Miraba todo el bosque que había en Forks.
Era impresionante, pensaba en que a Catalina le iba a encantar ver tanta vegetación.

Cata y María estaban jugando en mi tableta ya que sus teléfonos se habían descargado.

Yo solo estaba escuchando música en mi celular.
Cerré los ojos sintiendo cada melodía de "Show & tell" de Melanie Martinez.

Me quite los audífonos cuando observé el letrero que avisaba la llegada a Forks.
Voltee y miré como Catalina sonreía con emoción.

Ella era muy social y además que tenía un talento para caerle bien hasta a la persona más amargada del mundo.

Digo, supo adueñarse del cariño de Julieta.

Mire a la mujer rubia en el asiento delantero, Julieta era una belleza irreal.
Su piel era blanca y se veía de porcelana, rubia y sus ojos negros por los pupilentes la hacían ver misteriosa y atrayente.

Los vampiros tenían una belleza simplemente abrumadora.

También pensé en la suerte de Catalina, ella era una híbrida de lobo y vampiro.
Físicamente era perfecta pero su piel no era ni fría ni tan caliente.
Era una temperatura media que a cualquier criatura le gustaría tener.

El automóvil se detuvo al igual que mis pensamientos.

— Llegamos.

Menciono Emiliano bajando del auto junto con Javier para sacar las maletas.

Abrí la puerta para salir y observé la casa en frente de mi.
Era grande y tenía detalles de madera.

Estaba a principios del bosque.
Voltee y pude observar que había una casa muy lejos de la nuestra.

No comente nada por María, los ojos humanos no hubieran podido ver la casa por la distancia.

Catalina agarro su maleta y corrió a la entrada con ella.

— Pido la habitación más grande!!!

Nosotras nos miramos entre sí y también corrimos para ganarle a Cata.
Aunque yo lo hice a paso humano logre ganar una con balcón.

Sí, tal vez esto no sea tan malo.

[ ... ]

Miraba a Catalina tomar dos bolsas de sangre animal de manera elegante...
No sé si haya una forma de que ver a alguien tomar sangre sea elegante.

Pero pues Catalina se veía muy calmada.
Algo que compartía con ella era el amor por los filetes.

Recuerdo que Julieta había dicho que en su vida humana ella era vegetariana.
Así que cuando se convirtió en vampira tomo sangre de humanos.

Aunque Catalina puede tomar de ambas prefiere la sangre animal.

Yo como mcdonald's y little ceasar...
Adoro la comida rápida.

Mi parte lobuna hace que no engorde aunque coma seis hamburguesas.

Emiliano y yo nos servimos más espagueti con albóndigas.
Nos atascamos como los perros que somos.

Me levanté para lavar todos los platos y fui a la habitación de María ya que está no había bajado a cenar.

— Hola, ¿estás bien?

Pregunté entrando con cuidado a la habitación. La vi sentada en su cama acomodando todo los papeles para dar en la escuela.

— Todo saldrá bien, tranquila María! No será tan horrible la escuela si me tienes a mi.

Dije haciendo una pose rara con mis manos hacia arriba.
Ella solo soltó una leve risa.

— Lo sé, pero no soy la única estudiante de intercambio.

Cierto, a María le habían ofrecido el intercambio.

Ella venía a estudiar.
Nosotros a escondernos... Aunque no tanto considerando que Javier, Cata y yo entraremos a la escuela junto a María.

Javier debe de estar cansado de repetir siempre lo mismo en la escuela.

Él siempre nos ayudaba con las tareas ya que se las sabía de memoria.
Catalina y yo somos las más pequeñas.

Catalina nació en los 80s hasta que cumplió los 17 y dejo de crecer.

Conmigo era diferente ya que complete mi transformación lobuna hace cinco años.
Era la bebé del clan.

Julieta y Javier eran los más antiguos, nacidos en 1920 en España.
Ellos eran cajas de sabiduría y sufrimiento, ambos tenían mi cariño y respeto.

Mientras Emiliano se transformo en lobo en los 70s desde entonces no ha dejado esa parte siendo el mismo joven de 23 años.
Aunque en los 80s él se convirtió en Alfa para ayudar a Catalina, después me ayudó a mi.

María era completamente humana y si no fuera por el excelente control de Julieta o Javier ella estaría muerta desde que la conocimos.

Borré ese pensamiento de mi mente.

— Oye, ¿que opinas de todo esto?

Me dijo María cerrando su mochila para después cruzar sus piernas en la cama.

— Pienso que quiero hacer una entrada triunfal, así que iremos en el Porsche.

—¿No creés que llamará demasiado la atención?

— Por esa misma razón lo llevaré. Ese Porsche rojo es mi bebé, nunca lo dejaría en una cochera solitario.

Hice un pequeño puchero para después ver cómo María rodeaba los ojos con burla.

— En argentina tenía que caminar para todos lados, son unos malditos ustedes.

Yo solo lancé una carcajada para aventar la almohada que había a mi lado a la cara de María.

Así comenzó una pequeña guerra de almohadas... Que termino en que yo rompía un espejo y Julieta me castigaba.

F en el chat por mi.