𝒊. 𝒕𝒉𝒆 𝒃𝒆𝒈𝒊𝒏𝒏𝒊𝒏𝒈
LA SUAVE BRISA QUE CORRÍ EN AQUELLA MAÑANA LOGRABA ENTRAR HASTA LA DESORDENADA HABITACIÓN, algunos posters de quien era su idol favorita se encontraban pegados por casi todas las paredes, varios lápices de colores se encontraban regados por todo el escritorio de madera color blanca, hojas hechas bolas se encontraban tiradas por casi toda la habitación, un dibujo a medio terminar reposaba sobre aquel viejo escritorio. El leve sonido de una música sonando en aquella habitación era casi imposible de escuchar a las afueras del lugar, pero sabía que estaba ahí, una pequeña fotografía en marcada en un cuadro color rosado y varias pegatinas de colores yacía frente a la chica de cabellos castaños, logrando apreciarse a dos pequeñas, ambas abrazadas y mostrando una dulce sonrisa.
Soltando un fuerte suspiro de sus labios, alejó la libreta de tapa negra frente a ella, soltando el lápiz que tenía entre sus dedos, había decidido que más tarde terminaría con aquel dibujo. Con algo de pereza, tomo la dona para el cabello de color azul color azul sobre su escritorio, colocando está en su muñeca como si de una pulsera se tratase, su mirada se dirijo hacia aquella foto a un lado de ella, habían pasado ya casi díez años desde que había sido tomada, incluso aún lograba recordar a la perfección aquel día. Era el cumpleaños número ocho de Jugyeong así que habían decidido ir a celebrar a un pequeño parque de diversiones, ambas no habían dejado de gozar de la comida que ofrecían por lo cual no fue una sorpresa que más tarde haya terminado vomitando en los baños del parque, aún recordaba el dolor de panza que le había dado al día siguente, pero le importo mucho pues se había logrado divertir como nunca antes lo había hecho.
Había pasado ya un largo tiempo desde que la familia Lim se había mudado de aquella calle, pero aún así Myeong-suk pasaba todos los días frente aquella casa vacía, había pasado maravillosos momentos en aquel lugar, decenas de pijamas y noches película, muchas comidas deliciosas y momentos que le hacían olvidar los problemas que se ocultaban tras las cuatro paredes de su casa. Las peleas y maltratos que eran causados por su padre, se olvidaban por completo cuando estaba junto a su mejor amiga, siempre alegrando sus días y consolando la cuando más lo necesitaba, la relación que tenía con Jugyeong era la que nunca había logrado tener con su hermana, sin importar cuánto intentará acercarse a está, ella siempre terminaba alejando la y sacándola de su vida. No conocía cual era su color favorito, la comida que más le gustaba o si algún chico de la escuela le llamaba la atención, ninguna conversación que llegarán tener iba más haya de las cinco palabras y todo eso la hacía sentir como si fuera una pésima hermana.
El ruido proveniente de su celular logró sacarla de la pequeña burbuja en la que había estado, parpadeando más de lo que normalmente lo hacía mientras movió un poco su cabeza de un lado a otro con rapidez, tratando así de borrar todo tipo de pensamiento que la hiciera sentir mal, miro por unos segundos aquel objeto color rosado y lo tomo rápidamente entre sus manos, viendo en la bandeja de notificaciones un nuevo mensaje. El nombre de su mejor amiga se vio en el nombre del contacto, rápidamente puso la contraseña de siete dígitos en el celular y entro a la app de mensajes, justamente en el primer chat que le apareció al momento de entrar, habían dos nuevos mensajes que habían enviados hace tan solo unos segundos.
Jugyeongie 💕✨
"Ya estamos en casa.
¿Vas a poder venir? Tengo muchas ganas de volver a verte. 😚"
03:27 p.m ✔✔
Una sonrisa se dibujo en el rostro de la castaña, había esperado tanto por aquel día en el que volvería a ver a su gran amiga y al fin había llegado. Con ambos dedos pulgares comenzó a teclear sobre la pantalla su teléfono móvil mientras se levanta rápidamente de su asiento y comenzaba a caminar rumbo a la vieja puerta de madera de color marrón, guardando esté en el bolsillo trasero que tenían sus pantalón de mezclilla cuando el último mensaje fue enviado tan sólo unos pocos segundos después de los dos primeros. Soltando un suspiro, giro la perilla de fierro y abrió la puerta de su habitación, comenzando a correr a gran velocidad por el pequeño pasillo del segundo piso hasta llegar a las viejas escaleras de madera, el ruido de sus pantuflas golpeando contra las escaleras se lograba escuchar hasta el primer piso, logrando así informarle a la mujer en la cocina que una de sus hijas comenzaba a bajar.
Con gran entusiasmo se saltó los dos últimos escalones, cayendo de pie aunque perdiendo un poco el equilibrio al tocar el suelo, acomodo poco la pantufla que se había movido de su lugar y se dirijo hacia la cocina con una gran y esplendorosa sonrisa. La mujer de cabellos castaños miro a la mayor de sus hijas entrar al lugar mientras movía sus manos de un lado a otro, dándose cuenta que había estado nuevamente dibujando a escondidas en su habitación, todo esto gracias a las notorias manchas de grafito que decoraban sus manos, mejillas y frente, algo que causó dentro de la mujer, un poco de gracia, pero de igual manera causó un gran sentimiento de tristeza. Ella era conocedora de la pasión y el amor que sentía su hija hacia la pintura, desde muy pequeña soñando en ser una gran dibujante, por eso mismo había inscrito a Myeong-suk a unas cuantas clases de dibujo a escondidas de su marido, sabía del desprecio que éste sentía hacia ese sueño que tenía su hija y el poco apoyo que recibiría está por parte de su padre, por ello había tomado esa decisión a las espaldas de su esposo, pero con el pasar del tiempo su enfermedad comenzó a empeorar y el dinero no era suficiente para aquellos gastos tan grandes así que Myeong-suk se había visto obligada a abandonar aquellas clases tan sólo tres años después de haber empezado.
Aunque para la mayor de las hermanas Kim, esos años fueron más que suficiente para aprender y mejorar en sus técnicas en la pintura, ella se encargaría de mejorar por sí sola o simplemente podría buscar algunas clases de tutorías gratis por medio de YouTube. Ella amaba el arte y eso no cambiaría, incluso si su padre pensaba que aquello era algo estúpido o de gente idiota, tenía el apoyo de su madre y eso era suficiente para poder seguir adelante. Con rapidez abrió el grifo que había en la cocina y dejo que el agua llenar la pequeña casita que había hecho al juntar sus manos, agachó un poco su cuerpo y hecho sobre su rostro todo el agua fría mientras tallaba de arriba a bajo, tratando así de borrar cualquier evidencia que pudiera delatar su secreto. Después de unos segundos repitiendo la acción una y otra vez, cerró la llave y limpió sus ojos con la maga de su suéter para tan solo después secar sus manos con la tela de su pantalón, acto que causó desagrado en su madre más simplemente rodeo los ojos y siguió cortando las zanahorias.
-Jugyeong acaba de llegar, ¿Puedo ir a verla?-pregunto con un gran todo de emoción, sin duda alguna había esperando en momento para poder reunirse con su amiga. Myeong-suk siempre respetaba las decisiones de su madre, pero si ella se negaba no dudaría en regresar a su habitación, salir por la ventana y bajar por la vieja escalera de metal que puso su padre cuando recién se habían mudado, algo que agradeció la mucha pues esté jamás sospecharía de las escapadas que se daba su hija para poder salir cuando era castigada, claro, con la gran ayuda de su madre. La mujer dejo el cuchillo sobre la tabla para cortar y giro un poco su cuerpo, mirando directamente esos marrones ojos que poseía su hija.
-¿Importa mucho mi permiso en estos momentos? Quiero decir, no importa cuál sea mi respuesta, tú terminarás llenado a ver a Jugyeong ¿O me equivoco?-y sin duda alguna Myeong-suk amaba que su madre la conociera tan perfectamente, la mujer miro a su hija por unos segundos y simplemente asintió con la cabeza, recibiendo un rápido pero cariñoso beso en la mejilla izquierda por parte de su hija, para tan solo segundos después verla salir corriendo rumbo al pasillo que se encontraba antes de salir y oirla quejarse de lo difícil que era ponerse los converse altos que ella tanto usaba, pero incluso aún con las quejas que esta daba, sabía perfectamente que su amada hija jamás dejaría de usar esos tenis ya que eran algo sumamente especial para ella, algo que Myeong-suk tanto adoraba.
Sin esperar a que pasará mucho tiempo, salió disparada de aquella casa y comenzó a correr rumbo hacia donde anteriormente había considerado un hogar, ese que era su refugio cada que las cosas no estaban bien en su familia. Un lugar donde se sentía segura y en paz. Había pasado tanto tiempo desde que no había vuelto a poner un sólo pie dentro de aquella casa, la última vez que fue, el lugar se encontraba completamente vacío, ya no estaban las fotos familiares ni tampoco se podían escuchar los gritos de la familia Lim.
El fuerte y molesto ruido de su despertador se escuchó por todo la habitación, algo confundida y aturdida estiró un poco su brazo con intenciones de apagar la alarma, pero en su lugar termino cayendo de su cama, emitiendo un fuerte quejido al momento en que su cuerpo cayera sobre todo el desastre que tenía en el suelo, de a poco comenzó a levantarse mientras soltaba maldiciones en voz baja gracias al dolor que estaba tenido su espalda al caer sobre unos libros. Las ojeras debajo de sus ojos eran evidentes al igual que su poca emoción por salir de la cama, se había quedado despierta hasta tarde para ponerse al día con Jugyeong -incluso aún cuando ambas hablarán todos los días desde que está última se había ido- y ayudar a está en organizar un poco su dormitorio.
Comenzó a caminar hasta el pequeño ropero que tenía en su habitación y saco el uniforme de su escuela, una nueva semana daba inicio y aunque odiaba despertar tan temprano, la idea de tener a Jugyeong en su misma escuela cambiaba un poco su perspectiva. Al entrar había conocido a dos maravillosas amigas, Choi Sooah y Kang Soojin, las cuales estaban para ella desde entonces pero aún cuando no quería aceptarlo, sabía perfectamente que no era lo mismo. La conexión que había entre ella y Jugyeong era simplemente única, que el hecho de poder volver a pasar tiempo con ella era simplemente maravilloso que podría ponerse a bailar de la alegría.
De manera casi inmediata salió de su habitación con su uniforme en mano y se dirigió a paso apresurado hasta el baño, cerrando con seguro la puerta para que nadie pudiera molestarla. Colgó su uniforme sobre la puerta, -la cuál tenía un pequeño perchero pegado en ella- saco su toalla de baño, junto con su shampoo con olor a fresas y su jabón del último cajón que tenía el lavabo, en dónde de igual manera guardaba algunos de sus productos para la piel, su cepillo de dientes y pasta dental, un poco de ropa íntima entre otras cosas más. Colgó su toalla a un lado de la ducha, dejo sus productos sobre una pequeña repisa que había dentro y le abrió a la regadera, comenzando a desvestirse y dejar toda su ropa dobla sobre el baño. No espero más y entro rápidamente, logrando sentir las frías gotas de agua caer sobre su cuerpo, le gusta tomar duchas con agua fría ya que ayudaba mucho a despertarla todos esos días en los que no podía con el sueño, además de que sin duda alguna le ayudaba a refrescarla.
No paso más de media hora cuando finalmente terminó de ducharse y algunas se comenzaban a escuchar algunas voces en la planta baja y en la habitación de al lado -la cuál era de su hermana- así que rápidamente se comenzó a secar, saco una prenda de ropa interior de su cajón y se la coloco, seguidamente se puso su uniforme y comenzó a cepillar su cabello. Al terminar guardo esté y saco su pasta dental junto con su cepillo, no tardo más de cinco minutos para terminar y comenzó a guardar todo en el cajón, tomo su ropa y colgó la toalla para segundos después salir del baño. Hecho su ropa en el pequeño bote de ropa sucia que tenía en su habitación, se dirigió hacía su armario y saco unas medias largas color blancas de un pequeño cajón que tenía, se colocó estás de manera casi inmediata para luego agarrar el perfume con aroma a fresas y rosas -su favorito- que tenía en su mesita de noche junto a su cama y comenzó a ponérselo en la ropa y algunas partes de su cuerpo.
Colocó esté nuevamente en su sitio, desconecto su teléfono celular y lo guardo en el pequeño bolsillo que tenía el saco de su uniforme. Se dirigió rápidamente hacia su escritorio y tomo la mochila color roja que reposaba sobre la silla, gancho está sobre sus hombros y salió de su habitación, no sin antes darse una rápida mirada en el espejo y acomodar un poco su fleco. Comenzó a bajar las escaleras casi corriendo, saltando los últimos dos escalones hasta llegar a la sala de estar, el ruido que provenía de la cocina logro informarle que su madre se encontraba dentro de está, seguramente preparando el desayuno, así que rápidamente entro corriendo y la vio metiendo un par de panes en la tostadora, la mujer rápidamente miro a su hija mayor y le dedico una pequeña sonrisa.
-Buenos días madre.-la saludo rápidamente, camino unos cuantos pasos hasta que finalmente estuvo lo suficientemente cerca de ella como para depositar un rápido, pero tierno, beso en una de sus mejillas. Eun-young soltó una pequeña risita y respondió con un pequeño "Buenos días" mientras se volvía hacia la estufa y movía un poco los huevos para que no se quemaran. Myeong-suk se dirijo hacia el refrigerador, lo abrió y saco de él una malteada de chocolate y un pan con relleno de crema batida.-Me iré temprano hoy.-dijo mientras abría la malteada y me daba un pequeño sorbo, la mujer al escuchar esto se giro rápidamente y miro a su hija. Desde hacía una semana que ella y su hermana habían tenido un fuerte discusión, lo que causó que Yang-mi dejara de dirigirle la palabra, por su parte Myeong-suk hizo hasta lo imposible en un principio para que su hermana menor volviera a hablarle, pero todo sus intentos fueron en vano pues seguía todo de la misma manera.
-¿No vas a desayunar?-Myeong-suk levantó ambas manos con el pan y la malteada en cada una, tratando de mostrarle que desayunaria eso aunque aún así su mamá se no mostró intranquila, pero aún así la mujer decidió no protestar. Eun-young sabía de ante mano que a la mayor de sus hijas no le gustaba mucho desayunar en casa, -aunque no era la única- al menos no cuando su esposo Chung-hee se encuentra ahí, para ella no era un secreto la gran molestia que sentía Myeong-suk hacia aquel hombre.-Esta bien, ten un bonito día y mándale mis saludos a Jugyeong. Te quiero mucho Myeong-suk.-ella asintió rápidamente y se acercó hasta su madre para depositar otro rápido beso en una de sus mejillas. Salió corriendo de la cocina mientras agitaba su mano con el pan relleno de crema batida en ésta, mientras gritaba un leve "Yo también te quiero mamá" cuando estaba pasando por la sala y acomodaba la mochila sobre sus hombros.
Al llegar hasta el pequeño pasillo que había antes de la puerta, se agachó y acomodo sus covers rojos para después quitarse las pantuflas que tenía que usar en casa, con algo de dificultad empezó a colocarse cada uno de estos, dando pequeños saltos en un pie tratando así de que entrarán más rápido. Amarro sus agujetas en un perfecto nudo y salió corriendo de la casa, mientras caminaba hacia la parada de autobús comenzó a abrir el empaque en el que venía el pan y le dió una gran mordida, estaba emocionada, había quedado con Jugyeong en verse en la escuela ya que está tenía que arreglarse y Myeong-suk era de esas alumnas que llegaban temprano, mayormente para no quedarse en su casa y en gran parte por cierto chico.
Siguió caminando por unos cuantos minutos hasta que finalmente llegó a la parada, había un espacio vacío en la banca así que rápidamente se sentó, a su lado sólo se encontraba un hombre seguramente unos años mayor que ella que estaba vestido de traje negro y portaba un maletín, una mujer casi de edad y un par de adolescentes que parecían ser de otro instituto, estuvo mirando a su alrededor por unos cinco minutos cuando el bus que la llevaba a la escuela finalmente llegó. Se levantó y sacó su cartera roja con pequeñas estrellas, rebuscó entre los bolsillos hasta encontrar la tarjeta que podía usar para pagar su transporte y se encamino hacia el vehículo, pago y se sentó un uno de los asientos vacíos en una esquina cerca de la ventana.
El autobús estuvo detenido por unos tres minutos más o menos, pasado el tiempo de espera empezó a avanzar hacia su destino y Myeong-suk se dedico a mirar por la ventana hasta que sintió como su teléfono vibro así que rápidamente se metió el último pedazo que quedaba en de pan a su boca, tosiendo un poco cuando esté casi se atoraba en su garganta. Sacó su celular del bolsillo y noto que era un mensaje de su amiga, sin esperar a que pasarán más de cinco segundos se metió de inmediato al chat y comenzó a leer los tres mensajes que había recibido.
Jugyeongie 💕✨
"Acabo de salir de casa
En diez minutos llegó a la
parada de autobús
¿Aún no te has ido?"
08:12 p.m ✔✔
Myeong-suk se mordió el labio inferior, el autobús ya había avanzado lo suficientemente lejos como para poder regresar caminando hacia la parada, soltó un fuerte suspiro de pesadez y comezón a teclear de manera rápida en su celular.
Sukie <3✨💞
"Lo siento Jugyeong, ya voy camino
a la escuela 😓
Pero descuida, te veré ahí
¡Suerte!"
08:12 p.m ✔✔
Seguido de su último mensaje, le mando una imagen de un pequeño gato blanco que alzaba en brazos un cartel que tenía las palabras "¡You can do it!" escritas en él, la respuesta no tardó más de más de cinco minutos en llegar. Un pequeño oso con cara de miedo y una pequeña gota de sudor que caía por su frente, logro dibujar una sonrisa en su cara, estaba ansiosa y nerviosa, después de tanto tiempo podía volver a estar junto a su mejor amiga pero aún así estaba nerviosa, nerviosa por como podía pasarla Jugyeong después de todo el abuso que había recibido en su antigua escuela. Está le contó sobre la desición que había tomado con respecto a su apariencia, sobre las prácticas que había hecho con el maquillaje para mejorar su rostro, en un principio Myeong-suk no estaba bastante segura de aquello.
Para ella, Jugyeong era hermosa sin importa su físico y no era necesario esconderse debajo de una capa de maquillaje, pero sabía muy bien el porqué su amiga deseaba aquello así que desición apoyarla y no contarle a nadie sobre su apariencia. Esperaba que todo saliera bien, las cosas habían estado algo intensas pero aún así tenía esperanza, podría ayudar a Jugyeong para que consiguiera nuevas amigas y tal vez algún chico guapo.
©𝗯𝘂𝘅𝘆𝗹𝗼𝘃𝗲𝘆
𝚙𝚞𝚋𝚕𝚒𝚌𝚊𝚍𝚊:
27/O1/23
▎❛𝐍𝐎𝐓𝐀 𝐃𝐄 𝐀𝐔𝐓𝐎𝐑❜ ▎
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¡Hola! Espero que les haya gustado el capítulo, lamento mucho la demora pero verdaderamente no podía conformarme con lo que escribía así que termine describiendo todo más de tres veces.
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