Hoy nos vamos a Gadara, para conocer y hablar un poquito sobre el gadareno que necesito a Jesús  y  cuando lo conoció, cambió qu vida por completo.

Jesús siempre he dejado en claro que uno es más que suficiente e importante para él. Que por uno, solo por uno, es capaz de dejar las 99. Que él es capaz de dejar toda su gloria y despojarse de su poder para morir solo por ti. Y si tuviera que volver a morir por ti, estaría dispuesto a hacerlo. Solo por ti. Por amor a ti.

Por uno fue y cruzó el lago que está en Galilea para llegar y rescatarlo; te hablo del endemoniado gadareno.

La Biblia relata que Jesús cruzó este lago con sus discípulos por la noche, y que se levantó una gran tempestad que casi los hace hundirse. Pero eso no importaba porque ese hombre lo valía. Cruzaron solo por el; y valió la pena.

Jesús cruzaría cualquier lago solo por llegar a ti y rescatarte.

Él hace lo imposible, posible solo por ti. Para que tu tengas salvación, sanidad y libertad.

La Biblia dice que este hombre estaba poseído por muchos demonios; tanto era el sufrimiento de este hombre que se hería a el mismo y andaba desnudo por los sepulcros.
¿Te imaginas cómo llego a avergonzarlo en diablo?
El pecado avergüenza.

No sabemos porque pasó o como este hombre llegó a esa condición. Lo que sabemos era que necesitaba a Jesús con urgencia. Y Jesús sabía que debía ir allá por el.

Cuando este hombre lo vio, la Biblia dice que los demonios comenzaron a sacudirlo. ¿Te imaginas? ¡pobre hombre!

Este hombre decidió dejar a Jesús obrar en su vida. Y cuando este quedó libre toda la gente se maravilló.
Ahora aquel que caminaba desnudo, sucio y endemoniado; estaba sentado, vestido y en su juicio cabal junto al Maestro. Increíble el que Jesús trae a nuestras vidas.

Ya no iba a ser más conocido como 'aquel endemoniado' sino, como el hombre que Jesús había liberado.

Este hombre en gratitud, quería seguir a Jesús. Ir con el. Pero Jesús le dijo que se quedara; que anunciara lo que Jesús había hecho en su vida.  Ahora él, en agradecimiento, obraría para el reino. Porque sólo en Jesús encontramos salvación.

Aunque las otras personas de esa región le pidieron que se fuera, y de cierta manera lo rechazaron; había valido la pena. Porque ahora ese hombre estaba libre.

Ya no era más el endemoniado, ahora el pertenecía a Jesús. Y muy pronto él valdría la sangre de Cristo.

Así como el, tu vales la sangre de Cristo.