Agarré mi mejor traje de baño junto a mi ropa de playa. Aunque el clima estaba medio fresco nadie me detenía a vestirme de esa manera. Agarre mi bolso y salí de mi casa para subirme a la motocicleta.

Había hablado de la ida a la playa con María y me dijo que no podría ir ya que tenía tarea que hacer.
Genial. Más razones para que me quieran emparejar con la Cullen.

Encendí la motocicleta y seguí las indicaciones que me había dado Renesmee para llegar.

Cuando ví el inicio de la playa paré la motocicleta y la puse en un lugar seguro.
Agarré mis cosas y caminé hacía una banca que había cerca.

— Hola, llegaste temprano.

Voltee y vi a la castaña mirarme con emoción.

— No siempre sucede eso, no te acostumbres. — Dije señalando con mi dedo hacía ella.

Ella asintió y me tomo de la mano para caminar. Yo la miré y solté lo que estuve pensando toda la mañana.

— ¿Por qué me hablaste a mi? Pudiste hablar con mis hermanos, pero ¿a mí?
Soy más rara de lo que parezco, te lo advierto.

Ella sonrió.
— Es que te pareces mucho a mi mejor amigo, es muy divertido y le encanta comer. Además, también soy rara. Los raros se juntan ¿No?

Renesmee se sentó en la arena, yo copié su acción sentandome en frente de ella.

— ¿Y dónde está tu mejor amigo? ¿Por qué buscas a alguien igual que él?

Ella bajo la cabeza y nego.
— Él está bien, hablo con Jake y todo pero ya no es... Ya no es lo mismo.

— ¿Te gusta?

Ella me miró con confusión.

— ¿Qué?

— ¿Él te gusta?

— No, digo si! es... Complicado. Estamos conectados de alguna forma, pero solo lo veo como a un hermano y creo que él también me ve así.

Yo asentí como si entendiera todo, aunque por dentro no entendía ni una wea.
Arrugue la nariz cuando sentí un aroma muy fuerte, a podrido.

— Renesmee! ¿Quien es ella? — una chica alta, con cabello rubio, hermosa, con caminata altiva y elegante se acercaba a nosotras.

— Ah! Hola Rosalie, ella es Ximena una chica de la escuela.

Pude escuchar el tono avergonzado de Renesmee. Yo no podía quitar mi cara de oler mierda por qué la presencia de la rubia me incomodaba.

— Un gusto. — Ella dijo mirando mi rostro con total lentitud, casi como si me estuviera escaneando.

— El gusto es mío. — Dije con educación, era mejor eso que empezar una pelea en un territorio que no era el mío.

Renesmee iba a decir algo hasta que su teléfono timbró.

— Un minuto por favor.

Ella se alejo y yo miré a la Rubia.
La chica estaba sonriendo de manera burlona.

— ¿Te gustan los perros? Hueles a perro mojado. — ella se acercó más a mi como si quisiera intimidarme.

Yo levanté una ceja y sonreí.
— ¿Te gustan los muertos? Hueles a panteón.

Ella siseó y yo simplemente me alejé por mi seguridad. No podría convertirme aquí, era peligroso y más enfrente de Renesmee.

— Alejate de ella si es que le quieres hacer daño. — Rosalie me miró con sus manos en la cadera.

— No le quiero hacer daño. Ella me invitó amablemente a dar un paseo por aquí, yo no podría tocarla ni para hacerle cosquillas.

Ella me miró con sorpresa.

— Aún así, te estaré vigilando.

Ella volvió a sonreír falsamente cuando Renesmee se acercó después de colgar.

— Era papá, tengo que irme. ¿Hablamos después?

Yo asentí.
— Claro.

Ella me miró y nego.
— Espera! Quiero invitarte a mi casa.

— Renesmee, no creó que sea buena idea.— Dijo Rosalie mirando a la castaña con una mueca de desagrado.

— Ella tiene razón. — contesté nerviosa.

— No, espera... Quiero invitarte a comer a la casa. Mi abuela me dió permiso.

Ay no, esto terminaría mal.

— Está bien, vayamos a tu casa.

[ ... ]

Estaba conduciendo mi motocicleta detrás de un Jeep para ir a la casa Cullen.
Todo iba bien, más a menos. Hasta que pasamos por mi casa.

Espera... ¿Renesmee vivía en esa casa lejana en el bosque?

Cuando se detuvo el Jeep en una casa grande y moderna deje mi motocicleta junto a mi casco a un lado.

— Hola chicas! ¿Qué tal les fue? Perdóname, soy Alice y tú debes de ser Ximena. Renesmee no ha parado de hablar sobre ti desde ayer.

Una chica pequeña y con cabello corto nos saludo. El olor estaba allí y se intensificó cuando me acerqué a la casa.

¿En qué me había metido?
Era una casa llena de vampiros, genial.

— Mucho gusto Alice, espero que haya dicho cosas buenas.

— Lo hizo, querida.

Ella sonrió y me perturbe un poco al ver sus ojos dorados mostrándose con libertad.

Era cierto que vivía con dos vampiros, pero yo nunca confíe en ningún otro que no estuviera en mi familia.
Julieta y Javier se habían ganado mi confianza.

— Tranquila, ¿qué tal si hablamos tranquilamente?

Ahora veía a un hombre rubio con ropas elegantes parado en la puerta de la casa.

Yo voltee para ver a Renesmee.

— Yo... Ni siquiera sé que sucede. — Dijo ella mirándome con pena.

— Pues estamos en las mismas. — Dije con burla.

[ ... ]

Me senté a el comedor de la casa mientras Esme me servía una montaña de pasta con salmón en un plato. Yo solo sonreí como agradecimiento.

Mire a Renesmee observar con detenimiento mis movimientos.

— ¿Cómo no me di cuenta antes?

— Fácil, siempre estás con Jacob y Seth así que ver estas actitudes ya es normal para ti.

— ¿Entonces llegaron más perros pulgosos a Forks? — Dijo el mastodonte, Emmett

— Sí, en realidad uso shampoo especial para las pulgas. — me burlé un poco de eso. — Entonces... Dices que ellos son tus tíos, ellos tus padres y ellos tus abuelos.
Wow, si que son una familia grande.

Esme me sonrió con cariño.

— ¿Tienes familia, cielo?

La miré.
— Biológica no, pero son mis hermanos adoptivos y mis mejores amigos. Mi familia biológica murió cuando yo cumplí los 16 años.

La mujer castaña me abrazo con ternura.
Esme Cullen definitivamente era la vampira más humana que había conocido.

— ¿Puedo ver a tu lobo?

Yo miré a Renesmee y le sonreí.
Para luego ver a su madre, Isabella, hacer una mueca de desagrado.

— No creó que sea buena idea... — Bella comentó.

Yo solo sonreí, había una frase que me describía... Era una vale madres.

— Por supuesto, no se preocupen. Me sé controlar en mi transformación, vamos afuera, no quiero romper nada. — hice una mueca graciosa.

Pude ver a Esme, Carlisle, Alice, Emmett y Jasper sonreír, Renesmee soltó un pequeño grito y salió a toda velocidad.

Y pude ver bien como Rosalie rodeaba los ojos y como Edward tomaba la cintura de Isabella, la cuál tenía una cara de fastidio.

Esto va a estar bueno.

[ . . . ]

Yo me quedé detrás de un arbusto para quitarme la ropa, si me convertía con ella la podría hacer trizas.

Cerré lo ojos y me concentré.

Sentí como mi cuerpo iba cambiando poco a poco hasta poder sentir la tierra en mis cuatro patas. Abrí los ojos y salí del arbusto viendo a Renesmee, la cuál me contemplaba con interés y asombro.

— Hasta en forma de lobo te pareces a él.

Él, siempre él. Ni lo conocía pero sus menciones me hartaban.

Ella se acercó a mi y puso su mano delicada en mi lomo, entonces lo ví.
Y si, era parecido a mi.

Un lobo gigante y café. Yo seguramente era más pequeña al ser hembra y Omega.
Renesmee me dejó verlo, ella tenía un don.

— Sí, es una híbrida igual que tu hermana.

Mencionó el padre biológico de la chica, Edward. Era un lector de mentes, me alteré un poco por qué no quería mencionar a los miembros no lobunos.

« Dejá de meterte en mi mente maldito, no es divertido »

— Lo siento.

No lo sentía, se estaba riendo el muy hijo de...
Dejé de insultarlo cuando ví a Renesmee lanzarse sobre mi para que jugará con ella cuál cachorra. Y yo lo hice. Le mordía levemente las manos y trataba de no dañarla aunque ella no fuera de cristal.

Lo sentía, ella era más fuerte de lo que dejaba ver. Pero su familia la mantenía en una cajita controlando sus poderes.

Yo la haría fuerte. Le enseñaría a sacar los colmillos cuando fuera el momento.
Esa pequeña híbrida se había ganado mi cariño.