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𝐂𝐨𝐥𝐝 𝐡𝐚𝐧𝐝𝐬 𝐛𝐮𝐭 𝐬𝐨𝐦𝐞𝐭𝐡𝐢𝐧𝐠 𝐞𝐥𝐬𝐞 𝐢𝐬 𝐰𝐚𝐫𝐦

Había pasado una semana completa desde que el equipo Arctic Phantoms llegó al área, una semana llena de frío, vigilancia constante y silencios cada vez más tensos. Overwatch mantenía al equipo bajo órdenes estrictas: esperar y observar. A pesar del paso de los días, el campamento enemigo seguía sin mostrar señales de alerta. El hecho de que los enemigos no reaccionaran inquietaba tanto como aliviaba al equipo. Si bien era mejor no haber sido detectados, la falta de respuesta también sugería que tal vez estaban subestimando al enemigo o que este guardaba un as bajo la manga.

Iceberg y Vortex, quienes habían pasado horas analizando el sistema de radar enemigo, descubrieron finalmente sus debilidades. El sistema, aunque funcional, era anticuado y rudimentario. No había registro alguno de actividad sospechosa cerca del perímetro del campamento, lo que significaba que ni siquiera había detectado a Tempest cuando este se había aproximado para una misión de reconocimiento cercana, y mucho menos a Shadow, quien había logrado infiltrarse en las zonas más alejadas del perímetro sin problemas.

El equipo tomó una decisión unánime: no desactivar el radar enemigo. Si era tan malo que no detectaba su presencia, dejarlo en funcionamiento les daba una ventaja estratégica. Si los enemigos no sabían que estaban siendo vigilados, seguirían operando con normalidad y podrían obtener más información sobre sus movimientos y planes.

Después de analizar la situación, Overwatch finalmente dio la orden de avanzar. No sería un movimiento agresivo ni apresurado; se moverían un kilómetro más cerca del campamento enemigo, lo suficiente para tener una visión más clara y ampliar el alcance de los drones y dispositivos de vigilancia. El avance fue cuidadosamente planeado. Tempest lideró el movimiento inicial, guiando los vehículos especializados para cargar el equipo necesario, mientras Shadow y Drift iban a pie, asegurándose de que no hubiera sorpresas en el camino.

El paisaje ártico era un desafío constante. A pesar de la luz diurna que reflejaba en la nieve, las condiciones seguían siendo traicioneras. El equipo utilizaba cada montículo de hielo, cada formación rocosa, como cobertura mientras avanzaban. Spectre y Blizzard permanecían en la retaguardia, cubriendo a sus compañeros con sus respectivas armas listas para entrar en acción en cualquier momento. Aunque no había señales de peligro inmediato, el silencio del enemigo seguía siendo un recordatorio de que no podían bajar la guardia.

Una vez que alcanzaron la nueva posición, el equipo trabajó con rapidez para establecer su base temporal. Iceberg y Drift se encargaron de reforzar el área con barreras naturales, Iceberg también instalaba nuevos dispositivos de guerra electrónica para seguir interceptando comunicaciones enemigas. Vortex, como siempre, puso a sus drones en el aire, ampliando el radio de vigilancia y monitoreando cada movimiento en el campamento. Spectre, por su parte, se instaló en una posición elevada, ajustando su rifle y preparándose para días más de vigilancia exhaustiva.

El equipo pasó los días siguientes en una rutina silenciosa, pero eficiente. Cada miembro tenía un rol claro y preciso, y nadie rompía la disciplina necesaria para una misión como esta. Spectre mantenía su posición durante horas interminables, observando los patrones de patrulla del enemigo y tomando nota de cualquier detalle que pudiera ser útil. Blizzard se turnaba con ella, alternando entre vigilancia y descanso para asegurarse de que ninguna de las dos se agotara.

Los drones de Vortex continuaban recogiendo imágenes y datos del campamento enemigo. Las grabaciones mostraban un flujo constante de actividad interna: guardias moviéndose en patrones predecibles, técnicos trabajando en equipos que parecían antiguos, y vehículos transportando cajas cuyo contenido aún era un misterio. No había nada particularmente alarmante en su comportamiento, pero el equipo sabía que esa aparente normalidad podía ser una fachada.

Mientras tanto, seguían monitoreando las comunicaciones enemigas. Aunque los mensajes que interceptaba eran en su mayoría logísticos, notó un ligero cambio en la frecuencia de las transmisiones. Había un aumento en la actividad interna del campamento, pero aún no quedaba claro si eso estaba relacionado con su presencia o si era simplemente parte de sus operaciones regulares.

La vigilancia incesante finalmente dio frutos. Tras días de monitoreo constante, fue Vortex quien detectó algo significativo a través del radar y sus drones: un francotirador enemigo se había posicionado hacia el este, a unos 500 metros de la base enemiga. Su ubicación sugería que estaba vigilando los alrededores, tal vez en busca de señales de intrusión. Esta nueva amenaza, aunque aislada, exigía una respuesta inmediata.

La información fue transmitida con rapidez a Glacier, quien coordinó de inmediato con Overwatch. Arthur King evaluó la situación y dio la orden: neutralizar al francotirador. Su presencia era un riesgo inaceptable para el sigilo del equipo, y si no actuaban con rapidez, podría comprometer la operación.

El plan fue definido con precisión. Comet y Tempest serían los primeros en moverse. Ambos se acercarían a la posición del francotirador desde el sureste, usando las formaciones naturales de hielo como cobertura. Comet, con su arsenal de granadas y municiones avanzadas, estaría preparado para usar explosivos en caso de que la situación lo requiriera, mientras que Tempest lo respaldaría con armas automáticas ligeras.

Spectre sería la encargada de realizar el disparo definitivo. Desde su posición, necesitaría acercarse lo suficiente para garantizar un tiro limpio. Para ello, trabajó rápidamente en mejorar su camuflaje, asegurándose de que cada detalle desde el brillo de su equipo hasta las sombras de su posición estuviera perfectamente integrado con el entorno. Rime, aunque no participaba en la misión directa, supervisó las preparaciones de Spectre, ofreciendo apoyo logístico antes de que esta se desplazara.

Una vez listas las posiciones, Comet y Tempest comenzaron su avance. Manteniéndose a unos 200 metros de distancia del objetivo, se movieron con cautela, escaneando el área en busca de posibles refuerzos. No detectaron a nadie más; el francotirador parecía operar solo. Spectre, mientras tanto, avanzó desde un ángulo diferente, estableciendo su punto de disparo a unos 300 metros del objetivo.

Spectre ajustó su rifle, evaluando cada variable con cuidado. El viento, aunque leve, podía desviar la trayectoria de la bala, y el frío extremo afectaba la densidad del aire. Todo debía ser calculado con precisión. Sus respiraciones se volvieron lentas y controladas, su cuerpo completamente inmóvil mientras su ojo estaba fijo en el visor.

El francotirador enemigo estaba agachado, aparentemente concentrado en escanear el horizonte con su propio visor térmico. Estaba bien cubierto, pero no lo suficiente como para escapar de la mirada entrenada de Spectre. A través de su mira, Lisa ajustó el enfoque, midiendo la distancia exacta y anticipando el movimiento del objetivo.

El disparo llegó tras veinte minutos de paciencia absoluta. Spectre esperó el momento perfecto, cuando el francotirador levantó ligeramente la cabeza para ajustar su posición. En ese instante, apretó el gatillo.

El sonido fue amortiguado por el supresor del rifle, un susurro en el aire helado. La bala alcanzó al objetivo con precisión quirúrgica, impactando directamente en la cabeza. El cuerpo del francotirador cayó hacia un lado, sin emitir un solo sonido.

"Objetivo neutralizado", comunicó Spectre con voz firme a través del intercomunicador.

Desde su posición, Comet confirmó visualmente el resultado. "Lo tenemos. Limpio".

Comet y Tempest se movieron rápidamente hacia la ubicación del francotirador, asegurándose de que no hubiera trampas ni refuerzos cerca. Al llegar, inspeccionaron el equipo del enemigo y sus alrededores. Todo indicaba que había estado operando solo, tal vez como un puesto avanzado de vigilancia.

"Sin sorpresas", informó Tempest por el intercomunicador. "El área está despejada. El equipo del francotirador es básico, sin comunicaciones avanzadas".

"Perfecto", respondió Glacier desde la retaguardia. "Retírense a sus posiciones. Buen trabajo".

Mientras Comet y Tempest aseguraban el área y comenzaban su regreso, Vortex desplegó un dron para escanear los alrededores, buscando cualquier movimiento adicional que pudiera sugerir que la eliminación del francotirador había sido detectada. No había señales de alarma en el campamento enemigo. Todo seguía en calma.

El cadáver del francotirador enemigo, aunque cuidadosamente asegurado por Comet y Tempest, era un recordatorio de que el sigilo absoluto del Arctic Phantoms había llegado a su fin. Un cuerpo desaparecido no pasaría desapercibido por mucho tiempo, y el enemigo pronto sabría que no estaban solos. Esto impulsó al equipo a acelerar su plan de acción. Glacier tomó la iniciativa y reunió a todos para comenzar a trazar la estrategia final. Era el momento de tomar el campamento enemigo e interrumpir sus operaciones de una vez por todas.

Lo primero fue un análisis exhaustivo del campamento enemigo. Durante los días previos, Vortex había recopilado una cantidad significativa de información a través de sus drones. Las imágenes térmicas y los videos mostraban un campamento más improvisado de lo que inicialmente habían anticipado. Los enemigos parecían operar con una estructura organizativa mediocre, con movimientos descuidados y patrones de vigilancia deficientes. Si bien estaban equipados con armamento básico y tecnología limitada, su falta de disciplina los convertía en un objetivo más accesible de lo que el equipo había anticipado.

Glacier, junto a Overwatch, revisó cada detalle. "No son tan peligrosos como creíamos inicialmente", comentó Glacier mientras analizaba un mapa digital del campamento. "Pero no podemos subestimarlos. Siguen siendo una amenaza si los dejamos operar por más tiempo".

Spectre, quien estaba sentada al margen con su rifle apoyado sobre las rodillas, asintió. "Tienen los números, aunque no la estrategia. Si dejamos que se organicen, podrían ser un problema. Necesitamos precisión para desmantelar esto rápido".

"Y eliminar cualquier información comprometedora", añadió Shadow, su tono bajo y calculador. "Si están planeando algo más grande, tenemos que detenerlo antes de que lo implementen".

La planificación tomó dos días completos. Durante ese tiempo, el equipo trabajó meticulosamente para ajustar cada detalle de su operación. Glacier dividió las tareas entre los miembros del escuadrón, asegurándose de aprovechar las habilidades únicas de cada uno.

Vortex supervisaría los drones y proporcionaría inteligencia en tiempo real, identificando movimientos y posibles rutas de escape del enemigo. Iceberg se encargaría de establecer puntos defensivos en caso de que el enemigo intentara contraatacar; también colocaría dispositivos de interferencia para bloquear las comunicaciones del campamento.

Comet y Tempest se moverían al perímetro del campamento con equipo pesado, preparados para desmantelar vehículos y cualquier armamento más grande que pudieran tener los enemigos. Mientras tanto, Drift y Frostbite entrarían en las zonas interiores del campamento, neutralizando amenazas cercanas y asegurando las áreas clave.

Por último, Spectre proporcionaría cobertura desde una posición elevada, eliminando objetivos prioritarios con disparos precisos. Overwatch gestionaba todo desde su posición elevada, asegurándose de que el equipo estuviera sincronizado y preparado para cualquier eventualidad.

Durante esos dos días, Overwatch también coordinó la llegada de suministros tecnológicos esenciales. Entre estos se encontraban nuevos dispositivos de vigilancia, cámaras térmicas mejoradas y equipo de comunicaciones encriptadas. Iceberg los instaló en el campamento temporal con rapidez, asegurándose de que el equipo tuviera una ventaja tecnológica abrumadora sobre sus enemigos.

Además, llegaron pequeñas cargas explosivas de alta precisión, diseñadas para destruir equipos enemigos sin causar daños colaterales significativos. Comet se encargó de distribuirlas entre los miembros del equipo, asegurándose de que cada uno supiera exactamente cómo y dónde utilizarlas durante la operación.

"Si algo sale mal, estas serán nuestra mejor salida", comentó Comet mientras entregaba una de las cargas a Frostbite. "No subestimes lo que pueden hacer, pero tampoco las uses a menos que sea absolutamente necesario".

Finalmente, con toda la información recopilada y el equipo completamente preparado, Glacier y Shadow delinearon el plan de ataque en un mapa digital.

El campamento enemigo estaba dividido en tres zonas principales: La Zona de Comunicaciones: Donde se encontraba la antena central y los equipos electrónicos. Esta sería la primera área a neutralizar para cortar cualquier posible solicitud de refuerzos. Iceberg y Vortex liderarían esta parte de la operación.

Los Barracones: Aquí dormían la mayoría de los enemigos. Era el lugar más peligroso, ya que representaba el núcleo de su fuerza numérica. Drift y Frostbite se encargarían de limpiar esta área, asegurándose de que nadie pudiera reaccionar a tiempo.

La Zona de Almacenamiento: Donde guardaban equipos y suministros. Comet y Tempest se encargarían de destruir todo lo que pudieran antes de que el enemigo pudiera trasladarlo o utilizarlo contra ellos.

Mientras tanto, Spectre cubriría todo el campo desde su posición elevada, eliminando amenazas prioritarias y proporcionando apoyo cuando fuera necesario. Shadow supervisaría el avance de cada equipo desde el terreno, asegurándose de que los objetivos se cumplieran con precisión.

A pesar de la tensión, había una energía palpable entre los miembros del escuadrón. Sabían que habían pasado días preparándose para este momento, y cada uno de ellos estaba listo para actuar. En el refugio, mientras ultimaban detalles, hubo un breve momento de calma antes de la tormenta.

Blizzard se acercó a Spectre mientras esta revisaba su rifle una vez más. "¿Lista?" preguntó, aunque ya conocía la respuesta.

"Siempre", respondió Spectre sin apartar la mirada de su arma. Luego levantó la vista y añadió con un tono más personal: "Solo quiero que esto termine pronto. Estoy cansada de este frío".

Blizzard dejó escapar una risa breve. "Al menos tenemos una razón para terminar rápido. Pero no te preocupes, sé que vas a dar en el blanco como siempre".

Spectre asintió, pero sus pensamientos se desviaron por un momento hacia Jennie y la foto que todavía guardaba en su teléfono militar. Pronto, pensó para sí misma. Pronto podré volver a casa.

El reloj marcaba las 3:00 a.m., y el Ártico estaba en su momento más gélido y oscuro. Era la hora designada, el momento en que el equipo Arctic Phantoms finalmente se pondría en marcha para ejecutar la operación que habían estado planeando durante días. Cada miembro estaba en su posición, preparado para cumplir con su rol asignado con precisión quirúrgica. El aire estaba cargado de tensión, pero también de determinación. Sabían que el éxito dependía de su coordinación y de no cometer errores.

Desde el campamento temporal, Glacier dio la señal de inicio. "Es hora. Todos en sus posiciones. Procedan según el plan."

El equipo se movió con el sigilo de sombras en la nieve, utilizando el terreno para cubrirse mientras avanzaban hacia el campamento enemigo. Tempest lideraba el transporte del equipo pesado, guiando un pequeño vehículo adaptado para terrenos helados que contenía explosivos y armamento especializado. Comet lo seguía de cerca, asegurándose de que todo estuviera listo para desplegarlo al llegar a la zona de almacenamiento del enemigo.

Spectre, como siempre, se desplazó hacia una posición elevada, acompañada por Rime, quien proporcionaba apoyo logístico y cobertura cercana. Drift y Frostbite avanzaron en dirección a los barracones, mientras que Iceberg y Vortex se dirigían a la zona de comunicaciones con dispositivos de interferencia y un arsenal de herramientas tecnológicas.

Shadow, por su parte, se mantuvo en el centro de la operación, moviéndose entre los equipos para supervisar y coordinar en caso de que algo saliera mal. Sus ojos escaneaban el entorno constantemente, atento a cualquier señal de peligro.

A las 3:45 a.m., todos estaban en posición. Glacier, desde su puesto estratégico, dio la orden: "Procedan."

Spectre fue la primera en actuar. Desde su posición elevada, divisó a dos guardias enemigos en la entrada principal del campamento. Ambos parecían distraídos, sin sospechar que estaban a punto de enfrentarse a un ataque coordinado. Spectre ajustó la mira de su rifle, calculó la distancia y el viento, y disparó. El primer guardia cayó al suelo, sin emitir un solo sonido. Antes de que el segundo pudiera reaccionar, un segundo disparo lo alcanzó en el pecho, eliminándolo al instante.

"Entrada despejada," comunicó Spectre, con la calma que la caracterizaba.

Con la entrada asegurada, Drift y Frostbite se infiltraron en los barracones. Los enemigos dentro del edificio apenas tuvieron tiempo de reaccionar. Drift disparó con precisión, eliminando a cuatro soldados que intentaron defenderse. Frostbite, utilizando su fuerza y velocidad, neutralizó a otros dos en combate cuerpo a cuerpo antes de que pudieran alcanzar sus armas.

"Barracones asegurados," informó Drift, mientras revisaba rápidamente la habitación en busca de más enemigos.

En la zona de comunicaciones, Iceberg y Vortex trabajaron rápidamente para instalar dispositivos de interferencia. Mientras lo hacían, un enemigo salió de una esquina inesperada, armado y listo para atacar. Shadow, que estaba cerca, actuó con rapidez, disparando dos veces y eliminando la amenaza antes de que pudiera alcanzar a Iceberg. Fue un movimiento arriesgado, ya que Shadow se expuso brevemente al fuego enemigo, pero logró mantener el control.

"Zona de comunicaciones neutralizada," confirmó Iceberg.

El caos comenzó a extenderse por el campamento enemigo. Aunque la mayoría de los soldados estaban mal organizados, algunos comenzaron a reaccionar y a defenderse. Un grupo de tres hombres intentó alcanzar la zona de almacenamiento para recuperar armas pesadas, pero fueron interceptados por Comet y Tempest. Utilizando granadas y fuego de cobertura, ambos lograron neutralizar al grupo antes de que pudieran llegar a su objetivo.

Sin embargo, la situación se complicó en otro sector del campamento. Rime, que se había adelantado, dejando a Spectre atrás fue ligeramente para cubrir un flanco cuando fue sorprendido por un disparo enemigo. Aunque la bala solo rozó su brazo izquierdo, lo suficiente como para dejarlo fuera de combate temporalmente, el dolor lo obligó a retroceder.

"Rime está herido," informó Spectre por el intercomunicador, su tono tenso, pero controlado. Desde su posición, cubrió a Rime, eliminando al enemigo que había realizado el disparo.

"Estoy bien," respondió Rime, apretando los dientes mientras aplicaba presión a su herida. "Puedo continuar."

"Quédate donde estás," ordenó Glacier. "No tomaremos más riesgos. Tempest, recoge a Rime y llévalo al refugio temporal."

Con el equipo completamente coordinado, el campamento enemigo fue tomado en cuestión de minutos. Los soldados restantes se rindieron rápidamente al darse cuenta de que estaban completamente superados. Iceberg utilizó los dispositivos de interferencia para desactivar las comunicaciones enemigas, asegurándose de que no pudieran solicitar refuerzos. Mientras tanto, Vortex utilizó sus drones para asegurarse de que no hubiera más enemigos escondidos en las áreas cercanas.

Spectre permaneció en su posición elevada, vigilando desde la distancia. Aunque el peligro inmediato había pasado, sabía que la situación podía cambiar en cualquier momento. Desde su punto de vista, observó cómo sus compañeros aseguraban a los prisioneros y comenzaban a inspeccionar los equipos y documentos enemigos.

A las 5:30 a.m., Overwatch confirmó que los refuerzos estaban en camino. Un equipo de extracción internacional, coordinado con el Joint Arctic Command, llegó al campamento en vehículos blindados. Los prisioneros fueron esposados y escoltados fuera del área, mientras que los dispositivos enemigos fueron confiscados para un análisis posterior.

Glacier y Shadow supervisaron el proceso, asegurándose de que todo se realizara de acuerdo con el protocolo. Comet y Tempest ayudaron a cargar los suministros confiscados, mientras que Iceberg y Vortex documentaban la operación para el informe final.

Spectre descendió finalmente de su posición, caminando hacia el campamento con su rifle al hombro. Se detuvo brevemente junto a Rime, quien estaba siendo tratado por Shiver, el médico del equipo. "Buen trabajo," le dijo con una leve sonrisa. "Pero trata de no volver a exponerte tanto."

Rime soltó una risa suave, a pesar del dolor. "Prometo no hacerlo... si tú prometes no dejarme atrás la próxima vez."

Con el campamento asegurado y los enemigos bajo custodia, el equipo Arctic Phantoms podía finalmente respirar con cierta tranquilidad. Habían cumplido su misión con precisión y eficacia, neutralizando una amenaza que podría haber causado un daño incalculable. Sin embargo, en sus rostros no había celebraciones, solo la satisfacción silenciosa de un trabajo bien hecho y el conocimiento de que, por ahora, el Ártico permanecería en calma.

El campamento enemigo, que ahora estaba bajo control del Arctic Phantoms y los refuerzos internacionales, revelaba secretos que confirmaban la gravedad de la amenaza. Entre los documentos, dispositivos y equipos confiscados, el equipo descubrió que la operación de los enemigos estaba más avanzada de lo que habían anticipado. El ataque cibernético que planeaban no era un simple intento de sabotaje, sino una estrategia meticulosamente diseñada para desestabilizar múltiples gobiernos. Si no los hubieran interceptado a tiempo, las consecuencias habrían sido catastróficas.

Glacier, junto a Shadow y Vortex, supervisó la recopilación de toda la información mientras los prisioneros eran escoltados a vehículos blindados. Iceberg, aunque cansada, ayudaba a asegurarse de que todo el equipo confiscado fuera empaquetado y catalogado adecuadamente. Spectre permanecía en la periferia del campamento, observando el horizonte helado mientras el equipo concluía la operación. Su rifle, aún al hombro, era un recordatorio de la precisión con la que había ejecutado su parte de la misión.

"Esto era más grande de lo que pensábamos", comentó Shadow mientras examinaba uno de los dispositivos. "Pero llegamos justo a tiempo".

"Siempre llegamos a tiempo", respondió Glacier con calma, aunque su tono mostraba una ligera preocupación. "Pero esto no termina aquí. Lo que encontramos aquí tiene implicaciones mayores, y tendremos que rendir cuentas en Londres".

Poco después, el sonido lejano de rotores comenzó a llenar el aire. Un par de aviones militares sobrevolaron el área, acercándose rápidamente para recoger a los prisioneros. El ruido atrajo la atención de todo el equipo, pero su concentración no se desvió de sus tareas. Los aviones aterrizaron con precisión, levantando una nube de nieve mientras los militares de alto rango descendían con una autoridad palpable.

Los prisioneros, esposados y custodiados, fueron escoltados hacia los aviones por los refuerzos. Los oficiales a cargo revisaron los informes preliminares proporcionados por Glacier, mientras Vortex entregaba una copia digital de la información recopilada. Todo se manejó con rapidez y eficiencia, sin margen para errores.

Spectre, desde su posición cerca del perímetro, observó cómo los prisioneros eran subidos al avión, algunos con expresiones de derrota y otros con miradas desafiantes. No se permitió sentirse satisfecha, pero sí tranquila: el peligro había sido contenido.

Una vez que los prisioneros y los materiales críticos estuvieron a bordo, uno de los oficiales se dirigió a Glacier y Shadow. "Buen trabajo. Esto podría haber sido un desastre si no hubieran intervenido. Ahora es nuestra responsabilidad llevar esto al próximo nivel".

Glacier simplemente asintió. "Confío en que lo manejarán".

Una hora después, el helicóptero asignado para el Arctic Phantoms llegó, rompiendo el silencio del paisaje con el sonido ensordecedor de sus rotores. Era un helicóptero militar adaptado para misiones en climas extremos, robusto y confiable. El equipo comenzó a recoger lo que quedaba de su campamento temporal, asegurándose de que no quedaran rastros que pudieran ser encontrados por cualquier otro grupo hostil.

Spectre desmontó su rifle con cuidado, guardándolo en su estuche antes de unirse al resto del equipo. Mientras caminaba hacia el helicóptero, sintió una oleada de cansancio que se mezclaba con un leve alivio. Habían cumplido con su misión, pero el peso de las últimas semanas aún pesaba en su cuerpo y su mente.

Tempest fue el primero en subir al helicóptero, asegurando el equipo más pesado en los compartimentos designados. Comet y Drift lo siguieron, ayudando a cargar las últimas cajas de suministros y equipo. Rime, con el brazo vendado, fue ayudado por Frostbite para abordar. Aunque estaba herido, mantenía su actitud tranquila y confiada, haciendo bromas sobre su "pequeña herida de guerra" mientras subía.

Cuando fue el turno de Spectre, se detuvo un momento antes de abordar, girando la vista hacia el paisaje helado que los había rodeado durante días. El Ártico siempre le parecía imponente, una fuerza de la naturaleza que no podía ser doblegada. A pesar de todo, sentía un respeto silencioso por ese lugar, por las pruebas que le imponía y por los recuerdos que ahora llevaría consigo.

Finalmente, subió al helicóptero, acomodándose en un asiento junto a Blizzard. Ambos compartieron una mirada de cansancio y entendimiento. Mientras el resto del equipo tomaba sus lugares y aseguraban su equipo, el ruido de los rotores se intensificó, indicando que pronto dejarían atrás esa región inhóspita.

El interior del helicóptero estaba iluminado con una tenue luz roja, lo justo para permitirles ver mientras se acomodaban. Spectre se recostó contra el respaldo de su asiento, dejando escapar un suspiro profundo. Su rifle estaba asegurado a su lado, y aunque su cuerpo pedía descanso, su mente seguía procesando los eventos de la misión.

"Una cosa menos de qué preocuparnos," murmuró Shadow desde el otro lado del helicóptero.

"Por ahora", respondió Glacier, con la mirada fija en los informes que aún sostenía. "Pero esto es solo el principio. Lo que encontramos aquí tendrá consecuencias mayores".

El helicóptero comenzó a elevarse lentamente, sacudiéndose ligeramente con el viento helado del Ártico. Mientras el equipo se acomodaba, el paisaje blanco comenzó a desvanecerse bajo ellos, dejando atrás días de lucha, frío y éxito. Londres los esperaba, y con ello, un nuevo capítulo de su interminable misión.

Mientras el helicóptero se deslizaba suavemente por las nubes camino a Londres, Spectre desbloqueó su celular casi por instinto. Había una notificación nueva que llamó su atención. No era un mensaje de Jennie, su esposa, como había esperado en ese momento. Era una alerta de sonido proveniente del sistema de vigilancia de su casa.

Su pecho se tensó de inmediato, el corazón latiendo como un tambor ensordecedor. Con dedos rápidos y algo temblorosos, abrió la aplicación. Un sinfín de escenarios cruzaron por su mente en esos segundos eternos: ¿habría alguien irrumpido en su hogar? ¿Estaba Jennie en peligro? La sola idea le heló la sangre.

Cuando el video cargó, lo que vio no fue lo que esperaba. En lugar de un intruso o una situación peligrosa, apareció Jennie, sola en la intimidad de su dormitorio. La cámara captó con nitidez su piel perlada de sudor, su respiración entrecortada, y el movimiento de sus dedos deslizándose por su propio cuerpo. Pero lo que paralizó por completo a Spectre no fue solo eso: era el sonido. El nombre de Lisa escapaba de los labios de su esposa entre gemidos desesperados, con una intensidad que encendió en ella algo mucho más complejo que el deseo.

El rubor subió de golpe por su cuello hasta sus mejillas. Incapaz de apartar la mirada, bajó rápidamente el volumen de su celular, consciente de las miradas curiosas de sus compañeros en el avión. Pero no lo suficientemente rápido. Shadow, siempre el bromista, se inclinó hacia ella con una sonrisa pícara, intentando ver qué ocurría en la pantalla.

"¿Qué tienes ahí? ¿Algo divertido?", preguntó, alargando la cabeza hacia el celular.

El gesto fue suficiente para desencadenar una reacción automática en Spectre. En un abrir y cerrar de ojos, sacó su pistola y apuntó directamente a la cara de Shadow.

Shadow levantó las manos de inmediato, retrocediendo con una sonrisa nerviosa.

"Era broma, mujer", se rio, aunque claramente había captado el mensaje.

Spectre bajó el arma con un suspiro largo, pero no volvió a guardar el teléfono. Sus ojos volvieron, casi hipnotizados, a la pantalla. Allí seguía Jennie, completamente entregada a su placer, sus caderas moviéndose al compás de sus gemidos, su piel bronceada brillando bajo la luz cálida de la habitación. Cada vez que sus dedos se hundían más profundamente, el nombre de Lisa escapaba de sus labios con más urgencia.

Spectre no podía dejar de mirar. Cada sonido, cada movimiento, le provocaba una mezcla de emociones que no sabía cómo manejar: ganas, deseo, y una excitación que la envolvía por completo. Por un instante, olvidó dónde estaba, quiénes la rodeaban.

Spectre se quedó mirando la pantalla de su teléfono por un rato, los dedos aún sobre el dispositivo. La sensación de estar lejos de Jennie, de no saber exactamente cómo estaba, había sido una carga constante durante esos largos días de misión. Pero en ese momento, al ver la notificación, algo en su interior se relajó. Aunque la situación había sido inesperada, la imagen de su esposa, aún a través de la pantalla del teléfono, le trajo una calma reconfortante.

No era la angustia lo que sentía, sino una mezcla de alivio y esperanza. Finalmente, después de tanto tiempo, estaba más cerca de lo que tanto había deseado: regresar a casa, verla de nuevo, abrazarla. Su mente se perdió por un momento en la imagen de Jennie. No le importaba la misión ni el riesgo que acababa de enfrentar. En ese instante, solo pensaba en ella, en cómo podría abrazarla, escuchar su voz, sentir la calidez de su cercanía.

Guardó el teléfono con un suspiro profundo, la pantalla apagada ya, pero la imagen de Jennie seguía en su mente. Apoyó la cabeza en el metal frío del helicóptero, cerrando los ojos con un sentimiento de alivio, como si por fin, después de tanto tiempo, una gran carga se hubiera levantado de sus hombros. Era un alivio simple, pero profundo: el fin de la misión estaba cerca, y eso significaba que pronto estaría en casa, con ella.

La operación había sido difícil, peligrosa incluso, pero lo había logrado. Habían completado su tarea con éxito, y ahora solo quedaba el último paso: regresar. A pesar de las horas de trabajo agotadoras, de la tensión constante, lo único que tenía en mente era la imagen de Jennie esperándola en casa, la vida tranquila que le esperaba. Todo lo que necesitaba hacer ahora era llegar a Londres, y luego, a su hogar.

Al mirarlo todo en perspectiva, la misión no parecía tan importante. Lo era, sí, pero lo que realmente importaba, lo que realmente le daba fuerzas, era la idea de volver a su vida, a su amor. La misión había terminado, y lo único que quedaba era un regreso, una última travesía, y al final de todo, Jennie esperándolo.

Un pequeño suspiro de alivio escapó de sus labios, y esta vez no fue de agotamiento ni de dolor. Era la promesa de lo que vendría: el regreso a la normalidad, el regreso a su vida con Jennie. Una vida sin misiones, sin tensiones, donde todo lo que tenía que hacer era ser ella misma, vivir con la persona que amaba, lejos del hielo, lejos del conflicto.

El helicóptero siguió su rumbo hacia Londres, pero Spectre ya no se sentía tan cansada. La misión había terminado, y la siguiente misión era mucho más importante: abrazar a Jennie, ver su sonrisa, y finalmente volver a casa. Y por primera vez en semanas, sintió que el peso de todo lo vivido empezaba a desvanecerse.

"Pronto estaré allí", pensó con una sonrisa tenue. La esperanza llenaba su pecho, reemplazando la fatiga de los días anteriores. En cuestión de horas estaría de vuelta en su hogar, con su amor, y todo lo que había hecho en ese lugar frío y lejano se convertiría en un recuerdo. Un recuerdo que, aunque valioso, ahora parecía insignificante comparado con lo que realmente importaba.

El helicóptero continuó su vuelo, y Spectre, aún con una ligera sonrisa, se permitió descansar.

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