03
—¡Oye! Ayuda a Javier a cortar los vegetales.
Javier rodeo los ojos con fastidio.
—No es justo, yo no como comida humana ¿Por qué tengo que hacer esto? —Susurró en voz baja Javier para que María no escuchará, aunque sabía que Julieta lo había escuchado con perfección.
—Por que yo te lo ordenó.
Contesto con frialdad Julieta, no era sorpresa ese tono.
—Oye, Emilio... La señora Cullen, la mamá de Renesmee, quiere que la familia vaya a su casa a comer.
Julieta dejo los papeles de su trabajo en la mesa y me miró.
—No sé si sea buena idea, Ximena... — Emiliano miró a Julieta y ella solo nego. — verás, ellos sabrán que eres una lobo. Pero no saben que Julieta y Javier son vampiros.
Bufé.
Si, le había contado todo lo que sucedió a Emilio. Era mi alfa, no le podía esconder cosas, menos si me había metido en una casa llena de vampiros.
—Además, digamos que un clan de ese tipo no puede saber de nosotros. Se lo podrán contar a los Vulturis y estaremos en graves problemas —mencionó Julieta caminando a mi lado para poner su mano en mi hombro—. Y lo que menos queremos Javier y yo es que ellos sepan de la existencia de ustedes.
Yo bajé la cabeza.
Ellos tenían razón, si los chupasangres reales sabrían de Emilio, Catalina, yo y además la compañía de María estaríamos más que muertos.
Pero después negué y levanté la cabeza con decisión.
—Los Cullen no dirán nada.
Javier dejó de lado el cuchillo y me miró con sus ojos negros.
—¿Cómo sabes? No podemos arriesgarnos... ¿Qué te asegura que ellos no les contarán?
Yo sonreí con astucia y miré a Julieta.
—Digamos que tengo de mi lado a la joya de la familia. Eso es suficiente para que ellos no digan nada.
Escuché un sonido ahogado detrás de mi.
Voltee para observar a Catalina con su pijama rosa pastel.
—Esa chica de verdad te gusta...
Volví a bufar y me fui de la cocina con enojo.
Esa niña no me gustaba.
Definitivamente no.
[ . . . ]
De vuelta al colegio, no sabía cómo explicarle a Renesmee que iban a tener que rogarles a mi familia para que aceptarán la invitación. Pero, sin creer que algún día pensaría en esto... Haría lo imposible para que me den el permiso.
En los pocos días que estuvimos juntas, la híbrida Cullen me cautivo. Era diferente a todos los fríos. Ella era amable, graciosa, inteligente, llena de luz y vida. A veces bromeábamos a espaldas de los profesores, se sentaba junto conmigo en la cafetería y compartíamos comida.
Todos la miraban como la chica extraña.
Lo entiendo, no es fácil hacer amigos con tanta libertad teniendo un gran secreto, que si sale a la luz... Puede decidir si vives o mueres.
Y eso es a lo que más le temía mi familia.
Los Volturi.
Vampiros con delirios de grandeza, les falta un tornillo. Son muy inteligentes en las artes, pero muy idiotas en otras áreas.
Julieta no les tiene miedo. Hay que dejar en claro que Julieta me da más miedo que ellos. Pero al menos sé que ella no me mataría tan cruelmente.
Pero todos nosotros los conocemos, ¿Nuestra ventaja? Ellos no saben de nosotros. Y esperamos que siga así por una buena eternidad. Ganas no me faltan de encajarle los colmillos lobunos al cuello de Félix.
Historia larga que luego les contaré...
—¿En qué piensas?
Mi mente volvió para ver los ojos verdes de Renesmee, los cuales me miraban con preocupación.
—Nada, ¿Oye no tienes hambre? Se me antojo una hamburguesa.
Ella soltó una pequeña risa y se levantó de la silla de la biblioteca.
—Vamos, yo también tengo poquita hambre.
—Poquito no está en mi vocabulario, me comería la vaca entera si pudiera... Bueno, si puedo pero no soy tan salvaje.
La dulce risa de la Cullen menor me cautivo por un momento, viendo como su perfecta nariz se fruncía y mostraba una sonrisa tan blanca y bonita.
Estaba confundida, quería que Reneesme se superará de verdad. Sé que ella podía ser más poderosa, los híbridos tenían desventaja en los dones naturales pero eran incluso mucho más inteligentes y astutos que cualquier otro sobrenatural.
Quería sacar todo el potencial de ella.
Quiero que se supere, porque sé que solamente compartir pensamientos no sirven de mucho. Y tal vez, en algún futuro... Ambas luchemos espalda a espalda juntas, siendo imparables.
Fuimos a comer a un restaurante algo chiquito, pero muy bonito. Pedí una hamburguesa doble con tocino y ella pidió una de queso.
Nos sentamos y hablamos para conocernos mejor. Reneesme era muy competitiva, le encantaba ir de cacería solamente por demostrar que era más rápida que los demás. Aunque claramente no lo era.
Su fuerza estaba en la diversión, le encantaba correr y sentir el viento en la cara. Yo me siento igual, correr con mis cuatro patas me hace sentir libre. Al final del día sientes las libertad cuando en realidad no la tienes.
—¿Tú crees que sea buena peleando?
—Claro, escucha Nessie... Eres fuerte, tal vez no como un neofito, pero si te enseñas a controlar tu fuerza y tú furia seguramente le ganas a uno.
—A veces me gustaría que mi familia me enseñará a luchar.
Yo sonreí al escucharla.
Era mi momento.
—Soy diferente a todos los demás lobos. Al final del día tengo sangre de alfa, así que soy más fuerte en mi forma humana. Será algo emocionante... Yo te daré clases.
Ella me sonrió y me sujeto la mano consiguiendo que me pusiera nerviosa.
—No veo la hora para empezar, estoy emocionada.
Volví a morder mi hamburguesa.
Veremos que sorpresas tiene la chica.
[ . . . ]
Había llegado a mi casa, después de asegurarme de que Ness se fuera segura. Toque la puerta de la habitación de Catalina. Para volver a platicar sobre los híbridos.
Sabía que no sería nada fácil con la menor Cullen, mi hermana era mitad lobo y mitad vampiro. En cambio, ella es mitad humana y mitad vampiro. Pero al final su familia tienen dones excelentes.
Catalina podía juntar la fuerza lobuna y vampírica, también su velocidad era mucho más que la de un supernatural común. Ella tenía la oportunidad de tener dones y de imprimar de alguien. La combinación en su cuerpo era poderosa.
—¿Qué paso? No haz hablado desde que llegaste.
—Tengo una pregunta, Cata...
—Suéltala
—¿Cómo fue que tus dones salieron? Digo, dices que cuando supiste todo lo que podías hacer fue un momento muy épico.
—Xime, vino de algún sentimiento dentro de mi. Estaba triste, era lo único que sentía y entonces desee poder cambiar todo a mi alrededor y sucedió... Pero desgraciadamente ni siquiera sabía cómo controlarlo.— ella levantó su mano y sujeto un lápiz para luego hacerlo desaparecer y aparece una hamburguesa, yo sonreí ante eso. — Ahora lo sé, al principio estaba confundida pero la práctica hace al maestro, ¿No?
—¿Todos los híbridos tienen un don especial?
Catalina me miró con los ojos entrecerrados, yo sonreí con una inocencia falsa.
—Dependiendo, la parte vampírica debe tener un don. Pero como eres menos fuerte que un vampiro común, debes encontrar un don mucho más poderoso al anterior.— Ella se acercó a mi y puso una mano sobre mi hombro. — Yo también creo que Reneesme tenga un don más poderoso.
—¿Qué?
Asombrada sujete la mano de Catalina para quitarla de mi hombro, ella lanzo una carcajada y me miró por última vez para irse de la habitación.
—Maldita loca. —susurré.
Salí del cuarto y fui a la cocina.
—¡Te escuché!
Agarre una lata de refresco fría del refrigerador mientras me reía, la abrí y bebí un gran trago.
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