— ¿Espera, entonces vinieron solas ustedes cinco de Japón aqui? — no hace falta decir que esto impresiona a cualquiera — Si, la verdad es dificil al momento, pero conocimos gente que nos ayudo a salir adelante, nuestro padre nos abandono aqui regresando a Japón, pero no le tenemos rencor — " No le puedo decir la verdad" penso la pelirroja que daba unos cuantos saltitos al caminar se veía chistoso.

— ¿...? — quedaste aun confundido por la declaracion, como tal tenias la idea de que pudo haber sucedido, sin embargo no querias deducir antes de tener la mayor cantidad de pistas posibles  — Bueno aun asi, se ve que ustedes son muy unidas.

— Y no te equivocas — con una dulce sonrisa contesta Itsumi con su barra de chocolate en mano.

A paso ligero se dirigian rumbo al salon de clases para finalizar esta sesion de clase, ibas en total silencio por la sencilla razon de que las hermanas hablaban en Japones, lo que hacia imposible entrar en la conversacion, a si mismo una pregunta rondaba tu cabeza "¿Si una persona que lee mentes juega ajedrez contra una que ve el futuro, Quién ganaria?".

Aunque esa pregunta no te dejaba dormir por las noches, una nueva aparecia y era sobre el pasado de este grupo de hermanas provenientes de Japón, sin poder deducir nada llegaste para tomar la siguiente clase, que a si mismo se repitio el mismo proceso, con las presentaciones para que el maestro supiera quien era quien, aunque si el problema principal era las apariencias iguales.

— Miyu, ¿Podria responderme la pregunta? — Señalaba a Itsumi— Profesor, soy Itsumi

— Una disculpa señorita Itsumi, la verdad es que son iguales, ¿Podria resolver el siguiente ejercicio?

Casos asi sucedian la mayoria veces, asi mismo las clases por fin daban algo de interes en ellas, lo malo es que se acabo el encanto y el primer dia habia finalizado rapidamente, a esto mismo podemos ver a los grupos de personas en el campus de la escuela, de manera qu realizaban varias tareas, ya sea practicar un deporte, jugar con sus dispocitivos moviles, o simplemente charlar entre si.

— ¿Entonces la tercera Guerra mudial no sucedio, por ayuda Japonesa? — Yotsuka Preguntaba con una leve migraña en la cabeza.

— Si, por eso nos salvamos, ya que si Corea del norte suelta los misiles, moriremos todos.

— Hola a todos — Saludabas al grupo, con un uniforme de cocina, este año habias decidido unirte a ese club para mejorar en ese aspecto — ¿A alguien le intersa unirse a los clubs?.

— ¡A mi me interesa el de Basquetboll — comentaba Yotsuka con una alegria que enternecia al que la viera — A mi me interesaria la cocina — Comento Nino quien estaba mirando tu uniforme.

— La verdad yo estaba en el club de musica, pero me cambie al club de cocina que recientemente lo abrieron — con una sonrisa decias, mientras internamente pensabas en los erroes que cometias en dicha area.

—Si, Dehecho me intereso por que dice que un alumno aprendio a cocinar fenomenal.

— A mi nadien me gana en el tema de la cocina — Nino decia con orgullo.

— ¿Eres buena cocinando? — preguntaste.

— Soy fenomenal, llamame la reina del arte culinario — se alababa a si misma.

— Confirmo — dijo Diego.

— Por lo que escuche, el hace platos franceses, de lujo, con conbinacion Italina.

— Suena interesante, aunque por trabajo no tengo tiempo para clubes, dehecho ya debi haberme ido de aqui — comento el chico castaño que tomaba su mochila y salia de la escuela.

— Vientos, se fue velosmente 

La charla continuo, de manera extravagante, cuando llegaron al area del nuevo club de cocina, se presentaron, Ichimisa habia ido al club de teatro a pedir informes, Yotsuka fue rumbo al club de balconcesto para hacer lo mismo, en cambio Itsumi queria ayudar en la bibilioteca, su pasion eran los libros quedandote con las ultimas dos hermanas restantes que fueron al de cocina.

— ¡Y por eso si añadimos miel, la consistencia quedaria crujiente en lugar de cremosa! — comentaba el lider del club quien estaba emocionado por ello.

Te uniste al club de cocina, la verdad era decente, Nino y Miyu tambien lo hicieron y desde el primer día, supiste que había algo especial en esa unión supiste que podrías volver a ser alguien carismatico. Juntas, formaban un trío inigualable lleno de risas, complicidad y una pasión compartida por la cocina.

Pensabas en arias cosas ya que  en que cada semana, se reunían en la acogedora cocina del club para experimentar con recetas nuevas y sabores exquisitos. Y a medida que los días pasaban, te sentías más cómodo con ellas, compartiendo secretos, anécdotas y confidencias. Era asombroso cómo, en poco tiempo, habían llegado a conocerse tan bien y a convertirse en un equipo inseparable.

Entre cucharadas de harina y risas contagiosas, Nino demostraba su talento natural para la cocina. Cada vez que probabas uno de sus platillos, no podías evitar asombrarte por su habilidad para crear combinaciones de sabores únicas y deliciosas. Por otro lado, Miyu aportaba un toque de creatividad y originalidad a cada receta, haciendo que cada platillo tuviera un giro especial.

Una tarde de esa semana, mientras estaban en el club, Nino mencionó que siempre había querido hacer un pastel de fresas con crema diferente a los demas. Sus ojos brillaban con emoción mientras lo decía, y Miyu y tú no dudaron en animarla a hacerlo.

—¡Vamos, Nino! ¡Tú puedes hacer un pastel increíble! —dijiste con entusiasmo.

Miyu asintió, agregando: —Sí, además, seguro que será delicioso. ¡Vamos a hacerlo juntos!

Entre risas y aplausos, las tres comenzaron a preparar el pastel. Nino lideraba el proceso, mientras Miyu y tu la apoyaban en cada paso. La cocina se llenó de aromas dulces y el ambiente se volvió aún más cálido con la compañía de tus amigas.

Después de un rato, el pastel finalmente estaba listo. Era una hermosa creación de capas esponjosas de bizcocho, rellenas de fresas frescas y cubiertas con una generosa capa de crema batida. Era perfecto en su sencillez y, al mismo tiempo, lleno de amor y cariño.

Al sentarse para probar el pastel, intercambiaron miradas de satisfacción. No solo había sido un delicioso postre, sino también una experiencia maravillosa que había fortalecido aún más su amistad. En ese momento, supiste que tu decisión de unirte al club de cocina con Nino y Miyu había sido la mejor que podías haber tomado.

Desde entonces, el club de cocina se convirtió en un lugar especial donde cada semana, compartían nuevas aventuras culinarias y fortalecían su amistad. Con Nino y Miyu a tu lado, sabías que no importaba qué platillo prepararan, siempre sería una deliciosa receta de amor y amistad.

Fin del Capitulo VI