Part. 3 Capitulo 21
Mientras que en la escena frente a ellos Spica se encontraba estudiando los Cullen y la manada comenzaron a hacer sus comentarios y preguntas a la Spica actual que estaba mirando con un brillo especial aquella sala de los herederos.
-¿Por qué no decirles a tus amigos de la sala de los herederos?-pregunto Edward.
-Dumbledore siempre sabía el porque decía las cosas y siento que el sabía que lo mejor era que Harry se mantuviera alejado de ella, por todos los secretos que en ella se ocultan, además si Ron se enteraba, Harry lo sabría.
-¿No te molestaba que la gente pensara que eras la que abrió la cámara de los secretos?-Esme que hizo la pregunta se notaba preocupada.
-En ese entonces con doce años la verdad es que me sentí mal, pero nunca estuve solo... Cedric, los gemelos Weasley y Hermione me demostraron que son personas que nunca me abandonarían y aunque Harry se alejo junto con Ron, tener la capacidad de poder leer sus pensamientos me ayudo a saber que Harry lo hacia para tratar de llamar menos la atención por sucesos que pasaron en una clase de duelo; Mientras que Ron el pensó que era lo correcto porque siempre le dijeron que Salazar Slytherin no traía nada bueno.
Las escenas siguieran avanzando y cambiando, ahora podían ver a Spica caminando por un pasadizo, notaron como entraba y salía de varios cuatros, hasta llegar al frente de las puertas de la enfermería.
Spica camino con cuidado de que nadie la viera, cuando estaba a punto de entrar a la enfermería, noto como la puerta se abría, por lo que se oculto detrás de una de las armaduras que se encontraban cerca, notando como salían de ahí Dumbledore y Mcgonagall.
Cuando ya se habían alejado lo suficiente, la chica ingreso con cuidado a ella, camino con dirección a donde recordaba que se encontraba la camilla de su amigo, pero para ninguno paso inadvertido que ahora otra camilla se encontrara con las cortinas corridas. Spica llego a lado de Harry el cual al verla se sorprendió.
-¿Qué haces aquí? ¿Cómo llegaste?
-Te dije que te vendría a ver y llegue caminando, aunque tuve que ocultarme de Dumbledore y Minie, cuando estaba por entrar y ellos salieron ¿Por qué estaban aquí?
-Hubo otra victima-fue lo único que Harry le dijo, pero se le notaba nervioso.
La niña solo se sorprendió y lo abrazo con cuidado de no dañarle su brazo malo.
Ambos niños se quedaron en la camilla de Harry juntos, para ninguno fue raro el dormirse en la misma camilla, ya que cuando el año pasado estuvieron en la enfermería por lo de la piedra filosofal, había noches en las que se dormían en la misma camilla.
Las escenas siguieron cambiando, todos miraban impresionados todo lo que pasaba frente a ellos, vieron como una poción explotaba sin saber quienes fueron los culpables. También vieron que Spica se quedaría en el castillo para la Navidad.
Ahora mismo Spica se encontraba entrando al vestíbulo cuando Hermione la jalo del brazo a donde se encontraban ellos con dos chicos más, los cuales se encontraban entusiasmados.
-¡Van a abrir un club de duelo! ¡La primera sesión será esta noche! No me importaría recibir unas clases de duelo, podrían ser útiles en estos días...
-¿Por qué? ¿Acaso piensas que se va a batir el monstruo de Slytherin?-preguntó Ron, olvidando que Spica se encontraba con ellos.
-Podría ser útil-les dijo a Harry, Hermione y Spica cuando se dirigían a cenar-. ¿Vamos?
Spica lo miró y suspiro negando: -No puedo tengo cosas que hacer.
-Tienes que ir Spica, sino vas muchos más pensaran que tu fuiste la que abrió la cámara y desato al monstruo-dijo Hermione.
-Aunque vaya, ya muchos lo creen-menciono mirando a sus dos amigos que se encontraban viéndola.
-Por eso iremos juntas, todos tienen que ver que no eres esa heredera. Tal vez seas una Slytherin pero tú te llevas bien con varios que somos hijos de muggles.
-Bien, iré.
La escena cambio ahora se mostraba el gran comedor de noche siendo las mesas sustituidas por una tarima dorada, iluminada por miles de velas que flotaban en el aire.
-¿Cómo es posible que les enseñen a combatir? Apenas son niños la mayoría-hablo Esme preocupada.
-Es mejor saber defenderse a estar desprevenido-hablo Spica segura y todos la miraron asintiendo.
-Me pregunto quien nos enseñara...
La escena siguió avanzando mostrando a Lockhart y Snape, los de la manada comenzaron a apostar de quien seria el mejor, aunque no podían creer que ese profesor que era tan inútil fuera quien les enseñara.
Cuando vieron a Lockhart salir volando por un hechizo lanzado por Snape no pudieron evitar reír, mientras que Spica solo sonreía ya que recordaba aquella escena con demasiado diversión.
Al ver como Spica era colocada frente a una chica con capa esmeralda y esta la miraba de forma despectiva sabían que esto no terminaría muy bien.
"Pansy Parkinson"
Todos escucharon el pensamiento de Spica.
-¿Cómo es posible que la heredera de Salazar Slytherin se encuentre en la casa de su enemigo? No eres una digna portadora de tu apellido-hablaba con veneno.
"Ya te mostrare lo buena que soy portando el apellido Slytherin"
-¡Varitas listas!-gritó Lockhart-. Cuando cuente hasta tres, ejecuten sus hechizos para desarmar a su oponente. Sólo para desarmarlo; no queremos que haya ningún accidente. Uno, dos y... tres.
La primera en atacar fue Parkinson, dando justo en el brazo derecho de Spica, logrando que su varita tambaleara en su mano por unos segundos antes de que la tomara con fuerza y atacara a la chica, mandándola lejos de ella.
Cuando Parkinson se recupero, Spica volvió a lanzar un hechizo el cual fue contrarrestado por otro que había lanzado su contrincante, Snape y Lockhart que se encontraban cerca de Harry y Malfoy los cuales estaban a unos metros de las chicas, se acercaron al escuchar las exclamaciones de los demás alumnos al ver como ellas peleaban no solo con hechizos de desarme.
Al final Snape fue a las chicas mientras que Lockhart fue con los chicos para tratar de separarlos.
-¡He dicho solo de desarme!-la voz de Lockhart se escuchaba lejana, mientras que ambas chicas seguían mirándose por lo que no notaron cuando Snape las apunto con su varita.
-¡Petrificus totalus!
Con un sonido sordo ambas chicas cayeron al suelo, Parkinson fue ayudada por Snape que la ayudo a levantarse, para luego ver a Spica y decir:
>>Cinco puntos menos para Gryffindor-ella solo soltó un bufido de molestia.
Pansy la miró con superioridad, aunque se alejo de ella, al notar como la serpiente salía de la manga de su uniforme.
Cuando logro volver a sentir todos sus músculos, noto como toda la habitación volvía a estar en silencio con Lockhart hablando frente a todos.
-Creo que será mejor que les enseñe a interceptar los hechizos indeseados-pero su mirada desprendía terror al ver al profesor Snape-. Necesito un par de voluntarios... Longbottom y Finch-Fletchley, ¿Qué tal ustedes?
-Mala idea, profesor Lockhart. Longbottom provoca catástrofes con los hechizos más simples, tendríamos que enviar a Finch-Fletchley a la enfermería en una caja de cerrillos. ¿Qué tal Malfoy y Potter?-dijo Snape con una sonrisa malvada-. ¿O quizás podrían ser Parkinson y Slytherin?
-¡Excelente idea!-dijo Lockhart...
-¿Qué nadie observo como ambas chicas casi se matan?-pregunto con preocupación Rosalie.
-Esta claro que ambas desean hacerse daño, no puedo creer que ese profesor quiera que se batan nuevamente en duelo-expreso Esme disconforme.
-Apuesto cincuenta por Spica-hablo Paul.
-Yo apuesto sesenta por la otra chica, le dio buena batalla a la pequeña Spica-contesto Quill, logrando que todos lo miraran extraño-. ¿Qué?
-No apoyaras a tu amiga-quiso saber Leah.
-No, alguien debe de apostar en su contra y ella sabe que la quiero.
-Dejen de apostar y pongan atención-dijo Billy con tono serio.
Ambos pares de niños ya se encontraban uno frente al otro, ambos alumnos de uniforme escarlata fueron junto a Lockhart; mientras que los de esmeralda iban con Snape.
-Veamos, Harry, Spica, cuando Draco o Pansy les apunten con las varitas, tienen que hacer esto.
Levantó la varita, intentó un complicado movimiento, y se le cayó al suelo. Snape sonrió y Lockhart se apresuró a recogerla, diciendo:
-¡Vaya, mi varita está un poco nerviosa!
-Si, claro-menciono con diversión Emmet.
-Primero irán Potter y Malfoy-Snape habló, ya que había notado el humor de ambas chicas.
Ambas niñas se bajaron de la tarima y se colocaron en los extremos para ver mejor el duelo.
"Tú puedes"
"Hazlo papilla"
"Demuestra que los Gryffindor somos mejores"
Muchos pensamientos como aquellos eran los que Spica escuchaba además de los murmullos de aliento.
-Tres, dos, uno, ¡ya!-gritó Lockhart.
-¡Serpensortia!-Malfoy fue el primero en conjurar.
Frente a todos caía una serpiente negra y se erguía, lista para atacar. Todos se echaron atrás gritando y despejaron el lugar en un segundo... todos excepto Spica, la cual se acerco un poco más, al final de cuentas ella tenía un vinculo con ellas.
-No te muevas, Slytherin-dijo Snape sin hacer nada-. Potter, no se mueva. Me encargaré de ella...
-¡Permítame!-gritó Lockhart. Blandió su varita apuntando a la serpiente y se oyó un disparo: la serpiente, en vez de desvanecerse, se elevó en el aire unos tres metros y volvió a caer al suelo con un chasquido. Furiosa, silbando de enojo, se deslizó derecha hacia Finch-Fletchley y se irguió de nuevo, enseñando los colmillos venenosos.
Pero antes de que pudieran hacer algo, Spica ya se encontraba frente al chico para que la serpiente no lo atacara a él... pero aquello no fue lo que sorprendió a todos sino que fue la manera en la que Harry avanzo decidido a la serpiente y dijo "¡Déjalos!" La serpiente bajó al suelo, tan inofensiva como una gruesa manguera negra de jardín, y se giro a Harry.
Al notar que la serpiente ya no atacaría Spica se separo del chico y lo miró sonriendo, Justin no se encontraba como ella deseaba verlo, con cara de alivio, o confusión, pero se encontraba enojado y asustado.
-¿A qué crees que jugamos?-gritó a Harry para luego mirar a Spica-. No creas que le agradeceré a una serpiente de sangre.
Antes de que alguien pudiera decir algo más el chico se había dado la vuelta y abandonaba el salón.
Snape se acercó, blandió la varita y la serpiente desapareció en una pequeña nube de humo negro. También Snape miraba a Harry de una manera rara; pero la escena cambio conforme Hermione tomaba del brazo a su amiga.
Ahora se encontraban en la sala común de Gryffindor, la cual estaba vacía. Ron sentó a Harry en una butaca y Hermione a Spica junto a él, Ron dijo:
-Hablas pársel. ¿Por qué no nos lo habías dicho?
-¿Qué hablo qué?-dijo Harry.
-Parsél-dijo Spica con tranquilidad-. Tienes la misma habilidad que yo para hablar con las serpientes-le explico con tranquilidad, aunque los otros dos no estaban tranquilos.
-Ah, sí... ya lo sabía. Quiero decir, que ésta es la segunda vez que hablo con una. La primera vez, accidentalmente, le eché una boa constrictor a mi primo Dudley en el zoo... Es una larga historia... pero ella me estaba diciendo que no había estado nunca en Brasil, y yo la liberé sin proponérmelo. Fue antes de saber que era un mago...
-¿Entendiste que una boa constrictor te decía que no había estado nunca en Brasil?-repitió Ron con voz débil.
-¿Y qué? Además también entiendo a Arminda-dijo señalando el brazo de Spica-. Apuesto a que pueden hacerlo montones de personas.
-Desde luego que no-se adelanto Ron-. No es un don muy frecuente. Harry, eso no es bueno.
Spica miraba mal a Ron, pero suspiro ella sabía a lo que se refería.
"¿Por qué tuve que ser una Slytherin?, todo sería más fácil si no lo fuese"
"Pero no tendría a Arminda, ni sabría cuando Charlie me miente con los dulces"
-En serio necesitas ordenas mejor tus prioridades Spica-dijo Paul con gracia, mientras que todos la miraban divertidos.
-¿Qué? Tenia doce años y papá no me dejaba comer chocolate, según el ya comía demasiados dulces en Hogwarts sin su supervisión.
Thomas miraba con ternura y divertido a su compañera, la abrazo por sus hombros y se acerco a su oído desde atrás para susurrarle.
-Te regalare todo el chocolate que desees.
Los demás seguían poniendo atención a la escena que pasaba en el recuerdo.
-Hablaste en legua parsel-le dijo Ron-, la lengua de las serpientes. Podías haber dicho cualquier cosa. No te sorprenda que Justin se asustara, parecía como si estuvieras incitando a la serpiente, o algo así. Fue escalofriante.
Ambos niños seguían discutiendo hasta que Spica se canso de ello y le explico a Harry el porque todos creían que era malo.
-Salazar Slytherin era famoso por su capacidad de hablar con las serpientes. Por eso el símbolo de la casa de Slytherin es una serpiente-Harry la miro boquiabierto-. Pero no solo el tenía la capacidad, cada uno de sus descendientes tienen la capacidad, mi madre la tuvo y yo la tengo... aunque no solo la rama principal de sus descendientes la tenemos sino que también la tienen todos y cada uno de los que llevan su sangre.
-Exactamente-dijo Ron-. Y ahora todo el colegio va a pensar que tú también eres su tatara-tatara-tatara-tataranieto o algo así.
-Pero no lo soy, Spica es la unica descendiente de él que conozco y no somos familia.
-Te costará mucho demostrarlo-dijo Hermione-. Él vivió hace unos mil años, así que bien podrías serlo.
-Pero Spica podría demostrarlo diciendo que no somos parientes-trato de hallar una solución, pero ambas chicas negaron.
-No puedo, yo no conozco ni siquiera a toda mi familia biológica y muchos en este tiempo me tienen miedo por lo que no me van a creer.
Las escenas comenzaron a cambiar con rapidez, para los sobrenaturales que tenían la capacidad de poder apreciar lo que pasaba a tan rápida velocidad, era sorprendente todo lo que pasaba. Pero la escena que más les sorprendió fue el pequeño vistazo que Spica habia tenido el día en que encontraron a Justin y Nick casi decapitado petrificados.
Después de aquella escena, Harry había enfrentado a Spica porque la noto; Pero ella se negaba a decir la verdad por lo que desde ese momento Harry dejo de juntarse con ella, luego Ron hiso lo mismo al enterarse por Harry de ese suceso, la unica que seguía confiando en ella era Hermione.
Las vacaciones de navidad llegaron y con ello Spica pasaba más tiempo con Fred, George y Cedric ya que sus amigos ocultaban algo de ella; podría ver en sus mentes pero había prometido que no se las leería.
La mañana de Navidad cuando Spica se levanto de la cama no vio a Hermione, por lo que preparo sus regalos y los mando con su lechuza a sus amigos, además de una nota para Cedric en la cual le explicaba que si podía verla en el lago negro.
Al ya estar lista con ropa normal y no con el uniforme del colegio, Andrómeda regreso con la respuesta de Cedric, en la cual decia que la esperaba en el lago negro.
La niña solo tomo un libro de su mesa de noche, Arminda ya se encontraba en su brazo izquierdo y bajo las escaleras que daban a la sala común de Gryffindor, al llegar ahí noto a sus amigos los cuales iban con dirección al cuadro que era la salida.
Para Spica no paso desapercibida el como los chicos la miraban expectantes al verla bajar las escaleras antes que ellos, pero no les tomo importancia a la unica que saludo fue a Hermione, ya que después de haber tratado tanto con Ron y Harry, recibiendo solo muecas o silencio por su parte se rindió.
Al llegar al lago negro ahí ya se encontraba Cedric.
-¡Feliz navidad, Cedric!
-¡Feliz navidad, pequeña!-le dijo mientras que la abrazaba y le extendía una cajita cubierta por papel para envolver color rojo-. Espero que te guste tanto como a mi me gusto tu regalo.
-Gracias, Cedric.
Casi todos miraban la escena con ternura, ya que Thomas se encontraba cada vez más cerca de golpear a su hermano por el simple hecho de que este y Cedric fueran idénticos.
Las escenas cambiaron mostrando la cena de Navidad, hubo un momento en el que todos se sintieron mal y este fue cuando notaron como los amigos de Spica la hacían aun lado, siendo Cedric su salvador sin que estos lo notaran.
Esa noche Spica fue a dormir a la sala de los herederos, se sentía lastimada por sus amigos. Lo que la chica no esperaba era que a la mañana siguiente se enteraría que Hermione se encontraba en la enfermería.
No la dejaron pasar a ver a su amiga aunque noto como entraban Harry y Ron, al ellos salir se entero que entre los tres habían decidido que no querían que ella viera a Hermione, lo que la hizo sentir peor. El único que se mantenía a su lado era Cedric.
Para nadie paso desapercibido como el chico trataba de hacer sonreír a la niña la cual cada vez estaba más triste.
Para Spica lo mejor fue el poder ver a su amiga sana y salva la primera semana de febrero; aunque trato de hablar con ella ninguno de los chicos la dejaba acercarse en todo el día y por las noches cuando iba al cuarto, Hermione siempre se hacia la dormida, cosa que hacia sentir peor a la niña.
El castillo rebosaba de alegría ya que no había habido más ataques después del de Justin. Spica se encontró a Hagrid una vez que iba camino a la sala de los herederos y platicaron un poco, pero no pudo evitar llorar cuando el semi-gigante le pregunto por Hermione, Ron y Harry.
El catorce de febrero habia llegado al colegio y al parecer al profesor Lockhart se le habia ocurrido la maravillosa idea de festejar esa fecha con mensajes secretos entregados por duendes disfrazados de cupidos "amorosos".
Spica aunque era una de las personas más temidas por ese tiempo no paso desapercibida, ya que habia recibido demasiadas cartas anónimas y otras pocas con el nombre de sus admiradores; además de haber recibido dos mensajes cantados los cuales convenció a los "amorosos" por cantarlos en lugares apartados de cualquier ojo curioso.
La mayoría de aquellos mensajes o notas que contenían el nombre de los admiradores, eran pertenecientes a estudiantes de Slytherin ya fueran de años mayores o de su mismo curso, otros pocos venían de Ravenclaw de alumnos mayores y aunque los escritos eran halagadores a ella no le interesaban.
La manada no desaprovecho el momento para hacerle burla a su amiga.
-Al parecer el ser descendiente del mago que puso un monstruo que ataca a los estudiantes, no es suficiente aterrador para que se alejen de ti, Spica-menciono Jacob con burla.
-¿Cuantas cartas y notas recibiste?-pregunto Quill-. Yo conté quince notas, cinco cartas, ocho regalos y dos canciones.
Mientas que la manada seguía riéndose, la chica solo acariciaba el brazo de Thomas habia notado con el paso de los recuerdos que su toque lograba que el vampiro se relajara, pero su trabajo se fue a la borda cuando Emmet decidió abrir la boca provocando que Thomas soltara un gruñido casi animal.
-Al parecer Spica eres toda una rompecorazones desde niña, ¿no me imagino como fuiste después?-le dirigió una mirada a Thomas-. De hecho le ganaste a Thomas, por cartas y notas recibidas.
El tiempo siguiendo pasando hasta que llegaron las vacaciones de Semana Santa. Era momento de elegir optativas para el curso siguiente, decisión que debería de ser seria al ayudarlos con lo que quisieran trabajar en el futuro.
Spica se encontraba sentada junto a Hermione mientras miraba todas las optativas que existían.
-Podría afectar a todo nuestro futuro-dijo a Harry y Ron.
-Lo único que quiero es no tener Pociones-dijo Harry.
-Imposible-dijo Ron con tristeza-. Seguiremos con todas las materias que tenemos ahora. Si no, yo me libraría de Defensa Contra las Artes Oscuras.
-¡Pero si ésa es muy importante!-dijo Hermione, sorprendida.
-No tal como la imparte Lockhart-repuso Ron-. Lo único que me ha enseñado es que no hay que dejar sueltos a los duendecillos.
Spica no sabía cuales escoger y como podía sentir como todos a excepción de Hermione se encontraban nerviosos con su presencia, decidió salir de ahí; solo se despidió de Hermione y mientras que pensaba a donde podría ir en los pasillos del primer piso se encontró a la profesora Mcgonagall.
-Buenas tardes, Slytherin-la saludo.
-Buenas tardes Minie...
-¿Sucede algo?
-Bueno... sabe que debemos de escoger las materias optativas para el siguiente curso-la profesora asintió-. No se que materias escoger, me gustaría tomar varias pero se que no debo de sobrecargarme si quiero seguir siendo la mejor... además me gustaría saber cuales tomaron mis padres, pero nadie sabe quien es mi padre y nadie sabe cuales escogió mi madre.
-Yo se cuales tomaron... si quieres puedes venir conmigo a mi oficina-Spica con una gran sonrisa de emoción siguió a la profesora.
Todos escucharon como la profesora Mcgonagall hablaba con la menor sobre las optativas que habia escogido, notaron como la niña se quedaba pensando en una en especifico hasta que le pregunto por ella:
-Minie... ¿Qué puedo ser si tengo de optativa Estudios de Demonios Necrófagos?
-Oh, bueno es una materia que muy pocos estudian pero ayuda con Defensa Contra las Artes Oscuras... por lo que si quieres llegar a ser Auror te ayudaría, aunque también si quieres ser profesora de DCAO o trabajar en el departamento de control de criaturas mágicas... Lyra escogió EDN porque quería trabajar de aurora.
-Ahora ya se cuales serán mis optativas-dijo mientras que se levantaba y la abrazaba-. Gracias Minie.
Sin más salió corriendo.
-¿Estudios de Demonios Necrófagos?-quiso saber más Carlisle y Billy.
-Es una materia en la que nos enseñan más sobre criaturas creadas por magia negra o que han sido maldecidas. Cuando comencemos a ver mis recuerdos de mi tercer curso sabrán más sobre ella.
A Gryffindor le tocaría jugar el siguiente partido de Quidditch contra Hufflepuff. Al despertar ese día y bajar a desayunar en la mesa ya se encontraba un animado Wood.
-¡Perfectas condiciones para jugar al quidditch!-dijo emocionado a los de la mesa de Gryffindor, llevando los platos-. ¡Harry, levanta el ánimo, necesitas un buen desayuno!-se volteo a ver a Spica y paso su brazo por los hombros de la menor-. ¡Come más Spica, estas casi en los huesos!
Cuando el desayuno termino, Hermione se acerco a donde se encontraba su amiga, la cual platicaba animadamente con los gemelos Weasley para desearle suerte en el partido. Los tres tomaron camino a los vestidores, pero Spica se detuvo al escuchar nuevamente esa voz seseante.
No era la primera ve que la escuchaba después de lo sucedido con la gata de Filch, pero la verdad era que deseaba no meterse en más problemas. La gran mayoría la creía la culpable y sabia que habían pedido a Dumbledore que la expulsara.
Pero de verdad la asusto aquello que escucho:
-Matar esta vez... Déjame desgarrar... Despedazar...
-¿Esta todo bien Spica?-Fred al verla detenerse se preocupo.
-Todo bien.
-¿Segura? Pareciera que has visto un fantasma-menciono con tono bromista George.
-Si... claro, solo continuemos con el camino, George-dijo Spica cambiando su mueca de preocupación.
-¿Como es posible que los identifiques?-pregunto Leah, ya que para ella ambos gemelos eran idénticos.
-La voz de Fred es más profunda y George tiene un lunar en el lado derecho de su cuello-le respondió Spica sin importancia-. Además de que con sus pensamientos se delataban.
Antes de que alguno más pudiera preguntar otra cosa Spica miró directo a los pensamientos, para que nadie preguntara de nuevo y ellos no tuvieron de otra que mirar junto a ella.
Ya todos se encontraban en el campo de quidditch, el equipo de Hufflepuff se encontraban todos reunidos en una parte del campo, mientras que Gryffindor comenzó con su calentamiento, justo cuando Spica noto como justo cuando Harry ingresaba en el campo, la profesora Mcgonagall llegaba corriendo a ellos, llevando consigo un megáfono de color púrpura.
-El partido acaba de ser suspendido-gritó por el megáfono la profesora, dirigiéndose al estadio abarrotado.
No se hicieron esperar los gritos y silbidos. Oliver Wood, con aspecto desolado, aterrizó y fue corriendo a donde estaba la profesora sin haber desmontado su escoba.
-¡Pero profesora! Tenemos que jugar... la Copa... Gryffindor...
La profesora Mcgonagall no le hizo caso: -¡Todos los estudiantes tienen que volver a sus respectivas salas comunes, donde les informaran los jefes de sus casa! ¡Vayan lo más deprisa que puedan, por favor!
Luego bajó el megáfono e hizo una seña a Spica y Harry para que se acercaran.
-Slytherin, Potter, creo que será mejor que vengan conmigo.
Al pasar por la multitud de estudiantes Ron se les unió.
-Sí, quizá sea mejor que tú también vengas, Weasley.
La escena cambio ahora se encontraban acercándose a la enfermería.
-Esto les resultará un poco sorprendente-dijo la profesora Mcgonagall con voz amable-. Ha habido otro ataque... Un ataque doble.
"Espero puedan soportarlo"
Ese fue el pensamiento de la profesora Mcgonagall mientras se adentraban en ella.
Spica noto a la señora Pomfrey encargarse de una de las victimas, la cual no conocía pero al ver la camilla a su lado, quedo pasmada...
"Hermione... No, ella no"
En sus pensamientos se le notaba lo rota que se encontraba, pero al ver su rostro este solo mostraba terror y odio puro; Mientras que Ron y Harry se acercaron rápidamente a su lado, ella se quedo junto a la profesora en completo silencio.
-Las encontramos junto a la biblioteca-dijo la profesora Mcgonagall-. Supongo que no pueden explicarlo. Esto estaba en el suelo, junto a ellas...
Levantó un pequeño espejo redondo.
Los tres negaron viendo aun a Hermione.
-Los acompañaré a la torre de Gryffindor-dijo con seriedad la profesora Mcgonagall-. De cualquier manera, tengo que hablar con los estudiantes... Señorita Slytherin a usted la llevare a la oficina del profesor Dumbledore.
La escena volvía a cambiar ahora se encontraba frente a la gárgola que daba paso a la oficina de Dumbledore, Harry y Ron, solo miraban fijamente a Spica. La profesora Mcgonagall se despidió de la niña avisándole que pasaría por ella después de hablar con los Gryffindor para llevarla a la torre.
-Buenas tardes profesor-hablo Spica al adentrarse por la puerta.
-Buenas tardes señorita Slytherin-Dumbledore se encontraba detrás de su escritorio con una sonrisa amable.
-¿Me mando a llamar director?
-Así es... como sabes han encontrado a dos alumnas hoy antes del comienzo del partido-ella solo asintió-. Muchos padres me han pedido el que te expulse de Hogwarts al ser la unica heredera de Slytherin de la cual se conoce.
Spica se asusto nunca habia pensado que podría ser expulsada solo por ser una Slytherin.
-Pero... pero profesor yo ni siquiera se donde se encuentra esa cámara, apenas y se de mi descendencia-hablo muy rapido, proceso al ser interrumpida por Dumbledore.
-Yo lo se señorita... se que usted no es capaz de dañar a algún alumno, pero me temo que muchos no piensan lo mismo que yo-suspiro-. No debe de ponerse triste ya que e logrado convencer a la cantidad necesaria para que se impida su expulsión alegando que una de las alumnas encontradas hoy en la biblioteca es Hermione Granger su mejor amiga... aun así el ministro de magia quiere venir a comprobar que usted no es un peligro, por lo que le pido vaya a cabaña de Hagrid a las ocho.
Spica solo pudo asentir, la verdad era que se encontraba aun en shock, no sabía como reaccionar ante la posibilidad de que la expulsaran solo por un apellido que ella ni siquiera sabia que portaba hasta hace apenas menos de tres años.
Dumbledore al ver a la chica con miedo impregnado en sus ojos, la invito a sentarse y ambos comenzaron a platicar, el mayor le mostro a Fawkes su Fénix. El ave se mostro en un principio recelosa ya que Spica portaba a su fiel Arminda en su brazo, pero después de unos segundos el Fénix ya la dejaba que lo acariciara.
-¿Como es posible que te fueran a expulsar?-le pregunto Billy.
-Es algo estúpido, solo se dejan guiar por un apellido-exclamo Paul-. Ella ni siquiera pertenece a la casa de Slytherin y su mejor amiga es hija de gente sin magia.
-El miedo puede ocasionar diversas reacciones, o sino ¿por qué creen que todos nos mantenemos en perfiles bajos?-les explicó-. En la antigüedad cuando se creía que las brujas, vampiros, hombres lobo o cualquier ser sobrenatural eran más que solo leyendas o cuentos de terror, nos daban caza... ya fuera con fines de matarnos o el obligarnos a cumplir con sus deseos.
-Las brujas y hechiceros fueron cazados hasta que decidieron hacerse los extintos, ya que aunque algunos reinos los ocupaban para su beneficio en otros lugares solo les temían por hacer cosas a las cuales no estaban acostumbrados a ver.
Los recuerdos siguieron pasando, hasta uno en el cual se mostraba a Spica siendo guiada por Mcgonagall a la torre de Gryffindor y al ser dejada en ella, Spica era vista con temor por parte de varios de los habitantes de aquella casa. Al anochecer notaron nuevamente a la profesora Mcgonagall la cual llegaba por ella.
No paso inadvertido para ninguno el como muchos de los alumnos la miraban con desprecio, otros que creían que la habían expulsado se relajaban. Pero habia dos alumnos de los cuales los pensamientos eran realmente fuertes.
"¿La expulsaron?"
"No estoy realmente convencido que fuera Spica... Hermione y ella siempre se llevaron bien, desde que entramos al colegio"
"Si de verdad fue Spica la culpable me siento tranquilo de que la expulsen, aunque fuera una gran amiga en el pasado. Mi padre siempre me dijo que no se debía de confiar en magos que hablaran Parsel"
"Podría ser alguna equivocación... Debo de averiguar, no puedo dejarla sola es mi mejor amiga"
Esos eran los pensamientos de ambos amigos.
Spica llego a la cabaña de Hagrid siendo escoltada por Minie, la cual la dejo en la entrada de la misma cuando el semigigante le abrió la puerta y la invito a pasar.
-Buenas noches, Hagrid-lo saludo Spica, con un semblante triste.
-Hola Spica, me entere lo que paso con Hermione ¿Cómo te encuentras?
El semigigante le regalo una sonrisa pequeña.
-Triste aun no puedo creer que mi mejor amiga haya terminado petrificada por culpa del monstruo que dejo mi antepasado.
-Yo se que no has sido tú pequeña, eres de la que menos sospecho y por ello mismo se que cuando el ministro de magia llegue hoy tu podrás quedar libre y absuelta de cualquier cargo que quieran poner en tu contra-ambos se sonrieron-. Pero me gustaría que supieras algo más-ella asintió-, si quieres saber más acerca de quien abrió la cámara hace cincuenta años, a las arañas sigue.
-¿Arañas?
-Recuerdas que te platique sobre mi mascota, la pequeña Aragod.
-Claro, como olvidarla... menos cuando me has mostrado a algunas de sus hijas-menciono con un toque de miedo en su voz.
-Ella estaba presente cuando paso todo hace cincuenta años, quizás te pueda decir lo que vio esa noche, pero no vayas sola... quizás esto sirva para que te reconcilies con los chicos, no me gusta verlos distanciados...
No pudieron seguir hablando porque la puerta fue golpeada, Hagrid que se encontraba nervioso por lo que pasaría a continuación con el ministro, tomo su ballesta y camino a la puerta callando los ladridos de Fang, su perro jabalinero.
-¡Ah!-dijo, bajando el arma y mirando afuera por lo que ella se levanto de su silla-. ¿Qué hacen aquí ustedes dos?
-¿Para que es eso?-escucho la voz de Harry.
Un segundo después ya tenia a sus dos amigos de pie juntos frente a ella. Ambos chicos la miraron sorprendidos, pero Hagrid contento a lo que Harry le había preguntado:
-Nada, nada... estábamos esperando... no importa... tomen asiento, prepararé té.
Spica al notar el temblor en las manos de Hagrid decidió que lo mejor para evadir a sus amigos y ayudar al mayor era preparar el té por él.
-¿Estás bien, Hagrid?-pregunto Harry-. ¿Has oído lo de Hermione?
-¡Ah, sí, claro que lo he oído!-respondió con la voz entrecortada.
Spica sirvió el té en una jarritas; Hagrid solo veía por la ventana con nerviosismo. Pero antes de pudieran hacer otra cosa la puerta fue nuevamente golpeada.
Ambos niños se miraron con pánico, se pusieron encima la capa para hacerse invisibles, Spica recogió en un rapido movimiento las dos jarritas extras de té; mientras que Hagrid volvió a tomar su ballesta y al ver que ninguno de los otros dos se veían abrió la puerta.
-Buenas noches, Hagrid, Spica.
Dumbledore. Entró, muy serio, seguido por el ministro. El hombre de corbata roja y capa negra, se puso nervioso al notar a Spica, como si supiera algo que ella desconocía.
-Cornelius Fudge, señorita Slytherin. Me alegro de por fin conocerla, aunque fuera en esta terrible situación.
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-ortiz6acosta
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