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Hey, Dorothea,
do you ever stop
and think about me?
—DOROTHEA, Taylor Swift

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CAPÍTULO UNO
SUPER ESTRELLAS

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LA CANTANTE

Al terminar de tocar la nota musical en el piano, el lugar se llena de aplausos y gritos de euforias hacia la chica de cabello negro y ojos azules.

—Muchas gracias —dice Lola en el micrófono con una sonrisa que no le cabe en el rostro.

Se levanta del asiento y se retira del escenario. Detrás de escena la reciben su equipo de trabajo muy contentos.

—¡Felicidades, Lola! —dice Elena su publicista contenta.

—Estuviste increíble.

—Tu voz es tan angelical... ¡sigue así!

La joven artista agradece a todos por sus halagos de todo corazón, pero se disculpa porque tiene que ir corriendo a su camerino. Esquiva a muchos trabajadores del evento y llega a su lugar de descanso y abre la puerta con una rapidez sorprendente.

—¡Lolita! ¡Estuviste maravillosa! —dice su mejor amigo levantándose del sillón y abrazándola—. Estoy verdaderamente orgulloso de ti.

—Gracias Xavi —murmura Lola correspondiendo el abrazo. El de cabello castaño con rizos sonríe—. Estoy muy contenta de que estés aquí.

—Por ti hago muchas cosas, Lolita.

Xavi Simons es su querido amigo desde hace mucho tiempo y lo conoce desde que entró a la Masia. No fue hace mucho que volvieron a retornar la comunicación al coincidir en un evento en Estados Unidos y fue lo mejor que le ha podido pasar.

—Te quiero un montón, Xavi —dice sonriendo ella sosteniendo sus manos.

—Yo más y espero que me sigas queriendo luego de esto —comenta él sentándose nuevamente.

—¿De qué? —ella se sienta a su lado con el ceño fruncido

—Gavi me ha escrito.

El nombramiento del chico centrocampista del Barça hace que se formé un silencio incómodo entre los dos mejores amigos.

—Lola...

—¿Qué te ha dicho?

Xavi soltó un suspiro pesado.

—Preguntó indirectamente cómo estabas. Deberías de hablar con él.

—No creo que haya algo de que hablar, Xavi —repuso Lola encogiéndose de hombros.

—Era tu novio, Lola.

—Sí, luego de eso nos rompimos y nos dejamos de hablar.

—Tú le dejaste de escribir...

—Él siempre estaba ocupado.

—Por la diferencia de hora, Lola.

Lola se quedó callada mientras Xavi la observaba en silencio, cuestionándose que es lo que tanto pensaba la pelinegra.

—Al menos deberías de tratar a hablar con él antes de que vayamos a Barcelona y te lo encuentres cara a cara.

—No me voy a encontrar con él —aseguró Lola—. Barcelona es muy grande.

—Sí claro, como si no tuvieran amigos en común —dijo sarcástico el neerlandés— E ignoremos que iremos al partido del domingo.

Antes de que alguno de los dos agregue un comentario más, la puerta del camerino se abrió y en ella se asomó Elena, la publicista de la joven cantante.

—Lola te están esperando para la entrevista.

—Ahora voy —aseguró levantándose de la silla y agarrando una botella de agua—. Hablamos luego, Xavi.

—Suerte, Lola.

Salió del lugar de la mano de su publicista. Elena le iba contando las cosas que se supone que le van las preguntas que le van a realizar en la entrevista, pero Lola no iba prestando atención.

Sus ojos estaban mirando un punto fijo mientras que sus pies se movían coordinadamente a las órdenes de Elena. Pero su mente estaba situada en el sevillano que alguna vez quiso demasiado.

Lola todavía recuerda como si fuese ayer con claridad la noticia bomba que soltó la prensa rosa afirmando que el futbolista español fue visto en una discoteca con una modelo guapísima.

Pero también se recordó a ella misma, estando en su casa y mirando partidos del equipo azulgrana con sus audífonos puestos y pendiente del chico del dorsal seis a pesar de la distancia.

—¿Lola, me estás escuchando? —le preguntó Elena moviendo su mano sobre su cara.

—Sí, hablaran sobre la canción que toqué en el escenario —respondió Lola un poco incómoda porque la maquillista le estaba pasando la brocha por su cara—. Lo tengo todo bajo control.

Elena asintió algo alivia. Al menos estuvo distraída, pero sabía lo que tenía que hacer.

Lola miró a su alrededor y se preguntó: "¿En qué momento llegué aquí?"

Al frente suyo estaba Jimmy con una sonrisa también siendo maquillado. Lola desconoce en qué momento se sentó frente a él, estuvo tan desconectada del mundo, pero eso ya no importa cuando el camarógrafo avisa que las cámaras volverán al aire.

—¡Y estamos de vuelta con la talentosa Lola Díaz! —exclama Jimmy contento señalándola.

El público enloquece y aplaudan y Lola no puede hacer otra cosa más que sonreír con sus mejillas rojas.

—Gracias, solo espero que esta vez mi mamá no les haya mandado ningún video mío vergonzoso —comenta Lola y Jimmy se parte de risa.

—Cómo la vez anterior —suelta Jimmy entre risas—. No, está vez no se trata sobre eso.

—La última vez que estuve en este show —empieza a contar Lola la historia resumida al público—, mi mamá le mandó a Jimmy un video sobre mí que grabó en secreto luego de que me sacaran la muela del juicio.

—Sí, fue gracioso.

—Me convertí en memes y gifs —suelta Lola acompañando a Jimmy en la risa.

—Sí, fue divertido —musita Jimmy—. No, en realidad quería hablar sobre la primera parte de la entrevista, ya que hablamos sobre tu álbum, ahora me gustaría que me platicaras sobre la canción que cantaste hace poco, cuéntanos de la historia real de la canción que ha llegado muchos corazones.

—Está historia está dedicada a un amigo en especial que dejé en mi ciudad natal cuando vine a New York —empieza a explicar Lola mirando a Jimmy—. La distancia han sido factores que nos han distanciado, pero eso no significa que no me preocupe por él ni que no me alegre de sus logros. Está historia es una carta para él, para que sepa que —Lola observa a la cámara con una pequeña sonrisa—, a pesar de que ya no hablemos y que cada uno vive su vida, yo siempre estaré orgullosa de él.

EL FUTBOLISTA

¿Alguna vez sintieron ese amor verdadero hacia alguien?

Pablo si lo hizo, amó con locura a su primera novia. Todavía la recuerda porque fue hace ya casi dos años desde la última vez que estuvieron juntos. La recordaba con cada detalle. Recordaba la primera vez que la vio y quedó flechado. También la primera vez que le habló, ¡la mandó a la enfermería por accidente! Fue un momento de angustia, pero ahora lo recuerda con mucha nostalgia.

Él siempre fue el tímido de los dos y ella siempre lo impulsaba a ser más. Desde su punto de vista, ella era talentosa en todos los aspectos, desde jugar fútbol hasta cantar. No había algo que ella no hiciera bien.

Tal vez eso fue lo que más amo de ella, su amor al Barcelona o su personalidad extrovertida y risueña. La misma chica de ojos azules y carita tierna siempre daba la cara para pelearse por quienes lo molestaban.

Siempre tuvo esa fama de chica mala, pero para Pablo siempre fue su mejor amiga, su novia y su gran amor. La misma que lo hacía ver chispas volar.

Lola Díaz siempre logró moverle el piso.

Más aún cuando estaban en medio partido contra el Celta de Vigo, donde el combinado visitante ha tomado por sorpresa a todos, con un mejor arranque que ha servido para marcar la primera conquista con dos goles de diferencia.

Tras un intento fallido de Ferran, Pablo se dedicó a observar por segundos a la afición la cual reaccionaba con decepción por la oportunidad fallida de ganar.

Sus ojos recorrieron desde los asientos más cercanos hasta el palco de las gradas. Y, entonces, por segundos se quedó sin aire y su corazón empezó a latir con demasiada intensidad, y no era por haber corrido durante cuarenta minutos por todo el estadio.

Estoy loco, pensó Pablo.

Ahí estaba ella. Era fácil de reconocerla. Desde hace dos años que no la veía en persona y tenía que conformarse con observarla en una pantalla, pero, desde ahora, sería diferente. Estaba igual que como la había visto en su última entrevista; cabello largo y con el mismo tono negro de siempre.

Era ella.

Lo sabía porque tenía esa misma expresión en su cara de siempre cuando el Barcelona casi anota un gol o se cometía alguna tontería en la cancha.

Se olvidó del juego, siguió jugando, pero su mente estaba en aquella chica de diecinueve años que llevaba la camisa del Barcelona y una gorra blaugrana para evitar ser vista. Sus pies corrían con el balón sin saber exactamente lo que estaba haciendo, seguía intenta observar bien en el palco, creyendo que había observado mal o su cerebro le estaba jugando una mala broma.

Escuchó de fondo las quejas de su entrenador, Xavi Hernández, gritándole que estuviera atento al partido y que no volviera a perder el balón, pero no le prestó atención. Su mente seguía en esos ojos azules que lo estaban observando desde las gradas.

Algunas cosas habían cambiado, otras cosas eran iguales. Pablo ya no estaba en un equipo juvenil, estaba en el equipo mayor del Barcelona. Sin embargo, Lola seguía apoyándolo sin importar a donde vaya.

Sonrió por dentro. Sentía una inmensa alegría. Lola lo estaba viendo jugar después de mucho tiempo.

Había escuchado que estaría de regreso en Barcelona por un mes por parte de Xavi Simons, pero no esperó que ese día fuera hoy y que ella asistiera a un partido del Barcelona sabiendo que él es titular.

El árbitro indicó que el primer tiempo acabó. Pedri, su gran compañero, pasó por su lado palmeando su hombro y siguió de largo. Varios compañeros más se acercaron a hablarle sobre las tácticas y estrategias del partido.

No prestaba atención a nadie. Se dirigió a los vestuarios muy distraído hasta que Balde se acercó a él.

—¿Pablo, estás atento? —preguntó el moreno—. Has perdido el balón de la forma más estúpida...

—Lola está aquí.

Balde padeció por segundos.

—¿Qué?

—Lola está de regreso en Barcelona.

—¿Cómo sabes eso? —preguntó confundido Balde—. Seguramente viste mal o... no sé... se supone que llegaría a Barcelona la próxima semana.

—Era ella. Estaba con Xavi, Xavi Simons —musitó con la mirada en el suelo—. ¿Por qué... por qué avisó ella misma que venía de regreso? ¿Por qué nos tuvimos que enterar por otra persona?

—No lo sé, Pablo.

—¿Ya nos olvidó?

—Claro que no —replicó el moreno—. Estoy seguro de que Lola nos sigue queriendo... tal vez le daba pena volver a escribirnos después de tanto tiempo. En verdad no me sorprende que fuera Xavi el que nos notificará que estaría de vuelta.

—Le escribí varias veces.

—Después de terminar —completó Balde—. Tampoco es fácil. Tal vez necesitó tiempo.

—¿Para olvidarme?

—Para enfocarse en su música —se encogió de hombros.

—Pues a mí me parece que me olvidó muy rápido.

—Solo fueron rumores, Pablo. Nada confirmado —aclaró Balde sin darle tanta importancia—. Además, tú también estuviste con alguien...

—Nada serio.

—Bueno, entonces no tienes por qué enojarte ni reclamarle nada —palmeó dos veces su hombro—. Mejor quita esa cara de culo y salgamos a la chancha y juguemos mejor que nunca para darle una bienvenida como se debe a Lolita.

Pablo asintió.