Castles Crumbling ― XiuSoo
Una vez, tuve un imperio
en una época dorada
estaba en lo alto
solía ser grande
solían aplaudir
al ver mi rostro
ahora, me temo
que he caído en desgracia
y siento como si mi castillo se derrumbara
y veo todos mis puentes arder hasta el suelo
Y no quieres conocerme, solo te decepcionaré
- - -
MinSeok huye del reino. De su reino. O del que era su reino. La gente lo odia y le teme, ¿cómo podría gobernar Zur?
Zur es uno de los cuatro reinos que se rigen por los poderes de sus gobernantes. Zur es el reino del hielo, Ter es el reino de tierra, Pam es el reino de fuego y Cel es el reino del viento.
Minseok es el heredero de Zur, posee el poder del hielo. Por ello, suele usar guantes. Sin embargo, un malentendido ha hecho que todo el pueblo lo maldiga.
Si bien los cuatro reinos tienen acuerdos comerciales no significa que se lleven bien. Al menos Zur y Ter son reinos vecinos que mantienen paz porque los dos herederos, MinSeok y KyungSoo, son amigos. No obstante, el heredero del reino de fuego siempre ha sido distante y malhumorado. Park ChanYeol no es alguien que te invitaría a una cena, sino a presenciar un combate bárbaro que se lleva a cabo de manera ilegal... El muchacho es fanático de tener el control y la razón.
En la última reunión de herederos, ChanYeol desafió a MinSeok a un duelo. Un enfrentamiento usando sus poderes. Llevó a MinSeok hasta su límite, provocando que el mayor lo atacara usando todo su poder, hiriéndolo. ChanYeol no soportó perder y acusó a MinSeok de haber usado su poder en su contra, lo cual es considerado declaración de guerra. El padre de ChanYeol emitió un comunicado en el que indicaba el cese del comercio con Zur y el inicio de una guerra silenciosa, pues si bien se odiaban, no podían simplemente contraatacar. Necesitaban estrategias.
Los habitantes del Zur se enojaron con su próximo gobernador porque son conscientes de que su nivel de ataque es menor ante el reino Pam (en el cual los habitantes, en realidad son educados desde niños como soldados y máquinas de ataque). Todos se reunieron a las afueras del palacio del gobernador de Zur, exigiendo que actúe de inmediato y que le de un castigo ejemplar a su hijo. Algunos de ellos mencionaron el exilio porque no podían confiar en alguien incapaz de controlar su poder.
Minseok escuchó el griterío de la muchedumbre. Su corazón se rompió. Gente que antes lo adoraba por ser un heredero amable y gentil, ahora lo querían lo más lejos posible. MinSeok sintió que había defraudado a todo el mundo y manchado a su linaje. Por ello, una noche cogió sus guantes especiales y en silencio salió del castillo hasta la caballería. Montó su hermoso caballo albino, Py, y salió del reino, refugiándose en el límite entre Zur Y Ter. Si todo el pueblo lo odiaba, ¿cuál era la necesidad de tenerlo dentro? Ninguna. Había dejado de ser útil. Y había huido en el peor momento posible porque al amanecer, cuando los ciudadanos de Zur se enteraron de la desaparición de MinSeok lo tildaron de cobarde por huir de la guerra que se avecinaba.
De cierta forma, era verdad. Mientras los ciudadanos practicaban técnicas de defensa y combate, MinSeok cantaba y creaba un palacio de hielo para encerrarse ahí, exiliado. Con melancolía, pasa el día yendo de un lado a otro decorando su nuevo hogar. En realidad, sólo busca escapar de la realidad romantizando su deplorable situación. Aunque, si quería pasar desapercibido sería difícil porque su castillo era bastante llamativo en mitad de la nada. Por ello, cuando el heredero de Ter se enteró de que su mejor amigo había huido no dudó ni un instante en ir a buscarlo.
KyungSoo tardó más de una semana, nueve días para ser exactos, en encontrar el castillo de hielo de MinSeok porque cada vez que intentaba ir en busca de su amigo, alguien se oponía: sus padres, sus pobladores e incluso su hermano mayor (quien siempre le había mostrado su apoyo). Era un hecho, nadie en Ter quería nada que ver con el heredero exiliado. Pero KyungSoo que conocía a MinSeok y entendía la situación sabía cuán injusto eran todos. Además, no podía creer que realmente el reino de Pam usara la excusa más tonta para liquidar a los ciudadanos de Zur u obligarlos a ser sus sirvientes.
―¡Esta situación es estúpida! ¡Mira lo que has ocasionado! ―Le gritó KyungSoo a ChanYeol cuando lo tuvo por delante, pero el mayor solo alzó una ceja con desfachatez.
―Tsk. ―ChanYeol batió su mano de arriba a abajo, restándole importancia.
KyungSoo estalló de furia, haciendo temblar el suelo. ChanYeol se enderezó en su trono.
―Tranquilo, tierrita. Ya sé que te preocupa tu novio, pero seguro que está bien.
KyungSoo se sonrojó, por ira y por vergüenza. Ira por haber sido llamado "tierrita" y vergüenza porque no solo ChanYeol creía que MinSeok y él eran pareja. En los últimos días había escuchado ese rumor con más fuerza. Tal vez por sus vanos intentos de encontrar a MinSeok con tanta desesperación.
―¡Él no cometió ninguna injuria en contra de tu persona! ¡Detén esto!
―Uy, qué miedo. ―Dijo, alzando sus manos y poniendo cara de espantado, fingido, claro.
KyungSoo chistó. Hablar con ChanYeol era inútil. Así que volvió a su búsqueda de MinSeok. Y cuando llegó el noveno día, se dio de cara con un castillo de hielo. Era obvio a quién pertenecía. No estaban en Arendelle, así que, no podía ser de Elsa, ¡era de MinSeok! Se apresuró hacia la puerta y la tocó. Gracias al cielo llevaba sus guantes porque sino se hubiera quemado por el frío que envolvía todo el lugar.
Segundos después, MinSeok abrió la puerta. KyungSoo, apenas lo vio, se tiró encima de él para abrazarlo. Minseok aceptó el abrazo, y sonrió con tristeza. Se quedaron en silencio en los brazos del otro. Pero los latidos rápidos de KyungSoo ocasionados por la emoción del encuentro los distrajo. Se separaron, KyungSoo sonrió, avergonzado.
―M-me alegra que estés bien. ―Tartamudeó y jugueteó con sus manos.
MinSeok sonrió con pena. No quería sonar negativo y decirle a KyungSoo lo mal que lo estaba pasando y toda la pomposidad del castillo era solo una fachada de su espíritu que moría con lentitud.
―Tienes que volver... ―KyungSoo murmuró y cuando notó que MinSeok iba a negarse, agregó: ―conmigo.
KyungSoo lo tomó de las manos y unió sus dedos.
―Por favor. No podemos permitir que ChanYeol se salga con la suya. Debemos reunir a todos los líderes para hablar del tema y explicar la situación.
―No creo que algún reino quiera llevarle la contra a Pam.
―Sí, son fuertes. ―KyungSoo aceptó, agachando la cabeza. ―Pero juntos somos más fuertes... Los otros tres reinos, me refiero. ―Dijo con voz temblorosa.
―Mi pueblo me odia, ¿y sabes KyungSoo? Cuando la gente te odia, simplemente te odia, no hay nada que puedas hacer para volverles a agradar.
―No, MinSeok. ―KyungSoo negó de inmediato. ―Siempre hay una manera.
MinSeok mordió su labio inferior.
―Ojalá no sea la guerra.
- - -
Zur, el reino del hielo; Ter, el reino de la tierra; Pam, el reino del fuego; y Cel, el reino del viento, se congregaron en una reunión de emergencia. El rey Park Mingi tenía un carácter distinto al de su hijo. Era más pacifico, aunque bastante rápido en actuar. Luego de avisar la guerra, el rey se quedó pensando en todo el asunto, puesto que conocía a su hijo como la palma de su mano.
―Estoy seguro que MinSeok no quiso ofender a su hijo. MinSeok es muy educado y correcto. ―Dijo el rey SeongHwa.
―De todos los herederos es el mayor y hasta la fecha ha demostrado ser un ejemplo a seguir. ―Secundó el rey YunHo, unido políticamente en alianza con el reino de Zur (además que su hijo le había suplicado salir en defensa de MinSeok).
Jongho escuchó con atención un discurso de más de una hora de por qué todo era un malentendido.
―¿Quieren decir que mi hijo orquestó todo? ¿Sabe qué puede ser una blasfemia? ¡Y no hay nada peor que eso! ―Mingi gritó eufórico.
―Hay testigos. ―Mencionó YunHo. ―Mi hijo, KyungSoo, es uno.
―Todos sabemos que tu hijo y el de SeongHwa son novios. Él no cuenta.
―¿Qué ellos son qué?― Dudó YunHo.
Mingi rodó los ojos.
―Mi hijo también estuvo presente. ―Por fin habló Yeosang, rey de Cel, que se había mantenido alejado de la discusión. ―SeHun no mentiría, no es amigo de ninguno.
Y vaya que era cierto.
El reino Cel, era el reino más alejado y que no buscaba relacionarse con ningún otro. A pesar de ello, SeHun iba a los juegos y apuestas ilegales porque era un joven más al que la adrenalina lo llamaba. Eso sí, mantenía siempre su distancia para no verse envuelto en malentendidos como estos.
―Entonces, llamemoslo. ―Accedió Mingi.
Oh SeHun entró a la sala con el rostro inexpresivo, afuera MinSeok y KyungSoo se tomaban de la manos, sentados en un largo banco, en el cual al final estaba sentado ChanYeol con los brazos cruzados.
―No entiendo por qué hiciste todo esto si igual la verdad saldría a la luz. ―Dijo KyungSoo, enojado, sin mirar a ChanYeol.
ChanYeol gruñó.
―Si cierto reino no existiera... Si cierto heredero no existiera... ―Susurró y pensó: ―Tú estarías tomando mi mano.
Sí, todo un berrinche porque el chico que le gusta tiene los ojos en otra persona.
Cuando la puerta se abrió, el primero en salir fue un colérico Mingi.
―¡Nos has hecho quedar en vergüenza! ―Reprendió con dureza. ―Vamos al reino, debes tener un castigo por lo que has hecho, ¡casi iniciamos una guerra que obviamente ganaríamos y acabaríamos con más de la mitad si es que no toda una población inocente!
ChanYeol miró por última vez a KyungSoo y MinSeok, ellos aún se daban la mano. ChanYeol gruñó, ignorando a su padre hasta que esté lo jaló del brazo para que caminara.
- - -
―Gracias, KyungSoo. Sin ti, probablemente hubiera seguido exiliado... Aunque me temo que la gente todavía me odia.
―¿Por qué lo harían si se ha demostrado que eres inocente?
MinSeok le miró con inseguridad.
―Confía en ti, en tu reino, en tu poder. ―KyungSoo alentó.
MinSeok sonrió, apenado.
Ambos iban caminando por un callejón hacia la plaza principal. No había gente por ahí.
―Siempre has sido un gran amigo, KyungSoo.
Amigo.
Auch.
―No sé cómo agradecértelo.
―Yo tengo una sugerencia. ―KyungSoo dijo, deteniéndose.
Ambos se detuvieron a la mitad del callejón.
―¿Cuál?
―Un beso.
MinSeok rió, creyendo que su amigo bromeaba y se inclinó para darle un beso en la mejilla, no pensó que KyungSoo voltería el rostro. Terminaron dándose un pico.
―¡Oh, KyungSoo, perdón!
KyungSoo mostró su sonrisa en forma de corazón, victorioso.
―No te disculpes. Era justo lo que quería.
MinSeok lo miró asombrado.
Se sonrieron.
La tierra tembló igual que el cuerpo de KyungSoo cuando MinSeok se volvió a acercar a él, lo tomó del rostro y le plantó un largo beso.
FIN.
Holis
solo quedan dos os más~👀
Espero les haya gustado
🐧Gracias por leer🐻
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