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Capítulo 21

-Len pov-

- ...y no pensé claro. No te odio.

Escuché sonar su celular una y otra vez. Me escondí en las sabanas para volver a dormir, pero no dejaba de sonar, la guitarra sonaba sin parar, por primera vez odié la melodía de ROKI. Lancé una almohada a esa dirección para que Piko contestara de una maldita vez. Miré hacia esa dirección, y vi que Piko miraba el número fijamente con el ceño fruncido.

- ¿Por qué no contestas?- Le pregunté con la voz ronca. Me vio y me sonrió.

- ¿Te desperté? - El sonido de su celular se calmo.- Es Iroha, no quiero contestar.

- ¿Por qué no lo silencias?- Me acomodé en la cama.

- Quise hacerlo, pero casi le contesto.- Escuché que su voz se acercaba, sentí que se sentaba a mi lado.- ¿Crees que deba ser honesto con ella?

- Si no vuelve a despertarme, puedes hacer lo que quieras.- Volvió a sonar el tono de su celular.

- Eso no lo diría un amigo.- No paraba de sonar. Tomé su celular y contesté. Yo le diría lo que él no podía. Agarré su celular y contesté sin ver el remitente.

- Escucha, Pi-

- ¡Piko! Oh gracias a santo panquesito, eres Len.- Esa voz era de...- Escucha, sé que no es el momento, pero necesito que me ayudes, por favor.- Su voz estaba temblando demasiado.- No sabía a quién llamar y fuiste mi primera opción, y-y...

- Cálmate, Nora.- Vi que Piko perdió el color de su piel.

- Caímos y luego Rin se desmayó, yo no sabía qué hacer, y luego busqué el número de Piko.- Su voz quería romperse y su respiración era agitada. Piko se paró sin dejar de verme asustado.- Todo está mojado y hay algo que está entre las ramas, siento que va a saltar hacia aquí.

- ¿Cómo estás? - Pregunté levantándome de la cama, me puse los calzados lo más rápido que podía con una mano.

- Rin está desmayada y tiene algunos moretones, por eso necesito que llegues ahora.- Le señalé a Piko la salida.- Trae a alguien más, porque no creo que pueda caminar.

- Te pregunté a ti, ¿cómo estás?

- Yo, Len, lamento haber cont...- Le di el celular a Piko, el me miró más asustado sin saber qué hacer.

- Pregúntale como está y dónde está.- Metí las llaves y... Miré el rincón donde estaba mi celular. Suspiré. Bien, solo debía buscar un tonto mapa. Abrí la puerta y corrimos hacia la salida.

Traté de ignorar esa pequeña chispa felicidad de haber sido su primera opción.

- Tn pov -

Retrocedí hacia el árbol, cuando lo sentí detrás de mí, me alivie. Respiré hondo, me ardía de una manera horrible el tobillo, dolía de solo ponerlo en el suelo. Bien, bien, solo debía estar calmada, tranquila, serena. Tenía en las manos el celular de Rin, hace varios minutos llamé a Len, debía estar calmada. Me abracé, no podía, tenía miedo, tenía ganas de llorar. Pero no era tiempo de eso, suspiré, resbalé por el tronco y me senté. Podía ser valiente. Miré a Rin, no estaba mejor que yo, con las manos traté de acercarme pero no la alcanzaba.

A lo lejos escuché las ramas moverse y chocando una contra otra.

- ¡Largo monos, largo!- Grité cuando se acercaron a nosotras.- No me hagan daño, y yo no les haré daño, ¿bien? - Me miraban extrañados.- No salten y todo estará bien.

Uno de ellos gritó de una manera aterradora, cerré mis ojos y cubrí mi cabeza con las manos, esperé sus patas sobre mí y... Nada. No pasó nada. Miré hacia arriba y ellos siguieron saltando entre las ramas como si nada, vi caer varias hojas al suelo por ello. Relajé mi cuerpo, miré hacia Rin, aún no despertaba.

- Esta bien, ___. Solo está inconsciente.- Me dije acercándome a ella de una manera lenta, y aún así sentía el dolor en mi tobillo.

Le limpié el rostro con la mano y acomodé su cabello quitando algunas hojas sucias de ella, tenía un moretón en la cabeza y su ropa estaba demasiada sucia, al igual que la mía. Sonreí, al notar su lenta respiración, como sí durmiera. Levanté su cabeza y me senté debajo de ese lugar como pude, aguanté el dolor y el esfuerzo que tenía que hacer, suspiré satisfecha al poner su cabeza sobre mis piernas. No podía despertarla, ya lo había intentando antes, no lo había logrado.

Vi el cuerpo de Rin, tenía algunos raspones en las piernas, algunos moretones y una mancha de sangre. Vi mis piernas, y noté que tenía una macha de sangre en una de ellas, el pánico me invadió de nuevo, cálmate, ___, me dijo mi subconsciente de nuevo. Tenía de mirar lo que había debajo de mi pantalón, me armé de valor y subí mi pantalón hasta mi rodilla, miré lo que tenía y sentí mi alma escapar de mi cuerpo, La herida era en la rodilla, algunas machas de sangre resbalaban hacia abajo y a los lados. Respiré hondo varias veces para calmarme. No era grave, seguramente al caer se manchó, todo estaba bien, yo era la única alarmada por esto.

Respiré hondo y recordé las palabras de mi padre.

- Ser valiente no significa no tener miedo, sino avanzar a pesar de tenerlo. Incluso ver la vida positivamente significa ser valiente.

Decidí observar el celular de Rin para distraerme y esperar a Len. Era lindo, era de color anaranjado, tenía algunas algunas pegatinas en la parte trasera del aparato; una naranja, una banana y un helado de color azul. Se veía como un celular muy cuidado por varios años. Además tenía un colgante de un conejito blanco con el rostro apenas visible. Muy adorable.

(...)

Miré la pantalla del celular de nuevo. Ya ha pasado una hora y media desde que llamé a Piko, suspiré, son más de las dos de la tarde. Me preocupaba de que Rin no lograra caminar, tenía miedo de que... Meneé la cabeza. No, iba a ser positiva y esperarlos, tal vez ellos están preguntando sobre el lugar. Tratando de escuchar algo que pueda ser útil.

- ¿Crees que se hayan perdidos? - Preguntó con una mirada triste.

- ¡Len! ¡Estamos aquí! - Grité con todo el aire que tenía.- ¡Len! - Me sonrió.

Escuché como los pájaros se alejaban y otros ruidos extraños, tensé mi cuerpo, la razón por la que no había gritado era por llamar otra vez a esos monos grandes, tragué fuertemente. Alcancé la primera rama que tenía cerca, y traté de hacer el menor ruido posible, el arbusto que estaba frente a mí, se movió y escuché que algunas ramas eran rotas. Rin agarró una piedra lentamente. Si es un mono lo voy a golpear con la rama. Volvió a moverse el arbusto, me tragué mi miedo y alisté mi rama, ella su piedra. De pronto salió una tortuga del arbusto, Rin le lanzó la piedra antes de verla. Caminaba lentamente y pisaba algunas ramas, ignoró a la piedra y detrás de él, había otras tortuguitas. ¡Tontas tortuguitas! Las dos suspiramos de alivio. Me relajé y solté la rama.

- Perdón, no debí ir por ese camino.- Se lamentó en murmullos. La miré.- Así no me hubieras seguido, y tal vez ahora estaríamos en el hotel.

Tenía la cara llena de tristeza. Lo recordé a él, no pude evitarlo, me venía a la mente ese momento cuando comenzó a llorar.

¡Odio mi vida!

Mi corazón se entristeció de nuevo. Mordí mis labios.

- Si tu no lo hubieras hecho, yo lo habría hecho.- Reí tratando animarla. Me miró sorprendida.- Pensamos que ese camino era más corto, cometimos un error la dos, pero ya aprendimos de él ¿no?

Me sonrió.

- Tienes razón.- Animó con las manos.- ¿Crees que podamos avanzar un poco hasta algún lugar?

Miré mi pie, la parte del tobillo estaba hinchado, pero no era algo que no lograra aguantar, ¿no? Miré la pierna izquierda de Rin, tenía sangre, seguramente, al caer se cortó con algo afilado. Respiré hondo. Bien, era de hora de ignorar mi tobillo hinchado y tratar de llevar a Rin hacia algún lugar más seguro. Las ramas sonaron otra vez, miramos y salió un pajarito saltando. Suspiré. Traté de levantarme cuidosamente con la ayuda de Rin, apoyé el pie en el suelo, y dolía de una manera horrible, pero lo aguanté.

El sonido de ramas ser rotas volvió, lo ignoramos, tal vez era otra tortuga. Traté de ayudar a Rin para que se levantara, pero en cambio, puso una cara de sorpresa al mirar al frente. Antes de que lograra preguntar, algo me agarró el brazo. Miré asustada hacia atrás. Aguanté las ganas de gritar al ver ese característico pelo rubio y esos ojos azules.

- Je finalement t'ai trouvée.- Habló de forma dulce. Mi boca no podía emitir ningún sonido, me quedé sin habla. Él estaba con algunas manchas de barro, pero con una gran sonrisa en el rostro. No parecía enojado o desesperado.- Tonta, Noraneko.

Detrás de él, salieron Piko y una chica de pelo rojo con la respiración rápida.

- Jamás vuelvo a desobedecer a Len.- Murmuró Piko de manera fuerte. Nos miró mientras se acercaba y ponía una mano sobre el hombro de Len.- ¿Quieres que lleve a ___? Puedo...

- No.- No dejaba de verme.- Tú llévate a Rin.- Le ordenó. Piko asintió.- Llévala donde ella quiera estar, o donde quieras. Solo necesito estar sola con ella.

Piko con la ayuda de Miki, cargó a Rin sobre su espalda, le preguntó si se sentía cómoda y el donde quería ir, ella solo asintió sin dejar de vernos sorprendida. Piko caminó nos dio la espalda y caminó desapareciendo entre los arbustos y árboles. Miki me miró por unos segundos, me sonrió y siguió a Piko.

Sentía nervios estar sola con él. Puso su mano en mi mentón e hizo que lo mirara.

- Te escucho.- Habló con voz ronca. Evité sus ojos.

- ¿D-de qué ha-hablas? - Está demasiado cerca.

- De la disculpa. De lo que me decías en la llamada, estoy listo para escucharlo físicamente.- Su sonrisa socarrona no desaparecía.- Te escucho.

- N-no.- Le respondí y lo alejé de mi.- Tenía miedo en ese momento, po-por eso lo dije.- Abrió la boca para hablar, pero seguí.- Y cr-creo que no solo y-yo debería disculparme, es decir, ¿por qué no lo hacemos los d-dos? - No iba a mirarlo, los nervios me mataban de pies a cabeza.- Creo que eso e-es lo mejor...

Se quedó callado mirándome por largos minutos. Tal vez realmente no se le había ido la rabia. Miró a un lado con el ceño fruncido y se dio la vuelta. Creo que aún no podemos solucionar las cosas, suspiré con desanimo. De repente, para mi sorpresa, se acuclilló frente a mí.

- Ven, te cargaré. - Habló con la voz tranquila.- Debe de dolerte el tobillo.

- Len...

- Vamos, estoy tratando de ser amable. Además tengo que hablar contigo, y no creo que quieras quedarte aquí todo el día ¿no? - No me miraba, ocultaba su rostro pero me esperaba.

Sonreí por su "intento de ser amable". Me acerqué un paso más a él y puse mis brazos alrededor de su cuello, él puso sus brazos alrededor de mis piernas, y se levantó, reafirmé mis agarré de su cuello. Él respiró hondo, y comenzó a caminar en la misma dirección que el de Piko.

- Tranquila.- Dijo antes de que hablara. Siguió adentrándose más al bosque, en vez de ir por donde habíamos caído.- Solo confía en mí.

Los arboles eran cada vez más densos y grandes, daban un lindo aspecto a la luz que se filtraba entre ellas. Les daba un aspecto de tranquilidad, como esas imágenes que hay en las fotos de internet. Las flores estaban muy felices. Respiré hondo. Debía disculparme con él; sí era antes, era mejor para ambos.

- Yo... - Carraspeé.- La-lamento haber contestado la llamada y no haberte preguntado antes. También lamento haberte golpeado con la almohada más antes y decirte esas palabras malas.- Me escondí en su nuca con su coleta haciéndome cosquillas en el rostro. Ya lo dije, ¡así que nervios desaparezcan! - N-no debí hacerlo, no sabía que...- No dejó que terminara.

- Así que eso no era un sueño.- Murmuró muy bajo.- Eras ella.

- ¿Qué no era un sueño? - Susurré en su oído.

- Nora, escucha, todo lo que sucedió la noche anterior, olvídalo.- Detuvo su caminar.- No sucedió nada, no escuchaste ninguna palabra, no viste nada.- Habló mientras negaba con la cabeza varias veces.- Tú nunca me viste de esa manera.

¡Quiero paz!

Parecía tan real éste Len falso, parecía la verdadera puerta, que tenía el cartel de "no tocar" cuando había otra puerta detrás de esa, estoy segura que hay otra puerta después de esta. Oye, Len, ¿puedes decirme qué te duele tanto? ¿Por qué te odias tanto? Me junté el valor y decidí tocar esa puerta.

- ¿Y si no logro olvidarlo? - Pregunté con nerviosismo tanteando su ropa con mis manos.- ¿Qué pasaría si... S-si quiero saber más?

- No creo que quieras ir en esa dirección, Nora.- Trató de mirarme pero me escondí. - La curiosidad mató al gato. No creo que un gato sea tan suicida.- La miré desafiante. Si yo pude lanzarme de una ventana, yo puedo ir en esa dirección, él también es un ser humano. Pero necesito algo para...

- ¡Lo tengo! - Golpeé mi palma en triunfo.- Será nuestro secreto. Yo no olvidaré, pero no se lo diré a nadie más. Así que para estar iguales, necesito decir un secreto.- Miré hacia arriba para pensar.

- Nora, realmente...- ¡Ya sé!

- La razón de que amo a los panquesitos es por qué me recuerdan a mi madre al hacerlos y mi padre al dármelos cuando era niña, mi madre era una gran cocinera, siempre hacía postres cada día. - Volví a rodear su cuello.- Así que no se lo digas a nadie, shh, es nuestro secreto. Yo confío en ti.- Farfullé en su oído.- Además me debes algo, Len.-No dijo nada, negó con la cabeza. Volvió a caminar sin decir nada más. Jalé sus mejillas.- Dijimos que seriamos ambos.

- Yo no dije nada.

- Dilo, ¡dilo! - Pellizqué sus mejillas.- Deja de comience nuestra amistad con el pie derecho.

Soltó un suspiro de cansancio.

- Lamento haber reaccionado de esa manera antes.- Comenzó a susurrar de manera tranquila.- Sé que nadie merece que le griten, no hay excusa. Solo trataste de hacer lo que pensabas correcto en ese momento.

- ¿No lo volverás a hacer? Si no quiero como recompensa un panqueque.- Bromeé.

- No. Intentaré no volver a gritarte.- Sentí su sonrisa divertida en sus palabras.- Alguien inocente, valiente y puro creo que merece alguien mejor que a tú.

- ¡Oye!- Lo golpeé suave en la cabeza y él soltó una débil risa. Sonreí por ello.- No pensé que el panqueque era un ser divino. Pensé que eran los panquesitos dominarían el mundo.

- Oh, claro que lo es.

- Gracias por disculparte.- Susurré abrazándolo aún más. Si me acercaba más a él, podía sentir su aroma.

- Nunca había escuchado ese tipo de agradecimiento.

- Pues es muy especial.- Cerré los ojos.

- ¿Especial?

- Así es. Valoro tu esfuerzo por disculparte, no todo el mundo puede disculparse por culpa del orgullo. ¿No te gusta?

- Me gusta. - Me observó por sobre su hombro.- Gracias.

- Gracias por decir gracias.- Volvió a mirar al frente soltando una risa débil. Sonreí.

Luego de eso nos quedamos en silencio. Mi subconsciente me levantó' el dedo pulgar en admiración con un asentimiento de cabeza. Estaba orgullosa.

(...)

- ¿___?-Escuché mi nombre con sorpresa. Levanté la cabeza hacia la voz conocida.- ¿Qué haces con ella? - Le preguntó Oliver con la voz, ¿hostil? Lo miré confundida.

Detrás de él había dos chicos de pelo rojo, uno tenía el ojo vendado como Oliver y el pelo destrozado, además llevaba el mapa en las manos, nos miraba con cara de pocos amigos y el otro era todo lo contrario, tenía el pelo arreglado, no nos miraba y en las manos tenía pelotitas rojas. Oliver llevaba una mochila detrás de su espalda y en las manos un celular.

- La llevo al hotel.- Respondió Len sin importancia.- ¿No es obvio?

- El trato, Len.- Le dijo con hostilidad, su amigo pelirrojo sin ojo.- Si lo rompes...

- Fukase.- Le advirtió Oliver de modo serio ¿Qué estaba pasando? ¿Había guerra de grupos?

- Ella no es tuya, pirata. No es parte del trato.- Habló Len, y siguió caminando por el camino de tierra, ignorando la rabia en sus rostros.

¿Qué pasó? Miré hacia atrás confundida, ese tal Fukase nos miraba con molestia, y volvió a caminar a donde iba desde el principio con pasos más largos. Oliver negó con la cabeza y siguió a su amigo, pero poco después negó la cabeza de nuevo, y caminó hacia nosotros.

- Len...- Murmuré confundida por lo que estaba pasando.

- No la dejaré sola.- Dijo Oliver al estar cerca de nosotros. Len siguió caminando- Soy su amigo.

No dijo nada más. Seguimos caminando en silencio por el camino, el único sonido eran los gritos lejanos y el ruido de pajaritos moviéndose. Sentí que la tensión se formaba alrededor de nosotros.

Cuando llegamos al hotel, todo el lugar estaba repleto de pequeños grupos de personas que murmuraban entre ellos, al parecer aún no finalizaba el evento. Algunos profesores caminaban de un lugar a otro, vi a una persona de pelo purpura que tenía el mismo deportivo que todos los otros profesores. ¿Quién era él? Volteé la mirada para verlo mejor, pero se ocultó entre el grupo de personas.

Se parecía a Len, tenía una coleta. Nos alejamos del grupo y caminamos por otro pasillo diferente al usual. Miré con atención el lugar y nos detuvimos frente a una puerta.

- Con permiso.- Len abrió la puerta y entró.

El lugar era pequeño, pero blanco, era una enfermería del hotel. Me asombré, realmente pensaban en todo.

- Buenas tardes, joven. ¿En qué puedo ayudarlo?- No sonrió una enfermera mientras vendaba a Rin.

Ella nos dedicó una mirada triste con el celular en la mano. 

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Leyendo que Nora no va a disculparse sola, sino tambien quiere la disculpa de Len.

Yo en mi mente:

(2016) Gracias a panditas einl_2326 Alpha-sama, Agosotaku, DayanaKagamine , Fan_proxis, cami_amapolais, AlejandraBelenJimene, Naturintoka, DeliaDavila4, ItatiVelden, Florvelkawaii, NarumiUwU, AlynMishelSanchezFlo,  IsabellaKunKagamine, NaomySibrian9, Janetbnkawaii02, Steff-chan20, Jeffrey-woods15, ArianaBustamante6, AlynMishelSanchezFlo, AngelaaHdz y Alma_Infinity (2016) :,D

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