
Part. 2 Capitulo 30
Había olvidado la magia. Había olvidado que era bajito y poca cosa y que tenía trece años, mientras que Black era un hombre adulto y alto. Lo único que sabía Harry era que quería hacerle a Black todo el daño posible, y que no le importaba el que recibiera a cambio.
Tal vez fuera por la impresión que le produjo ver a Harry cometiendo aquella necedad, pero Black no levantó a tiempo las varitas. Harry sujetó por la muñeca la mano libre de Black, desviando la orientación de las varitas. Tras propinarle un puñetazo en el pómulo, los dos cayeron hacia atrás, contra la pared.
Spica deseaba poder ir a separar a su mejor amigo de su padre pero Hermione la mantenía inmovilizada de las manos ya que se las estaba sujetando en su espalda, para que no pudiera interferir.
Ron gritó. Vieron un resplandor cegador cuando las varitas que Black tenía en la mano lanzaron un chorro de chispas que por unos centímetros no dieron a Harry en la cara. Harry sintió retorcerse bajo sus dedos el brazo de Black, pero no lo soltó y golpeó con la otra mano.
Pero Black aferró con su mano libre el cuello de Harry.
-No-susurró-. He esperado demasiado tiempo.
Apretó los dedos. Harry se ahogaba. Las gafas se le habían caído hacia un lado. Hermione por la sorpresa soltó a su amiga.
Spica aprovechó ese momento de distracción, para acercarse a donde se encontraban Sirius y Harry.
Black soltó a Harry profiriendo un alarido de dolor. Ron se arrojó sobre la mano con que Black sujetaba la varita y Harry oyó un débil tintineo.
Se soltó del nudo de cuerpos y vio su propia varita en el suelo. Se tiró hacia ella, pero...
-¡Ah!
Crookshanks se había unido a la lucha, clavándole las garras delanteras en el brazo. Harry se lo sacudió de encima, pero Crookshanks se dirigió como una flecha hacia la varita de Harry.
-¡NO!-exclamó Harry, y propinó a Crookshanks un puntapié que lo tiró aun lado bufando. Harry recogió la varita y se dio la vuelta.
-¡Apártense!-gritó a Ron, Spica y a Hermione.
Ron y Hermione no necesitaron oírlo dos veces. Hermione, sin aliento y con sangre en el labio, se hizo a un lado, recogiendo su varita y la de Ron. Spica no se movió ella antes de hacerle algo a Sirius, deseaba escuchar el porque hizo lo que hizo. Ron se arrastró hasta la cama y se derrumbó sobre ella, jadeando y con la cara ya casi verde, asiéndose la pierna rota con las manos.
Black yacía de cualquier manera junto a la pared. Spica se encontraba frente de él, mientras que lo protegía, ya que deseaba saber la verdad. Su estrecho tórax subía y bajaba con rapidez mientras veía a Harry aproximarse muy despacio, apuntándole directamente al corazón con la varita.
Pero aunque Spica trataba de proteger a su padre este no ayudaba con las palabras que salían de su boca.
-¿Vas a matarme, Harry?-preguntó.
Harry se paró delante de Spica, sin dejar de apuntar a Sirius con la varita, y bajando la vista para observar la cara. El ojo izquierdo se le estaba hinchando y le sangraba la nariz.
-Muévete Spica, el mato a mis padres y a tú madre-dijo Harry con voz algo temblorosa, pero con la mano firma.
Black lo miró fijamente con aquellos ojos hundidos.
-Se lo que escuchamos; Harry, pero no sabemos si esa es toda la historia... me gustaría conocer la versión de ambas partes...
-No lo niego-dijo en voz baja, logrando que Spica lo mirara sin comprender al mismo tiempo que se alejaba de él-. Pero como dijo Spica, si supieras toda la historia...
-¿Toda la historia?-repitió Harry, con un furioso martilleo en los oídos-. Los entregó a Voldemort, eso es todo lo que necesito saber.
-Tienes que escucharme-dijo Black con un dejo de apremio en la voz-. Lo lamentarás si no... si no comprendes...
-Comprendo más de lo que cree-dijo Harry con la voz cada vez más temblorosa-. Usted no la ha oído nunca, ¿verdad? A mi madre, impidiendo que Voldemort me matara... Y usted lo hizo. Lo hizo... no solo con mi madre, también con la de Spica... con la mujer que decía amar...
Antes de que nadie pudiera decir nada más, algo canela pasó por delante de Harry como un rayo. Crookshanks saltó sobre el pecho de Black y se quedó allí, sobre su corazón. Black cerró los ojos y los volvió a abrir mirando al gato.
-Vete-ordenó Black, tratando de quitarse de encima al animal. Pero Crookshanks le hundió las garras en la túnica. Volvió a Harry su cara fea y aplastada, y lo miró con sus grandes ojos amarillos. Hermione, que estaba a su derecha, lanzó un sollozo.
Harry miró a Black y a Crookshanks, sujetando la varita aún con más fuerza. ¿Y qué si tenía que matar también al gato? Era un aliado de Black... Si estaba dispuesto a morir defendiéndolo, no era asunto suyo. Si Black quería salvarlo, eso sólo demostraría que le importaba más Crookshanks que los padres de Harry o hasta incluso Lyra.
Spica de verdad no sabía en que creer, quería pensar que el hombre frente de ella era inocente y que todo lo que pensaban de él estaba completamente erróneo, pero las pruebas eran contundentes y en cada una de ellas, el salia como el culpable ya no sabia que hacer.
Harry levantó la varita. Había llegado el momento de vengar a sus padres. Iba a matar a Black. Tenía que matarlo. Era su oportunidad...
Pasaron unos segundos y Harry seguía inmóvil, con la varita en alto. Black lo miraba fijamente, con Crookshanks sobre el pecho, ni siquiera miraba a Spica. En la cama en la que estaba tendido Ron se oía una respiración jadeante. Hermione permanecía en silencio.
Y entonces oyeron algo que no habían oído hasta entonces.
Unos pasos amortiguados. Alguien caminaba por el piso inferior.
-¡ESTAMOS AQUÍ ARRIBA!-gritó Hermione de pronto-. ¡ESTAMOS AQUÍ ARRIBA! ¡SIRIUS BLACK! ¡DENSE PRISA!
Black sufrió tal sobresalto que Crookshanks estuvo a punto de caerse. Spica captó unos pocos pensamientos y supo rápidamente de quién se trataba: -Lupin-murmuró tan bajo que solo ella misma escucho.
Harry apretó la varita con una fuerza irracional. ¡Mátalo ya!, dijo una voz en su cabeza. Pero los pasos que subían las escaleras se oían cada vez más fuertes, y Harry seguía sin moverse.
La puerta de la habitación se abrió de golpe entre una lluvia de chispas rojas y Harry se volvió cuando el profesor Lupin entró en la habitación como un rayo. El profesor Lupin tenía la cara fatigado, cansado y de forma muy débil, y la varita levantada y dispuesta. Miró a Ron, que yacía en la cama; a Hermione, encogida de miedo junto a la puerta; a Harry, que no dejaba de apuntar a Black con la varita; a Spica que se encontraba un poco alejada de Sirius pero aun así lo protegía de su amigo; y al mismo Black, desplomado detrás de Spica y sangrando.
-¡Expelliarmo!-gritó Lupin.
Las varitas de Harry y Spica salieron volando de sus manos. También lo hicieron las dos que sujetaba Hermione. Lupin las tomo todas hábilmente y luego entro en la habitación, mirando a Black, que todavía tenía a Crookshanks protectoramente en caramado en el pecho.
Harry se sintió de pronto como vacío. No lo habia matado. Le había faltado valor. Black volvería a manos de los dementores.
Entonces habló Lupin, con una voz extraña que temblaba de emoción contenida:
-¿Dónde está, Sirius?
Harry miró a Lupin. No comprendía qué quería decir. ¿De quién hablaba? Se volvió para mirar de nuevo a Black, cuyo rostro carecía completamente de expresión. Durante unos segundos no se movió. Luego, muy despacio, levantó la mano y señaló a Ron. Desconcertado, Harry se volvió hacia el sorprendido Ron.
-Pero entonces...-murmuró Lupin, mirando tan intensamente a Black que parecía leer sus pensamientos-, ¿por qué no se ha manifestado antes? Amenos que...-Spica solo escuchaba los pensamientos de su profesor de DCAO y notando como los ojos de Lupin se dilataron al un pensamiento demasiado fuerte llegar a ella-... amenos que fuera él quien... amenos que te transmutarás... sin decírmelo...
Muy despacio, sin apartar los hundidos ojos de Lupin, Black asintió con la cabeza.
Sin otro pensamiento más Spica se acerco rapido a su padre y le dio un fuerte abrazo sin que nadie en la habitación se lo esperara. Harry al igual que Ron y Hermione, quedaron completamente desconcertados al ver y escuchar como Spica, su mejor amiga se encontraba soltando pequeños sollozos en el pecho de Black.
-Spica..., profesor Lupin, ¿qué pasa?-interrumpió Harry en voz alta-. ¿Qué...?
Pero no terminó la pregunta, porque lo que vio lo dejó mudo. Lupin bajaba la varita. Un instante después, se acercó a Black, Spica se despegó de su padre y se puso a su lado ya mas tranquila, Lupin le tomo la mano, tiró de él, y abrazó a Black; como a un hermano.
Harry se sintió como si le hubieran agujereado el fondo del estómago.
-¡NO LO PUEDO CREER!-gritó Hermione.
Lupin soltó a Black y se volvió hacia ella. Hermione se había levantado del suelo y señalaba a Lupin con los ojos espantados.
-Usted... usted...
-Hermione...
-¡... usted y él!
-Tranquilízate, Hermione.
-¡No se lo dije a nadie!-gritó Hermione-. ¡Deje que Spica me convenciera! ¡Lo he estado encubriendo!
-¡Hermione, escúchame, por favor!-exclamó Spica, ya sin lágrimas en los ojos.
-¡No, tú sabías de esto!-le gritó a su amiga.
-Puedo explicarlo...-dijo Lupin, al saber lo que estaba apunto de decir su alumna.
Harry temblaba, no de miedo, sino de una ira renovada.
-Yo confié en usted-gritó a Lupin, flaqueándole la voz- y en realidad era amigo de él.
-Están cometiendo un error-explicó Lupin-. No he sido amigo suyo durante estos doce años, pero ahora sí... Déjenme que se los explique, Spica lo puede confirmar...
-¡NO!-gritó Hermione-. Harry, no te fíes de él. Ha ayudado a Black a entrar en el castillo. También él quiere matarte.
-¡Hermione guarda silencio, el profesor Lupin dice la verdad!-exclamo Spica, pero su amiga solo la miraba con decepción tiñéndole los ojos.
-¡No guardare silencio; Spica! ¡Es un hombre lobo!
Se hizo un vibrante silencio. Todos miraban a Lupin, que parecía tranquilo, aunque estaba muy pálido.
-Estás acertando mucho menos que de costumbre, Hermione-dijo-. Me temo que sólo una de tres. No es verdad que haya ayudado a Sirius a entrar en el castillo, y te aseguro que no quiero matar a Harry...-se estremeció visiblemente-. Pero no negaré que soy un hombre lobo.
Ron hizo un esfuerzo por volver a levantarse, pero se cayó con un gemido de dolor. Lupin se le acercó preocupado, pero Ron exclamó:
-¡Aléjate de mí, licántropo!
Lupin se paró en seco. Y entonces, con un esfuerzo evidente, se volvió a Hermione y le dijo:
-¿Cuánto hace que lo sabes?
-Siglos-contestó Hermione-. Desde que hice el trabajo para el profesor Snape.
-Estará encantado-dijo Lupin con poco entusiasmo-. Les puso ese trabajo para que alguno de ustedes se percatara de mis síntomas. ¿Comprobaste el mapa lunar y te diste cuenta de que yo siempre estaba enfermo en luna llena? ¿Te diste cuenta de que el boggart se transformaba en luna al verme?
-Las dos cosas-respondió Hermione en voz baja-. Pero también me ayudó el libro de Spica, el de su clase de Estudios de Demonios Necrófagos.
Lupin lanzó una risa forzada.
-Nunca he conocido a dos brujas de su edad tan inteligentes, Hermione. La primera fue Spica.
-No soy tan inteligente-susurró Hermione-. ¡Si lo fuera, le habría dicho a todo el mundo lo que es usted, sin dejar que Spica me convenciera de lo contrario!
-Ya lo saben-dijo Lupin-. Al menos, el personal docente lo sabe.
-¿Dumbledore lo contrató sabiendo que era usted un licántropo?-preguntó Ron con voz ahogada-. ¿Está loco?
-Hay profesores que opinan que sí-admitió Lupin.
-Pero no es el más peligroso si hablamos de ello, el profesor Lestat lo es más-ni Harry, Ron o Black, sabían de quién hablaba, pero no le tomo mucha importancia y Lupin continuo.
-Le costó convencer a ciertos profesores de que yo era de fiar.
-¡Y ESTABA EN UN ERROR!-gritó Harry-. ¡HA ESTADO AYUDÁNDOLO TODO ESTE TIEMPO!
Señalaba a Black, que se había dirigido hacia la cama adoselada y se había echado encima, ocultando el rostro con mano temblorosa. Crookshanks saltó a su lado y se subió en sus rodillas ronroneando. Ron se alejó, arrastrando la pierna.
-No he ayudado a Sirius-dijo Lupin-. Si me dejaras, se los explicaré. Miren...-separó las varitas de Harry, Ron, Hermione y Spica y las lanzó hacia sus respectivos dueños. Harry tomo la suya asombrado-. Ya vieron-prosiguió Lupin, guardándose su propia varita en el cinto-. Ahora ustedes están armados y nosotros no. ¿Quieren escucharme?
Harry no sabía qué pensar. ¿Sería un truco?
-Si no lo ha estado ayudando-dijo mirando furiosamente a Black-, ¿cómo sabía que se encontraba aquí?
-Por el mapa-explicó Lupin-. Por el mapa del merodeador. Estaba en mi despacho examinándolo...
-¿Sabe utilizarlo?-le preguntó Harry con suspicacia, ocasionando la risa de Spica.
-Y no es el único de esta habitación que sabe Harry-dijo con burla en la voz Spica, haciendo que Harry la mirará raro-. El es uno de sus creadores junto con tú padre, Sirius y Peter...
Ambos adultos la miraron con asombro, sus amigos estaban igual, pero algo que los diferenciaba era que Lupin y Black la miraban con una sonrisa de lado, por su inteligencia.
-Como has dicho Spica, yo colaboré en su elaboración. Yo soy Lunático... es el apodo que me pusieron mis amigos en el colegio.
-¿Usted lo hizo...?
-Lo importante es que esta tarde lo estaba examinando porque tenía la idea de que tú, Ron, Spica y Hermione intentarías salir furtivamente del castillo para visitar a Hagrid antes de que su hipogrifo fuera ejecutado. Y estaba en lo cierto, ¿a que sí?-comenzó a pasear sin dejar de mirarlos, levantando el polvo con los pies-. Supuse que se cubrirían con la vieja capa se tu padre, Harry.
-¿Cómo sabe lo de la capa?
-¡La de veces que vi a James desaparecer bajo ella!-dijo Lupin, repitiendo el ademán de impaciencia-. Que lleven una capa invisible no les impide aparecer en el mapa del merodeador. Les vi cruzar los terrenos del colegio y entrar en la cabaña de Hagrid. Veinte minutos más tarde dejaste a Hagrid y volviste hacia el castillo. Pero en aquella ocasión les acompañaba alguien.
-¿Qué dice?-interrumpió Harry-. Nada de eso. No nos acompañaba nadie.
-No podía creer lo que veía-prosiguió Lupin, todavía paseando, sin escuchar a Harry-. Creía que el mapa estaría estropeado. ¿Cómo podía estar con ustedes?
-¡No había nadie con nosotros!
-Y entonces vi otro punto que se les acercaba rápidamente, con la inscripción "Sirius Black". Vi que chocaba con ustedes, vi que arrastraba a dos de ustedes hasta el interior del sauce boxeador.
En ese momento Spica solo miraba a la rata de Ron la cual no dejaba de moverse.
-¡A uno de nosotros!-dijo Ron enfadado.
-No, Ron-dijo Lupin-. A dos.
Dejó de pasearse y miró a Ron.
-¿Me dejas echar un vistazo a la rata?-dijo con amabilidad.
-¿Qué?-preguntó Ron-. ¿Qué tiene que ver Scabbers en todo esto?
-Todo-respondió Lupin-. ¿Podría echarle un vistazo, por favor?
Ron dudó. Metió la mano en la túnica. Scabbers salió agitándose como loca. Ron tuvo que agarrarla por la larga cola sin pelo para impedirle escapar. Crookshanks, todavía en las rodillas de Black, se levantó y dio un suave bufido.
Lupin se acercó más a Ron. Contuvo el aliento mientras examinaba detenidamente a Scabbers.
-¿Cómo es posible que no lo haya notado antes?-se preguntó así misma Spica, ahora podía leer claramente la mente de la pequeña "rata".
-¿Qué?-volvió a preguntar Ron, con cara de asustado y manteniendo a Scabbers junto a él-. ¿Qué tiene que ver la rata en todo esto?
-No es una rata-graznó de repente Sirius Black.
-¿Qué quiere decir? ¡Claro que es una rata!
-No lo es-dijo Lupin en voz baja.
-Es un mago-dijo Spica a sus amigos-. Puedo escuchar sus pensamientos con demasiada claridad, no puede ser un animal por como piensa.
-Un animago-aclaró Black-llamado Peter Pettigrew.
Era tan absurdo que les costó un rato comprender lo que había dicho. Ni siquiera Spica que leía los pensamientos de la rata podía comprenderlo ahora. Luego, Ron dijo lo mismo que Harry pensaba:
-Están ustedes locos.
-¡Absurdo!-dijo Hermione con voz débil.
-¡Peter Pettigrew está muerto! ¡Lo mató hace doce años!
Señaló a Black, cuya cara sufría en ese momento un movimiento espasmódico.
-Tal fue mi intención-explicó, enseñando los dientes amarillos-, pero el pequeño Peter me venció. ¡Pero esta vez me vengaré!
Y dejó en el suelo a Crookshanks antes de abalanzarse sobre Scabbers; Ron gritó de dolor cuando Black cayó sobre su pierna rota.
-¡Sirius, NO!-gritó Lupin, corriendo hacia ellos y separando a Black de Ron-. ¡ESPERA! ¡No puedes hacerlo así! ¡Tienen que comprender! ¡Tenemos que explicárselos!
-Podemos explicarlo después-gruñó Black, intentando desprenderse de Lupin y dando un zarpazo al aire para atrapar a Scabbers, que gritaba como un cochinillo y arañaba a Ron en la cara y en el cuello, tratando de escapar.
Spica se colocó frente al mayor, colocando sus manos en sobre sus mejillas obligándolo a que la mirara a los ojos.
-¡Tienen derecho a saberlo todo!-le dijo con voz firme.
-¡Es la mascota de Ron!-jadeó Lupin sujetando a Black-. ¡Hay cosas que ni siquiera yo comprendo! ¡Harry y Spica...! ¡Tienes que explicarles la verdad a Harry y Spica, Sirius!
Black dejó de forcejear; despego la mirada de su hija para mantenerlos fijos en Scabbers, a la que Ron protegía con sus manos arañadas, mordidas y manchadas de sangre.
-De acuerdo, pues-dijo Black, sin apartar la mirada de la rata-. Explícales lo que quieras, pero date prisa, Remus. Quiero cometer uno de los asesinatos por los que fui encarcelado...
-Están locos los dos-dijo Ron con voz trémula, mirando a Harry y a Hermione, en busca de apoyo-. Ya he tenido bastante. Me marcho.
Intentó incorporarse sobre su pierna sana, pero Lupin volvió a levantar la varita apuntando a Scabbers.
—Me vas a escuchar hasta el final, Ron —dijo en voz baja—. Pero sujeta bien a Peter mientras escuchas.
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-ortiz6acosta
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