Capitulo 6
Malfoy tomo su escoba y se elevo mostrando la esfera hacía el frente, con una sonrisa maligna.
-Creo que voy a dejarla en algún sitio para que Longbottom la busque...¿Qué les parece... en la copa de un árbol?
Spica lo miro molesta y le grito.
-¡Trae eso aquí, Malfoy!-Harry observaba a su amiga como perdía de apoco la paciencia, el no quería que se metiera en problemas por lo que se les acerco.
-¡Tráela aquí!-grito. Todos los alumnos dejaron lo que hacían para mirar la discusión que se había formado.
Malfoy sin hacerle caso a ninguno de los dos fue volando hacia la copa de unos arboles, no mentía cuando decía que sabia volar. Pero en ese momento a Spica no le importaba, ella menciono de broma que lo tiraría de la escoba si se metía con Harry, pero en realidad lo haría por cualquier amigo y Neville aunque no hablaran mucho era de los mas inocentes que había conocido.
-¡Vengan a buscarla, Potter, Slytherin!
Spica que ya tenía la escoba en mano, no lo pensó mucho y subió en ella seguida Harry con su propia escoba. Arminda que se encontraba en el brazo de su ama, se arrastro para llegar a su cuello, bajo la atenta mirada de todos los alumnos.
Antes de que pudieran ir tras de Malfoy, Hermione los intento detener.
-¡No!-grito-. La señora Hooch dijo que no nos moviéramos. Se van a meter en un lio y nos meterán a nosotros en él.
Ninguno le hizo caso y pegaron una fuerte patada y subieron. El viento ondeaba sus cabellos y túnicas. Spica se encontraba alegre porque al parecer si sabía volar. La sensación que tuvo al despegar fue como cuando iba en una motocicleta a una gran velocidad. Empujo un poco más su escoba para elevarse otro poco escuchando las exclamaciones de sus compañeros.
Ambos fueron a la par de Draco para encararlo y este los miro asombrado.
-¡Déjala...-comenzó Harry.
-...O te tirare de tu escoba!-termino por decir Spica..
-¡Ah, si!-les dijo entono burlón, pero Spica pudo notar que se encontraba nervioso.
Antes de que ella pudiera hacer algo Harry se abalanzo hacia Malfoy, él cual lo pudo evitar, pero Harry no se cayo ni le paso nada. Algunos de sus compañeros aplaudían.
-Aquí no están Crabbe y Goyle para salvarte, Malfoy-exclamo Spica.
Al parecer Draco se dio cuenta de ello, por lo que hablo rápido.
-¡Atrápenla si pueden!-grito. Giro la bola de cristal arriba y bajo a tierra con su escoba.
Ambos amigos la miraron, pero la primera en reaccionar fue Spica que voló con rapidez a donde se encontraba la bola de cristal, logro ver todo como si en cámara lenta se tratara, la cogió en el aire ante la atenta mirada de todos sus compañeros. Harry que seguía volando en la escoba le sonrió y Spica le hablo.
-Harry-este la miro atenta-¡Atrápala!
El chico no lo pensó dos veces cuando se lanzo hacia ella, mientras que agarraba cada vez mas velocidad por la caída, antes de llegar al suelo, la tomo.
Ambos regresaron a tierra con una sonrisa en sus rostros.
-¡HARRY POTTER! ¡SPICA BLA... SLYTHERIN!
Sus corazones latían más rápido que nunca. La profesora Mcgonagall corría hacia ellos. Se separaron de sus escobas, con las piernas temblando.
—Nunca... en todo mis años en Hogwarts...
La profesora Mcgonagall estaba casi muda de la impresión, y sus gafas centelleaban de furia. Spica se sentía culpable en ese momento.
—¿Cómo se han atrevido...? Han podido romperse el cuello...
—No fue culpa de ellos, profesora...
—Silencio, Parvati.
—Pero Malfoy..
—Ya es suficiente, Weasley. Harry Potter y Spica Slytherin vengan conmigo.
En ese momento Spica miro de reojo a Malfoy, notando su aire triunfal, junto con Crabbe y Goyle. Miro a Harry junto a ella, le regalo una diminuta sonrisa y siguieron a la profesora Mcgonagall hacia el castillo. No quería pensar que la expulsarían, que le diría su padre, no había durado ni un semestre, quería defenderse a ella y a su amigo pero no podía pensar en algo que no tuviera que ver con el incumplimiento de las reglas, porque las habían roto y lo sabia.
La profesora Mcgonagall caminaba deprisa, apenas y podía seguirle el paso por los pasillos. Ambos se encontraban absortos en sus pensamientos, cada uno mortificándose con lo que pasaba. Caminaron por corredores, subieron escaleras y la profesora Mcgonagall no les dedicaba ni una mirada menos una palabra, se encontraba abriendo puertas. Hasta que se detuvo en una abrió la puerta y asomo la cabeza.
Spica sabía donde se encontraban era el aula del profesor Flitwick.
-Discúlpeme, profesor Flitwick. ¿Puedo llevarme a Wood un momento?
"Wood" había escuchado ese nombre antes, pero no recordaba de donde y menos sabía para que lo necesitaba en ese momento. Salió de sus pensamientos cuando la profesora regreso frente de ellos con un chico corpulento de quinto curso.
Este estaba confundido, no sabía el porque la profesora Mcgonagall lo había sacado de clase y menos porque había dos alumnos de primer año frente a él.
-Vengan conmigo los tres-siguieron avanzando por el pasillo, siguiendo a la profesora Mcgonagall. Wood solo los miraba como preguntando que pasaba, pero ambos se encogieron de hombros.
-Aquí.
La profesora Mcgonagall señaló un aula en la que sólo estaba Peeves, ocupado en escribir groserías en la pizarra.
-¡Fuera, Peeves!-dijo con ira la profesora.
Peeves tiró la tiza en un cubo y se marchó maldiciendo. La profesora Mcgonagall cerró la puerta y se volvió para encararse con los muchachos.
-Potter, Slytherin, este es Oliver Wood. Wood te he encontrado un buscador y cazadora.
La expresión de intriga de Wood se convirtió en deleite.
-¿Está segura, profesora?
-Totalmente-dijo la profesora con emoción contenida—. Ambos chicos tienen un talento natural. Nunca vi nada parecido. ¿Ésta ha sido su primera vez con la escoba?
Ambos chicos asintieron en completo silencio. No sabían muy bien que era lo que sucedía, Spica entro sin poder resistirse a la mente de Wood y solo escuchaba "Podríamos ganar la copa por fin, después de tanto tiempo" eso solo la dejaba mas confundida de lo que ya se encontraba. Pero algo le decía que ya no serian expulsados, por lo que se relajo.
-Atrapo esa cosa en pleno vuelo con la mano,-menciono la profesora señalando a Spica, para después girarse a Harry-se la paso a él, que hizo un vuelo de quince metros, logro atraparla y sin ningún rasguño-. Ni un rasguño. Charlie Weasley no lo habría hecho mejor, hace mucho que no veía ese tipo de reflejos.
Wood parecía pensar que todos sus sueños se habían hecho realidad.
-¿Alguna vez han visto un partido de quidditch, Potter, Slytherin?-preguntó excitado.
-Wood es el capitán del equipo de Gryffindor-aclaró la profesora Mcgonagall.
—Tiene el cuerpo indicado para ser buscador, con ella su estatura nos ayudaría para ser mas agiles-dijo Wood, paseando alrededor de Harry, después por Spica y observándolos con atención-. Ligeros, veloces...buenos reflejos. Vamos atener que darles una escoba decente, profesora, una Nimbus 2.000 o una Cleansweep 7.
—Hablaré con el profesor Dumbledore para ver si podemos suspender la regla del primer año. Los cielos saben que necesitamos un equipo mejor que el del año pasado. Fuimos aplastados por Slytherin en ese último partido. No pude mirar a la cara a Severus Snape en vanas semanas...
La profesora Mcgonagall los observo con severidad a Harry y Spica, por encima de sus gafas.
-Quiero oír que se entrenan mucho, Potter, Bla... Slytherin, o cambiare de idea sobre su castigo.
Spica no paso por alto que ya era la segunda vez que le iba a cambiar el apellido, no comprendía el porque. No le tomo importancia, ya que la vio sonreír, cambiando su cara seria de un momento a otro.
-Tu padre habría estado orgulloso, Harry, al igual que los tuyos, Spica-dijo-. Eran unos excelentes jugadores de quidditch.
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En la hora de la cena Spica se sentó junto a sus amigos y a su lado se encontraba Hermione, ambos les contaban lo que había sucedido con la profesora después de abandonar el patio.
-Es una broma.
Ron tenía un trozo de carne y pastel de riñón en el tenedor; pero se olvidó de llevárselo a la boca.
-¿Buscador?-señalo a su amigo-¿cazadora?-ambos asintieron-. Pero los de primer año nunca... Serían los jugadores más jóvenes en...
—Un siglo —terminó Harry, Spica asintiendo confirmando lo que decía-. Wood nos lo dijo.
Ron estaba tan sorprendido e impresionado que pasaba su mirada entre sus dos amigos boquiabierto.
—Tenemos que empezar a entrenarnos la semana que viene-hablo Spica.
-Pero no se lo digas a nadie, Wood quiere mantenerlo en secreto-termino de decir Harry.
Fred y George Weasley aparecieron en el comedor; vieron a Harry junto a Spica y se acercaron rápidamente.
-Bien hecho-dijo George en voz baja-. Wood nos lo contó. Nosotros también estamos en el equipo. Somos golpeadores.
-Te lo aseguro, vamos a ganar la copa de quidditch este curso-dijo Fred-. No la ganamos desde que Charlie se fue, pero el equipo de este año será muy bueno. Tienen que hacerlo bien, Harry, Spica. Wood casi saltaba cuando nos lo contó.
-Bueno, tenemos que irnos. Lee Jordán cree que ha descubierto un nuevo pasadizo secreto, fuera del colegio.
Los gemelos se alejaron platicando del pasadizo que pudo haber encontrado su amigo Lee, mientras que Spica se giraba para hablar con Hermione, que se encontraba preocupada por que su amiga fuera una nueva integrante del equipo de quidditch.
Mientras que estaban platicando escucho la voz irritante de Malfoy.
-¿Comiendo la última cena? ¿Cuándo cogen el tren para volver con los muggles?
-Eres mucho más valiente ahora que has vuelto a tierra firme y tienes a tus "amiguitos"-dijo fríamente Harry. Por supuesto que en Crabbe y Goyle no había nada que justificara el diminutivo, pero como la Mesa Alta estaba llena de profesores, no podían hacer más que crujir los nudillos y mirarlo con el ceño fruncido.
-Nos veremos cuando quieras. Esta noche, si quieres. Un duelo de magos. Sólo varitas, nada de contacto. ¿Qué pasa? Nunca has oído hablar de duelos de magos, ¿verdad?
Spica solo presto atención a lo que decían sus amigos, no sabía que era un duelo de magos, pero se lo imaginaba. Por lo que prefirió no meterse en ello.
-¿Que es un duelo de magos?-pregunto Harry-¿y que seas mi segundo?
-Bueno, un segundo es el que se hace cargo, si te matan-dijo Ron sin darle importancia. Al ver la expresión de Harry, añadió rápidamente-. Pero la gente sólo muere en los duelos reales, ya sabes, con magos de verdad. Lo máximo que podéis hacer Malfoy y tú es mandaros chispas uno al otro. Ninguno sabe suficiente magia para hacer verdadero daño. De todos modos, seguro que él esperaba que te negaras.
-¿Y si levanto mi varita y no sucede nada?
-La tiras y le das un puñetazo en la nariz —le sugirió Spica encogiéndose de hombres.
-Disculpen-hablo Hermione llamando la atención de los tres.
Los tres miraron a Hermione con atención a lo que decía.
-¿No se puede comer en paz en este lugar?-bufo Ron.
Spica lo miro molesta, ya que ella sabia que su amigo no soportaba a Hermione, pero aun así a ella si le agradaba.
-No pude evitar oír lo que tú y Malfoy estaban diciendo...
-No esperaba otra cosa-murmuró Ron.
-... y no debes andar por el colegio de noche. Piensa en los puntos que perderás para Gryffindor si te atrapan, y lo harán. La verdad es que es muy egoísta de tu parte.
-Y la verdad es que no es asunto tuyo-respondió Harry, recibiendo un golpe en las costillas de parte de Spica.
-Adiós-añadió Ron.
Spica miro mal a sus dos amigos, al ver como su amiga abandonaba el gran comedor.
-Deberían tratar de llevarse mejor con ella, es buena y si dice algo normalmente tiene razón.
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Spica se encontraba en la sala común de su casa esperando a que sus amigos bajaran para poder irse. Los dos chicos llegaron a las 11:30 junto a ella.
-Es tarde chicos.
-Solo vámonos ya, antes de que alguien más nos vea-hablo Harry.
Antes de que pudieran irse, alguien hizo que se detuvieran y que los chicos se molestaran.
-No puedo creer que vayas a hacer esto, Harry.
Una luz brilló. Era Hermione Granger, con el rostro ceñudo y una batarosada.
-¡Tu!-dijo Ron furioso-. ¡Vuelve a la cama!
—Estuve a punto de decírselo a tu hermano —contestó enfadadaHermione—. Percy es el prefecto y puede deteneros.
Spica se estaba molestando por la actitud de su amiga.
-Vamos-dijo a los chicos. Empujó el retrato de la Dama Gorda y se metió porel agujero.
Hermione no iba a rendirse tan fácilmente. Siguió a Ron a través delagujero, gruñendo enfadada.
—No les importa Gryffindor ¿verdad? Sólo les importa lo suyo. Yo noquiero que Slytherin gane la copa de las casas y ustedes van a perder todoslos puntos que yo conseguí de la profesora Mcgonagall por conocer losencantamientos para cambios.
Spica que se molesto con su actitud le contesto de forma fría y cortante.
-Hermione no eras la única que consiguió esos puntos así que mejor regresa a la habitación y duérmete.
-Vete-le dijo Ron.
—Muy bien, pero les he avisado. Recuerden todo lo que les he dicho cuandoestén en el tren volviendo a casa mañana. Son tan...
Pero lo que eran no lo supieron. Hermione había retrocedido hasta elretrato de la Dama Gorda, para volver y descubrió que la tela estaba vacía. LaDama Gorda se había ido a una visita nocturna y Hermione estaba encerrada,fuera de la torre de Gryffindor.
Los chicos ya se encontraban abajo de la escalera, cuando Hermione los alcanzo, al no querer quedarse sola esperando a la dama gorda.
-Voy con ustedes-menciono cuando llego a su lado.
-No lo harás.
Ron y Hermione se enfrascaron en una discusión, que termino cuando Harry se metió en ella, para ya irse si no llegarían tarde.
-Cállense los dos-dijo Harry en tono cortante-. He oído algo.
Era una especie de respiración.
-¿La Señora Norris?-resopló Ron, tratando de ver en la oscuridad.
Spica ocupo su poder para poder saber si era algún profesor o alumno o la gata de Filch. No era la Señora Norris. Era Neville. Estaba enroscado en el suelo, mediodormido, pero se despertó súbitamente al oírlos.
-¡Gracias a Dios que me han encontrado! Hace horas que estoy aquí.No podía recordar el nuevo santo y seña para irme a la cama.
-No hables tan alto, Neville. El santo y seña es "hocico de cerdo", peroahora no te servirá, porque la Dama Gorda se ha ido no sé dónde.
-¿Cómo está tu muñeca?-preguntó Spica.
-Bien-contestó, enseñándosela-. La señora Pomfrey me la arregló enun minuto.
-Bueno, mira, Neville, tenemos que ir a otro sitio. Nos veremos mástarde...
-¡No me dejen!-dijo Neville, tambaleándose-. No quiero quedarmeaquí solo. El Barón Sanguinario ya ha pasado dos veces.
Ron miró su reloj y luego echó una mirada furiosa a Hermione y Neville.
-Si nos atrapan por su culpa, no descansaré hasta aprender esaMaldición de los Demonios, de la que nos habló Quirrell y la utilizaré contra ustedes.
Hermione abrió la boca, tal vez para decir a Ron cómo utilizar la Maldiciónde los Demonios, pero Harry susurró que se callara y les hizo señas para queavanzaran.
Se deslizaron por pasillos iluminados por el claro de luna, que entraba porlos altos ventanales. Spica se puso frente a todos, ella iba dirigiéndolos, ya que con su poder, podía notar si alguien se encontraba cerca, no se encontraron con ningún profesor o la señora Norris. Subieron rápidamente por una escalerahasta el tercer piso y entraron de puntillas en el salón de los trofeos.
Ya habían pasado mas tiempo del necesario, Spica se empezaba a imaginar que eso podría ser una trampa, por lo que se dispuso a hablar.
-Chicos tendríamos que irnos, creo que esto es mas una trampa.
-A lo mejor se acobardo-susurro Ron.
Antes de que pudieran decir algo más, Spica los hiso guardar silencio porque sintió los pensamientos de dos personas o más bien una persona y un animal.
-Sh, guarden silencio, escucho algo.
-Olfatea por ahí, mi tesoro. Pueden estar escondidos en un rincón.
Era Filch, hablando con la Señora Norris.
Aterrorizado, Harry gesticulósalvajemente para que los demás lo siguieran lo más rápido posible. Seescurrieron silenciosamente hacia la puerta más alejada de la voz de Filch.Neville acababa de pasar, cuando oyeron que Filch entraba en el salón de lostrofeos.
-Tienen que estar en algún lado-lo oyeron murmurar-. Probablementese han escondido.
-¡Por aquí!-señaló Harry a los otros y, aterrados, comenzaron aatravesar una larga galería, llena de armaduras. Podían oír los pasos de Filch,acercándose a ellos. Súbitamente, Neville dejó escapar un chillido de miedo yempezó a correr, tropezó, se aferró a la muñeca de Ron y se golpearon contrauna armadura.
Los ruidos eran suficientes para despertar a todo el castillo.
-¡CORRAN!-exclamó Spica.
Los cinco se lanzaron por la galería, sindarse la vuelta para ver si Filch los seguía. Pasaron por el quicio de la puerta ycorrieron de un pasillo a otro, Harry delante, seguido de Spica, sin tener ni idea de dónde estabano adónde iban. Se metieron a través de un tapiz y se encontraron en unpasadizo oculto, lo siguieron y llegaron cerca del aula de Encantamientos, quesabían que estaba a kilómetros del salón de trofeos.
-Creo que lo hemos despistado-dijo Harry, apoyándose contra la paredfría y secándose la frente. Neville estaba doblado en dos, respirando condificultad.
Se encontraban frente de una puerta. Spica se encontraba buscando haber si encontraba los pensamientos de Filch o la señora Norris para saber donde estaban, cuando los encontró se giro a la puerta y trato de abrirla.
-¿Qué haces Spica?-hablo Harry.
-Filch se acerca, necesitamos entrar o escondernos en algún lado.
Ninguno sabía de que hablaba Spica, ninguno escuchaba nada. Pero de un momento a otro lo escucharon y Ron se preocupo mucho, la puerta tenia candado. Spica no llevaba su varita, por lo que no podía hacer mucho.
-Oh, muévanse-ordenó Hermione. Agarro la varita de Harry, golpeó lacerradura y susurró- ¡Alohomora!
El pestillo hizo un clic y la puerta se abrió. Pasaron todos, la cerraronrápidamente y se quedaron escuchando.
-Él cree que esta puerta está cerrada-susurro Harry-. Creo que nosvamos a escapar. ¡Suéltame, Neville!-porque Neville le tiraba de la mangadesde hacia un minuto-¿Qué pasa?
Spica había escuchado los pensamientos de otra criatura a la hora que habían entrado al cuarto, por lo que se giró al mismo tiempo que Neville, pero ella se encontraba congelada mientras veía al perro con tres cabezas frente de ella.
No era un aula. Era el pasillo. El pasillo prohibido del tercer piso. Ahora sabían el porque estaba prohibido.
Estaban mirando directamente a los ojos de un perro monstruoso, un perroque llenaba todo el espacio entre el suelo y el techo. Tenía tres cabezas, seisojos enloquecidos, tres narices que olfateaban en dirección a ellos y tres bocaschorreando saliva entre los amarillentos colmillos.
Estaba casi inmóvil, con los seis ojos fijos en ellos, Spica podía leer lo que pensaba y no era nada agradable, aun no los atacaba por el simple hecho que seguía medio dormido. Pero se recuperaba rápidamente, sus profundosgruñidos eran inconfundibles.Harry abrió la puerta, antes de que alguien lo pudiera detener. Entre Filch y la muerte, él prefería a Filch.
Al salir de ahí se fueron corriendo hasta donde se encontraba su sala común, cuando llegaron la dama gorda los miraba sorprendida, por como iban.
-¿Dónde se habían metido?-les preguntó, mirando sus rostrossudorosos y rojos y sus batas desabrochadas, colgando de sus hombros.
-No importa... Hocico de cerdo, hocico de cerdo-jadeó Spica junto con Harry y elretrato se movió para dejarlos pasar. Se atropellaron para entrar en la salacomún y se desplomaron en los sillones.
Pasó un rato antes de que nadie hablara. Neville, por otra parte, parecíaque nunca más podría decir una palabra.
-¿Qué pretenden, teniendo una cosa así encerrada en el colegio? -dijofinalmente Ron-. Si algún perro necesita ejercicio, es ése.
Hermione había recuperado el aliento y el mal carácter. Mientras que Spica se encontraba acariciando la cabeza de Arminda la cual estaba mirando a su dueña fijamente.
-¿Es que no tienes ojos en la cara?-dijo enfadada-. ¿No viste lo quehabía debajo de él?
-¿El suelo?-sugirió Harry-. No miré sus patas, estaba demasiadoocupado observando sus cabezas.
-No, el suelo no. Estaba encima de una trampilla. Es evidente que estávigilando algo.
Se puso de pie, mirándolos indignada.
-Espero que estéis satisfechos. Nos podía haber matado. O peor,expulsado. Ahora, si no les importa, me voy a la cama-se giró a donde estaba su amiga-. Spica, espero que subas pronto a dormir.
Ron la contempló boquiabierto.
-No, no nos importa-dijo-nosotros no la hemos arrastrado, ¿no?
Spica no tardo en seguir a su amiga, después de despedirse de sus amigos, para dormir.
No pudo dormir mucho ya que ella si había notado la trampilla y quería averiguar que es lo que ocultaba, porque el perro los quería atacar para defenderlo a toda costa.
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Tres capítulos en un día. Espero que les estén gustando.
-ortiz6acosta
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