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Capítulo 23

-Tn pov -

El nuevo profesor llamado, Gakupo. Estaba evitando el tema, con palabras amables alagando el canto de Len y la composición, mencionándole algunas correcciones o mejoras para la canción. Len tenía tics en los ojos, harto de las respuestas. Antes de que siguieran con el mismo circulo vicioso, los interrumpió golpes en la puerta, Len gritó harto saliendo del lugar por unos segundos, o eso pensé, escuché que hablaba con alguien y cerró la puerta.

Gakupo suspiró, se aflojó la corbata y se acomodó en el sillón. Me puse en modo defensa, miré la revista, y planeé el cómo lo golpearía si él se me acercaba.

- Ah, espero que no te haya causado tantas molestias.- Habló tranquilo. Oculté mi sorpresa y mi confusión, ¿con quién hablaba? ¿Es... Estaba hablando conmigo? Volvió a hablar.- Len, usualmente no sabe manejar sus emociones, y espero que no haya estallado contigo.

- A-ah, usted habla de Len.- Reí tratando de relajarme. Él asintió aún con la sonrisa.- Pu-pues,... Eh... - Desvié la mirada nerviosa.- Bu-bueno, estallar de estallar, no...

- ¿Lo hizo, verdad? - Soltó una ligera carcajada.- Es como una bomba de tiempo, espero que lo disculpes por lo que sea que haya hecho, ese niño siempre parece olvidar que las acciones tienen consecuencias.-Con la mano se frotó la nuca de manera cansada.-

- ¿Us-usted, lo conoce desde años atrás? - Me miró con interés.- Bu-bueno, noté...

- Oh.- Me interrumpió, y me callé. Frunció los labios al pensarlo.- Desde hace cuatro años que lo conozco, era un niño muy callado y reservado; siempre se comportaba como alguien educado, pero siempre se alejaba como si tuviera miedo de algo...-Se interrumpió y gritó una ¡oh! Golpeó su mano y me miró de manera atenta.- Un consejo que te daré, es que nunca lo dejes solo.- Su rostro cambió a uno serio.- Aunque él te lo diga, nunca lo hagas, trata de dejarlo siempre con personas a su alrededor que sean...- Paró y volvió a fruncir los labios.- ¿Cómo se dice esa palabra?

- ¿Eh? - Lo miré confundida.

- La palabra donde las personas hacen ruidos.

- ¿Ruidosas? - Traté de responder con los nervios que llevaba.

- No, algo así, donde... ¡Hablar! - Se respondió con alegría.- Debes dejarlo con personas habladoras.

- ¿Por qué?

- Ya sabes, por su enfermedad rara.

- ¿En-enfermedad? - Pregunté con mi alma escapando de mi cuerpo.- ¿É-él sufre de una enfermedad? ¿Cuándo? - Sentí culpa por llamarlo por mi accidente, ay dios mío, tal vez se lastimó, por eso tardó en volver. Oh no.

- ¿No te lo dijo?- Cuestionó nervioso.- No me digas que metí la pata...- Notó que no podía responder.- Oh no, Len me va a matar.

- Len pov -

- ¡No puedo creer que hayas sido tan irresponsable! - Me dijo molesto el director caminando en círculos de un lado a otro.- ¡¿Qué pasó por tu cabeza en ese momento?! ¿Nadie me va a atrapar? Esa fue una actitud muy irresponsable de tu parte. No puedo creer que...- Gritó molesto sin saber que decir.

- ¿Qué tal una reprimienda? "¡Eres un niño malcriado! ¡Vete de aquí antes de que volvamos a verte!"- Mencioné fingiendo diversión.

- ¿Te parece divertido, Len? - Rodé los ojos. No, no lo era.- Contigo las cosas son peor.- Volvió a mirar a Piko.- ¿Qué estabas pensando en ir a un bar? ¿En ocultarme sobre lo de ___?

- Señor, yo no ten...

- Yo le dije que le hiciera tal cosa.- Sentí la mirada de ambos sobre mí, pero sobre todo el de ella.- Además, yo lo saqué del hotel, y volvimos, debo decir, en un estado aceptable. No dañamos a nadie.- Mentí con una sonrisa. Ninguno de ellos sonrió.

El director espero que Piko le respondiera con sus palabras.

- En realidad, yo...

- ¡Déjalo disfrutar! El idiota no puede superar una ruptura amorosa. ¿Crees que tendría el valor de hacer aquello? Esta cegado por su tristeza.- Reí.

- ¿Es verdad? - Habló con palabras lentas y amenazadoras.

Piko asintió con la cabeza baja.

- De acuerdo. Puedes retirarte, pero aún así tendrás un castigo al volver.

En voz baja agradeció, antes de salir de la habitación. Un silencio incomodo se instaló en el lugar, evité mirarlo cuando él me miró molesto.

- Len. Antes de que llegue la señorita Yowane, ¿deseas explicarme lo que hacías anoche? Del por qué bebiste anoche, y el por qué el guardia me dijo que tú y una chica salieron en la noche cuando ya era toque de queda. Además de que algunos estudiantes y huéspedes se quejaron de gritos en tu habitación. ¿Len?

- No sé de lo que habla.- Tocaron la puerta.

- ¿Por qué no tratas de recordar un poco para defenderte?- Mencionó al abrir la puerta.

Entró su secretaría con un celular en la mano apoyado sobre su pecho para evitar el ruido exterior. ¿Qué diablos hacía? ¿Llamó al número que inventé?

- Señor, ya está en línea.- Le dijo con una voz muy baja.

- Ponlo en alta voz.- Le ordenó y ella apretó un botón.

- ...ora, señorita. - Dijo con voz distante. Mi sonrisa cayó, y el vacio me invadió.

Traidora. Traidora.

Miré a Rin con molestia, ella se lo había dado, su número... Nadie más lo tenía, excepto ella. Ella me miró con el ceño fruncido y tenía seguridad en lo que había hecho. ¿Acaso pensaba que era lo correcto?

- Oh, ¿se encuentra el señor Kagamine, señorita? Necesito hablar de sus hijos con él.

- Lamento informarle que él se encuentra en una reunión. - Habló su secretaria, Prima.- Pero puedo pasarle con la señora, se encuentra en este momento en su oficina. ¿Desea hablar con ella?

No deseaba escuchar su estúpida voz ahora ni nunca.

- Si, por favor, necesito hablar con ella, si no es molestia.

- Comprendo. Espere un momento, por favor.- Hizo esperar a la llamada con una tonta canción. Luego de unos minutos volvieron a contestar.

- Buenas días, habla la madre de Rin y Len ¿de qué necesita hablar, director? - Habló la señora que decía ser mi madre. Ella no iba, ni sería jamás mi madre. Era una prostituta cualquiera.

- Señora Kagamine, lamento molestarla tan tarde por la noche.- Habló el director caminando de un lado a otro.- Pero necesito hablar de su hijo, Kagamine Len.

- Me informaron que hubo algún accidente durante la excursión.

- Su hija tuvo un accidente junto con otra señorita, nada grave, no tiene que preocuparse la atendimos lo mejor que pudimos y nos avisaron que iba a recuperarse en unos días. El problema es su hijo, Len. Él...- Comenzó a contarle todo lo que me había dicho antes, con todos los detalles.

Ella no tenía el derecho de meterse en mi vida. No tenía el derecho de reclamarme. No tenía el derecho a nada.

- Ya veo, ¿cuál es el castigo qué pensó para él?

- Quitarle la beca que le fue proporcionada.- Abrí mis ojos sorprendido, un escalofrío recorrió mi espalda.- Y eso causaría, lamentablemente, que el rebajo de Rin quedara cancelado, el trato fue demasiado claro cuando lo firmaron.- Miré a Rin con rabia, ella evitó mi mirada de manera descarada. Empuñé mi mano para calmarme.

Lo merecía, no había problema, yo podía... Recordé el sentimiento de felicidad, de alivio junto a ella. Pensé que podía robarme un poco de felicidad de otro lado.

- Comprendo. ¿Existe alguna forma de no dañar el trato de Rin?

- No, las normas no son flexibles, lo única solución para que Rin obtenga de nuevo esa oferta, sería que Len se ganara la beca de nuevo, siendo el primero en todas las materias.- Me miró con la mirada fría.- Sin romper las reglas, y participando en cada actividad y evento.

- Perfecto, entonces puede hacerlo, nosotros estamos de acuerdo, ya le comentaré a mi esposo.- Habló con conformidad.- Oh, Len.- Me habló, el director se calló lo que quería decir.- Respecto a todo lo que hiciste, ¿crees que tu madre estaría feliz con ello? 

En ese momento, sentí que me desgarraban el corazón; recordé la sonrisa de mi madre, su risa. Mi respiración se cortó, sentí como todo se volvía más pesado, más gris. Quise gritarle que eso no era de su interés, pero me callé. No era lo correcto. Mordí mis labios mientras el director hablaba un rato más con ella, mi ira poco a poco se convertía en odio... hacia mí mismo.

-¡Nadie es completamente honesto cuando la necesitas! - Escuché su grito cuando él me empujó al frío suelo. Mi cuerpo se paralizó del susto, lo miré al rostro con miedo.- Ni siquiera tu gemela de nacimiento, ¡ni tu propia madre lo fue!, todo el mundo es una farsa. - Rogaba que se callara, quería huir de ese lugar, pero mi cuerpo no respondía.- Una muestra de debilidad y te usarán a tu antojo. Se aprovecharán de ti.

Él tenía razón, odiaba cuando tenía razón. Sentía que me estaba asfixiando.

- Len.- Gritó el director. Lo miré asustado cuando rompió mi recuerdo.- El trato es claro, ya entramos en de acuerdo con tu madre. 

Asentí con la cabeza, no dije nada más, él y su secretaria salieron del lugar, dejándome con ella a solas, solamente con ella. Subí mis pies al sofá y los abracé. Sentía un gran vacío en mi interior, comenzaba a doler.

A nadie le importa otra persona que no sea ella misma, idiota.

- ¿Por qué me llamaste esa noche?- Me preguntó Rin con una voz seria. Mordí mi lengua.- Me alegro no haber contestado, Miku tenía razón, tal vez debí ignorarte desde antes.- Murmuró muy bajo para ella, pero lo suficiente para que lo escuchara. Escondí mi cara. Volvió a hablar- Cuando vinimos aquí...- Cambió de tema con la voz un poco más alta.- Jamás se me pasó por la cabeza que tú terminarías de esta manera, con alcohol, con odio de los chicos, y con tontos rumores de que te acuestas con varias chicas..- Murmuraba con voz desinteresada.

- ¿Y si fueran verdad?

- Te odiaría.- La miré. Ella tenía una expresión fría y distante.- Te odiaría por toda mi vida, Len.

- ¿Por qué? ¿Por ser un egoísta?

- Por haberme hecho abandonar lo que más amaba y... Por haber renunciado a mi felicidad solo para que al final tú seas un idiota, no te lo perdonaría nunca, Len.

- ¿Lo que más amabas?

- A la única persona que he estado amando todo este tiempo.

-Tn pov-

Miré a mi panquesito, comía y saltaba de felicidad por el chocolate; sonreí, sabía que darle eso le haría feliz. Aplaudí con alegría. De pronto escuché murmullos a lo lejano, palabras que no podía entender, pero tenían un tono de tristeza y de arrepentimiento. Miré hacia los alrededores, solo veía arboles y montañas de dulces, no había nadie además de panquesito.

Pestañeé varias veces, los murmullos se hicieron más claros. Abrí los ojos lentamente y noté que la habitación aún estaba sumida en la oscuridad; Len no estaba en su lugar de la cama, estaba vacía. Me moví lentamente hacia el otro lado. Aún no podía comprender los murmullos, pero parecían como una discusión con alguien. Me senté en la cama y vi que Len estaba en el sillón balbuceando palabras que no entendía, se cubría los ojos con las manos y su pie se movía de manera nerviosa.

- ¿Está todo bien?- Pregunté en voz baja. Len me miró de manera brusca, su respiración era rápida y su pie dejó de moverse.- ¿Pasó algo?- Pregunté de nuevo minutos después de no tener respuesta.

- Si... No.- Sorbió la nariz.- Tuve una pesadilla, solo una pesadilla.- Soltó un suspiro cansado.- Puedes volver a dormir.- Volvió a cubrirse la cara con las manos y se hundió en el sillón.

- ¿Quieres hablar de ello?

Él negó con la cabeza.

Nunca lo dejes solo, aunque él te lo diga, nunca lo hagas,..

Miré a la ventana pensando que hacer, miré mis manos y volví a mirarlo.

- Ven.- Lo llamé. Él se negó con la cabeza.- Vamos, ven, tengo una idea para que olvides la pesadilla.- La llamé con la mano, pensando que me miraría.

- No.

- Vamos, Len. Te estoy esperando.- Palmeé el colchón varias veces con una sonrisa.

Me miró con tristeza y se levantó del sillón, se acercó de un manera que jamás se me habría ocurrido, parecía un niño asustado, se sentó a mi lado y agachó la cabeza. No dejé que eso me intimidara, le pedí que se apoyara su cabeza sobre mis piernas, y lo hizo, se tiró sobre mis piernas mientras se cubría los ojos con una mano y la otra se abrazaba a sí mismo.

Desaté su cola de caballo y comencé a acariciar su cabello lentamente con las manos, alejaba el flequillo de su rostro, peinaba su pelo con la mano, o arreglaba su pelo. No sabía dar masajes profesionales, pero intentaba imaginarme el cómo serían. Era un intento de valentía.

Sonreí, cuando sus hombros se relajaron, y dejó de cubrirse los ojos; en su rostro había una pequeña sonrisa. Se acomodó de tal modo que su rostro me veía a mí. Acaricié su rostro con mucho cuidado; sus mejillas, sus parpados, sus labios...

- ¿Dónde estabas hace cuatro años?

Me sobresalté del susto y deje de enfocarme en su rostro, volví a su cabello. Traté de tranquilizarme.

- ¿De qué hablas?- Pregunté.

- ¿Dónde vivías hace cuatro años?- Abrió los ojos, esta vez. Sus ojos estaban cansados.- ¿Por qué ahora estás aquí?

- Con mis otros tíos, en la ciudad vecina. Y por qué mi tía tuvo una buena oferta de trabajo.- O eso me dijo ella.

- ¿Por qué no te acercas?

- ¿Eh? ¿Por qué... - Sus manos frías acariciaron mi rostro, e hizo que bajara la cabeza hacia él.- ¿Qué pasa? - Dije con diversión.

Con el otro brazo se levantó un poco dejando poco centímetros entre nosotros, sentí como mis nervios volvieron como un golpe en el estomago. Sentía mi cara arder. ¿Qu-qué iba hacer? Escuchaba los latidos de mi corazón con claridad. Se acercó lentamente hacia mí, cuando quiso acercar sus labios a los míos, me alejé de él mirando hacia otro lado.

- ¿Qué haces? - Preguntó confundido.

- Mi-miro la ventana, mira que b-bonito cielo.- Solté una risa nerviosa. Mi corazón no dejaba de latir de manera frenética, ni mi sonrojo parecía querer desaparecer. Santo panquesito.

- No hablo de eso. ¿Por qué lo hiciste?- Me volteé para mirarlo con mi cara roja.- Pudiste aprovecharte en ese minuto, me besarías y...

- N-no era correcto.- Tragué de manera ruidosa. Sus labios se formaron en una línea fina.- E-es decir, t-tú tienes pareja, y yo espero a mi príncipe azul.-Murmuré lo ultimo desviando la mirada.

- Eres una idiota. Otra persona en tu lugar lo hubiera hecho.

- Y-yo espero a mi príncipe azul.- Volví a afirmar.

- Pues, odiaré a tu dichoso príncipe, lo odiaré desde ahora. Es un idiota.- Replicó molesto. Se separó de mi lado y se recostó dándome la espalda, se cubrió con las sabanas con molestia.

- No puedes odiarlo, aún no aparece.- Traté de bromear.

- Cuando lo haga, lo haré.

(...)

Escuché como volvían a golpear la puerta con insistencia; desde hace cinco minutos que no paraban, pensé que eran de hotel para avisar la hora del desayuno, pero ya no lo creo. Cubrí mi cabeza con la almohada para disminuir el ruido pero no funcionaba. Miré en la dirección en donde estaba Len.

Abrí mis ojos de sorpresa al encontrarlo sentado sobre la cama, escribía en un libreta de manera rápida; parecía que no le afectaba los golpes, estaba realmente concentrado en lo que hacía. Si prestaba atención podía escuchar el sonido del lápiz moviéndose de un lado a otro.

- Len.- Dije en voz baja tratando de sacarlo de su mente.- ¡Len!- Tiré de su ropa suavemente. Me miró con sus ojos azules oscuros.- Están tocando la puerta.- Le señalé la puerta. Lo miró por unos segundos mientras era golpeada de manera insistente. Rodó los ojos y se levantó de la cama para abrir la puerta dejando la libreta dentro del cajón de su mesita de noche. Me senté sobre la cama con cuidado, ¿qué escribía en el cuaderno?

- ¿Porque no abrían? - Escuché la voz de Kiyoteru cuando abrió la puerta. Len le dijo algo que no entendí y el profesor volvió a hablar.- Necesito ver la herida de ___, el director me avisó de su accidente. Necesito ver su pierna, para saber si es grave.

Len se apartó para dejarlo entrar, entró a la habitación y se sentó a lado de mis pies; se arregló los lentes y me miró.

- Entonces, ___, muéstrame tu herida.

- No creo que sea necesario, profesor Kiyoteru. Estoy bien.- Dije tratando de calmar su preocupación.

- Tengo que asegurarme.

- Está bien.- Le habló Len cerrando la puerta.- Se lo puedo asegurar.- Su voz estaba más seria de lo habitual.

- Necesito verlo.- Ordenó mirándome al rostro. Mi subconsciente asintió con la cabeza.

Sin decir más, le mostré mi herida.

- No es algo por lo que alarmarse.- Le afirmé después de que viera mi herida. Len me vendaba la herida con cuidado. Le agradecía por eso.

- Ya veo, aun así el director estará más estresado.- Soltó un suspiro.

- No se preocupe, Len me cuidará.- Le aseguré; Len me miró con poca sorpresa después de detenerse en lo que hacía. Decidí gastarle un bromita para sacarle una sonrisa al profesor.- Es una cuidadora muy amable.- Sonreí.

- ¿Cuidadora? Espera, no me digas...

- Oh, Len es muy, muy cuidadosa.- Aplaudí de alegría.

- ¿Cui... dadosa? - Preguntó Len sin entender.

- ¿Es homosexual?- Me preguntó confundido en voz baja.

- ¿De qué están hablando? - Se acercó a nosotros lentamente.

- Oh, así es, de cariño todos le dicen Lenka.- Sonreí con complicidad.

- Len, bueno, no sabía que eras gay.- Le dijo frotándose la nuca con sorpresa.

- Si que lo es, su novia es Piko.- Dije detrás de él.

- Sospechaba que Piko salía con Miki, siempre están con ella. Len, creo que te están engañando.- Habló con preocupación.- Nadie te juzga Len, puedes ser homosexual o bisexual, nadie te juzgará.

- No soy homo...

De repente azotaron la puerta, todos miramos a la puerta, era Piko. Traía un bigote falso, "esto es malo" me dijo mi subconsciente, se suponía que él no debía entrar. ¿Cómo supo qué...?

- ¡Tu!- Le señaló Piko a Len.- Ser mentiroso, ¿cómo puedes negar nuestra relación de cinco años?, señores y señoras este hombre es gay y europeo.- Gritó fingiendo estar enojado.

-¡¿Es Europeo?! - Gritó el profesor sorprendido.

- ¿Por qué te avergüenza nuestra relación? ¿Es por qué no soy guapo?- Se arrodilló y se arrastró hasta estar frente a él, agarró la mano de Len entre las suyas.

- Len es cruel.- Dije siguiendo el juego. Mientras tanto Miki entró riendo al dormitorio.- Piko es el gay desde hace tres años.- Añadí antes de que Miki volviera a morir de risa.

- Miki, no puedo engañarte soy gay.- Se arrastró hacia ella y fingía llorar.

- ¿Qué? Piko, por dios.- Decía entre risas cada vez más fuerte.- Basta, no voy a aguan. - Su risa no paraba, el profesor comenzó a reír junto a ella. Len rodó los ojos harto.

- No estoy de humor para esas tonterías.- Murmuró cuando nadie le prestaba atención.

El profesor luego de unos minutos se retiró del lugar, pero Piko y Miki se quedaron para hablar con nosotros de cosas sin importancia. Hablaban con Len como un verdadero grupo de amigos, Len tenía una sonrisa, como si no tuviera ninguna preocupación, una vida perfecta.

Miki me miró y me sonrió, se acercó para hablarme y no dejarme como una cuarta rueda innecesaria. Piko y Len siguieron hablando como si nada, mientras susurraban.

- ¿Te sientes mejor? - Asentí a su pregunta.- Me alegro por eso. Cuando Piko me avisó sobre tu accidente corrimos como esos juegos de carreras por ti. Len no dejó de caminar por todos lados, preguntando sobre ti y su hermana.- Sonrió mientras recordaba.- No paraba de describirte y siempre terminar con un "¡Es un gato muy pequeño!" y a su hermana con un "¡Es un conejo sucio!" - Imitaba de manera graciosa a Len, solté una pequeña risa.- Y creo que confundía a las personas.

Platicamos un rato más sobre el cómo me encontraba, vi que los ojos de Len aún estaban cansados, como si estuvieran apagados, pero aún mantenía su sonrisa.

Len estaba... ¿mintiendo?

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¿Qué creen que haya sido la pesadilla de Len? Yo me puse en su lugar cuando tuvo la pesadilla y sentí mucha penita por él ;; 

Pensé que no había subido el cap 22, luego me entero que sí(?? AKLPON Pensé que había guardado un capitulo para subirlo directo y luego que no xD Los días se pasan volando, asi que tenganme paciencia como hasta ahora ;;

(2016) Irinamako14, ArianaBustamante6, MariaRoses22, Kurumixlen, Kuromi2112, YetlanetzyTovar, Sakuraher21, Steff-chan20, DeliaDavila4, DayanaKagamine, AlejandraBelenJimene, PaolaMendoza748, MyDarkSword, 405milagros, Alpha-sama, GiselleSakuravargas, Hao_Riku, Fan_proxis, einl_2326, CaritoBlodinger, lilianageorgina, Hatsune-Miku_chan, cami_amapolais, Florvelkawaii, Luciana525, Alma_Infinity Gracias panditas cada vez somos más, ¡wa! (2016)

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