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Cuenta la mitología griega y también teoría de Platón, que habian unos antiguos seres eran tremendamente fuertes, vigorosos y arrogantes. Tanto, que en un momento determinado intentaron invadir el Monte Olimpo que era el lugar donde vivían los dioses con la idea de alcanzar la gloria divina de la que se creían merecedores. Zeus, al percatarse de esto, y tras haberlo hablado con el resto de los dioses, les lanzo un rayo que dividió a cada uno de aquellos seres en dos.

Así pues, una vez que la naturaleza de estos seres se vio dividida en dos cada parte echaba de menos a la otra.

Aquellos seres que pertenecían al sexo masculino echaban de menos y buscaban a su otra mitad, masculina también. Aquellos seres que pertenecían al femenino se echaban de menos mutuamente. En el caso del sexo andrógino la porción correspondiente a la forma masculina echaría de menos a la femenina y viceversa.

Esta división fue el origen de lo que hoy en día conocemos como heterosexualidad y homosexualidad ambas igual de válidas.Pero no conformes solo con esto, los dioses además borraron sus mentes para que no pudiesen encontrar a su par.

Doloridos, tristes y vacios los seres humanos (como los conocemos ahora) perdieron la cabeza y buscaron desesperadamente a su alma gemela. Desde entonces los seres humanos están condenados a buscar y encontrar a su otra mitad.

Todos buscaban su otra mitad, su alma gemela y ellos, no fueron la excepción.

La leyenda dice que, cuarenta días antes de nacer, a cada niño se le elige su pareja en el cielo. Dos almas se crean en el firmamento y es entonces cuando un Ángel exclama firmemente:.." Este niño será para esta otra".
A partir de ese día no existirá nada que impida su encuentro, ni adversidad que vulnere su amor infinito.

Ese preciso momento fue en el que el alma de un ser puro fue entrelazado con otra antes de siquiera nacer. Un arcángel veía como una luz naranja resplandecía con fuerza siendo acompañada de otra color verde menta, ambas flotaban juntas, cómo si rieran, cómo si el simple hecho de estar una junta a la otra les diera la mayor satisfacción posible.

Un arcángel camino elegantemente hasta llegar a ambas almas, suavemente las saco del jardín dónde flotaban libres, primeramente tomo la luz naranja, y la luz verde la siguió celosa, el ser sonrió reconociendo el acto.

— Ustedes son almas únicas, irrepetibles, bellas en todo su esplendor — sonrió atrayendo a la luz verde llevándoselas a ambas hasta un gran espejo a través de la cuál se veía el mundo humano — a pesar de lo que suceda ustedes seguirán encontrándose, amándose, una y otra vez, sin fin, sin importar su exterior. Quizá sea una desdicha o también una bendición. Pero amen sin importar las adversidades que se les presenten, amen; yo no los elegí para amarse, ustedes lo hicieron y puedo notar que a dónde vayas pequeña luz naranja, esta luz verde te buscará, lleven en cuenta mis palabras. Yo no los destiné, ustedes mismos se eligieron incluso antes del comienzo de su historia y eso es admirable. Ahora vivan.

La luz verde fue la primera en atravesar el espejo seguido temerosamente por la luz naranja.
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—; 최초의 환생.
( primum reincarnation)

Sus manos estaban temblorosas y se mordía frenéticamente los labios, las lágrimas corrían peligrosas ante su escasa valentía, un padre estaba cerca suyo y rezaba cosas incomprensibles para sí, su cabello estaba desordenado y sus piecitos sangraban. Levanto su mirada achocolatada deseando que todo acabara pronto.

—Es hora— habló un hombre vestido con una capa negra.

Se levantó a duras penas, días sin comer y sólo bebiendo agua habían debilitado su preciosa anatomía. Oía distorsiones de gritos, llantos, abucheos. No comprendía muy bien, dirigió su mirada ante aquella también frágil anatomía, trato de gritar pero su voz no salía, el dolor en su pecho era muy fuerte, sentía cómo poco a poco se desvanecía.

Recordó pequeños flashes, uno de los que más perduró en su mente fue uno en el que él jugaba en un campo lleno de margaritas, se topó con un niño sucio y que derramaba agua salada empapando su atuendo descuidado.

—¿Porqué estás llorando niño?—  cuestionó poniéndose a la altura del ser.

—P-por que mi madre me golpeó por no llevar el suficiente dinero para ella— levantó su mirada hallándose con un niño demasiado bonito para sus ojos, sintió que algo dentro de si hizo un click.

—Ten— extendió su mano, pasándole unas monedas que estaban destinadas para sus dulces — te las doy si dejas de llorar y jugamos juntos— sonrió de tal manera que las lágrimas del pequeño cesaron.

Tomó tímidamente las monedas.

Esa fue la primera vez que conoció a su príncipe.

El recuerdo corrió al igual que la sangre de su amado corría entre sus prendas.

—Te amo Jimin— susurró con las pocas fuerzas que poseía —te volveré a encontrar— habló antes de que su cabeza fuera retirada ante esa Oz que tenia el verdugo.

—Te amo YoonGi— susurró a su vez el contrario esperando su momento, el miedo había desvanecido de su cuerpo siendo reemplazado por un entumecimiento. Un último recuerdo corrió entre su última bocanada de aire.

—Si morimos, no deseo que tú cuerpo experimente el dolor a causa de la ignorancia de las personas, este veneno te llevará silenciosamente hasta que vuelvas a reencarnar a mi lado amor mío, bebelo con prudencia. Te amo Jimin.

No sufrió, su corazón paró antes de sentir algo, una sonrisa triste se marcó en sus mejillas llenas de moretones. El pueblo estaba enardecido, fue una de las tantas pruebas a las que ambas almas tuvieron que atravesar. Quizá una de las más dolorosas.

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—;두 번째 환생

(secundo reincarnation)
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Un joven había sido llamado recientemente para enlistarse en el ejército. Ante sus palabras se hallaba otro que lo besaba y sollozaba ante la cruel despedida.

—Amor volveré pronto, sólo serán unos meses— peinaba suavemente sus cabellos marrones y largos —cuándo vuelva prepararemos nuestra boda y nos mudaremos a esa casa en las afueras que tanto querías.

—No, daría todo por que no te vayas Yoongi ¿que pasa si no regresas?— la muchacha sollozaba incansablemente.

—Mochi, volveré hermosa, sólo esperame— la besó por última vez antes de subir a aquel tren.

—Te esperaré amor, aunque me lleve la vida.

Y esperó hasta que luego de años de espera su corazón dejo de latir, cumplió su promesa.

Fue una de las tantas ocasiones que las almas reencarnaron en géneros opuestos.

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—; 현 시즌
( tempus)

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Aún no podía creer que era el último concierto en el cuál estarían los 7, la última presentación de BTS. Las lágrimas caían desesperadas. Los gritos de las fans del mundo resonaban dentro de ellos, todos y cada uno sabían que era el fin de este maravilloso viaje, no querían creerlo pero era así.

Todos estaban emocionados, corrían y gritaban cuanto amaban a las ARMY's, Jimin por su parte sólo miraba a Yoongi con toda la magnificencia posible, era la última vez que podrían verse de esa manera, ante las luces, los gritos, la excitación, el miedo, la ansiedad.

De repente las luces se apagaron, Jimin creyó que no habían avisado que ya era momento de bajar del escenario. Pero comenzó a sonar una melodía que no oía hace tiempo.

—¿First love?— se cuestionó oyendo esa preciosa voz que lo volvía loco, no pudo evitar sentir cómo su corazón saltaba, la letra había sido meticulosamente cambiada.

Se dio vuelta en cuanto vio que luces alumbraban su espalda. Veía fotos de él, sonriendo, habían fotos desde el pre-debut hasta cuándo ganaron los MAMA's, desde sus viajes de las diferentes temporadas de bon voyage. Pero habían sólo fotos de él y YoonGi.

Leyó las letras que acompañaban a la canción:

"Te encontré en una época de infelicidad, dónde llegaste a apoderarte mi ser, me llenaste de calidez los días en que moría de frío..."

Oía los gritos de las fans, miró detrás suyo y no encontraba a sus amigos. Entre la exaltación e confusión decidió seguir viendo la pantalla gigante que era apoderada de sus fotos con su hyung favorito.

"Te pido perdón por mi inmadurez, por no permitirte tomar mi corazón por completo durante estos años.

Por cortarte las líneas con las cuales me unias más a ti y tú sonrisa de ángel, enmarcando la venida de días más bellos, de la llegada de la tan esperada primavera."

Lágrimas comenzaron a caer de los ojos de Jimin, no podía entender que sucedía pero quería creer que era para él.

"Domaste mi alma y me atrapaste desde el primer día. No quiero pedirte que aceptes mi escasez de valentía. Quiero pedirte lo que los perjuicios me impidieron decirte."

De nuevo todo  se volvió negro y una luz alumbró el centro del escenario, pudo divisar a Yoongi sosteniendo una flor, se acercaba lentamente hacia él, cosa que lo estremeció, miro a su alrededor y pudo ver a todos sus amigos vestidos con camisas blancas, sosteniendo rosas, cantando suavemente forever young con las flores de papel llenando la atmósfera no sólo de amor, sino de nostalgia, serenidad. Llenándolo de ellos.

Volvió su vista hasta Yoongi el cuál sostenía su mano delicadamente acariciándola, sus ojos se encontraron y Jimin sintió unas enormes ganas de gritar, de expresar las emociones que lo estaban devorando.

—¿Sabes que hace poco el presidente declaro que apoyaba las relaciones entre el mismo género?. Oh, pues claro tú siempre ves las noticias — sonrió — aunque ya tenia planeado esto hace meses, aunque tuviese que ir lejos de Corea por estar contigo, lo hubiese hecho, mi Jiminnie — acarició su mejilla por la cuál resbalaba una lágrima — ¿entiendes porque es todo esto?

Jimin negó, no quería creer que era un sueño, si lo era deseaba permanecer dentro toda la vida.

—Por que Park Ji Min, quiero que con esos labios que son sólo míos me beses y me digas que si, que si quieres casarte con el inigualable Min Yoon Gi— sonrió arrodillándose y sacando una caja pequeña que contenía un par de anillos de plata delicadamente confeccionados.

Jimin estaba simplemente en shock, sentía que en cualquier momento se desmayaría de la emoción. Juntó sus pocas fuerzas y trató de parar sus temblorosas manos para articular las palabras que todos esperaban oír.

—Si quiero ser tú esposo Yoonie— habló besándolo.

Se besaron desesperadamente como si hubiesen esperado ese momento tantos años. Porque ambos no sólo eran libres, sino que podían demostrarse su amor y siendo apoyados por sus amigos y las fans.

Ambos se sentían en el cielo, no sabían cómo explicarse la manera que tenían de necesitarse, cada minuto, segundo. Por fin podían ser ellos.

Desde lo alto unos Arcángeles miraban curiosos a uno en especial, el cuál observaba fascinado el espejo que los unía con ese lugar.

—Gabriel ¿Por qué observas tanto al mundo terrenal?— el nombrado sonrió tímidamente ante su igual.

—Rafael ¿te acuerdas de las almas de las que te conté?

—Oh, claro. Dijiste que fue magnífico su brillo, su manera de destacar con un color en especifico cuando el resto no tiene un tono definido.

—Si, esos dos cuerpos son esas almas— apuntó hacia donde se divisaba a los dos a Yoongi besando reiteradamente las manos y mejillas de Jimin repitiéndole lo precioso que era — hace tiempo perdí la razón por la cuál las almas buscaban desesperadas su otra mitad, la razón por la cuál creían en el amor. Pero estas dos almas me demostraron que a pesar de todo seguirían eligiéndose, siempre.

Ambos arcángeles sonrieron y se quedaron observando al mundo terrenal.

El amor tiene mil formas, diferentes perspectivas para cada quién, a veces posees la suerte de hallar a tu otra mitad en esta vida y disfrutarla o también sufrir de soledad por no hallarla.

Pero para Park Jimin y Min Yoongi eso no era nada, sus almas se eligieron desde mucho antes de ser algo, ellos se eligieron antes de nacer siquiera.

Su amor estaba destinado, a pesar de separarse la vida los volvía a juntar. Las ARMY's conocían este amor eterno cómo YoonMin y los seres celestiales cómo amor verdadero. Cuál fuere la definición que quisieren darle había sólo algo en común en todo esto. Que suceda lo que suceda, Jimin y Yoongi encontraran la manera de encontrarse y complementarse hasta el final de los tiempos.

© KimiPorcelainDoll2| 31072017

Hace cinco años que escribí esto y siempre será de mis obras favoritas a pesar de los errores.