¡Arbitro!
La situación se había aclarado de cierta forma.
Pero nadie la quitaba la sospecha a Quackity que en ese grupito de amigos si existía una pareja o casi una.
Lastima que sus sospechas estaban sobre Carre, ya que debido a las actitudes de un pequeño Roier.
Él solo pensaba que a su hijo le tronaba la reversa, le gustaba el arroz con popote, quería un arrimón de camarón .
Ya saben.
Así que él como el mejor padre debía tener una charla con su futuro yerno.
Aprovechando que se reunían mayormente en su casa solo tomó al chico prestado, dejando a Roier y Spreen solos.
Y puede que cerrase la puerta con llave para evitar que su chamaco quisiera hacer algo para evitar la charla.
Tampoco iba a dejar que estuviera dando las nalgas así nomás, primero debía ver si Carre tenía buenas intenciones o era como besar a sus amigos acá de chill.
Y aún si Luzu decía no estar de acuerdo con sus métodos, era eso o esperar que el emo que tenía por marido comenzará con amenazas si le tocaba un pelo a su bendición.
Ya siendo honesto él piensa que se han tocado hasta el... Apellido.
Y mientras Carre sufría con un detector de mentiras, Roier solo podía quedarse como tontito viendo a Spreen.
Después de su declaración sabían que existía un tipo de tensión que no los dejaba en paz.
Aún cuando no dudaba de sus sentimientos, puede que fuera diferente para ella.
Había cosas demasiado "femeninas" en ello y era lo primero que le molestaba.
Casi parecía que cumplía con el estúpido estereotipo que la chica ruda se vuelve toda una fresita cuando se enamora.
Y no, ella se niega completamente a ser así.
Si Roier realmente está enamorado, tiene que ser con ella siendo Spreen, no Ivanna o Spring.
— Roier/Spreen.— hablaron al mismo tiempo provocando una pequeña risa en ambos.
El castaño hizo un ademán con la mano para que ella hablase.
Así tendría tiempo de organizar sus ideas para evitar salir con alguna estupidez que la hiciera enojar.
— Bésame.— soltó como si nada acercandose lentamente.
Lo cual dejó claramente en shock a Roier.
— ¿Qué?— se tensó cuando aquella mano se colocó sobre su mejilla. Casi se ahogaba con su propia saliva y tuvo que usar su autocontrol para no tener algo que mostrase que la sola idea le emocionaba de más.
Una casa de campaña por ejemplo...
— Olvídalo.—
Ahí tontamente creyó que arruinó su única oportunidad de volver a sentir los labios de Spreen.
Pero rápidamente la sorpresa fue cuando ella dió el primer pasó.
Uniendo sus labios en un inocente beso que apenas pudo usar las pocas neuronas que le quedaban, correspondió como tanto quiso.
Sus manos se colocaron sobre la cintura de Spreen causando un leve escalofrío cuando aún por sobre la ropa podía notar la figura de la chica.
Iba lento, intentando saber que límites existían en esto.
Puede que la primer intención fuese solo un beso, pero tenía que mostrar con ello todos sus sentimientos.
Movió sus labios lentamente mientras cerraba sus ojos.
Dejando de pensar y solo dejándose llevar.
Ahora el beso se sentía diferente al saber que realmente tenía a la morena frente a él y estaban a solas en su habitación.
Esto no era un sucio armario en mitad de una fiesta.
No había alcohol de por medio y mejor aún, esto era porque ambos lo querían.
Apretó el agarre, queriendo evitar que ella se alejase, grande fue su sorpresa cuando notó aquellos brazos enredandose sobre su cuello, siendo Spreen quien tampoco quería terminar tan pronto con eso.
No sabe porque lo hizo, de donde sacó el valor o conque derecho se sentía, pero sus manos estaban debajo de la ropa de su amiga. (¿Era correcto seguirle poniendo esa etiqueta a este punto?)
Tocando la piel directamente, siendo tan suave como siempre lo creyó.
Siguió subiendo hasta que un jadeo le sacó de su ensoñación y tuvo que abrir los ojos.
Notando que tenía ambas manos sobre los pechos de Spreen.
No estaba apretando ni nada, solo estaban sobre esa parte de su anatomía.
Su cara se puso completamente roja, dejando a la morena con una expresión de sorpresa y queriendo calmar su respiración.
Parece que el beso le dejó un poco atontada porque no pareció asimilar la situación los primeros segundos.
Ambos bajaron la mirada y ahora Spreen solamente pudo hacerse para atrás mientras se cubría con su sudadera, la cual debido a la acción del castaño se habia quedado arriba.
Agradecía a los Dioses porque ese día uso un sostén bonito.
Esperen.
¿¡Por qué pensaba eso!?
— ¡Te juro que no era mi intención meterte mano!— gritó Roier siendo golpeado con una almohada.
Que seguían en su casa, sus padres si estaban y después del beso con Carre la situación estaba un poco extraña.
— ¡Callate pelotudo!— mantuvo la almohada en el rostro ajeno mientras intentaba también calmarse.
Claro que fue idea suya lo de volver a besarse para confirmar si existía algo ahí o solo era algo de sus alborotadas hormonas.
Tarde o temprano tenían que tocar el tema, pero no esperó también ser toqueteada.
Siendo Roier el que tenía un nuevo debate mental;
"Solo calmate, Roier."
"Fue un accidente."
"¡Por fin tocaste unas tetas!"
"No, no."
"Cálmate por favor que no podemos hacer esto más incómodo."
"Si muero hoy, lo hago felíz."
"¡Tremendo par de...!"
Negó rápidamente quitándose la almohada, notando como Spreen le miraba de una forma muy diferente a lo usual.
Ahora tenía que seguir pidiendo perdón y está vez sin gritar porque ya sería la segunda vez que se besan y de ahí hay puros gritos.
Tomó aire.
Le miró fijamente.
Abrió la boca y...
— ¿Vos querés un chape?— comentó Spreen inclinándose ligeramente.
Y lo que se logró escuchar en vez de las disculpas dignas de un premio Oscar, fue el tremendo golpe que se dió Roier contra el suelo cuando la sangre dejó de estar en su cabeza...
La de arriba.
Que se había desmayado con tremenda imágen mental y el solo recuerdo de lo suave que se sintió el pecho de Spreen.
Ahora que el beso si confirmó sus dudas.
Y el casi chape solo logró acelerar su corazón, debía darle primeros auxilios al tremendo pelotudo de mierda.
Que si la tenía enamorada...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro