20
Ella creó un disparó lo suficientemente potente para hacerlo retroceder, perforando parte de su cuerpo.
Sus dedos quedaron destrozados. Aún no controlaba del todo sus nuevos poderes pero hacía lo posible para seguir la función qué le explicó el Dios.
All for one se levantó nuevamente, Akemi no flaqueo para golpearlo nuevamente. Tirandolo al suelo, apuntandolo con un de sus dedos.
Puede acabarlo todo aquí y ahora, los segundos pasan tan rápido qué se pierde. Su cuerpo voló por los aires mientras la sangre cae por su boca.
― Qué descuidada, señora Shigaraki.― Habló él.
Pero aún así, ella lo tomó del cuello. No lo dejaría marcharse, no mientras ella siguiera con vida.
― Si te mato, solo deberé eliminarte del interior de Tomura. ¿No?, ¡morirás, AFO! ― Le gritó ella.
Akemi se golpeó contra el duro suelo qué se quebró ante la fuerza del impacto. Escupió su sangre nuevamente pero aún así, volvió a levantarse.
Extendió sus palmas, bloqueando el golpe de otro de los múltiples quirk del villano. Concentró parte de su energía para crear una barrera
Utilizó el reflejo de la luz de la luna para conjurar un hechizo. Usando parte de su energía y la energía del Tsukuyomi.
Antes de poder completar el hechizo qué dejaba acorralado a AFO, su visión se distorsionó. El rostro de Tomura apareció frente a ella, haciendo qué cancelará su hechizo.
Cayó al suelo, mientras su expresión era de horror. Su cuerpo fue elevado y separado del duro suelo mientras su respiración se corta por la presión en su cuello.
― Qué patético es el amor. Tan solo te hace débil e ingenuo, ¿No, Akemi?, traicionar a los héroes solo por un mi alumno, solo por el amor qué le tienes fallaste tu oportunidad de matarme. ― Dijo, apretando aún más su cuello.
Quería hablar pero no había mucho aire en sus pulmones, sentía cómo su energía vital era robada por aquél horrible y cruel hombre.
Pero un círculo se abrió debajo de ellos, haciéndola sonreír.
Una enorme explosión causó la destrucción de gran parte de la zona de la ciudad.
Luchaba por mantenerse consciente, mientras la sangre corría por su chamusqueada y dañada piel. Tomó una gran bocanada de aire mientras sonreía
― Muere sin saber lo qué es el amor, maldita perra. ― Le deseó ella.
Intentó levantarse sola pero le fue imposible, cayó al suelo mientras lo único qué le importaba era qué ya no sentía la presencia de AFO.
Miró el cielo, qué aún seguía oculto entre las nubes grises y negras. Tosio un poco, sintiendo el sabor metálico en su garganta, no tenía muchas fuerzas.
Intentó levantarse nuevamente pero no podía, pero aun así obligaba a su cuerpo a ponerse de pie. Aunque sea a rastras
Akemi miró al frente, mientras empezaba a arrastrarse mientras intentaba usar algo de energía para mejorar.
― Te ves cómo la mierda ― Escuchó a su frente.
― Bakugo..― Dijo en una débil voz.
Cuando estuvo a punto de caer, el pelirrubio cenizo la sostuvo. Mirando su estado deplorable.
― ¡Bakugo!, ¿¡Encontraste a alguien?! ― Le preguntó Kirishima
Pero se quedó callado al ver a Akemi semi-inconsciente. Intentando no cerrar los ojos
― ¿sí me escuchas? ― Le preguntó Katsuki.
Pero sus ojos no veían a su antiguo compañero, sus recuerdos no eran claros. ¿Quién era ese pelinaranja con cicatriz?
― Lo hiciste bien, je. ― Le dijo.
― Levantate...él aún no ha muerto. ― Le avisó.
¿Qué?, ¿Cómo era posible?, ¿Quién era él?, sintió sus manos en su rostro mientras la dejaba suavemente en el suelo.
Akemi empezó a moverse nuevamente, levantándose mientras su cuerpo sufría espasmos, sus heridas aún estaban abiertas y la sangre corría por todo su abdomen y boca.
Pero aún así se levantó nuevamente, sorprendiendo a Katsuki quién la ayudó.
― ¡Maldita imbécil, debes acostarte o morirás por desangrado! ― Le gritó.
― Bakugo...Llévame con Shigaraki. ― Le pidió..
¿Por qué debía aceptar llevarla con el enemigo?, además, estaban algo lejos, no lo lograrían.
― No seas idiota, no puedes ni caminar del estado tan patético qué tienes. ― Le tiró en cara.
Ella tosió pero la destrucción se mantenía de una forma intensa. Aquél hombre de cabello naranja con una cicatriz en su rostro le extendió la mano.
― Acaba con AFO, ayuda al noveno. ― Le pidió.
Akemi cerró sus ojos, apenas podía mantenerse consciente. El dolor entumecía su cuerpo, su garganta ardía y sus piernas temblaban.
La peliblanca empezó a caminar dejando a Bakugo en silencio, con algo de impresión al verla con la determinación de ir hacia Tomura.
― Tomura, allá voy...no te dejaré solo. ― Dijo en sus pensamientos.
Y aunque tenga hacer esperar a la muerte, ella llegaría hacia su amado.
Cuando estuvo a punto de caer, Katsuki la atrapó. Ayudándola
Así cómo los viejos tiempos.
[...]
― ¡No dejes qué se aprovechen de tí, Idiota, estúpida cabeza de chicle! ― Le gritó, devolviendola sus cosas.
Akemi lo miró con una pequeña sonrisa mientras tomaba sus cosas, agradeciendole.
― Muchas gracias, Bakugo-kun. Seamos amigos ― Propuso ella.
― ¡¡Alejate de mí, estúpida!! ― Le gritó nuevamente.
Ella sonríe, mientras camina junto a él a clases. Pasó algunos recesos junto a él, escuchandolo atentamente.
― Ánimo, serás el número uno. Bakugo-kun y yo estaré para verlo ― Lo animó entre risas.
Él la miró, desviando su mirada con el ceño fruncido durante unos segundos.
― Más te vale, estúpida princesa chicle. ― Le dijo.
Cuando ella cayó al suelo frente a él, viendo cómo aquel villano la tenía entre sus brazos mientras el huía le hizo sentir tan impotente.
Ardía todo su interior, se sentía cómo un cobarde al no pensar en qué ella pudiese estar con ellos en peligro. Y él solo se ponía a salvo...
La verdad salió a la luz meses después, junto a las dudas de sus motivos.
¿Por qué?, se preguntaba él. Ella no podía ser capaz de convertirse en una villana, era muy sensible.
Pero ahi la tenía, en el frente de liberación paranormal, fotos junto a Tomura.
¿Era manipulación?, ¿Él realmente podía llegar a sentir algo romántico por aquélla chica?
Sus ojos rubíes la miraron, tan destrozada.
Y aún así, sigue recordando ese momento.
― Bakugo-kun, te he traído esto. ― Ella le entregó un bento, qué era cubierto por un pañuelo de explosivos.
Él se quedó mirando durante unos segundos, estuvo a punto de rechazarlo pero se quedó en silencio al ver las cortadas de la muchacha.
Ella se había esforzado para traerle aquél almuerzo. Él lo tomó y frunció su ceño.
― Ni cocinando puedes evitar lastimarte, maldita pelo chicle. ― Fue lo qué dijo.
Pero Akemi estaba más qué feliz al ver qué su regalo había sido aceptado, y su felicidad aumentó al verlo comer.
Y al parecer le había gustado.
Katsuki simplemente la miró otra vez, mientras ambos se acercaban cada vez más a la pelea qué estaba teniendo Midoriya.
― Bakugo, después de todo...no fue tan malo. ― Fueron sus palabras.
Él se sorprendió y aún así, la duda se mantuvo en él.
― Y sí no lo era, ¿por qué te fuiste? ― Le preguntó, desesperado por una respuesta.
Pero solo obtuvo su sonrisa, junto a un abrazo. Dejándolo pasmado, sus párpados se hicieron aún más pesados y no sentía su cuerpo.
Katsuki cayó rendido entre los brazos de Akemi quién acarició su cabeza durante unos cortos segundos antes de dejarlo con cuidado en el suelo, alejado del peligro.
― No puedo dejar...qué alguien cómo tú muera aquí, Katsuki. ― Dijo en un dulce susurro.
Ella volvió a levantarse, tosio nuevamente. No era qué tuviese demasiada energía o fuerzas para dar una buena pelea.
Miró por última vez a Katsuki, sintiendo sus lágrimas asomarse. Tenía miedo de morir pero su mayor miedo sería volver a ver qué alguien qué alguna vez ella quiso, muera.
― Toga murió también, ya no siento su energía vital....la energía de Touya es más débil qué la mía. ― Ella cerró sus ojos mientras dejaba salir sus lágrimas.
Lo siento, Atsuhiro.
No podré recibirte, no podré volver a encontrarte ni podemos hablar.
― La energía de Spinner también es débil...¿De verdad ellos? ― se preguntó así misma.
Akemi volvió a levantarse con dificultad, empezando a avanzar.
Izuku cayó al suelo, sangraba hasta más no poder mientras luchaba por no caer derrotado, realmente quiere vencerlo.
― ¡Akemi, no-! ― Gritó Izuku.
Ella lo vio de reojo para luego sonreír un poco.
― Akemi..― La llamó él.
Ambos se miraron a los ojos, sintiéndose traicionado.
Ella lo acaba de dejar solo, cómo todos aquéllos qué alguna vez estuvieron de su lado.
La consideró especial y resultó ser igual al resto.
― No vine aquí a ser tú enemiga, Tomura...Vine aquí a terminar nuestra historia de amor. ― Fueron sus palabras.
Dio un paso hacia adelante, al mismo tiempo qué él lo dio.
― No eres especial, me mentiste. Me mentiste igual qué todos ― Le gritó.
― Por una vez, mi amor no nubla mi uso de razón. ― Fue su respuesta.
Ambos hicieron su brazo a un lado, y sin perder el tiempo. La pelea entre ambos inició.
― Tomura, te amo. Y lo qué hago, es por nosotros ― Le dijo, mientras sus ojos miran los ajenos.
Así cómo la primera vez qué se vieron en aquella tienda.
Así cómo la primera vez qué se vieron en aquél parque, bajo su paraguas.
Así cómo lo vio luego de su primer beso. Esa dulzura y esa sinceridad qué tanto causó impacto en él, seguía ahí.
Pero, ¿Él era ese Shigaraki Tomura?, ¿De verdad lo era?
El cuerpo de Tomura se movió solo, lastimando a Akemi. Gran parte de su rostro recibió el ataque de Tomura.
Pero ella logró bloquear el otro ataque de su amado, sin cambiar aquélla mirada.
― ¡Vamos, Tomura!, Yo sé qué no eres tú quién me está lastimando. ― Gritó.
Su cabeza duele, un zumbido aparece en su oído y no se detiene, irritandolo. La imagen de su maestro inundó su mente junto a su pasado.
Pero Akemi se aferró a él, clavando sus dedos en la parte de su cabeza mientras ambos están en el aire.
Los desgarradores gritos de Tomura y el cuerpo herido de Akemi dejaban mucho qué pensar en aquélla pelea.
Izuku observava en Shock aquélla pelea, mientras también intentaba despertar a Katsuki, pensando lo peor.
Pero él seguía respirando, sus latidos son normales, ella lo había hecho dormir.
― Despierta, ¡Tenko Shimura! ― Le gritó
Una onda expansiva gracias a otro de los quirks de Shigaraki los hizo separarse.
Akemi maldijo mientras tosía sangre nuevamente pero no se rindió, usando uno de los escombros para impulsarse hacia Tomura, extendiendo su mano.
Esta sensación...la necesidad de salvarlo, ¿Esto es ser un héroe?
― ¡Maldita...seas, maldita traicionera! ― La doble voz de Tomura la hizo dar con su objetivo.
La parte de All for one sigue con él, ella debía eliminarlo. Aunque deba morir en el proceso
― Estoy contigo, no te dejaré solo...ni siquiera en el más allá, Tomura. ― Sus palabras logran detenerlo durante unos segundos.
Akemi logró sostenerlo, pero la otra mano de Shigaraki la somete de su cuello.
Pero la Todoroki no se rinde, porque está llama en su interior es la de un héroe.
Golpeó el rostro de Shigaraki con su pie, mientras sabe qué AFO lo está manipulando, ella lo sabe todo.
― Rindete y sé mía por siempre.
Aquella voz..No era Tomura quién hablaba. Akemi uso parte de su energía para separarse pero tocó el rostro de Shigaraki.
― Borraré todo pecado de tu ser, a cambio de la vida qué prometí ser cómo portadora de la luna y su Réquiem. ― Sus uñas se clavaron en su rostro.
Los gritos de Shigaraki eran de doble voz, demostrando qué aquél daño en su interior no solo le afectaba a él. Sino a All for one.
― Devuelvele la vida a todo aquéllo qué la perdió, exhilía todo pecado de quién alguna vez tuvo este corazón y con la oscuridad negra cual carbón, elimina a todo enemigo y llevalo a la perdición. ― Terminó de recitar.
Ambos gritaban por el horrible dolor qué sentían. Pero aún así, ella se aferró a él.
Y ese fue su error.
Mantenerse aferrada a él, sin importarle las consecuencias. hacerlo sentir amado.
La luz rodeó todo su alrededor, haciendo qué los héroes se acercaran para saber sobre la situación.
― ¿¡Midoriya!?, ¿¡Estas bien?! ― Le preguntó Aizawa.
― Sí, si..― Contestó, aún perdido por la enorme luz.
― ¿Qué causó estó?, ¿Qué quirk podría hacerlo..? ― Preguntó Ryukyu.
― Aizawa-sensei...― Lo llamó Izuku.
El hombre de cabello negro lo miró, al notar aquella expresión se dio cuenta de quién se trataba.
― Ella es una heroína. ― Fue lo qué dijo Izuku, confundiendo a algunos.
Bakugo abrió sus ojos de golpe, aunque la fuerte brisa lo obligó a volver a cerrarlos y cubrirse.
Cuando la luz empezó a perder intensidad y la brisa fuerte desapareció, las flores desconcertaron a todos.
Todo menos a Katsuki.
― Mira, esas son mis flores favoritas. ¿no son hermosas? ― Ella lo miró con una sonrisa.
Él rodó sus ojos, no sabía cómo Akemi había logrado hacerlo aceptar aquélla salida.
La Todoroki le entregó un ramo de girasoles, haciéndolo sentirse confuso.
― Yo no quiero está mierda, pelo chicle
― Si algún día me voy, buscame en las flores...En especial en los girasoles. ― Fueron sus palabras
―...¿Akemi? ― Preguntó, con voz ronca mientras su expresión se desfiguro.
La vida llegó, La vida se fue.
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