Capitulo 15
Después de que Firenze los llevara con Hagrid y los demás, todos regresaron a sus respectivas salas, cuando llegaron a la de Gryffindor los cuatro amigos se sentaron en los sofás, frente de la chimenea.
Harry comenzó a explicarles lo que había pasado en el bosque, porque Draco había salido huyendo y lo que les conto Firenze, el centauro que los rescato.
De un momento a otro Harry se levanto y comenzó a caminar, hasta que por fin hablo.
-Snape quiere la piedra para Voldemort... y Voldemort está esperando en el bosque... ¡Y todo el tiempo pensábamos que Snape sólo quería ser rico!
-Yo aun sigo sin creer que sea Snape, Voldemort puede estar en el bosque pero aun no creo que sea Snape el que le vaya a dar la piedra filosofal-dijo seguridad Spica.
-¡Dejen de decir el nombre!-dijo Ron, en un aterrorizado susurro, como si pensara que Voldemort pudiera oírlos.
Harry no les escuchó.
-Firenze nos salvó, pero no debía haberlo hecho... Bane estaba furioso... Hablaba de interferir en lo que los planetas dicen que sucederá... Deben decir que Voldemort ha vuelto... Bane piensa que Firenze debió dejar que Voldemort nos matara. Supongo que eso también está escrito en las estrellas.
>>Además quien más podría estarlo ayudando, es obvio que quien lo ayude debe de ser un profesor y Snape a estado haciendo cosas con las que tenemos pruebas de que él es el culpable.
-¿Quieres dejar de repetir el nombre?-dijo Ron.
-Así que lo único que tengo que hacer es esperar que Snape robe la Piedra-continuó febrilmente Harry-... Entonces Voldemort podrá venir y terminar conmigo... Bueno, supongo que Bane estará contento.
-Pero hay más de un error en tu plan Harry-hablo Spica, sin hacer caso a lo dicho de Snape-. Voldemort no solo te quiere a ti, por lo que vimos... también quiere matarme a mi y lo poco que e podido averiguar de mis padres... se que él mando a matar a mi madre y a mi...
>>Así que si tu mueres, yo también lo hare-termino de decir con una sonrisa torcida.
Hermione parecía muy asustada, pero tuvo una palabra de consuelo.
-Harry, todos dicen que Dumbledore es al único al que Quien-tú-sabes siempre ha temido. Con Dumbledore por aquí, Quien-tú-sabes no los tocará. De todos modos, ¿Quién puede decir que los centauros tienen razón? A mí me parecen adivinos y la profesora Mcgonagall dice que ésa es una rama de la magia muy inexacta.
El cielo ya estaba claro cuando terminaron de hablar. Se fueron a la cama agotados, con las gargantas secas. Pero las sorpresas de aquella noche no habían terminado.
Cuando Spica abrió su cama encontró un libro. Tenia una nota:
Léelo, te servirá para hallar lo que buscas.
(...)
Denali, Alaska
Casa de los Cullen
Era de madrugada cuando la pequeña vampira de cabellera negra, había tenido una visión acerca de la compañera de su hermano, en esta la pequeña niña de apenas once años, se encontraba en una especie de enfermería inconsciente. Miro mejor la visión dándose cuenta que no era la única ahí, junto a ella en otra de las camillas un niño de su misma edad, de cabello azabache se encontraba de la misma manera.
Los únicos que se dieron cuenta de esto fueron el lector de mentes y su pareja, ya que uno vio la visión y el otro sintió el cambio de animo. No quería decirle a su hermano, que su compañera saldría lastimada, porque no sabían donde se encontraba, no podrían hacer nada.
A la mañana siguiente cuando llegaron a la casa los vampiros restantes del clan, notaron que los tres vampiros se encontraban nerviosos y preocupados. El líder, fue quien tomo la palabra.
-¿Qué es lo que ocurre chicos?
-Nada-respondió rápido la mas pequeña de estatura.
-Entonces, ¿Por qué lucen tan nerviosos?-menciono la rubia-. No necesitamos el don de Jasper, para saber que algo ocultan.
El cobrizo suspiro mirando a la vidente la cual miraba al suelo, siendo abrazada por su pareja.
-Mientras que estaban de viaja Alice tuvo una visión-hablo su pareja.
-¿Fue algo malo?-pregunto con cautela la matriarca del clan.
-Si y no-suspiro-. No es nada sobre alguno de nosotros, pero... es sobre la compañera de Thomas...
Tras decir esto el nombrado se puso mas alerta con lo que diría la que consideraba como hermana.
-¿Que paso con ella, Alice?
-Fue muy corta, no se donde este ni nada. Ella se encontraba en lo que parece una enfermería. Lo extraño es que parece muy antigua, pero aquí lo que importa es que ella se encontraba inconsciente...
-A lo mejor solo estaba dormida-trato de calmar Esme a Thomas, pero Alice negó.
-La visión era de día y no era la única en ese estado... junto a su camilla se encontraba un chico de su edad, ambos inconscientes. Los dos tenían regalos, frente a las camillas... no pude ver más.
Thomas se quedo pensativo, no sabía que pensar, su compañera muy probablemente estaría en problemas y terminaría inconsciente y él no sabia ni siquiera donde se encontraba.
-Thomas, tranquilo no le pasara nada. Ella despertara, solo tenemos que esperar a que Alice tenga otra visión sobre ella.
-Yo creo que debería irse preparando para cualquier escenario-hablo Rosalie-. No olvidemos que es un humano y puede estar en coma o hasta muerta.
Esas palabras no pasaron desapercibidas por él, sabia que había una pequeña posibilidad de que su compañera no estuviera viva en un futuro, pero quería conocerla, abrazarla y cuidarla aunque fuera solo desde las sombras.
Todos miraron a Rosalie de mala manera, Jasper que noto el cambio en las emociones de su hermano decidió ayudarlo, le mando olas de tranquilidad con su don, para que dejara de pensar en cualquier mal final para su compañera. Al final Thomas decidió irse a su habitación, para poder estar solo aunque fueran unos minutos.
(...)
Hogwarts
Los días pasaban y no había dudas de que Fluffy seguía bien y con vida, detrás de la puerta cerrada.
Hacía mucho calor, en especial en el aula grande donde se examinaban por escrito. Les habían entregado plumas nuevas, especiales, que habían sido hechizadas con un encantamiento antitrampa.
También tenían exámenes prácticos. El profesor Flitwick los llamó uno a uno al aula, para ver si podían hacer que una piña bailara claqué encima del escritorio. La profesora Mcgonagall los observó mientras convertían un ratón en una caja de rapé. Ganaban puntos las cajas más bonitas, pero los perdían si tenían bigotes. Snape los puso nerviosos a todos, respirando sobre sus nucas mientras trataban de recordar cómo hacer una poción para olvidar.
Se podría decir que Spica se encontraba feliz, con los exámenes, ella lo hizo tan bien como pudo, gracias a las asesorías que le dio Cedric y a lo que ella sabía. Pero también no se podía concentrar del todo, gracias a Harry, el cual siempre sus pensamientos eran demasiado fuertes desde la noche que fueron al bosque.
Trato de saber que era lo que le dolía, pero él solo le contestaba que estaba bien, que solo eran unas leves punzadas en la frente. Ella no intentaba averiguar más, ya que él no le diría nada hasta que quisiera.
Por otra parte se encontraba el libro, que había encontrado en su cama. Lo había comenzado a leer, enterándose que no era un libro si no un diario, en este diario estaba redactado por los antepasados de los cuatro herederos de los fundadores, cada uno contaba con un apartado.
No había leído el apartado de ninguno de los otros tres herederos, solo el de Slytherin, el cual le daba unas pocas claves para encontrar lo que ellos llamaban la cámara de los secretos, además de una sala en la cual se reunían los cuatro.
Tenia dudas de si pedirle ayuda o no a Hermione o a Cedric, pero al final decidió que esto solo era para ella. Nadie que no fuera un heredero podía abrir ese libro y por ende nadie debía de saber de el. Ella solo había podido abrir dos de las cuatro partes del diario, estas fueron las de: Slytherin y Gryffindor. No entendía el porque podía abrir la de Gryffindor, pero pensaba que era porque era a la casa que pertenecía.
Decidió que por el momento solo se dedicaría a sus exámenes y leerlo, luego buscaría la cámara y la sala.
El último examen era Historia de la Magia. Una hora respondiendo preguntas sobre viejos magos chiflados que habían inventado calderos que revolvían su contenido, y estarían libres, libres durante toda una maravillosa semana, hasta que recibieran los resultados de los exámenes. Cuando el fantasma del profesor Binns les dijo que dejaran sus plumas y enrollaran sus pergaminos, Spica no pudo dejar de alegrarse con el resto, no odiaba los exámenes, pero después de todos los que había tenido que realizar, por fin podría relajarse.
-Esto ha sido mucho más fácil de lo que pensé-dijo Hermione, cuando se reunieron con los demás en el parque soleado-. No necesitaba haber estudiado el Código de Conducta de los Hombres Lobo de 1637 o el levantamiento de Elfrico el Vehemente.
-Te lo dije Hermione, Cedric me había dicho que eso no era necesario, que el profesor Binns nunca lo preguntaba-le respondió su amiga.
A Hermione siempre le gustaba volver a repetir los exámenes junto con Spica, la cual le decía que ella le pudo decir lo que era mas probable que apareciera en el examen gracias a Cedric, pero Ron dijo que iba a ponerse malo, así que se fueron hacia el lago y se dejaron caer bajo un árbol. Los gemelos Weasley y Lee Jordan se dedicaban a pinchar los tentáculos de un calamar gigante que tomaba el sol en la orilla.
-Basta de repasos —suspiró aliviado Ron, estirándose en la hierba-. Puedes alegrarte un poco, Harry, aún falta una semana para que sepamos lo mal que nos fue, no hace falta preocuparse ahora.
Harry se frotaba la frente.
-¡Me gustaría saber qué significa esto!-estalló enfadado-.Mi cicatriz sigue doliéndome. Me ha sucedido antes, pero nunca tanto tiempo seguido como ahora.
-Ve a ver a la señora Pomfrey-sugirió Hermione.
-No estoy enfermo-dijo Harry-. Creo que es un aviso...significa que se acerca el peligro...
Ron no podía agitarse, hacía demasiado calor.
-Harry, relájate, Hermione tiene razón, la Piedra está segura mientras Dumbledore esté aquí. De todos modos, nunca hemos tenido pruebas de que Snape encontrara la forma de burlar a Fluffy. Casi le arrancó la pierna una vez, no va a intentarlo de nuevo. Y Neville jugará al quidditch en el equipo de Inglaterra antes de que Hagrid traicione a Dumbledore.
Harry asintió, pero no pudo evitar la furtiva sensación de que se había olvidado de hacer algo, algo importante. Cuando trató de explicarlo, Hermione dijo:
-Eso son los exámenes. Yo me desperté anoche y estuve apunto de mirar mis apuntes de Transformación, cuando Spica me recordó que ya habíamos hecho ese examen.
-Estabas haciendo demasiado ruido, si no te detenía yo, alguna de nuestras otras compañeras lo hubiera hecho y eso hubiera terminado mal-menciono con gracia, mientras que miraba a Harry tallarse la cicatriz.
Spica pudo notar como Harry seguía pensando muy fuerte y esto le provocaba dolor de cabeza, así que decidió verlo detenidamente y averiguar que pensaba, el estaba seguro de que aquella sensación inquietante nada tenía que ver con los exámenes. Vio una lechuza que volaba hacia el colegio, por el brillante cielo azul, con una nota en el pico. Hagrid era el único que le había enviado cartas. Hagrid nunca traicionaría a Dumbledore. Hagrid nunca le diría a nadie cómo pasar ante Fluffy... nunca... Pero...
Harry, súbitamente, se puso de pie de un salto. Siendo seguido por Spica con una diferencia de pocos segundos.
-¿Adónde van?-preguntó Ron con aire soñoliento.
-Acabo de pensar en algo-dijo Harry. Se había puesto pálido, pero miro a su amiga con duda-. Tenemos que ir a ver a Hagrid ahora.
-¿Por qué?-suspiró Hermione, levantándose.
-¿No les parece un poco raro-dijo Harry, subiendo por la colina cubierta de hierba- que lo que más deseara Hagrid fuera un dragón, y que de pronto aparezca un desconocido que casualmente tiene un huevo en el bolsillo?
>>¿Cuánta gente anda por ahí con huevos de dragón, que están prohibidos por las leyes de los magos? Qué suerte tuvo al encontrar a Hagrid, ¿verdad?¿Por qué no se me ocurrió antes?
-¿En qué estás pensando? ¿Y por qué pareciera que tu ya lo sabes?—preguntó Ron, pero Harry echó a correr por los terrenos que iban hacia el bosque, sin contestarle, Spica solo se encogió de hombros y lo siguió. Hagrid estaba sentado en un sillón, fuera de la casa, con los pantalones y las mangas de la camisa arremangados, y desgranaba guisantes en un gran recipiente.
-Hola-dijo sonriente-. ¿Han terminado los exámenes?¿Tienen tiempo para beber algo?
-Sí, por favor-dijo Ron, pero Harry lo interrumpió.
-No, tenemos prisa, Hagrid, pero tengo que preguntarte algo ¿Te acuerdas de la noche en que ganaste a Norberto? ¿Cómo era el desconocido con el que jugaste a las cartas?
-No lo sé-dijo Hagrid sin darle importancia-. No se quitó la capa.
Vio que los cuatro chicos lo miraban asombrados y levantó las cejas.
-No es tan inusual, hay mucha gente rara en el Cabeza de Puerco, el bar de la aldea. Podría ser un traficante de dragones, ¿no? No llegué a verle la cara porque no se quitó la capucha.
Harry se dejó caer cerca del recipiente de los guisantes.
-¿De qué hablaste con él, Hagrid? ¿Mencionaste Hogwarts?-quiso saber Spica.
-Puede ser-dijo Hagrid, con rostro ceñudo, tratando de recordar-. Sí... Me preguntó qué hacía y le dije que era guardabosques aquí... Me preguntó de qué tipo de animales me ocupaba... se lo expliqué... y le conté que siempre había querido tener un dragón... y luego... no puedo recordarlo bien, porque me invitó a muchas copas.
>>Déjame ver... ah sí, me dijo que tenía el huevo de dragón y que podía jugarlo a las cartas si yo quería...pero que tenía que estar seguro de que iba a poder con él, no quería dejarlo en cualquier lado... Así que le dije que, después de Fluffy, un dragón era algo fácil.
-¿Y él... pareció interesado en Fluffy?-preguntó Harry, tratando de conservar la calma.
-Bueno... sí... es normal. ¿Cuántos perros con tres cabezas has visto? Entonces le dije que Fluffy era buenísimo si uno sabía calmarlo: tocando música se dormía en seguida...
De pronto Hagrid pareció horrorizado.
>>¡No debí decir eso!-estalló-. ¡Olviden que lo dije! Eh...¿adónde van?
Harry, Spica, Ron y Hermione no se hablaron hasta llegar al vestíbulo de entrada, que parecía frío y sombrío, después de haber estado en el parque.
-Tenemos que ir a ver a Dumbledore-dijo Harry-. Hagrid le dijo al desconocido cómo pasar ante Fluffy, y sólo podía ser Snape o Voldemort, debajo de la capa... No fue difícil, después de emborrachar a Hagrid. Sólo espero que Dumbledore nos crea. Firenze nos respaldará, si Bane no lo detiene. ¿Dónde está el despacho de Dumbledore?
Spica seguía sin creer que el culpable pudiera ser Snape, pero sus amigos tenían razón, había pruebas que lo podían incriminar, pero aun así ella lo dudaba, pero no sabía quien era el verdadero ayudante de Voldemort. Además de que sus amigos no la escucharían, por lo que decidió callar y que todo saliera lo mejor que pudieran.
Mientras ella seguía en sus pensamientos, sus amigos buscaban con la mirara el despacho de Dumbledore, pero dejo ir sus pensamientos, cuando sintió el agarre de Harry.
-Tendremos que...-empezó a decir Harry pero súbitamente una voz cruzó el vestíbulo.
-¿Qué están haciendo los tres aquí dentro?
Era la profesora Mcgonagall, que llevaba muchos libros.
-Queremos ver al profesor Dumbledore-dijo Hermione con valentía, según les pareció a Ron y Harry, pero Spica los miro sorprendida, ella conocía donde quedaba el despacho de Dumbledore, ella les pudo haber llevado. Aunque no conocía la nueva contraseña.
-¿Ver al profesor Dumbledore?-repitió la profesora, como si pensara que era algo inverosímil-. ¿Por qué?
Harry tragó: "¿Y ahora qué?".
-Es algo secreto-dijo, pero de inmediato deseó no haberlo hecho, porque la profesora Mcgonagall se enfadó.
-El profesor Dumbledore se fue hace diez minutos-dijo con frialdad-. Recibió una lechuza urgente del ministro de Magia y salió volando para Londres de inmediato.
-¿Se fue?-preguntó Harry con aire desesperado-.¿Ahora?
-El profesor Dumbledore es un gran mago, Potter, y tiene muchos compromisos...
-Pero esto es importante.
-¿Algo que tú tienes que decir es más importante que el ministro de Magia, Potter?
-Mire-dijo Harry dejando de lado toda precaución-,profesora, se trata de la Piedra Filosofal...
Fue evidente que la profesora Mcgonagall no esperaba aquello. Los libros que llevaba se deslizaron al suelo y no se molestó en recogerlos. Luego miro a Spica, la cual estaba sorprendida porque Harry hubiera dicho la verdad. La profesora los miro a ambos.
-¿Cómo es que sabes...?-farfulló, para luego fijar su mirada en Spica-. Señorita Slytherin, sabe que tiene prohibido el uso de la legeremancia en profesores.
-Yo no la e ocupado en ningún profesor, Minie-menciono rápido, mientras que Hermione y Ron la miraban sorprendidos, Harry trato de seguir con el tema principal.
-Profesora, creo... sé... que Sna... que alguien va a tratar de robar la Piedra. Tengo que hablar con el profesor Dumbledore.
La profesora lo miró entre impresionada y suspicaz.
-El profesor Dumbledore regresará mañana-dijo finalmente-. No sé cómo han descubierto lo de la Piedra, pero deben de quedarse tranquilos. Nadie puede robarla, está demasiado bien protegida.
-Pero profesora...
-Harry sé de lo que estoy hablando-dijo en tono cortante. Se inclinó y recogió sus libros-. Les sugiero que salgan y disfruten del sol. Hablare después con usted señorita Slytherin.
Ella no supo que otra hacer más que agachar su mirada y asentir, aunque en si no fue por ella que supieron de la Piedra filosofal. Aunque se sintiera mal, por ver la mirada decepcionada de la profesora Mcgonagall, ninguno hizo lo que hizo.
-Será esta noche-dijo Harry una vez que se aseguraron de que la profesora Mcgonagall no podía oírlos-. Snape pasará por la trampilla esta noche. Ya ha descubierto todo lo que necesitaba saber y ahora ha conseguido quitar de en medio a Dumbledore.
>>Él envió esa nota, seguro que el ministro de Magia tendrá una verdadera sorpresa cuando aparezca Dumbledore.
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-ortiz6acosta
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