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19

La lluvia pegó con suavidad contra su cuerpo, mojando todo su cuerpo mientras ella miraba a Shigaraki.

― No me dejes...solo en esto. ― Fueron sus palabras junto a una dulce mirada llena de tristeza.

¿Alejarse?, ¿Debía hacerlo?, ¿De verdad?, ignorando las múltiples advertencias, volvió a abrazarlo.

― Yo no te dejaré solo, Tomura...― Habló llena de seguridad.

Al volverse a ver a los ojos, él acarició su rostro. Sus párpados estaban pesados, su cuerpo se sentía liviano.

Al cerrar sus ojos, todo su mundo se desborono. Al abrirlos, se encontraba en un lugar diferente. Su cuerpo estaba acostado en un campo de flores pero el cielo se mantenía nublado

¿Tomura se la había llevado a otro lado?, ¿Qué había pasado?

― Te desmayas muy seguido, ¿No? ― No reconocía esa voz.

Mantuvo sus ojos abiertos con algo de dificultad, se sentía sin energías.

― Estás dejando qué consume tu energía vital, tu corazón apenas puede latir ― Cerró sus ojos nuevamente

― El amor es más grande qué el uso de razón. ― Respondió.

― El amor es hermoso cuando es mutuo. ― Fue lo qué le contestó aquélla voz.

Sí, el amor de dos personas era tan hermoso. Verlos compartir, apoyarse, disfrutar. Formar juntos un presente lleno de dulzura y un futuro lleno de vida.

Todo lo contrario a Akemi.

― Él me ama. ― Dijo, convencida.

Pero, ¿Qué tan convencida de este Tomura es aquél muchacho qué conoció en aquélla tienda?

Al levantarse, los petalos de un cerezo cayeron, mientras su cabello se movía junto a la dulce brisa.

Akemi se levantó, empezando a bajar la colina torpemente.

― Siempre fuiste alguien qué luchaba por amor a los demás, tu corazón late por cada nombre de alguien a qué amas. ― Ella miró a los lados pero no había nadie.

― Servir a los demás fue lo qué siempre se me enseñó.  ― Respondió ella.

Levantó su cabeza al notar cómo oscurecía. La luna se tornó roja mientras la sensación de qué alguien miraba su nuca se apoderó de ella.

Se sentía extraño, incómodo. Su fuerza desapareció de un momento a otro, ¿Qué estaba pasando?

La luna roja hizo qué su cuerpo no pudiese moverse, cayendo en un campo de rosas llenas de espinas.

― No busques más porque ya me viste, Akemi. ― La voz tomó el tono de un hombre.

Ella mantuvo su mirada fija en la luna carmesí, mientras más flores surgían en aquel campo. Todas de un bello color rojizo cómo la sangre.

De su nariz salió un hilo de aquel líquido carmesí, tan tibio con un sabor metálico.

― ¿Por qué estoy aquí, Tsukuyomi-sama? ― Le preguntó en voz baja, susurrante y miserable.

― Vine aquí a resolver tu misería, porque escuché todo tus pensamientos, Akemi. ― Aquél hombre de piel pálida, cabellos azabaches tan largos cómo su estatura apareció.

Era tan hermoso, sus finas manos tenían un tacto tan suave qué era imposible qué sea real.

Las lágrimas de aquel Dios cayeron en el rostro de la peliblanca, quién perdía el brillo de sus orbes azules qué poco a poco, se tornaban plata cómo la bella luna llena.

― Tan solo haz un contrato conmigo, mi pequeña. Deja ya de sufrir ― Pidió.

Akemi vómito sangre, mientras su nariz no dejaba de sangrar. ¿Qué estaba pasando?

Su mano temblorosa tocó la muñeca del Dios con suavidad.

― A cambio de mi poder, debes ofrecerme algo muy valioso. ― Susurró.

La luna quería su corazón, qué no era envuelto por la oscuridad por completo.

La luz brillante de aquel enorme satélite tan divino, se deshizo de la Oscuridad.

Estaba tan encantado con el corazón de la muchacha, qué no deseaba algo más qué conservarlo por la eternidad.

Cuando miró la luna carmesí, Tsukuyomi limpió su sangre.

― Tsu...tsukuyomi-sama...― Ambos se miraron a los ojos.

Los brazos de la Deidad atraparon a la muchacha mientras lloraba, tan conmovido. Porque ni aquél estado tan deplorable lograba detener a su corazón, seguía con vida.

Su corazón seguía latiendo por una razón tan hermosa que sería la causa de su muerte, El amor.

(...)

― Despertaste...― Escuchó aquélla voz.

Una vez qué abrió sus ojos por completo, se encontraba en el duro suelo.

Llovía a cántaros, pero aun así. El frío no era problema, apesar totalmente mojada, él sostenía un paraguas.

― Lamento causarte...tantos problemas ― Se disculpó con voz ronca.

Él calló, agachangose hasta tomarla en sus brazos. Soltó el paraguas mientras la sangre corrió hasta sus mejillas

― Lo siento, Touya..― Se disculpó nuevamente, tan débil qué le causaba miedo.

Él se aferró a ella con tanta fuerza qué su respiración se detuvo por varios segundos.

Se levantó cómo pudo, siendo ayudada por su hermano mayor. Levantó su mirada al ver los edificios algo destruidos.

Su cabeza dolía un poco pero, los recuerdos golpearon su mente con brusquedad.

Los ojos rojizos de Tomura la miraron mientras ella caía al suelo.

Su cuerpo cayó en seco, su rostro se raspo y de su boca salió un gran chorro de sangre.

― No me dejes solo, Akemi...― Le pidió otra vez.

Sus ojos azules miraron sin fuerza alguna a Tomura, mientras él se agachaba. Acariciando nuevamente su rostro, encantado porque su don de deterioro no surgía efecto en ella.

Shigaraki Tomura no merecía a alguien cómo ella y lo sabía pero se negaba a dejar ir a la única luz de su vida.

Akemi levantó su mano, tocando la mejilla de Tomura, sintiendo cómo su brazo temblaba.

Él se inclinó, sintiendo los labios de Akemi bañados por aquél líquido rojizo, el cuál mancho parte de sus labios.

Su respiración tan corta, tan cálida y débil choco contra la suya. Mientras ambos se miraban a los ojos.

― ¿Me amas, Tomura?

― Te amo, Akemi. Siempre lo haré

Estaba tan satisfecha de escuchar sus palabras, la lluvia se detuvo. Mientras un arcoiris empezaba a decorar el amargo cielo.

El techo debajo suyo se desmoronó bajo las intensas llamas de Endeavor.

Akemi cerró sus ojos, cayendo inconsciente. Mientras Tomura fue obligado a separarse de ella por los escombros.

Su cuerpo cayó al duro suelo junto a los demás escombros mientras la batalla daba un inicio. Touya la tomó entre sus brazos para alejarse, aunque pronto tomarían un ritmo diferente.

Demasiado diferente...

Akemi miró a su hermano durante unos segundos, estando entre sus brazos sintiéndose segura.

― No mueras, Touya..― Pidió en voz baja.

Él se burló mientras golpeaba su frente.

Cómo los viejos tiempos.

Akemi ríe un poco mientras la chaqueta de Touya la cubre, al ponersela. Levantó su cabeza, para mirarlo con una sonrisa.

― Morir para ti siempre será la mejor opción, ¿No, Touya? ― La explosión de fondo, hizo qué ambos se miraran con una pequeña sonrisa.

Está sensación...éstos latidos tan diferentes. Tan hermosos

La luna decoró el oscuro cielo, haciendo qué ambos la mirasen con encanto.

― tus ojos son rojos, ¿por qué? ― Preguntó él.

― La luna rompió mi silencio. .― Fue lo qué le contestó.

Ambos volvieron a quedar en silencio mientras miraban la luna, tomándose de las manos lentamente.

Akemi sacó lentamente la carabela, la cuál estaba agrietada.

― ¿Cómo All for one consiguió esto...? ― Se preguntó.

Volvió a guardarla para caminar hacia Touya quién la esperaba.

Todo cambió tan rápido para ella que aún no puede creer qué esta es la vida tan libre qué eligió.

Las aves enjauladas no pueden sobrevivir al mundo luego de estar tanto tiempo encerradas.

― ¿Quemaras este lugar? ― Le preguntó en voz baja.

― Seh. Era la casa de la loca ― Mencionó.

Entonces, ¿Está casa llena de insultos escritos era dónde vivía Toga antes de volverse una villana?

Touya subió hacia la ventana para descansar mientras qué Akemi mantuvo su vista pérdida entre los múltiples insultos y amenazas de muerte.

― Touya...si está guerra termina y nosotros ganamos, ¿Qué será del mundo? ― Fue algo qué surgió de forma repentina.

― Probablemente manden muchos más héroes de todo el mundo y a patearnos el culo pero, sí resultamos vencedores. Seremos gobernadores ― Dijo.

Eso sonaba cómo algo horrible, tan espeluznante. Cómo todo lo qué un monstruo diría o se alegraría de oír

― Suena...raro. ― Dijo.

― Me das tanta ternura qué me generas repulsión, tonta hermanita. ― Dijo entre cortas risas.

Ella también soltó una pequeña risa mientras empezaba a caminar.

― Volveré en un rato. Quiero seguir viendo esto ― Ambos volvieron a mirarse a los ojos.

― No te desmayes por el camino ― Dijo, volviendo a burlarse.

Akemi se marchó, al mismo tiempo qué Toga aparecía.

La Todoroki empezó a alejarse cada vez más, todo era tan oscuro. No había ni un solo rayo de sol, tan solo habían lluvias, nubes negras y grisis.

― Te encontré. ― Aquella voz.

Sus ojos se dirigieron lentamente al mismo tiempo qué su cuerpo giraba.

― Cuánto tiempo, EraserHead. ― Dijo, mientras reía un poco.

Ambos se miraron a los ojos durante largos minutos de silencio total, detrás de él apareció Shoto.

Su sonrisa se borró, su hermano estaba bien.

― Sabemos qué escapas de Shigaraki. ― Habló Aizawa.

Ella dio un paso hacia adelante, poniendo alerta a ambos. Pero Akemi se desmoronó, corrió hacia Shoto.

― Shoto, estás bien...estás vivo ― Akemi lo abrazó, dejando en silencio al hombre.

Shoto correspondió el abrazo de Akemi, pero Aizawa activó su quirk, la luz de la luna dejó de iluminar con tanta intensidad y se reveló una sustitución.

Akemi se encontraba frente a ellos, con una mirada cansada. Oscura, desganada.

― ¿Qué quieren de mí? ― Preguntó.

― Akemi...¡Ven conmigo! ― Shoto extendió su mano.

Nunca se rindió para buscarla, apesar de verla con los villanos. Shoto sabe qué ella no quiere hacerlo, que tan solo lo hace a su manera.

Pero se mata así misma, por su pasado y la forma en la cuál interpretó las cosas.

― Ese día no te asesiné porque Touya quería hacerlo con sus propias manos, no te confundas. ― Dijo.

Ambos saben qué miente, ella les está mintiendo en la cara para ocultar lo qué realmente siente.

― ¡Estás mintiendo! ― Gritó Shoto.

Akemi decidió atacar, Shoto bloqueó su ataque con hielo. Akemi lo esquivó, avanzó para atacar a Eraser.

Pero Shoto volvió a interponerse, haciéndola perder la fuerza del ataque.

― Sí quieres matarme, hazlo. ¡Hazlo sí eres capaz! ― Gritó.

Akemi retrocedió, frunciendo su ceño mientras sus labios tiemblan un poco, apretandolos

Concentró energía en su mano hasta materializarla, creando un Shuriken de luna.

Lo lanzó, destrozando el muro de hielo de Shoto. Saltó para atacar nuevamente pero el rostro destrozado de Shoto la hizo perder el equilibrio.

Akemi cayó a un lado mientras se siente incapaz de atacar a Shoto y a Aizawa.

No le puede hacer daño, ellos nunca...la vieron cómo un monstruo.

La vieron con dulzura, la vieron cómo alguien normal.

― Vuelve a casa, vuelve conmigo...― Dijo Shoto.

― Váyanse...― Dijo, bajando su cabeza.

― Niña, nosotros podemos...

― ¡Váyanse, ahora! ― Les gritó.

Otro Shuriken rozó el rostro de Shoto. Mientras ella se levantaba, otra presencia parecía acercarse.

Y así fue, ellos se marcharon a tiempo y así mismo llegó All for one.

― Qué blanda eres. ― Dijo entre carcajadas.

― No lo seré contigo. ― Respondió.

La batalla contra los villanos inicia, dando comienzo al principio del fin.

La televisión empieza a emitir en vivo las peleas de los héroes.

Endeavor, Hawks, Tokoyami, Jirou, Best Jeanist, todos los héroes profesionales y aspirantes llegan

All for one está joven, se ha mostrado en su prime gracias a la energía absorbida de Akemi. Pero sabe qué necesita más

Akemi piso con fuerza mientras esquiva a All for one

― Mira, ¿así traicionas a Tomura?, él te quiere tanto..― Dijo.

― Yo no estoy del lado de los héroes, creo mi propio bando. Y ese bando se llama Anti-All for one.

Evitó ser tocada por el peliblanco mientras los héroes iniciaban su plan de ataque. Pero, todo se volvía demasiado complicado

Y simplemente, aparecieron más villanos. Junto a los Nomus

Touya se fue directamente a por Endeavor. Akemi inicio su lucha contra el seguir en contra de All for one.

En su campo de visión logró divisar a Hawks. Miró a Tokoyami, estaba velando por la salud de su maestro.

All for one tomó a Hawks del cuello. Lo mataría, claro qué lo haría.

Qué muriera, Takami Keigo debía morir luego de haber lastimado de tal forma a Twice, de haberlo engañado y hacerlo sentir cómo la mierda por hacerlo culpable de traicionar de forma involuntaria a sus amigos.

Pero...¿por qué su cuerpo se movía solo?, la mano de All for one cayó junto con Hawks, quién se salvó de perder su quirk y la vida.

― Perderás, AFO. ― Le dijo.

Él intentó sostenerla del cuello pero ella no se dejó.

― ¡Sé lo qué intentas hacerle a Tomura!, ¡Eres un maldito desgraciado! ― Akemi es quién va abajo ahora.

Ella atravesó el abdomen del hombre pero ella recibió daño, siendo atravesada de igual forma.

Pero, no se detuvo. La oscuridad empezó a surgir para apresarlo en una cápsula

Levantó su dedo índice para luego bajarlo. Generando una explosión

Ella cayó al suelo torpemente, chocando contra una dura pared.

AFO murió, ella lo mató. Pero, su presencia, levantó su mirada para encontrarlo frente a ella.

La tomó del cuello, haciéndola temer por su vida. Pero ella lo pateo en el rostro

Se liberó de agarré pero cayó nuevamente, empezando a toser.

Tocó su boca, viendo el rastro de sangre que había.

Antes de qué AFO atinara un golpe contra ella, fue salvada por Hawks. Quién se alejó en un rápido vuelo con ella.

― Te debía una ― Dijo.

― Sueltame, maldito asesino. ― Ella lo empujó, soltandose.

Pero los héroes evitaron qué AFO se acercase a ella, usando sus ataques para debilitarlo.

― ¿Tanto me deseas, AFO? ― Preguntó ella.

Tiene su respiración agitada, está sangrando y su ropa está rota, su estado puede tomarse cómo deplorable.

Pero aún así, se levantó. Dispuesta a pelear nuevamente, debía eliminar todo rastro de AFO tanto afuera cómo dentro de Shigaraki.

― ¡Ven por mí, All For One!, ¡Absorbeme sí es lo qué deseas! ― Le gritó.

Solo era cuestión de minutos para dejar a los héroes tendidos en el suelo por su fuerza y sus nuevos quirks.

Akemi lo apuntó con sus dedos en forma de pistola.

―  ¡¡BANG!!

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