— ¡TENÉS QUE ESTAR BROMEANDO!— grita la morena comenzado a lanzar todos los paquetes que sus padres le habían dado.
¿Acaso esto es karma?
¿Hizo algo malo y esto era su castigo?

— Pero, mi niña. No puede ser tan malo.— Rubius sabe que la ha cagado cuando incluso Vegetta se le queda viendo con cara de "¿Bobo o qué?"

— Solo será por 3 días, máximo 4. Tendremos pastillas, toallas, tes. Estarás bien, es algo debía pasar.—

— ¡Claro! Vos decís eso tan fácil como cuando me comenzaron a salir las tetas.
¡Ahora me entero que me saldrá sangre de entre las piernas cada mes por varios días!
Puedo hacer las tetas, la cintura o lo que sea, menos que me salga sangre por la con...— tuvo que callarse rápidamente al notar que Roier les veía un poco en shock con los paquetes de toallas femeninas por sus pies.

¡Que seguía estando en la casa!

Putamadre.

Por estar con su drama olvidó completamente que estaban en su cuarto jugando unas cuantas partidas cuando le dieron ganas de ir al baño.
Tuvo que gritar al apenas notar lo que tanto temia que pasase cuando la adolescencia llegó .

¡Y que había arruinado unos buenos boxers del Rayo McQueen!

Aunque eran rojos no eran del mismo tono.

Ella solo le pidió a sus padres una pequeña ayuda.
Que le dieran ropa limpia, le pasarán una compresa y ya.
¡No que le abrieran la puerta mientras le lanzan todo eso!
¿Desde cuándo existían tantos tipos de toallas?
Con alas, sin alas, delgadas, nocturnas.
Con aroma.

¿Alguien le va a estar oliendo ahí o qué?

Aún cuando ella no quisiera pasar por esto, sabía que era cuestión de tiempo.
Ya no era una niña.

Pero Roier no tenía porque enterarse de lo que está pasando.

¿Esto no puede ser más vergonzoso?

— Che, Spreen. Tus papás me dijeron que te trajera estos cosos porque no sabían si sos más de toallas o tampones.— escuchó a lo lejos viendo como Carre entraba con una gran caja de tampones de diseño de Hello Kitty en ellos.— ¿Por qué no tenes puesto el pantalón?

¿Qué?

MIERDA.

Se encerró rápidamente en el baño queriendo ahogarse con su propia sangre.

Aunque...
Iugh.

No volvería a ver a la cara a nadie.
Se la pasaría encerrada en su cuarto de aquí a que le dé la menopausia.

¡Se niega a andarse metiendo cosas por ahí!