acercó a mí y como si fuera un secreto me contó.- Pero siempre me molestaban por mi heterocromía y mi estatura, son crueles.- Volvió a su antigua postura con una sonrisa.- Así que yo dije: Okay, quiero hacerlo, cuenten conmigo.

Una persona se asomó por la puerta de manera tímida y cuando me vio entró al salón sin miedo, era Oliver, quien llevaba una chamarra azul.

- Hablando del rey de Roma.- Murmuró Piko y bajó la mirada para ignorar a Oliver, decidió que los rayones de la mesa eran más importantes.

- ¡Hola, ___! - Me saludó con una sonrisa frente a mi.- ¿Cómo estás?

- Hola.- Murmuré en voz baja. Sentía que la incomodidad crecía entre las dos personas que tenía al lado y al frente.- E-estoy bien.- Miré la puerta para ver si él llegaba para arreglar esta situación, esperaba que entrara y pusiera orden. Abre la puerta, abre la puerta, supliqué.- ¿Cómo estás tú? ¿No te molestó la nieve? - Volví a mirarlo.

Negó con la cabeza.

- Un amigo de mi hermano me trajo, pero había mucho tráfico por mi zona.- Soltó un suspiro de cansancio. La puerta se abrió y vi que se asomaron la cabeza de Miku y Gumi por unos segundos antes de volver a cerrar la puerta.

¡No! ¡No! ¡Sáquenme de esta situación! ¡O saquen a alguno de los dos! Lloré internamente, pero mantuve mi sonrisa. A pesar de que las palabras de Piko llegaban a mi mente de que era cruel.

Respiró hondo y volvió a sonreírme.

- ¿Quieres que el día de hoy nos vayamos juntos?

En ese momento, me imaginé escupiendo mi café por la boca por la pregunta. Me quedé sin palabras, no tenía excusas para evadirlo o algo así. De pronto gritó Piko como si hubiera visto lo más horrible, todas las personas que había en el salón fijaron su mirada en él.

- Ya lo recuerdo.- Golpeó su palma con su otra mano y nos miró.- ¿Qué? ¿Pasó algo malo?

- ¿Qué te pasa? ¿Crees que es algo normal gritar como un psicópata frente a personas? - Le reprendió Oliver con el ceño fruncido.- Nos asustaste a todos.

- Ah, ¿de verdad? Pues lo siento, recordé algo.- Su sonrisa no desaparecía, parecía que le divertía esa situación.- Algunas personas gritamos cuando recordamos algo.

¿Por qué sentía que si no hacía algo comenzarían a pelear? Sentí sudor frio en mi cuerpo de tan solo imaginar esa escena. Recé que sonara el timbre que anunciaba que comenzaría las clases en un minuto, recé internamente varias veces hasta que sonó por fin. Oliver bufó y me pidió que le respondiera en el receso, cuando se fue Piko levantó los brazos victorioso.

- ¡Eso no fue divertido! - Le reprendí molesta.

- Ah, lo siento, ___. - agachó la cabeza disculpándose.- Pero ¿quieres saber cómo conocí a Len? - Me preguntó levantándose del asiento. Asentí con la cabeza.- De acuerdo, entonces ¿qué tal si nos vemos al terminar las clases? - Abrí los ojos de sorpresa.- No, no estaré solo, estaré con mi novia. Podemos ir a tomar un café entre los tres y hablar sobre esos recuerdos, ¿te parece?

- ¿Ustedes no terminan más antes las clases?

- Esperaré a que termine tus clases, quedarme unas horas está bien, mientras regrese a casa antes de las cinco de la tarde. Además creo que Len no va a venir.- Puso una cara triste como esas imágenes de internet.- Bueno, espero que te vaya bien en clases, aunque no lo necesitas estás aquí, yo necesito esa suerte.- Bromeó.

Cuando salió nos despedimos con la mano y vi cómo corrió hacia su salón como si su vida dependiera de ello. Miré hacia atrás para ver el reloj, noté que todos estaban en su lugar, el único asiento vacío era el mío. ¿Qué habrá pasado con Len?

Ayer parecía muy sano, ¿le habrá pasado algo malo?

- Len pov -

Apreté el botón del contestador automático para escuchar los mensajes grabados. Dejé que se reprodujeran los mensajes mientras lavaba todo lo que había utilizado para hornear las galletas. Volví a meter las manos en el agua.

- Usted tiene tres mensajes.

Sonó un pitido y comenzó a reproducir los mensajes con las fechas y las horas dejadas.

- Hola, Rin.- Habló Miku desde el otro lado.- Estaremos en el cine con Gumi y Mayu dentro de una hora, te esperaremos en el lugar dónde venden dulces de Nori. No te fatigues tanto con los problemas, solo por hoy vamos a distraernos...- Dejé de escucharla.

- Oye, mamá.- Ella emitió un sonido para que siguiera. Miré su espalda mientras lavaba y comí otra galleta.- Mañana es el concurso de canto de Rin, ¿podemos hacer un pastel para ella?

- ¿Y qué tal si no obtiene el primer lugar, cariño?

- No importa, el pastel dirá: ¡Hiciste un gran trabajo! Y si gana compraremos una vela en forma del número uno.- Se dio la vuelta para sonreírme.

- Si, cielo, lo haremos y veremos cuán feliz se pone...

- Rin.- Cuando escuché su voz, dejé de hacer y recordar lo que hacía. ¿Por qué era a él único que podía ponerle atención? Mordí mis labios molesto- ¿Hablaste con Len acerca del trabajo? Mandaré el dinero del mes dentro de diez días, así que ten cuidado al gastar dinero. - Soltó un suspiro.- Escucha, cielo, lamento haberte gritado de esa manera días atrás, solamente perdí el control cuando Sachiko me dijo que Len había perdido la beca y no, no voy a retractarme de mi decisión. Pero necesito que tengas presente, que yo no te odio, eres mi mayor tesoro junto con Rei y Rui, los amo y siempre estaré pendiente de ti aunque no esté cerca de ti ahora. Te quiero mucho, hija, llámame cuando estés libre. Adiós, cariño.

- Nunca escuché esas palabras de ti.- Le respondí a pesar de que no estuviera ahí.- Rin se ha equivocado tanto y nunca le has dicho nada. Todo el mundo piensa que es perfecta...

- Lo siento, Rin.- Habló Sachiko sacándome de mi burbuja, la esposa de...- Traté de hablar con tu padre acerca del trato que tuvieron con el director y arreglar un poco la situación, pero...- Soltó un suspiro.- No me escuchó, ya sabes, se volvió terco con su decisión. Creo que por ahora solo deben idear un plan con tu hermano, trataré de adelantar sus mesadas lo más antes posible para que no tengan inconvenientes y prestarles un poco de dinero para que no tengan problemas por este mes. Espero que todo les salga bien, cariño.

Colgó la llamada.

Volvió el frío silencio.

¿Por qué parecía que lo único que tenía en ese momento era a Rin?

Tn pov -

Me senté frente a Miku y Rin de manera un poco incomoda. Estábamos en la cafetería, nos sentamos luego de comprar algunas cosas para merendar en el receso que acaba de empezar, estaba al lado de Gumi y Mayu. Quería arreglar las cosas con Rin pero que ella se quede callada, no era lo más fácil de hacer, sino me ponía nerviosa aún más.

- ___.- Me llamó de manera débil Rin, la miré atentamente.- Quisiera pedir perdón por haber actuado de una manera que nunca hubieras imaginado de mi.- Por mi rabillo del ojo, vi que Gumi asentía levemente.- Sé que alguien no merece ser tratada de esa manera como yo te lo hice, no tengo excusas por lo que hice y me siento muy mal por haber dicho esas cosas frente a ti.- Tenía la cabeza agachada, no podía verla ni ella a mi.- Lo lamento mucho.

Sonreí y toqué su mano. Eran tan diferentes y a la vez tan iguales.

- Te perdono, Rin.- Ella alzó la vista sorprendida.- Sé que te dejaste llevar por el enojo del momento, lo entiendo, pero la próxima vez no dejes que el enojo hable en vez de ti.

Asintió con una leve sonrisa.

- La próxima vez pensaré con la cabeza fría. Te lo prometo, muchas gracias por darme otra oportunidad.

- ¡Bien! - Aplaudió Mayu y luego le siguieron Gumi y Miku.- Y dinos, ___, ¿cómo te fue en tu cita con Oliver? - Dijo juguetona.

Miku silbó mientras agarraba su capuchino. Gumi me empujó con el hombro varias veces molestándome.

- N-no, pasó nada.- Jugué con mi sándwich tratando de sacarlo de su empaque.- Solo fuimos a ver una película, la que salió recién.

- Uh, ¿qué película? ¿La Bella y la Bestia? ¿La de los detectives? ¿El de los novios? - Habló Mayu con una extraña pronunciación que tenía más acentos.

- ¿Tu novio sabe acerca de ese extraño acento? Creo que los vas a conquistar más.- Preguntó Rin tratando de molestar a Mayu, ella solo puso pucheros.

- Para su información, él me quiere, soy su ángel que lo saca de la oscuridad.- Nos sacó la lengua.- Yo lo amo.

- ¿Cuándo nos presentarás ante él? - Pregunté y ella de inmediato negó con la cabeza.

- Mi novio es un ángel, así que aléjense demonios de la oscuridad.

Gumi la dio un leve golpe en la cabeza, Miku cruzó sus brazos y desvió la mirada indignada, Rin y yo nos miramos y nos reímos. Miku jaló de su jersey un momento y le mostró algo de su celular a Rin. Su mirada se volvió más triste pero no borró su sonrisa y suspiró cansada.

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AQUI ESTA EL CAPITULO AAAHHHHH Okya xD Hola amores, cómo están? Espero que super bien<3 Uff, ya terminamos el mes de Enero, se me fue demasiado lento y espero que estos dos dias que me quedan de libertad pasen como si fueran caracoles o tortugas. No quieros morirs aún D,: 

Dato curioso: Miku y Gumi  iban al salón de Nora para preguntarle acerca de la cita que tuvo con Oliver, pero al verlo decidieron dejarla sola. Gumi le explicó a Miku que Piko y tú se conocían desde antes.

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