💬| Epílogo
Dedicado a Loka_x_los_libros21
D A N N A
14 de Junio del 2020. Miami, Florida.
02:36 p.m.
Pesadillas. Habían pasado meses de lo sucedido y toda mi familia seguía manifestando, a su manera, los hechos traumáticos que vivimos tiempo atrás. Nos mudamos antes de fiestas con la intención de dejar todo atrás, olvidar, superar y sanar en un nuevo ambiente. Sin embargo, aún con terapia, seguíamos con ese pequeño temor de que volviera a suceder.
Mi tío se mudó con nosotras, había decidido que vivamos todos juntos en una casa más grande y cómoda en Miami. Esta vez, en un buen barrio y respetado. Podíamos permitírnoslo por su nuevo empleo, sigue siendo entrenador pero ahora entra a universitarios y, gracias a su reputación, las universidades no dejaron pasar ni un segundo en contratarlo.
En cambio mamá había dejado su empleo en el hospital. Ahora trabajaba en una tienda de ropa costosa de lunes a viernes y, cada tanto, los finde semanas era contratada para hacer uñas y maquillaje para eventos. No sabía que podía hacer eso pero al parecer le gustaba.
Ella me dijo que los cursos los hizo después de tenerme pero que nadie en el pueblo la quería contratar por los rumores, así que desistió rápidamente e hizo el curso de enfermera auxiliar para estar en el hospital.
Ahora podía verla más contenta con sus trabajos, relajada. Total, tenía un horario fijo todas las semanas y manejaba su horario los finde de semana, pasaba más tiempo con nosotras del que nunca había pasado. Ya no la agarrarían desprevenida para que salga de emergencias de su casa, lo cual, la aliviaba, ya que le agarró terror a salir por las noches. Este último mes pudimos hacer que salga dos veces con sus amigas unas tres o cuatro horas y, con nuestro tío, le mandábamos fotos casi cada cinco minutos porque ella lo pedía. Es un avance supongo.
Por otro lado, estaba Mack, mi hermana pequeña que se había llevado la peor parte de todo esto. Aún tenía pesadillas de esa noche, pero las más fuertes era el día que la rescataron. Ese día a todos nos quedó marcado, por un momento creímos que había sido ella quien...
Después de eso, terminó en el hospital junto a un par más de agentes federales. Al final, la explosión fue dentro de la casa, Mackenzie jamás estuvo en peligro con una bomba atada a su cuerpo. Él sólo quiso ganar tiempo asustando a todos y concentrando su atención en Mack mientras intentaban escapar. Lo bueno es que habían detenido a John.
Eric seguía prófugo, libre y desaparecido.
Pero de eso ya no debíamos preocuparnos, nosotros estábamos muy lejos de aquel pueblo y habíamos perdido contacto con todos ahí. Estábamos fuera de peligro.
Solo nos quedaban las secuelas que seguíamos trabajando con ayuda profesional para sanar y superar todo eso. Mack era la que más se esforzaba en mejorar, a veces las pesadillas la superaban y me llamaba por teléfono, era mi señal para que vaya con ella a dormir. No gritaba, ni hablaba en la llamada por miedo. Sentía que alguien más podía escucharla, y por más que le explicáramos que no volvería a suceder, no era algo que pudiéramos manejar. Seguía leyendo, pero evitaba leer libros de acción o que tuvieran escenas parecidas a las que vivió. Lo mismo con las películas o series, no podíamos ver nada con respecto a eso o un mínimo de violencia porque se largaba a llorar recordando.
Sin embargo, algo que nos sorprendió a todos o que creíamos que sería tal vez difícil para ella, es que sigue saliendo y haciendo amistades normalmente como si nada. Lo único es que debemos estar alguno de nosotros para salir al patio de casa, por ejemplo, pero es algo que también poco a poco ha ido superando y ya no se siente tan incomoda si está sola.
La única secuela que compartíamos y se notaba, es nuestro acercamiento. Somos incluso más unidas que antes. Hacemos todo juntas, al punto que mamá algunas veces se pone celosa en broma para poder estar con ella también. Claro que Mack adora esa atención. Y nosotras amamos verla feliz de nuevo.
Aunque ahora no lo estaba tanto, de hecho, estaba tan enojada e indignada que tuve que prometérmele llevarla a Disney al volver. No sé cómo diablos haré eso, pero ahora le debo un viaje a Disney, ¡yupiii!
Nótese el sarcasmos.
—¿Por que debes irte? —pregunta por séptima vez sentada a mi lado.
Suspiro. Aquí vamos, otra vez.
—Porque debo despedirme de Freya.
—Pero...
—Mack, deja a tu hermana en paz. Ya te explico más de cinco veces, no sigas —la regaña mamá. Mi tío ríe a su lado llevándose mala cara por parte de las dos, y no puedo evitar reír yo por su sincronía. A veces me dan miedo.
Me levanto al escuchar la voz de una mujer por los altavoces anunciando mi vuelo devuelta al infierno llamado pueblo donde nací. Era hora de ver a unas viejas amistades.
Saludo rápidamente a mi familia. Pierdo unos minutos luchando por soltarme de Mackenzie que no quiere que me vaya, pero al recordarle a donde iremos al volver, se le pasa y me hace volvérselo a repetir antes de dejarme ir. Sonrío inconscientemente de que cada vez vuelve a ser ella misma.
Ya en el avión no puedo evitar pensar en la locura que haré. Digo, solo sabe Juliette Rizzo, la madre de Freya, que iré. Me quedaré en su casa estos dos días que voy y seré el regalo sorpresa de la graduación de mi mejor amiga. Y ella el mío. Esto lo planearon su madre junto a la mía y mi tío, para que volvamos a vernos una vez más antes de que cada una empiece la universidad en países y continentes distintos. Como una despedida final.
Ella iría a vivir con su madre a Italia y estudiaría ahí. Mientras yo estudiaría en Miami. Tal vez, si trabajaba y ahorraba, podría ella venir o yo ir para allá para vacaciones pero sería soñar demasiado. Me conformo con esto.
☼ ☼ ☼
Respiro hondo al bajar de la camioneta con Juliette. Estoy de nuevo en el pueblo de mierda. Solo el cariño que le tengo a Freya puede hacer que yo vuelva a pisar este lugar después de todo, más le vale que se emocione, grite y llore como mínimo al verme o tendrá serios problemas. Hablo en serio.
—¿Tienes un vestido para esta noche o saldrán a comprar luego? —pregunta Juliette después de que dejara mis maletas en el cuarto de Freya.
—Traje el que pensaba usar en mi baile, aunque en realidad mi mamá y Mack me obligaron a comprarlo —reímos—. Ni siquiera pensaba asistir a algún baile de graduación pero aquí me ves, esperando a una rubia excesivamente dulce para arreglarnos juntas e ir a deslumbrar la pista como si nuestro último año no hubiera sido un caos —me encojo de hombros apoyando mi cadera en la encimara de la cocina.
Ella hace una leve sonrisa. Tampoco fue un buen año para ella. No puedo imaginar que tu marido desperdicie todos los ahorros para el futuro de tu hija apostando y termine siendo cómplice de uno de los crimínales más buscados del país. Sumando que participó en el secuestro de mi hermana menor, quien era como un tío para nosotras. Y ahora me tiene frente a su cara, se que le avergüenza y le da bochorno la situación, a mi también.
De nuevo, repito: demasiado cariño le tenemos a Freya para hacer esto.
Una hora exacta después es lo que se tarda la rubia en aparecer por la puerta de su casa con cara cansada y levemente ojerosa. Oh, y con una pelirroja que conozco muy bien. Esta última es quien repara primero en mi presencia y codea no muy fuerte a Freya llamando su atención a la vez queme señala para que me vea.
—¡No puede ser! —se tapa la boca sorprendida—. ¡¿Eres real?!
—Hasta donde yo sé, aún muerta no estoy... ¡Joder!
Bueno, si que gritó. Mis tímpanos confirman que sigue teniendo sus tan odiosas cuerdas vocales en excelente estado.
—¡Viniste! —vuelve a gritar tirándose sobre mi provocando que caigamos al suelo. Yo sentada y ella encima mío. Río al escucharla sollozar. De verdad que extrañé demasiado a mi parte dulce y cursi. La necesitaba.
—Vine por ti, idiota. No hagas que me arrepienta —susurro en su oído y aprieto los labios conteniendo las lágrimas. Nos abrazamos fuerte como si no nos hubiéramos visto hace años, y ahí sé que cuando tenga que irme será jodidamente doloroso.
☼ ☼ ☼
—¿No crees que es suficiente brillo, Freya? —pregunta Zoe riendo.
—Nah, puede aguantar un poquito más. ¿Cierto, mejor amiga? —amenaza echando más brillo sobre mi cabello, rostro y parte de mis tetas que resaltan del escote.
—Estas empeñada en que seamos Tinkerbell y sus amigas —resoplo haciendo que vuele algo de brillo y me fulmine con la mirada—. ¡Lo siento!
—Yo creo que ya parecemos las Winx en su transformación —opina Zoe girando frente al espejo.
Me asomo por un costado para vernos en el espejo y río. Tiene razón, nuestros vestidos combinan incluso con el color de cada winx a la que nos parecemos por el tono de pelo. Todas tenemos un vestido con tajo dejando ver una de nuestras piernas. La diferencia está en sus colores y faldas: Zoe lleva un vestido celeste ajustado que termina con cola, escote pronunciado y de tirantes. El vestido de Freya es verde esmeralda con falda semi-caída y también tiene cola. Mientras que el mío es color vino con falda amplia y mismo escote que el de Zoe. Las tres vamos con zapatos plateados.
No pregunten peinados, yo solo sé que tengo mis ondas naturales con dos trencitas de cada lado llenas de brillo para mi gusto. Las otras dos tienen peinados más elaborados que en aburrí solo de verlas haciéndoselos. Pero les quedan bien, muy bien.
Ya listas nos subimos a la camioneta de las Rizzo, Juliette esta noche será nuestra chofer.
Ninguna de nosotras tenía cita para esta noche, así que hicimos nuestra entrada las tres juntas. ¿Le mejor decisión? Pues claro, llamamos la atención como solo nosotras sabemos hacerlo y ya una consiguió cita.
Faltan dos. O tal vez no.
—No estoy segura, me dijiste que no volviste hablar con ellos —enredo mi brazo con el de Freya.
—Pasado mañana tomaremos un vuelo en distintas direcciones, Danna —se detiene mirándome—. Tenemos que hablarles así sea solo por esta noche.
—¿Luego dejamos todo atrás? ¿Incluyéndolos?
—¿Eso quieres? —muerdo mi labio dudosa—. Viniste para que pasemos esta noche como habíamos soñado siempre... y yo en mi sueño tenía a una cita, específicamente a cierto chico —refunfuña haciéndome reír.
—Yo quiero ver eso en primera fila, no me perderé ver como mi mejor amiga por fin conquista al chico del que lleva tras suyo desde primero para luego irse a Italia y dejarlo solo —río de su cara roja por la vergüenza y a la vez molesta.
—¡No me iré así nomás! —enarco una ceja—. Ni siquiera estoy segura de si alguna vez tuve oportunidad —rueda los ojos y yo bufo. Es estúpida a veces.
—Mejor busquémoslos o te pondrás a decir idioteces como que Collins jamás se fijó en ti, cuando es totalmente ridículo.
La arrastro conmigo por todo el salón buscándolos con la mirada. Saludamos y preguntamos a un par de compañeros que me reconocen. También me encuentro con algunos del equipo. Estos últimos me retienen más tiempo y Freya decide seguir buscando por su cuenta mientras me pongo al día con el resto. Después de intercambiar números y quedar en volvernos hablar, me despido y sigo caminado por donde vi antes a la rubia.
Antes de salir me detengo al sentir mi celular vibrar notificando un nuevo mensaje. Al principio me sorprendo y asusto al ver un número desconocido. Estoy a punto de bloquearlo pero recuerdo que cambié de número y se los pasé al de equipo hace unos minutos. Sintiendo algo de vergüenza por mi despiste, abro el chat.
Número desconocido
¿Puedes ayudarme?
Danna
¿Quién eres?
Número desconocido
¿Algún día podrías responder a mi pregunta sin otra pregunta?
Danna
Pierde el chiste.
Visto
Número desconocido se desconectó
Danna se desconectó
—Soy Zev —susurran en mi oído provocando una sonrisa.
Ahora sí, fin.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro