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Part. 3 Capitulo 10

Cuando Spica se fue la reservación dejo a los lobos sorprendidos por muchas de las cosas que habían descubierto de su amiga, aunque aun tenían muchas dudas sabían que estas serian respondidas con el paso del tiempo. Ahora se sentían mejor al saber que no se ocultaban sus verdaderas naturalezas.

Spica se encontraba camino a su casa, estaba decidida a que esa noche después de pasar un tiempo agradable junto a Thomas le contaría su secreto, quería saber si el chico le contaba el suyo, solo tendría que pedirle que no dijera nada a su hermana.

Al ya estar en su hogar se dio cuenta que nadie se encontraba en la sala imaginaba que su padre ya debería de estar dormido mientras que su hermana bien podría estar en su habitación o con su novio, por lo que solo se dedico a subir a su cuarto para cambiarse la ropa y que no oliera tanto a la manada.

Se coloco un pantalón ajustado de color negro con una blusa color blanco con puntos negros y enzima un saco negro, de zapatos se coloco unas botas hasta las rodillas negras con poco tacón. No tubo que esperar ya que escucho como lanzaban algo a su ventana. 

Al asomarse noto a Thomas con una gran sonrisa.

-Ahora bajo-le dijo.

Spica antes de irse dejo una nota en el refrigerador donde ponía que saldría con Thomas Hale. Al salir se encontró al chico junto a su motocicleta, este le extendía un casco para que ambos pudieran subir.

-¿A dónde me llevaras esta noche Tommy?

-Iremos a dar un paseo por el bosque-hablo de manera tranquila-. Pero antes te llevare a cenar.

-Me parece un gran plan.

El camino fue demasiado tranquilo para ambos, era sorprendente el poder estar de esa manera; Thomas condujo hasta llegar al centro de Forks, donde pequeñas cafeterías y pequeños restaurantes se encontraban. Thomas miro a Spica cuando estaciono fuera de un restaurante el cual lucia rustico.

Al entrar al Bianchi noto como las mesas eran de color blanco con un centro de mesa en colores negro, morado y azul. Todo el lugar era decorado por aquellos colores, mientras que las paredes y luces eran de color blanco, las cortinas y detalles eran negros, morados y azules. Quien les dio la bienvenida al restaurante era una mujer que vestía un traje negro con camisa blanca y corbata azul marino.

-Bienvenidos al Bianchi, ¿en qué les puedo ayudar?

-Tenemos una reservación al nombre de Thomas Hale.

-Claro es una reservación para dos-dijo con una sonrisa-. Síganme, por favor.

Los dos siguieron a la mujer que los guio, hasta una mesa que se encontraba alejada de los demás comensales del restaurante.

-Gracias-dijo Spica cuando Thomas le abrió la silla.

-De nada Spica.

-En un momento vuelvo para tomar sus ordenes-les entrego los menús y se retiro.

-Pide lo que desees Spica. Luego de que comas algo iremos a dar un paseo.

-No pedirás algo.

-Tengo una dieta muy estricta-Spica lo miraba queriendo ver si lograba que el chico le hablara sobre su verdadera naturaleza-. En realidad fue idea de mis hermanas el que te trajera a comer, mi plan original solo era que diéramos un paseo por el bosque.

Spica lograba notar como estaba incómodo con esa confesión, ya que estaba admitiendo ante ella que sus hermanas lo ayudaron, pero para ella no era nada de que incomodarse de hecho lo veía adorable.

-Tommy, no debes de avergonzarte. Me encanta que me hallas traído a comer, pero me hubiera gustado más que fuera algo que pudiéramos disfrutar juntos-el chico la miro sorprendido-. Saliendo de aquí que te parece si damos un largo paseo por el bosque como me dijiste antes de que llegáramos.

-Es lo que más esperó-menciono con una gran sonrisa que hizo que Spica sintiera su corazón latir a mil por hora.

Después de haber leído todo el menú Spica decidió pedir algo ligero que pudiera comer en la menor cantidad de tiempo, para que Thomas no tuviera que esperarla por mucho tiempo.

Thomas solo había pedido un vaso de agua, pero Spica pidió un sándwich con papas gajo y una naranjada mineral. Sería muy incómodo para Spica el sentir la mirada de Thomas, aunque el le repitiera que no había problema.

No fue mucho el tiempo que ambos esperaron por el platillo y las bebidas, en realidad no habían tenido ni siquiera tiempo de escojer un buen tema de conversación cuando a la chica ya le estaban dando su platillo. Al irse la camarera, Thomas fue el primero en hablar.

-¿Cómo te fue en la reservación?

-Bien, me gusta ir mucho-lo miro con una pequeña sonrisa-. Todos mis amigos de la infancia son de ahí.

-¿No tenías amigos en Forks?

-No, todos me trataban como la chica rara o loca por mi mascota, ya que tenía un permiso especial para poder ir a clases con mi serpiente. Pero en la reservación nadie me juzgaba por ella, así que me hice amiga de varios chicos y chicas de ahí, además de que Billy Black es como mi tío... de pequeña cuando me quedaba a dormir en su casa siempre me contaba las leyendas de la tribu Quileute.

Dijo lo último para ver cómo reaccionaba el chico, logrando ver cómo este se tensaba un poco en su propio lugar, al haber logrado su cometido lo miro con una tierna sonrisa y hablo:

-Me dijiste que se habían mudado a Forks hace tres años-él asintió-. ¿Dónde vivían antes?

-Hemos vivido en varios lugares... Mis hermanos y yo nacimos en Texas, pero cuando nos mudamos con la familia Cullen comenzamos a vivir en Alaska y desde hace tres años vivimos en Forks. Aunque hace unos meses regresamos ya que tuvimos que irnos por unos problemas familiares.

-Oh, llegaron al pueblo cuando yo me fui-hablo haciendo los cálculos, pero noto como Thomas se reía disimuladamente.

-¡En serio! Me hubiera gustado ir juntos a la escuela, aunque no fuéramos en el mismo año.

-Yo no estudie en Forks desde que cumplí los once años Thomas, así que dudo mucho que fuéramos juntos-menciono con una pequeña sonrisa.

Thomas sabía aquello a la perfección gracias a su cuñada, pero aun así prefería que ella le explicara a donde fue a estudiar.

-Vaya... ¿Dónde estudiaste?

-En un internado de Londres, fue divertido-Spica ya habia terminado de comer, por lo que solo miro al vampiro como pedía la cuenta y ambos salían.

Spica intento pagar lo que consumió al final de cuentas ella era la unica que habia comido pero él le gano a la hora de que ella se volteo para sacar su cartera.

-No debiste hacer eso, al final fui yo la unica que consumió algún alimento-dijo ella algo molesta, pero Thomas tuvo el atrevimiento de tomarla de la mano y jalarla a la salida después de que pago.

-No debías, yo te he invitado. Cuando un cabello invita a cenar a una dama el debe de pagar aunque el no consuma nada, ya que es por educación-noto como la chica no sonreía por lo que se detuvo de caminar y la miro con una sonrisa de lado-. Déjame consentirte aunque sea por esta noche.

Ambos se vieron a los ojos, Spica lo miraba retadoramente ya que ella odia que los chicos quisieran pagar o ser demasiado educados, ella aceptaba algunas cosas pero el que Thomas pagara cuando no consumió nada le molesto.

-Dejemos algo en claro Tommy... cuando yo coma y tú no, yo pagare no importa si tu me has invitado, pero solo si consumes algo además de un vaso de agua podrás pagar ¿esta bien?

El vampiro de verdad que no quería discutir con ella por lo que la dejo ganar esa vez.

-Bien, ahora vayamos a dar ese paseo por el bosque. 

Ambos volvieron a subir a la motocicleta, el chico conducía a una alta velocidad; esto no molestaba a Spica ya que se sentía como si volara con su saeta de fuego. Se adentraron por un camino que ella reconoció como el camino que daba a la casa del vampiro, cosa que no le importo mucho.

Pasaron la casa del inmortal la cual tenía todas sus luces encendidas, siguieron adelante por unos cinco minutos más cuando  tuvieron que bajar del vehículo, Thomas le extendió la mano para que juntos siguieran su recorrido. Spica estaba sumida en sus pensamientos, ya que de verdad deseaba que el le confesara su secreto, pero al mismo tiempo tenía miedo al como fuera a reaccionar el ante el suyo.

-Esta todo bien Spica-ella salió de sus pensamientos y le regalo una sonrisa.

-Si, todo esta bien.

-Vamos estamos cerca de donde te quiero llevar.

Frente a ellos se encontraba el mismo prado en el que se conocieron, la unica diferencia era que tenia un toque más oscuro ya que era de noche. Spica recordó las veces en las que habia entrado al bosque prohibido, pero la que más le gustaba recordar era la vez que con Harry y Hagrid fueron a ver los dragones que Charlie Weasley habia llevado para el torneo de los tres magos.

Era de noche y los terrenos del colegio estaban envueltos en una oscuridad total. Spica había sido arrastrado por Harry a que lo acompañara a la cabaña de Hagrid; Spica era la unica que no se alejo de él, aunque su novio fuera Cedric. Ambos amigos con la capa de invisibilidad sobre de ellos, bajaron por la explanada hacia la luz que brillaba en la cabaña de Hagrid. También el interior del enorme carruaje de Beauxbatons se hallaba iluminado. Spica iba frente a Harry por lo que ella toco a la cabaña, ambos escucharon como Madame Maxime dentro de su carruaje.

-¿Eres tú, Harry?-susurró Hagrid, abriendo la puerta. 

Harry recibió una mala mirada de parte de Spica, ya que ella no estaba invitada y el la había obligado a acompañarle.

-Si, también me acompaña Spica-respondió Harry, para que ambos entraran en la cabaña y se quitaran la capa de encima-. ¿Por qué me has hecho venir?

-Tengo algo que mostrarte, bueno mostrarles-respondió Hagrid mirando a ambos. 

Parecía muy emocionado. Llevaba en el ojal una flor que parecía una alcachofa de las más grandes. por lo visto, había abandonado el uso de aceite lubricante, pero era evidente que había intentado peinarse, porque en el pelo se veían varias púas del peine rotas.

-¿Qué vas a mostrarnos?-Harry desconfiaba de él, mientras que Spica ya tenía los ojos demasiado abiertos por lo que habia notado en la mente del semigigante.

"Cita con Madame Maxime, Charlie Weasley con dragones en el fondo del bosque prohibido"

-Cúbranse con la capa, vengan conmigo y no hablen-les indicó Hagrid-. No vamos a llevar a Fang, porque no le gustaría...

-Escucha, Hagrid, no podemos quedarnos mucho... Debemos que estar en el castillo a la una.

Hagrid lo ignoro y abrió nuevamente la puerta de su cabaña para que salieran, caminando rumbo al carruaje de Beaxbautons, Harry miro a su amiga ya que esta estaba apunto de reír.

-Ya veras, es algo realmente gracioso-hablo por lo bajo aunque no evito que Hagrid los mandara a callar.

Después de que ambos semigigantes se saludaran, Hagrid los guio por el bosque prohibido hasta llegar a una parte donde se encontraban los Dragones. Charlie se les acerco regañando a Hagrid por haber traído a Maxime.

Si el hombre supiera que Spica se encontraba ahí se hubiera molestado también, aunque el tenía una debilidad por la chica ya que esta habia pasado parte del tiempo antes del juego de Quidditch hablando con el sobre los dragones que cuidaba en Rumania.

Cuando lograron volver al castillo, Harry estaba tan sorprendido que no sabía como reaccionar. Harry por otro lado estaba furioso con Ron, ya que este sabía todo y no le dijo nada. Además de que no sabía como vencería a un dragón. 

-Harry ¿puedo decirle a Cedric a lo que se enfrentaran?-Spica le pregunto a su amigo, ya que ella estaba realmente preocupado por ambos. Sabia que Maxime le diría a Fleur y que de seguro Karkarof ya sabría, siendo Krum su alumno que competiría ayudándolo contra el.

-Claro, no creo que haya algo de malo. Todos ya van a saber de que va la primera competencia. Solo... ¿crees poder ayudarme a saber como vencerlo? Eres inteligente, siempre has sido la mejor de nuestro curso y quisiera sobrevivir.

Spica miro con ternura a su mejor amigo y lo abrazo, ella lo ayudaría a ganar. Ambos eran mejores amigos.

-Te ayudare, aunque vencer a un dragón no es nada sencillo, haremos lo mejor para que salgas con vida de la primera prueba cuenta conmigo.

-No recordaba como llegar a este lugar-dijo Spica-. Es en verdad un bello prado.

-Esta cerca de mi hogar, así que cuando quieras venir puedo traerte-hablo el con calma.

En el centro del prado se encontraba una manta en la cual se sentaron gracias al vampiro que los guio a ella. Spica miraba al cielo, por lo que se dejo caer hacia atrás, mirándolo desde una mejor posición.

Thomas imitando el movimiento de la mortal se acostó a su lado, Spica mirando aun al cielo puso su cabeza sobre el pecho del mayor. No era la primera vez que notaba su falta de calor corporal, pero si fue la primera vez que noto que su corazón no latía, confirmando lo que ya sabía Thomas y toda su familia eran vampiros.

-Gracias por traerme, de verdad amo mirar a las estrellas-le dijo mientras que una de sus manos inconscientemente se entrelazaba a una de las del vampiro.

-¿Te sabes sus nombres?

-Si, en la escuela nos enseñaron a leer las estrellas y sus constelaciones.

-¿Cual es tu constelación favorita?

-Son dos en realidad Orion y Lyra- "¿por qué?", escucho que Thomas se preguntaba por lo que con una sonrisa respondió-. Son las constelaciones que llevan el nombre de mis padres biológicos, Sirius Orion Black y Lyra Slytherin; si me preguntas por mi estrella favorita tengo varias, pero las principales son Arcturus y Sirius.

El rostro del vampiro se encontraba con una gran sonrisa, habia descubierto algo nuevo de su compañera y eso le agradaba, ver la emoción en el rostro de Spica cuando habla de esas constelaciones era lo mejor.

-¿Arcturus?

-Es mi segundo nombre además de ser el nombre que comparto con el que seria mi único tío de sangre. Regulus Arcturus Black fue el hermano menor de mi padre, aunque falleció cuando era aun muy joven creo a los diecisiete, mi padre y el no tuvieron la mejor relación desde que el cumplió los once, aunque de niños siempre fueron muy unidos.

-¿Los extrañas?

-¿A mis padres? Claro, hubiera deseado conocer a mi madre y bueno... fue lo mejor mientras pude estar con mi padre, llegue a conocerlo y convivir con él, aunque si me hubieran dicho el final desearía poder cambiarlo. Pero tengo a Charlie y Rene por lo que no me quejo, además de Harry es como un hermano e Isabella es mi hermanita a la que siempre voy a querer proteger de todos y todo.

Spica ya se estaba quedando dormida de verdad se sentía en completa paz estando ahí con el inmortal pero de verdad debían de hablar el tema de lo que eran lo más pronto posible, como Billy había dicho algo se acercaba y sabía que el estaba metido en todo ello.

-¿Debería de llevarte a tu casa ya te estas durmiendo?-dijo el mayor, pero se sorprendió mucho por lo que escucho.

-¡No! Antes debemos de hablar de algo demasiado importante-dijo sentándose para mirarlo con seriedad.

-¿De que quieres hablar?

-Hay algo que no sabes sobre mí-lo miro a los ojos-. En realidad mucho que no sabes, pero eres la primera persona que logro llamar mi atención después de mucho tiempo y no se porque siento que debes saber... más si es que quieres que tengamos algo.

Thomas se encontraba impactado por lo que se sentó frente a ella y tomo sus manos.

-No debes de decirme sino te sientes cómoda, claro que quiero estar contigo. Me gustas Spica y no tienes idea de cuanto. Te espere por demasiado tiempo, por lo que no te presionare a que me cuentes algo.

-¿Quiero que lo sepas?

-Esta bien, te escucho...

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Se que es algo corto pero no me he sentido muy bien desde ayer, pero bueno aquí esta. Espero que realmente les guste.

-ortiz6acosta

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