04
Al día siguiente me aseguré de meterle en la cabeza a mis padres adoptivos que tendrían que ir a comer con los Cullen, después de montones y montones de miradas asesinas, ellos me dijeron que lo pensarían. Eso ya era un avance.
Sabía que el tiempo se me estaba acabando, así que trate de fastidiar lo suficiente para que lo tomarán en cuanta. Esa misma mañana se me dió por caminar por la Push, así que lo hice. Tome la ropa más ligera que tenía y al llegar allá me aplaste en la arena frente al mar. Todo era tan calmado y callado.
Mi paz y calma se fue al escuchar aullidos lejanos, me levanté rápido de la arena y corrí al bosque. Eso fue en definitiva una mala idea.
Ese no era mi territorio.
Seguí corriendo sin importar quién iba detrás de mi, escuchaba claramente los gruñidos furiosos de la manada que me estaba persiguiendo, podría convertirme pero no estaba pensando en darles pelea.
Mire al frente y espere a que uno de ellos saliera, cuando observé un lobo igual a mi, me tire sobre él intentando sujetarlo con mis manos sobre su pescuezo para dejarlo quieto.
—No quiero pelea, no vine buscando eso. Sé que es su territorio, lamento haber cruzado.
El lobo que estaba en mis brazos me mordió la mano y me tiró al piso, conocía esa fuerza. Un alfa.
Inmediatamente entendí que tendría que pelear para irme, así que sin perder el tiempo me transforme.
Ambos soltamos varios gruñidos, al no ser parte de la misma manada ninguno podía leer el pensamiento del otro. Así que yo fui la primera en atacar, rasguñando su lomo.
El otro lobo me mordió la pierna, ante eso, automáticamente solté un aullido a mi manada. Buscando un poco de apoyo ante la fuerza del alfa desconocido. Él volvió a intentar morderme en mi cuello lo que no permití volviendo a morderlo.
Nuestros gruñidos y aullidos demostraban que ninguno de los dos iba a dejar de pelear. De repente el me sujeto entre sus patas y del cuello como si fuera una simple cachorra, aventandome a un árbol con tanta fuerza haciendo que este se cayera.
Se acercó lentamente a mi y me gruñó, aunque en ningún momento demostré sumisión. Sabía que este sería mi final si así lo quería el otro alfa.
Pensando en eso pude ver como un borrón negro quitó al lobo frente a mi y lanzo unos gruñidos que me puso el pelaje de punta. Era Emiliano, mi alfa.
Me sorprendió ver qué la manda del otro alfa se hiciera hacía atrás.
Ni siquiera me había dado cuenta que me había convertido de nuevo en mi forma humana cuando mi alfa me dió nueva ropa que traía en su hocico, así que me cambié detrás de un árbol, esperando también a mí alfa.
Ambos nos reunimos junto a los otros, los cuales también estaban en su forma humana.
—Soy Emiliano, el alfa de mi manada. No queremos pelea.
La única chica entre ellos levantó ambas cejas. —Si escuchamos, solo que nuestro alfa no es bueno con la paz.
—Nos discúlpamos, yo soy Seth Clearwater, ella es Leah y él es nuestro alfa, Jacob...
El chico delgado y bajo fue interrumpido por el mastodonte a su lado.
—Black, Jacob Black. Y si ataque a su beta es porque tiene un olor conocido para mí, el olor de mi impronta.
Sonreí al recordar quién era, el amiguito de Renesmee. Pude ver la mueca de sorpresa en Emiliano.
—Entiendo, entonces me aseguraré de que ella no se vuelva a acercar a tu impronta.
Con velocidad voltee el cuello para ver a mi alfa, ¿Qué carajos había dicho? Para nada que yo me alejaría de ella. Así sea desafiar al lobo imbécil que tenía enfrente para seguir viendola.
—Ximena...
—No.
Jacob gruñó en mi dirección, así que yo camine un poco más cerca de él. Haciendo que sus betas se pusieran tensos.
—No soy un peligro, si es que eso te preocupa. Soy la única amiga que tiene en el colegio, ¿No crees que se sentirá triste al percibir mi falta de atención hacia ella? Se supone que tú primer instinto es hacerla feliz.
Black miró al piso, ante eso esbocé una pequeña sonrisa imperceptible. Le había dado en el clavo.
—Solo te advierto que si ella sale lastimada, tu manada sufrirá las consecuencias.
Levanté más mi cabeza, elevando mi mentón.
—Mi manada no tiene nada que ver aquí, si la llegó a lastimar... Tienes todo el permiso de matarme.
Hubo un gran silencio, junto a una guerra de miradas asesinas entre el alfa idiota y yo. El silencio se terminó cuando el chico delgado sonrió a mi dirección y tomo el brazo de su alfa.
—Bueno, fue un gusto conocerlos. Estaría genial que vinieran otro día, nosotros nos tenemos que ir porque es hora de desayunar. Que tengan bonito día.
Tanto como Emiliano y yo le sonreímos de vuelta al más pequeño de esa manada, en verdad que tenía un encanto algo extraño pero tierno.
Los tres lobos se retiraron.
Emilio solo me miró con fastidio. —¿Escuchaste? La niña Cullen es la impronta de un alfa de una manada, no podrás competir contra eso.
—¿Quién dijo que sería competencia? La tengo ganada, el chico solo la trata como si fuera una hermana. Recuerda que no siempre las impronta acaban siendo parejas.
Cerré mi maldita boca al ver el rostro de Emiliano, yo tome su mano y caminamos hacia nuestro territorio.
—Perdón.
—No debes de decir perdón siempre que hablas de improntas, ya lo superé.
Asentí ante lo que había dicho mi alfa, aunque no me lo haya creído.
[ . . . ]
—¿Qué te pasó?
El rostro enojado de Julieta me hizo saber que tendría una plática larga con ella. Así que nos sentamos en la sala y tuvimos una charla que acabo en una discusión sobre las improntas.
El tema era bastante delicado, una impronta para un lobo era lo más sagrado. Pero sabía que había improntas que no sentían nada por el lobo y aún así el lobo lo respetaba. El lobo sufría en caso de perder a su impronta. Así que el corazón de Jacob estaba seguro, además no eran nada oficialmente. Simplemente amigos, así que si yo llego de repente no estaré robándole nada a nadie. Solamente aprovechar la oportunidad.
Aún así, tanto como Julieta y Emilio se esforzaban en meterme ideas erróneas sobre la niña Cullen. No, definitivamente no iba a permitir eso. Les dejé muy en claro que no lo iba a tolerar y me fui de allí para encerrarme en mi habitación.
Escuché la voz de Javier cantando una canción romántica, él entro a mi cuarto con un ukelele en manos. Le avente una almohada que él logró esquivar con rapidez y sentarse en mi cama.
—Bonita, ¿La escribiste tú?
—Si, me base en tu mirada cuando ves a Reneesme.
Lo empuje con fuerza al piso, logrando que se cayera.
—Oye, ¿Porque la violencia?
—Por que ella no me gusta.
—¿Entonces? Oye, mira. Tal vez sea re virgen y jamás he sabido lo que es el amor. Pero una persona no quiere de un día para otro acompañar a otra persona a cualquier lugar, visitar con su familia a su familia y pelear con un alfa por ella.
—¿Aquí acaso no hay privacidad?
—Vives con dos vatos y dos morras que tienen súper oído, la privacidad no existe al menos que te vayas a vivir a Alemania.
Solté una risa al escuchar los pronombres mexicanos.
—Dime como le hago para que Juliet y Emilio vayan a comer con los Cullen...
Javier agarro una libreta y escribió algo rápidamente en ella.
—No sé, mejor olvida esa idea. Eso jamás funcionará.
Él me pasó la libreta y pude leer lo que había escrito en ella.
"Haz una trampa, una emboscada. Si ellos no van con la familia Cullen, traeremos a la familia Cullen acá."
Sonreí con malicia.
—Bueno, al menos lo intente. Tendré que decirle a Nessie la mala noticia.
Doble capitulo porque se lo merecen después de tanta espera, veré si se convierte en triple si el apoyo aumenta ✨
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro