Decidiste afrontar a esa chica que practicamente parecia que te estuviera siguiendo, ella se te quedo mirando un tanto seria, seguia masticando su chicle con serenidad.

— No te estoy siguiendo, solamente estoy yendo a la pijamada de mi amigo. — contesta fríamente

— ¿Tu tambien vas a ir a la pijamada de Mario? — preguntaste algo asombrado ya que posiblemente no recordabas a dicha chica.

— Ah si, ¿Y tu que, tambien vas para alla? — Asentiste a lo que simplemente te regalo una sonrisa serena — Ya veo, no se si me recuerdas pero soy Mai.

— ... — "¿Mai?, ¿Mai?, ¡Si, Mai!, Nop no doy con ella", pensabas al no recordarla, puesto que la presentacion fue el Lunes, y actualmente era Viernes  — asi, no llegamos a hablar en nungun momento, ¿Verdad?.

— Tienes razon, tanta gente me ha estado hablando que suelo olvidar a dichas personas, los nombres sobre todo soy malisma con ellos.

— ¿Enserio? — llegaste a pensar que ella podia ser alguna tipo de popular en la escuala, posteriormente lo confirmaste cuando ella siguio hablando de ese tema mientras caminaban rumbo a la casa del chico.

— ¿Entonces se te dificulta demasiado la historia y las matematicas?

— La verdad si, el caso de historia es por que no pertenezco aqui, ¿y las matematicas?, Son Matematicas ya sabes — decia con una leve risa a lo que simplmente imitaste su gesto serenamente — La verdad las cosas como son.

— vaya No encuentro fallas en tu logica. — cuando llegaron la chica toco la puerta, y esta se abrio al minuto — ¡Genial, llegaron, Pasen,pasen estan en su casa! — el joven castaño dijo dando paso a los dos, quienes entraron saludnando al joven.

— ¡Hey!, ¿Todo está bien? — saludaba el chico azabache con una risa — Todo bien, todo correcto, y yo que me alegro — contestabas alegremente viendo al grupo que se habia armado.

Libros, libretas, lapiceras, gomas todo tipo de materiales escolares ardonaban la mesa del centro de la lujosa sala de la casa del joven, se podia ver varias personas tiradas en el suelo, cansadas de no entender nada de lo que les explicaban, "Huele a quemado" dijiste internamente al ver a las chicas sufriendo mentalmente por eso tuviste que evitar carcajearte por esa pensamiento.

— Bueno tenemos problemas, necesitamos mas manos para solucionarlos— dijo Mario con un suspiro al final "Sigo preguntandome, ¿por que me invitaron?" llegaste a pensar al ver que la pasaban bastante bien por ahí te sentías fuera de lugar por ello.

— Bien amigo, te vas a encargar de un grupo, yo me encargare de otro y Mario de otro — comentaba el azabache con un lapicero en boca.

— ¿A si que viniste?  — una pelirroja te hablo — ¿Eres Ichimisa? — preguntabas, aun te confundias al reconocer a las chicas.

— No, soy Itsumi — regañaba con un puchero en su rostro — ¿Y ellas quienes son? — preguntabas al ver a un nuevo grupo de tres chicas — ¡oh, ella es Ichinose  Chizumi! — la mencionada sonrio.

— Esta guapa de aqui se llama Sumi Sumiko — la pelirroja se avergonzaba mientras saludaba con unas reverencias de rapida velocidad, no dejave de desviar la mirada — ¡Ella es mi gemela se llama Rui Sarishina! — presenta Yotsuka con su tipico tono alegre a la azabache que traia un liston azul en su cabeza.

— Con las presentaciones terminadas, creo que deberias formar tu grupo de tutoradas.

— Quizas si, bien creo que elijo a Mai, Rui y Nino  — las menconadas toman sus cosas para acercarse a ti y sentarse a tu lado "Vaya, quien lo diria, soy tutor de japonesas quizás esto sea fácil, aunque sospecho que será lo contrario
" era curiosa la situación en si pero te dedicaste a dar lo mejor de ti.

Pasadas unas horas de arduo estudio, sin embargo te dieron la necesidad basica principal de cualquier ser humano, por lo que diste un breve receso para dirigirte al baño, durante el camino fuiste recorriendo la gran casa del joven, quien parecia ser un paraiso vivir en ella. Llegaste al baño para hacer tus necesidades y salir de ahi, viendo a una pequeña niña rubia, que traia un mechon de cabello en su rostro cubriendo uno de sus obos, la cual estaba espiando la sesión de estudios de los chicos.

— Hola — saludabas secamente sin mucho que decir.

— Hola — te respondio de la misma manera, era una niña de aproximadamente 12 años de edad  que se te quedo mirando tras unos segundos de silencio — Si te lo preguntas, soy pesimo con las apariencias, mas si son gemelos trillizos o en este caso Quintillizas y no me acuerdo de ti — comentabas a la niña quien hacia un puchero que era bastante tierno — ¿Como no me recuedas?.

— Perdon, no se quizas por que hace tiempo que no venia, ademas todas son iguales.

—  Soy Rosa, No lo olvides ¿Si?

— Rosa la asombrosa no me sorprendería que hagas cosas interesantes y comida sabrosa. — alagaste para subirle los animos a la pequeña, la cual sonrio ante esto — ¡eso es alabame y arrodillate ante tu renia de los cosmos!

— Claro su majestad — le seguias el juego, era divertido.

— Bueno me canse de esto, ire a comer algo — comento a lo que simplemente iba a seguir de largo — oye, ¿Y tu sabes por que hay tanta chicas japonesas?

— uhm, fue por que mi papi puso que podriamos ser hogar de intercambio, y diez chicas cayeron con nosotros, pero mi papi es muy fuerte que puede con todas ellas a las vez.

— Eso no lo dudo, ¿pero, solo chicas?

— Bueno es que practicamente son a las que les importa los estudios, aunque si no se por que no llegaron chicos japoneses o de otros paises de asia

— La verdad me parece sosprendente

— Algo que no sabia era que tu amigo Diego sabia el idioma

— ¿A poco si? — "esa informacion vale millones" llegaste a pensar a lo que te diste media vuelta y seguir con tu camino — disfruta tu comida, yo ire a enseñarles a lasnuevas japonesas.

— claro, ire a comerme algo sabroso.

Con esto llegaste nuevamente a la sala para reanudar tu ardua nueva labor de tutor.

Fin del Capitulo VIII