Antes de comenzar con el capítulo me gustaría pedir una disculpa de antemano. No recuerdo si en algún capítulo anterior hable sobre el don de Thomas y si lo he cambiado al que podría demostrar en un futuro.

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Ya era el fin de semana y Spica se encontraba preparándose para ir a la reservación, quería volver a ver a sus amigos. Charlie se había encargado de avisar a todos de que ella había vuelto al pueblo. A la única persona que vio en el transcurso de la semana fue a Sue, al parecer ella y Charlie se hicieron más cercanos después de la muerte de Harry Clearwater.

Spica se arreglo con un pantalón de mezclilla negro con una blusa color blanca y un abrigo gris oscuro, junto con unos botines de tacón negro. Ya estando lista para salir, miro a sus mascotas. Nisa ya había regresado de su viaje a Nueva York, ya se encontraban con su comida. Mientras que las tres serpientes se encontraban en el terrario pero como ya se había hecho una costumbre Anissa la acompañaría donde fuera.

Al tenerla ya alrededor de su cuello camino a la sala donde se encontraba su padre junto con Sue, ambos se encontraban viendo la televisión, pero al escucharla bajar voltearon a verla. Para Sue aunque desde pequeña veía a la chica con una serpiente en su brazo, aun le sorprendía y causaba terror, no era para menos la misma serpiente emanaba un aura de peligro

-Ya estoy lista, para enfrentarme al tío Billy-aviso.

-Bien, vamos-dijo Charlie mientras ambos adultos se levantaban del sofá.

Bella habia tomado un vuelo la noche anterior para ir a ver a Rene, aunque Charlie trato de convencer a Spica de que era buena idea el que ella los acompañara su hija menor se negó y le advirtió que si iba y el ambiente le gustaba más se quedaría halla y no regresaría a Forks, cosa que hiso que Edward se asustara, ya que no deseaba que su hermano escuchara tal noticia, pero al ver como el adulto se asustaba y negaba, logrando que Spica sonriera de lado se dio cuenta de lo que hacia la joven "manipulación" algo que noto era un talento para ella.

-¿Seguros que no puedo ir en mi moto?

-No, iremos en la camioneta.

-Si vamos los tres en la camioneta será más incomodo, puedo seguirlos en la moto. Prometo que no correré.

-Charlie déjala ir en su moto, ella sabe conducirla muy bien.

-No llevan ni una semana desde que se volvieron a ver y ya logran ponerse en mi contra ganando.

-Las chicas siempre debemos de estar juntas papá-le dijo Spica mientras le daba un beso en la mejilla y tomaba su casco de la mesa alado de la entrada.

Al subir a sus vehículos y tomar rumbo a la reservación, Spica se sentía libre, amaba andar en la moto... aunque siempre la hacia acordarse de su padre Sirius y esa no fue la excepción.

-Vamos Molly, no le pasara nada a Spica porque aprenda a usar mi antigua motocicleta-dijo Sirius mirando a la mujer que se negaba.

-Pero apenas y tiene catorce años Sirius. 

-Por eso llevara casco y protecciones-dijo señalando todo el equipo de protección.

-Si Spica aprende a andar en moto...

-Nosotros igual-dijeron ambos gemelos.

-¡No! Es muy peligroso, Spica no aprenderá hasta ser mayor de edad.

-Spica aprenderá ahora, porque yo soy su padre y la he dejado elegir-Spica escuchaba la discusión cada vez más lejana ya que se encontraba acercándose a la puerta para tomar la moto.

Corrió hasta llegar a ella y subirse, antes de que pudiera colocarse el casco escucho como la puerta se abría y por ella los gritos de George junto a Fred.

-¡Spica, esta en la moto!

Escucho los pasos apresurados de los adultos y prendió la moto, no sabía como conducir, pero ya habia visto a su padre hacerlo un par de veces, cuando fue a Forks. No podía ser muy difícil ¿verdad?

-¡Spica baja ya de ese vehículo!-escucho a la señora Weasley.

-Hija debes de bajar no puedes ir tu sola, aun no sabes como usarla-escucho la voz calmada y divertida de su padre, aunque también noto sus pensamientos preocupados.

Bloqueo todos los pensamientos y ruidos arrancando la motocicleta a toda velocidad. Lo último que escucho fue a Fred gritar de emoción.

Solo había avanzado unas pocas calles cuando unos policías comenzaron a seguirla por lo que decidió regresar para que estos no la atraparan, al llegar nuevamente a la mansión Black, dentro se encontraba Molly, tratando de calmarse pero al verla comenzó a gritar nuevamente.

-¡Como se te ocurre, Spica! ¡Pudiste haberte matado!-ella miro a su padre el cual tenia una copa en la mano tratando de ocultar su risa-. ¡Que acaso no la reprenderás Sirius!

-No, además si me hubieras dejado enseñarle creo que nos abríamos evitado la preocupación. Me alegra que sigas en una pieza pequeña, pero no vuelvas a hacer algo como eso.

Cuando dejo de lado sus pensamientos se dio cuenta que estaban por llegar a la casa de Billy, estaciono su moto detrás de la Pick Up. De la casa noto como salía Billy, sobre su silla de ruedas y los esperaba aun lado de la puerta.

-Pero miren quien se a dignado a venir a verme-dijo con diversión.

La chica no espero más para llegar al lado del mayor y lo abrazo.

-Hola tío ¿Cómo estas?

-Hola pequeña, estoy bien te extrañamos ¿Dónde te habías metido?

-Es algo difícil de explicar, pero al estar en el colegio de Londres, me encontré con mi padre biológico y quisimos conocernos un poco mejor, pero nunca podría olvidarlos. Forks es mi hogar.

-Me alegra que ya estés aquí, Charlie no dejo de decirnos lo bella que te habías puesto. Pero lo tenias tan preocupado, deberías de haber visto como lo dejaste-le dio un pequeño golpe en el brazo a la menor-. ¡¿Cómo se te ocurre no avisar como te encontrabas?!

-Ya le pedí disculpas y lo hablamos, pero ahora tío Billy me perdonas por no haber venido en todo este tiempo a visitarlos.

Ella comenzó a hacer caras tiernas, tratando que el mayor la perdonara, de fondo pudo escuchar como su padre y Sue reían disimuladamente.

-Nunca podre enojarme de verdad contigo muchachita, ahora entren a la casa, ya esta el almuerzo. Jacob no tarda en venir.

Antes de que pudieran entrar a la casa de entre los arboles que colindaban con el bosque que rodeaba a la reservación noto como un grupo de chicos salían trotando y jugando mientras se acercaban a la casa.

-Creo que ya llegó-dijo Sue, suspirando.

A la casa se acercaron seis hombre y una mujer, todos llevaban un pantalón corto y sin playera, mientras que la única chica del grupo venia con ropa ligera. No los podía ver bien, pero se veían demasiado altos y fuertes, todos ellos tenían un aura intimidante. Solo sabía que alguno de ellos era Jacob.

No tardo mucho para que aquellos que salían del bosque se les unieran y que Spica los mirara sorprendidos, como era posible que sus amigos de la infancia cambiaran tanto en tan poco tiempo, salió de sus pensamientos al escuchar a Billy.

-Chicos recuerdan a Spica.

Todos la miraron bien y se sorprendieron, Spica habia cambiado muy poco, pero la verdad era que ninguno pensó volverla a ver por ahí. Pero todos notaron algo diferente en ella, su olor era muy diferente al de cualquiera ahí presente, no olía como los humanos, no olía como los chupa sangre, entonces ¿Qué era Spica?

-Hola chicos, ¿Cuánto tiempo?

-¿Spica eres tú?

Jacob era de los más sorprendido de todos. Recordaba a Spica, porque siempre jugaba con sus hermanas o a veces con él, recordaba a una adolescente de cabello negro como la noche y piel pálida que siempre venia acompañada de una serpiente de color negro y ojos oscuros.

-Déjame adivinar, tú debes de ser Jacob, el pequeño que se la vivía detrás de mi hermanita-menciono con diversión logrando que los demás rieran, su mirada cayó en Jared y lo miró con burla, noto como se burlaba de Jacob por lo que decidió ponerlo en vergüenza también-. Tu eres Jared, aquel que siempre me seguía y trataba de intimidar a Cedric.

-Ja. ja. ja, muy graciosa y donde esta tú novio perfecto-menciono con burla, pero se cayó al ver la mirada que Charlie y Billy le mandaban.

Charlie porque sabía cuanto le dolia a Spica recordar a Cedric, mientras que Billy solo sabía que ya no estaban juntos por Charlie, pero no sabia que el chico había muerto.

-Ya no estamos juntos Jared, el tiempo pasa y las personas cambian-dijo de manera seria, pero dando una sonrisa, que era más dirigida a su padre-. Podemos pasar a comer tío Billy, hasta acá puedo oler la comida.

-Claro y te tengo una sorpresa en la cocina. 

Antes de entrar saludo a los demás, pero se detuvo en Sam, el cual la saludo con un abrazo, ya que ambos eran muy buenos amigos, la chica habia tenido un pequeño enamoramiento en el, pero a él le gustaba Leah por lo que nunca intento nada, además ella conoció a Cedric y se olvido del chico de la reservación.

Al entrar a la cocina de los Black's, escucho un chillido que logro captar su atención encontrándose con Rachel Black, al verla no le importo que Paul la tuviera rodeada con sus brazos, ambas corrieron a su encuentro y se abrazaron. Esto causo sonrisas en los más grandes y que Paul soltara un gruñido bajo que solo los lobos escucharon.

-¡Spica!

-¡Rachel! Hace demasiado tiempo que no nos vemos, has cambiado mucho ¿Cómo has estado? Tenemos tanto que hablar.

-Me encuentro muy bien, Spic. Debemos salir un día de estos a Port Angeles y ponernos al corriente quiero saber todo lo que te a pasado... Ahora vamos a comer antes de que todo se vuelva un caos aquí.

Cuando todos tomaron asiento, Spica logro ver a dos mujeres más, una de ellas parecía menor que ella, y la otra sabía muy bien quien era.

-¿Emilie Young?

-Hola Spica pensé que no me saludarías.

-Perdona no te había visto, me alegro de verte.

El almuerzo paso tranquilo Jared presento a su novia causando la risa de Spica, ya que este se sonrojo al ver como la pelinegra los miraba con picardía, todos notaron que la pequeña niña tímida que una vez llego a la reservación ya no existía, la ultima vez que la vieron seguía teniendo ese toque inocente que a todos les llamaba la atención, pero ahora esa chispa habia cambiado.

-¿Spica?-le hablo Emilie-. Recuerdo que antes tenías una serpiente que te acompañaba a todos lados, aun la tienes.

Spica sonrió con tristeza y negó, pero se desabrocho el abrigo que tenía dejando ver a una serpiente negra enrollada en su cuello, esta parecía un collar, pero al abrir sus ojos todos se sorprendieron, sus ojos eran de un rojo profundo que combinaba a la perfección con el color negro de su piel.

-Arminda, falleció hace unos meses pero no me dejo sola, dejo a sus tres pequeñas bebes a mi cuidado. Les presento a Anisaa, la menor de las tres. No le gusta estar lejos de mi-hablo con cariño mientras pasaba su pulgar por pequeña cabecita y esta cerraba sus ojos mientras siseaba.

-¿Qué tipo de serpiente es?-pregunto con curiosidad la novia de Jared.

-Una mamba negra, no te asustes solo atacan si me encuentro en peligro o podría matar a cualquiera con solo un par de gotas de su veneno, duraría vivo máximo cinco minutos, pero cada uno de ellos es una agonía.

Quienes la conocían no tomaban a mal, su forma de expresarse, pero para la chica la cual era la primera vez que la veía era una sorpresa que dijera todo eso sin miedo, menos que la tuviera tan cerca y que nadie dijera nada, Spica al captar sus pensamientos de terror, la miro con una sonrisa tierna, esta transmitía tranquilidad.

-No debes de temer, mi familia a tenido desde el inicio una afinidad para las serpientes, estas son sagradas para nosotros como los lobos lo son para los Quileutes-noto como todos los chicos se tensaban, pero no le tomo importancia-. Debes de saber que Charlie es mi padre adoptivo, mi madre se llamaba Lyra Slytherin. Cada Slytherin a tenido una serpiente que lo cuida, pero siempre son de las más peligrosas.

-No te da miedo que un día te pueda matar por accidente...

-No-dijo de manera seria-. Las serpientes jamás atacan sin motivo, desde el día que nací tuve a mi lado a Arminda, ella me cuido y protegió, desde antes de que mis padres fallecieran, hasta el ultimo día de su vida ella dio todo para protegerme. Además debes de saber Slither significa astuto, a mis antepasados, a mi madre y a mi nos conocen por ser astutos como serpientes. Así que te pido que no hables mal de ellas, jamás hables de traición porque no son traicioneras.

Antes de que un silencio incomodo se formara, Rachel fue la que comenzó una nueva platica.

-Spica, ¿seguirás estudiando?

-Oh, ya me gradué-todos la miraron sorprendida-. De hecho tengo ya un puesto de trabajo esperándome en Londres, aunque aun no se si tomarlo. Trabajaría junto a mis mejores amigos, es de... detective.

-Yo... no lo sabía-dijo su padre mirándola triste.

-Es que no se si vuelva a Londres, padre.

Todos seguían sorprendidos, sabía que Spica apenas tenía 17 años, pero pareciera que ya habia vivido demasiado y tenía un futuro asegurado.

Al pasar el tiempo, los chicos se fueron despidiendo y al final ellos también se fueron, ya era de noche cuando sintió que alguien la miraba por la ventana de su habitación mientras que ella leía.

Giro su cabeza de manera rápida, pero no logró ver nada, se asomo por su ventana tratando de ver a a alguien pero lo único que logro fue ver como las hojas de los arboles se movían con el viento.

-Debo dejar la paranoia, la guerra termino.

Volvió a su lugar y continuo leyendo, sin darse cuenta termino dormida con la cabeza recargada en su escritorio.

Al ya ser de madrugada una sombra volvía a estar en la ventana de Spica, haciendo el menor ruido posible trato de entrar en su habitación, sería la primera vez que trataría de hacerlo, ya que solo la habia visto dormir así de cerca el primer día en que llego a la ciudad junto con su hermano que velaba los sueños de su novia.

Al ya estar dentro de la habitación las tres serpientes que dormían tranquilas despertaron, Nisa que se encontraba descansando en la esquina de la habitación sobre su percha, comenzó a aletear y hacer ruido para que su dueña despertara.

Thomas trataba de que las mascotas no hicieran ruido, en ese momento deseaba tener el don de su hermano de controlar las emociones para evitar que esas mascotas se alteraran. Spica al escuchar tanto alboroto se levanto notando como una sombra estaba frente a ella, su latir se sobresalto esto hiso que el vampiro temiera por su compañera, así que al ver como esta cerraba sus ojos, decidió hacer uso de su don.

Spica tallo sus ojos, mientras que Thomas la miraba y escuchaba.

-Debe ser una broma... no hay nadie aquí... la guerra termino... nadie sabe de este lugar aparte de mis amigos.

Thomas que miraba como su compañera se encontraba temiendo, ella se encontraba sufriendo por recuerdos, recuerdos que parecían ser recientes y que la atormentaban haciendo que ella tuviera que estar en un estado de vigilancia en cada momento. Sin poder aguantar más salió por la ventana y corrió a su casa desactivando su don, al llegar solo tomo a su hermano y lo arrastro junto a él, para ir a casa de Spica.

Al estar afuera noto como su compañera seguía despierta, por lo que suspiro y vio a su hermano.

-Necesito que utilices tu don con Spica, necesito que descanse, no quiero que sufra por culpa mía. La desperté y ahora esta en un estado de vigilancia constante, no podrá volver a dormir si no me ayudas, hermano.

Jasper sentía la culpa que emanaba su hermano, además del miedo que salía de la casa justo de la habitación de la compañera de su hermano, así que no dijo nada, dejo que su hermano subiera a la habitación e hizo uso de su don en la humana.

Spica no tardo mucho en caer dormida, cuando Jasper comenzó a tranquilizarla, después de ese pequeño momento de pánico logro poder volver a dormir, sin ningún problema. Logrando no solo que ella estuviera tranquila sino que Thomas lograra relajarse, miro a donde se encontraba el terrario notando como tres pequeñas serpientes lo miraban con curiosidad, aunque este tenia activado su don, una de ellas asintió en su dirección para luego mirar a las otras dos y a la lechuza, asiendo da misma señal.

Las tres serpientes volvieron a dormir, mientras que la lechuza solo ululo un poco, para voltear su cabeza a otro lado; Siendo esto la aceptación para Thomas quitando con ello su don y tomando asiento en la silla que se encontraba en el escritorio, cuidando de los sueños de su pequeña, por el resto de la noche.

(...)

Antes de que amaneciera Thomas salió de la casa Swan para regresar a la suya, Spica despertó por primera vez en mucho tiempo de un buen sueño, al bajar a desayunar se encontró con su padre el cual se alistaba para ir a trabajar.

-Buenos días, papá.

-Buenos días, hija ¿Cómo has dormido?

-Mejor de lo que esperaba, ¿Crees que pueda ir al bosque?

-No creo que sea seguro.

-Sabes que no me pasara nada se cuidarme, además Anissa nunca me deja sola y ella me cuida.

-Bien, solo cuídate, hoy llegara Bella en la noche. Llámame si sucede algo.

(...)

Spica se encontraba en el bosque caminando, desde pequeña amaba pasar tiempo en la naturaleza, ya que en ella podía ser ella misma y nadie la juzgaría porque ningún habitante de Forks se atrevía a entrar en sus bosques a excepción de los que vivían en la reservación, pero ellos por alguna extraña razón no iban por ese lado.

Al seguir caminando mientras miraba el paisaje, que se encontraba nublado, llego a la orilla de un rio, se asomo ya que este estaba hundido notando a pequeños peces que se encontraban nadando en el.

Miro a su alrededor notando una sombra de algo grande del otro lado, esta era de color negro, este le recordó a alguien haciendo que sus ojos se cristianizaran, mientras que lo veía.

De sus labios solo salió una palabra, en un susurro:

-Sirius-vio como el animal intentaba irse, pero esta volvió a hablar-. Por favor no te vayas, me recuerdas a alguien, aunque eres mucho más alto que él, pero eso creo saber que se debe a tu verdadero ser.

El lobo la miraba con autentica curiosidad, como era posible que Spica supiera de eso.

-No temas amigo, además con tu tamaño creo que podrías contra mi en un segundo y la verdad es que no me quiero enfrentar otra vez a un hombre lobo, ya tuve suficiente cuando tenía trece de ellos... si un hombre que obtuvo la mordedura es peligroso, ya me imagino a uno que es así por la maldición, prefiero no averiguarlo.

>>Creo que lo mejor es que me vaya, adiós lobito. Gracias por hacerme recordar a Canuto.

Sin más ella comenzó a caminar más por el bosque alejándose del rio y del lobo que la miraba con asombro, miedo y curiosidad, ¿Cómo su amiga de la infancia no temía de él? ¿Cómo que a los trece años ya había conocido a un hombre lobo?

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