Spreen no quería que este drama se hiciera más grande pero cuando menos se dió cuenta ya tenía también a los padres de Roier en su casa.

Que incluso estaban diciendo lo de planear una boda para que nadie se fijase en el embarazo hasta después creyendo que el bebe nació antes (algo que pareció funcionarles de cierta forma a Luzu y Quackity). Y eso le parecía demasiado ridículo.
¿Por qué nadie la escuchaba?

— Tenemos que empezar a organizar la boda.—

— ¡Si el bebé nace por las mismas fechas que el hermano de Roier podemos inventar que fueron gemelos! — dijo Quackity recibiendo una mala mirada de su esposo que seguía molesto por el pequeño "accidente" que tuvieron y ahora lo tendría sufriendo por los síntomas de embarazo ya que sí, el preñado era Luzu.
Debió saber que eso de "la puntita" no saldría nada bien.
Pero ahí va de tontito a creerle al patito.
Tremenda vergüenza que sintió al tener que contar esto, aún cuando Quackity lo gritaba orgulloso.

— Algo tenemos que hacer.— comentó Vegetta queriendo aguantar las ganas de matar a Roier por acabar con la inocencia de su niña.

— Podrían hacerme caso.— gruñó la morena viéndolos ya harta.— En primera, no nos vamos a casar.— noto los ojos tristes de Roier y tuvo que corregirlo— Por ahora.
En segunda, no estoy embarazada. Si querés haceme una prueba de sangre o que se yo. Pero no lo estoy.—

Se cruzó de brazos mirando a los adultos quienes parecían dudar aún.

— Tenés que creerme. Además, ¿Olvidaron la charla que nos dieron antes?—

— Aún tengo traumas al ver bananas...— susurró Carre dándole un trago a su hijo.— A veces es difícil ver a los Minions por eso.—

Claro, esa charla tan extensa y gráfica.
Puede que exageraron unas cosas para evitar este tipo de situaciones.
Y olvidaron ese pequeño detalle al entrar en pánico pensando que serían abuelos.

— Tengo el conocimiento necesario para cuidarme, no pienso tener un coso aún. —

Al verla tan seria solo suspiraron.
Parece que solo pensaron lo peor sin siquiera darles el beneficio de la duda.

— Pero, si no es eso. ¿Por qué te haz sentido tan mal estos días, mi niña?— seguía preocupado. No era para nada normal su estado.

— Ah sí.— se mordió el labio.— Fue una pequeña intoxicación por algo que comí, pero ya me siento mejor, creo ya vomité incluyo la leche en polvo que me dieron de bebé.—

Bueno, ya podían respirar.
Eso tenia lógica.
Rubius incluso ya sabía que provocó eso, su Vegetitta seguía siendo un desastre en la cocina y no debieron comer tan confiados aquellos ostiones.
De milagro no terminaron en el hospital.

Aunque igual por las dudas podían ir a la clínica por esa prueba. O estaba la opción que los chicos no pasaban a más de algunos besos y ya.
No porque tenían 17 años significaba que ya hicieron "impuestos" o "jugarán Twister".

Iban a olvidar el tema pero claro, nunca pueden salirse con la suya...

— Ya te iba a chingar, mijo.
Tantos condones que te dejo en tu mesita de noche ¿y me ibas a salir con un chilpayate?— Soltó Quackity mirando al castaño, para luego notar que todos los miraban.
Casi quería darse un golpe con la sartén por pendejo.

Spreen casi sale corriendo al notar el nuevo shock en sus padres al saber que ya no tenía su "tesorito".
Y ojalá Roier también huya.
Aunque, siendo sinceros, él quiso ser lo más respetuoso posible y ella fue la que
... Joder.
Era obvio que ella tomaría el control pero bueno.
Ya se esperaban otra charla.

— O bien que podés tragar. Nomás acordate de lavarte los dientes después.— dijo Carre causando que él si terminase recibiendo un sartenazo.

No hay bebé Sproier, por ahora.