Capitulo XVII [Cita, Ardiente]
En aquella oscura y tranquila noche se podía sentir total cariño y el sentimiento que les faltaba el uno al otro, de manera que se representa con ese tierno y apretado abrazo que se estaban dando ustedes dos, vayas tortolitos.
— Bueno, ahora que eres mi novio ¿Qué sigue?. — te admiraba la barbilla, por alguna razón.
— No lo se, te dije que eres mi primera novia — le declarabas a lo que esta rio — pues tu también, eres mi primer novio. — te dio una dulce sonrisa "Se supone que para nuestra edad mínimo tuvimos que tener unos 2 o 3 parejas" pensó la joven al verte que comenzabas a caminar.
El aire fresco golpeteaba levemente tu rostro, que tenia una mirada perdida, habías escuchado muchas cosas sobre las relaciones, muchos punto de vista, no sabias que en creer y en que no confiar, esta repentina relación era demasiado para ti.
— ¿Qué tal si nos besamos para romper la tensión?
— Vaya que si eres frenética y vas directo al grano — dijiste con euforia y una leve lagrima en el ojo.
— Pues si, me gusta ir directo, si ya perdí dos veces mi oportunidad por intentar tirar indirectas, ya mejor voy directo al grano porque siento, que ustedes no entienden si vamos indirectas
— Me esperaba algo así, y bueno, si entendemos las indirectas, el detalle es que en mi situación me paso lo que me paso, me rechazaron y pensé que le gustaba, y nosotros no sabemos si están enamoradas de nosotros o simplemente están siendo amables.
— ¿En serio?— ella estaba asombrada por ello y simplemente asentiste.
Y una conversación trivial donde cada uno descubría algo del otro, era interesante y al mismo tiempo relajante esto, caminaban por el parque observando a la gente mirar los puestos de comida que había por la fecha navideña.
Algo que no habías notado era su atuendo, era el mismo que habías elegido la vez pasada en aquella salida, era un conjunto de uniforme escolar el cual te traía recuerdos de esos algo perturbadores, quería simplemente evitarlos, mas no te diste cuenta que la mirabas de mas
— ¿Por qué me ves tanto así Tai? — ella pregunta un tanto coqueta— ¿He?, ¿Qué tiene?
— Pues, ¿Te gusta como me veo.
— Bueno, te ves bien, te ves bonita. — le decías sin mucho revuelo lo que hizo soltar un puchero — ¿Qué pasa ahora?
— ¿Solo me veo bonita, no te da sentimiento? — te reprochaba algo deprimida — Bueno, ohm sabes que soy horrible para las indirectas, siempre me salen mal así que mejor dime que quieres que te diga.
— Puff es mejor que lo adivines, si te lo digo no cuenta. — te dijo lo que si le daba un punto, siempre es mejor si sale de uno "No sabría que hacer en esta situación, Si Dios soy yo de nuevo" le comentabas mentalmente al cielo.
— Bien bien, ohm Hoy te vez divina — le de dijiste lo que hizo soltar una suave risa — Tibio.
— A, Estamos jugando, bien ¿hoy te ves espectacular?. — — Frio. — dijo ella de manera sonriente — Te vez extraordinaria — dijiste de manera desesperada — No, Frio. — ¿Te ves sexy? — no supiste que decir a lo que simplemente se sonrojo por ello para voltear la mirada algo interesada. — simplemente frio como un hielo frio como un tempano, frio
— ¿Te ves hermosa? — esto hizo que tuviera una sonrisa de oreja a oreja de manera que se abalanzo a ti de manera que la atrapaste aceptando su abrazo. — Caliente, caliente, hirviendo y me quemo.
— ¿Querías que te dijera Hermosa?
— Pues claro, por lo que tu me comentaste, cuando dices hermoso/a a algo cuando sientes ese sentimiento de cercanía. — Bueno, tampoco tan así la verdad — estabas algo avergonzado podría decirse que tenias una gota de sudor.
— Es cierto — bajabas la cabeza — Yo soy kir... perdón es Yo soy alguien que considera a las personas hermosas cuando son alguien que me importa, como mi madre — le decias sonriendo "pensándolo bien, solo mi madre se merece que le diga hermosa".
—Tu eres... — ella intentaba buscar una frase — Como una flor de ardiente carmesí, alumbra la oscuridad. — ¿Ardiente?
— Sobre un mundo cruel. — ella dijo.
— Junto a ti seguir, así que llévame, por favor
— te llevare a donde quieras.
— La escénica de la noche y el cielo brillara, si cambiare, seré yo quien lo haga y no nadien mas, encontré una razón para continuar. — le comentabas.
— Me alegra haberme topado contigo.
— Yo mas, La felicidad lo es todo. — ella decía con una basta sonrisa.
— ¿Y bien? — ella preguntaba con curiosidad.
— No se, ¿Hacia donde nos dirigimos? — preguntaste con curiosidad — No lo se, Es noche de navidad, se supone que vinimos en grupo, así que deberíamos volver con ellos — comentabas
— Ñop — decía tiernamente tomándote del brazo — Hay veces en la que quiero ser egoísta y tenerte únicamente para mi.
— ¿A si?, Pues, tengamos una cita, la primer cita, — ella se emociono demasiado por esa propuesta.
— la verdad si te amo muchísimo.— decía la pelirroja con serenidad — Bien, vayamos a comer un perrito caliente.
— Oh, bueno vamos — caminaban por el parque en busca del puesto de perritos calientes a esto simplemente llegaron pero a otro puesto de comida que se encontraba con gente— Mira un puesto de elote en vaso
— ¿Elote en vaso, qué no son esquites? — cuestionaba la chica a lo que el otro se extraño — Que yo sepa son elotes en vaso. — cuestionabas de manera chistosa mirándola como se sostenía de tu brazo algo musculoso.
— Oh bueno ohm vamos a comprar uno — a esto se dirigieron al puesto de los esquites, o elotes en vaso, como sea que los conozcas en tu país.
A si fueron directamente para pedir dos vasos de estos de manera que pensabas en como pedirlos, ¿Sera con mayonesa, con chile que no pica, con chamoy?, Era algo que hacia agua la boca esperando en la fila que era una cola enorme.
El aroma del maíz tostado y los condimentos te recuerda a la infancia disfrutabas estos con tu madre de manera única, cuando solías disfrutar de estas delicias en las festividades. Con una sonrisa, pides dos tazones de esquites extra cargados de queso, crema, limón y chile, sabiendo que serán el acompañamiento perfecto para el inicio de esta relación.
Se sientan en un banco cercano y comienzan a disfrutar de los esquites, compartiendo risas y miradas cómplices mientras conversan sobre los recuerdos navideños de cada uno. El ambiente en el parque es tranquilo y acogedor, y la luz del anochecer crea una atmósfera mágica a su alrededor, era relativamente tranquilo.
Entre bocado y bocado, te das cuenta de lo afortunado que eres de tener esta nueva relación de pareja a tu lado en este día especial, una navidad en solitario suele ser cutre. Cada momento compartido se siente como un regalo, y te sientes agradecido por tener a alguien con quien compartir la alegría de la Navidad a todo ello logras dar con el paradero del clan kamaboko para poder hacer la fiesta mas grande.
Después de pasar una noche encantadora en el parque con tus amigos, comienzas a sentir el cansancio que se va acumulando. Las risas y emociones compartidas han sido maravillosas, pero también agotadoras.
— Moo, yo quería estar mas tiempo contigo — se quejaba a lo que reías de eso — Perdón pero debo regresar a casa ya.
Y así te despediste del grupo quien simplemente te regreso la despedida, sin embargo entre todas las miradas había una la cual se quedo demasiado triste para simplemente de manera tierna irte de ahí, caminas lentamente de regreso a casa, sintiendo el suave balanceo de tus pasos mientras la noche empieza a avanzar. Las luces navideñas que adornan las calles iluminan el camino, creando un ambiente acogedor y mágico.
Con cada paso, sientes el peso de la emoción y la felicidad del día. La risa y las charlas con tus amigos aún resuenan en tus oídos, recordándote lo afortunado que eres de tener personas tan especiales en tu vida.
Aunque el cansancio se hace presente, una sensación de gratitud y alegría te impulsa a seguir caminando. Cada momento compartido ha valido la pena, y sabes que este día quedará grabado en tu memoria como un recuerdo inolvidable, la primera vez jamás se olvida.
Llegas a casa con una sonrisa en el rostro, sintiendo el cálido abrazo del hogar. Te recuestas en el tu cama, cerrando los ojos por un momento y permitiéndote descansar. El cansancio físico se hace más evidente ahora, pero también se mezcla con una sensación de plenitud. Estás agotado, pero feliz. La amistad y el amor compartido con tus amigos y con ahora tu nueva novia han llenado tu corazón y han hecho que este día de Navidad sea verdaderamente especial.
Te acomodas en tu cama, cerrando los ojos mientras te sumerges en un profundo sueño reparador. Los momentos vividos en el parque y la felicidad compartida se convierten en dulces sueños, recordándote que el lazo de la amistad es un regalo que vale la pena valorar.
El cansancio se disipa poco a poco, dejando espacio para la gratitud y la emoción que te acompaña en el corazón. Descansas sabiendo que esta Navidad ha sido una de las más memorables de tu vida la primera que puedes disfrutar de manera diferente, y agradeces por la maravillosa compañía que tienes. Las horas pasaron y despertabas de madrugada con un hambre demasiado grande por lo que decidiste ir a buscar algo para saciar dicha necesidad, llegaste al comedor, donde pudiste ver una bolsa encima te extrañaste por ello y viste un nota extraña a un lado de este.
"No importa si no te contesto físicamente o que tenga algún problema, tu sigue haciendo lo que haces con estas cosas, comenta a todas ellas y ríe aunque no esté aquí, relativamente espérame, yo volveré para llevarte a casa para que seas feliz."
— ¿Papá? —simplemente te quedaste estático — ¿Por que quería regresar después de estos 18 años? — comentabas furioso arrugando la nota pero notabas algo en ella, un icono extraño a su lado. — Tsk como odio esto.
Estabas agotado de toda la vida, pero este agotamiento no era tan grave como lo imaginabas.
Fin del capitulo XVII
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro