Tu pequeña mano envuelve mi dedo
Y hay tanta calma en el mundo está noche
(...)
Oh, cariño, no crezcas nunca
No crezcas nunca
Quédate así de pequeño
Oh, cariño, no crezcas nunca
No crezcas nunca
Así todo puede ser simple
(...)
Recién me doy cuenta de que todo lo que tengo
Algún día, desaparecerá
Así que aquí estoy en mi nuevo apartamento
En una gran ciudad, acaban de dejarme aquí
Es mucho más frío de lo que pensé que sería
Así que me arropo y enciendo mi luz de noche
Desearía nunca haber crecido
- - -
Estoy en mi nuevo apartamento en Seúl, rodeada de cajas que muero por desempacar. Sin embargo, es tarde, así que me decido a hacerlo mañana. La mudanza me ha dejado exhausta.
Camino, esquivando las cajas hacia la cocina. Miro a mi alrededor, no hay vasos ni una jarra con agua... como había en casa con mis padres. Y parecía que esa jarra almacenaba agua infinita porque jamás se acababa. Eran ellos quienes siempre la reponían.
Caminé de vuelta hacia la sala atiborrada de cajas y me puse a abrir una por una, buscando el hervidor y un par de vasos. Mi padre, MinSeok, había sido muy claro cuando me dijo que debería escribir con plumón qué había en cada caja, pero yo fui muy floja como para hacerlo. Y ahora enfrento las consecuencias... Si tan solo no me hubiera distraído bromeando con mi otro padre, JongDae.
Abro dos cajas seguidas y en ninguna está lo que busco. ¡La tercera es la vencida! Con convicción cojo una caja, y por el simple hecho de cogerla, sé que aquí no está lo que busco. Aun así, llevada por la curiosidad, la abro con cuidado. Dentro, encuentro el álbum de fotos familiares, lo cual me parece extraño porque yo no lo guardé en ningún momento. Veo los demás objetos en la caja. Yo no empaqué ninguno de esos: mi osito de peluche, mi manta favorita, un par de muñecas y monopoly. Voy a reconocer que tener un monopoly me puede ser útil para reunirme con mis amigas y jugar.
Pero al resto de cosas no le veía mucha importancia.
Aún así soy una chismosa.
Me olvido de mi misión inicial y me siento en el piso, abro el álbum y lo ojeo.
En las primeras fotografías están mis padres jóvenes: días previos a su boda, el día de su boda, mientras mi padre MinSeok estaba embarazado de mí. Había miles de fotos de mi padre comiendo un montón. Y en las que salía mi padre JongDae, se le veía completamente enamorado. No había duda de que esas dos personas de la fotografía se amaban. De hecho, siempre creí eso. Crecí sabiendo que mis padres se aman, lo cual algunas personas no pueden decir. Crecí sabiendo cómo luce el amor sano. Crecí siendo una niña amada. Crecí en un hogar rebosante de amor. A veces resultaba un poco empalagoso. Tan empalagosa que no veía la hora de irme.
Alcé el rostro y vi a mi alrededor, ¡ya me pude independizar! Por supuesto que estoy feliz.
Regreso a ver las fotos, ignorando el hecho de que me estoy encorvando y que eso no le gustará a mi papá Min.
Hay fotos antes del parto, hay fotos de mi papá JongDae llorando antes de entrar a la sala de operación. Me rio porque sé lo que sucedió después. Mi padre se desmayó sin siquiera entrar. Le dio un síncope y las enfermeras tuvieron que ayudarle. Luego de eso mi padre MinSeok se rio mientras pujaba, le dolió, condenó a JongDae, volvió a reírse, me maldijo, se rio, lloró, maldijo a medio mundo y siguió riendo. Sí, parecía un demente, ¡pero su esposo sano estaba en una camilla descansando de su desmayo mientras él lo daba todo por traerme al mundo!
Paso a las siguientes páginas. Y ugh, yo también tuve mi etapa de bailarina de ballet. En esas fotografías tengo como cuatro años y estoy con un horroroso tutú rosa. Bueno, en ese momento no me parecía horroroso, pero ahora que lo veo se ve feo. Estoy posando con la confianza de una modelo de alta categoría y con toda la inocencia de una niña.
Ese día papá JongDae me dio un ramo de flores que tiré en el instante en que papá MinSeok me dio helado de chocomenta. Sí, soy de esas dementes que aman la chocomenta. Papá JongDae recogió sus flores y también comió helado.
Me rio.
¿Por qué le darías flores a una niña? ¡Era obvio que preferiría el helado!
Pasé a la siguiente página.
Tengo 7 años y es mi primer día en primaria. Estoy posando con nerviosismo al frente del gran portón del colegio. Ese día papá MinSeok planchó mil veces mi uniforme porque no dejaba de verle arrugas y limpió mis zapatos nuevos como un maniático. Papá JongDae hizo mi lonchera con un exceso de frutas: plátanos, naranjas, mandarinas, fresas, palta y arándanos. Y un yogurt. Supongo que ahí empezó mi obsesión con la fruta. Podría comer fruta por siempre sin aburrirme. De hecho, encima de la mesa de la cocina hay un ramo de frutas. ¡Gracias, papá! Al menos tu hija no morirá de hambre está noche. Me levanté junto con el álbum y caminé a la cocina. Me senté encima de la mesa, no estaba papá Min para decirme que no lo hiciera. Cogí una manzana, sabía de antemano que estaba limpia. Yo sé que papá Min limpió toda esa fruta para mí porque conoce lo olvidadiza que soy. Muerdo la manzana y continúo observando el álbum.
Tengo 15 años. Y sí, tuve mi jodido quinceañero. Amo las fiestas y si chicas alrededor del mundo celebran sus quince años, yo no iba a ser la excepción. Bailé el vals con ambos de mis padres y... Me detengo un instante. Una gota ha caído en el álbum. Rio. Me secó la pequeña lágrima que se desliza por mi mejilla. Ese día fue especial porque mis padres se esforzaron para hacerle la fiesta de ensueño a su hija. Papá Min organizó todo con cuidado y papá Dae lo apoyó en todo lo que pudo, en especial en tranquilizar a su nerviosa hija que a último momento quería cancelar todo e irse a la cama a dormir porque su novio de ese entonces acababa de terminar con ella en una llamada de trece segundos.
Sí, trece.
En trece segundos ese desgraciado infeliz dijo lo suficiente para que yo quisiera matarlo, matarme e incendiar el local.
Mi papá dijo algo más que "eres mucho para ese muchacho". Él dijo:
―Los únicos hombres importantes esta noche están aquí contigo. Y se han preparado arduamente para bailar contigo, ¿los quieres dejar plantados?
Con el maquillaje corrido, negué con la cabeza. No quería plantar a mis padres como me acababan de plantar a mí.
Bailé con ellos y luego disfruté con mis amigas, me olvidé por completo del imbécil que me dejó el mismo día de mi cumpleaños.
Las siguientes fotografías son de mi graduación de secundaria. No fui una alumna destacada, pero al menos era amada por mis padres. Por mis amigas sabía la tensa situación con sus padres en la que algunas se encontraban por sus calificaciones. El estrés las hacía perder cabello y amanecerse para los exámenes, mientras que mis padres solo me pedían atender a la clase, pasar la materia y nunca saltarme clases (si es que no estaba enferma). Eran tan comprensivos hasta decir basta.
Pero eso no quiere decir que no nos hayamos peleado. Lo hicimos. Muchas veces. Azoté la puerta de mi cuarto un par de veces y fui regañada y me prohibieron salir con mis amigas durante semanas, incluso me quitaron el celular (como si eso fuera a detenerme de mensajearme con mis amigas).
Yo describiría a mis padres como justos. Ellos supieron educarme con respeto y amor. Y por ello les estoy... Les estoy agradecida. Con sentimientos encontrados, paso a la siguiente página y la encuentro vacía. El resto que siguen también están en blanco. Sin embargo, recuerdo la insistencia de mi papá Min en tomarnos una foto con la polaroid y como yo acepté a regañadientes porque no me sentía muy linda como para una foto. La fotografía estaba en la sala encima de una pila de cajas. Fui por ella. En la foto, tomada por mi quien sería mi vecina de ahora en adelante, salíamos los tres delante de la puerta abierta de mi apartamento con las cajas apiladas detrás de nosotros.
Voy a empezar la universidad en Seúl.
Mis padres y yo somos de Busan.
Oh, dios mío, estoy muy lejos de casa.
Siempre quise irme de casa, pero ahora me detengo a ver a mi alrededor y estoy sola rodeada de cajas que tendré que desempacar sola. En una gran ciudad donde no conozco a nadie.
Ya no habrá viernes de helado de chocomenta, ni sábado de películas.
Los dos hombres más importantes de mi vida estarán lejos.
Abrazo el álbum con fotografías mientras un par de lágrimas caen por mis mejillas.
Desearía no haber crecido y haber atesorado mejor cada momento junto a ellos.
Cogí el celular y llamé a papá Min.
―¿Sí? ¿Todo bien, hija?
―¿Papá Dae está contigo? Ponme en alta voz.
―Listo, cariño, ¿qué sucede?
Sin poder contener más mi llanto, solté:
―Los amo. Muchísimo.
FIN
Holis
siento este os como una curita al corazón❤️🩹
Espero les haya gustado
🐧Gracias por leer🐻
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