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Eres mi hija

Izuku miro al director con los brazos cruzados con una mirada penetrante, matándolo con la mirada, el director por su parte estaba echado en el silla, como si esa mirada lo inmobilizará y no era del todo mentira solo que el estaba aterrado. La razón era muy simple, el trato que hizo con Izuku antes de entrar en la academia apenas se estaba cumpliendo.

Izuku: ¿Donde esta Eri? (Su voz de ultratumba era terrorífica).

Nezu: A-Ah, b-bu-bueno la p-p-pe-pequeña Eri e-esta con s-s-su maestr-a (la voz de pánico era evidente).

Izuku: ¿Maestra?.

Nezu: S-s-si, es l-l-la herma-n-na de uno de s-sus compañeros.

Izuku: Conque Shoto, su hermana, iré a buscarla para ver a MI Eri (se iba por la puerta) Oh, y construyeme una casa, quiero una grande (volteo a ver al director, con una sonrisa de triunfó).

Ya en el pasillo se escuchaban unos tacones golpeando el cerámico del piso, una mujer rubia estaba a las espaldas de Izuku, al verlo se acercó y se detuvo al ver que el se detuvo.

Izuku: ¿Que quieres Mt Lady? (Su voz estaba apagada).

Mt Lady: Yo, quería decir, que yo, lamento lo que te pasó, yo no creí que eso te había pasado (dijo con pesar).

Izuku: Lo se, todos piensan que las personas como yo no tienen justificación para sus actos pero yo no lo niego, mi papá está muerto igual que mi mamá, el villano y el héroe están escondidos en algún lado, recorrí el mundo muchas veces y aun no los encuentro, como te habrás dado cuenta soy muy persistente, solo quiero que ellos sientan todo el dolor que yo siento.

Mt Lady: No se que fue lo que te pasó pero se que quiero ayudarte, tu padres debieron ser personas maravillosas para llegar a tal extremo.

Izuku: Mi papá faltaba muchas veces al trabajo, siempre jugaba conmigo, nunca me gritaba ni se ponía borracho, me enseñó a leer y escribir, me enseñó muchas cosas, el era más un héroe para mí que All Might.
Mi mamá siempre me mimaba, yo siempre ordenaba mi habitación, recogía lo que tiraba, ayudaba en la casa, todo para que ella siempre pudiera estar desocupada y ella me daba delicias y regalos, era alguien más que una mamá, para mi era como una diosa. De solo recordarlos me lleno de astucia, ellos me daban ánimos, si existe el cielo entonces se que ellos aun me seguirán apoyando.

Mt Lady: Veo que aún los tienes en tu mente.

Izuku: Es el único donde aún siguen vivos, el único preciado para mi, es por eso que nunca moriré, no dejaré que estos recuerdos perezcan.

Mt Lady: Ya veo.

Izuku: Si eso era todo entonces me voy, buscare a mi hija y también debo hablar con alguien más.

Los pasos de nuestro protagonista rompieron el silencio como el aire con la hojas, Lady estaba con su mano derecha en su corazón, estaba triste por el niño, ella quiso ser un héroe por muchas cosas, la mayoría no eran las de una heroína pero al oír lo que le paso a Izuku se dio cuenta que todo lo había estado haciendo mal, debía cambiar, debía mejorar.

Mientras caminaba por la escuela, Izuku utilizaba su telepatía y sus oídos agudos para tener un mapa mental y filtrar las voces para encontrar a Eri, esto lo hizo muchas veces, algún criminal se escondía en lugares de mucha gente para pasar desapercibido pero nunca lograban aguantar 10 segundos frente a Izuku. Las voces de todo tipos de conversaciones llegaban a su me te hasta que escucho algo, la voz de una niñita decir.

???: ¡Muchas gracias Fuyumi‐Sensei!.

Utilizando sus poderes salio volando (literalmente) sobre los pasillos hasta llegar a una puerta que parecía ser una simple de madera, sin dudar atravesó la puerta y vio una mujer de unos 22 años, era delgada, sus atributos estaban firmes y un poco alta, su cabello estaba casi blanco con pocos mechones de rojo y a su lado estaba la persona que más estrañaba. La niña era de piel pálida, su cabello largo y fino de color blanco, sus ojos de color rubí y un pequeño cuerno en su cabeza, sus ojos que reflejaban inocencia y dulzura y tenia algo de ropa callejera.

Eri vio a la persona que atravesó la puerta y se quedó en shock, aún recordaba ese día donde conoció a su salvador.

...

En un callejón oscuro apareció un a niña corriendo como si un asesino estuviera persiguiendola, al llegar a lo que parecía una calle se choco con un joven adolescente de cabello blanco, sus ropas parecían algo viejas pero no tanto, al verlo se puso de pie y buscando seguridad se abrazo a su pierna.

Izuku: (agachandose) Tranquila, estas a salvo, necesito que me escuches con atención Eri, necesito que te sujetes de mi con todas tu fuerzas ¿okay?.

Eri estaba confundida, no le había dicho su nombre y parecía saber más de lo que decía, por un momento pensó que cayó en una trampa pero escucho pasos provenientes del callejon.

???: Eri, te he dicho muchas veces que no salgas corriendo, molestaste al señor.

Izuku: No se preocupe señor ¿es su hija? (su sonrisa parecía inocente).

???: Así es, le he dicho muchas veces que no salga corriendo, ahora entregamela, tengo que llevarla a casa.

Izuku: Oh ya veo, a casa, no la llevaras a un laboratorio de los Yakuzas donde experimentarás con su pequeño cuerpo para convertirte en un Dios ¿No? Apuesto que las heridas que tiene en su brazo son pequeños accidentes que ocurre cuando juega y no por todo tipo de elementos quirúrgicos para extraerle la sangre ¿verdad?.

El hombre estaba impresionado pero sobretodo enojado, ahora que el sabe lo que está asiendo, no puede dejarlo con vida.

???: Veo que estas bien informado, dame a la niña y tal vez te deje ir.

Izuku: No veo porque debería dártela.

???: Entonces esta decidido, morirás aquí (dijo creyendo que había ganado antes de empezar).

Izuku: Oh, parece que tendremos que posponer mi muerte, creo que te está esperando un autobús.

De la nada un autobús se escuchó y cuando miro hacia arriba vio que estaba a punto de estrellarse, el bus lo hundió en el piso y después aparecieron autos abandonados golpeando el bus para que lo hundiera más y más.

Izuku: Vamonos Eri (dijo con una sonrisa).

Izuku salto tan alto que el viento era helado, Eri puso su cabecita en el pecho de Izuku para buscar seguridad pero cuando dejó de sentir viento miro un poco para darse cuenta que estaba en otra parte de la ciudad.

Izuku: Bien Eri, allí ahí una esta estación de policía, diles que alguien te salvo y que necesitas ayuda, ellos te mantendrán a salvo.

Izuku se empezó a ir pero su pie fue tomado con fuerzo por las manos y piernas de la pequeña, mientras esta lloraba a mares.

Eri: ¿Puedo quedarme contigo? Por favor, tu eres el único que me ayudo, te lo pido, no me dejes sola.

Izuku se agacho y abrazo a la niña, mientras acariciaba su cabello y al separarse puso su mano en su cuerno.

Izuku: Eri, no soy una buena persona, yo mato y mato, te he salvado pero eso no significa que sea un héroe, si te quedas conmigo no te garantizo que pueda ayudarte, dormirías en el basurero que tengo por cama, si te quedas con los policías tendrás algo que yo nunca obtuve, una oportunidad para ser feliz (lágrimas había en su cara).

Eri con sus pequeñas manitos limpiaba las lágrimas de su héroe, mostrando que no le importaba lo que el hacía o donde vivía, ella sin duda se quedaría a su lado, incluso si el mundo lo odiaba ella jamás lo abandonaría. Si el no tenía familia entonces ella se convertiría en su familia.

De vuelta al presente.

Eri no aguanto ni un segundo y fue llorando a abrazar a Izuku, el la tomó en sus brazos y la levantó mirando la carita de su niña, viendo que a pesar de llorar estaba muy feliz, le habían quitado a su familia una vez ahora nadie lo iba a quitar.

Eri: ¡Izuku! ¡te extrañe muchísimo! ¡lamento que me secuestrarán de nuevo! ¡eran mucho y no sabia como....

Izuku: Eso no me importa, es bueno verte de nuevo.

Para la maestra parecía una familia, a pesar de que el niño parecía algo joven se veía como un padre, ella tenía mucho cariño para su alumna y vio con mucha emoción como la niña sonría como nunca, era algo para alegrarse.

Izuku bajo a Eri y se puso delante de la maestra.

Izuku: Tu eres la hermana de Shoto, quiero darte las gracias por enseñar y cuidar a Eri, te estoy muy agradecido (su sonrisa la enamoró).

Fuyumi: N-no, fue un placer el enseñarle, es una niñita increíble y muy buena. No se te olvide la tarea de mañana, recuerdo la tabla del 6, así que repasala.

Eri: Si Fuyumi-Sensei (dijo con una sonrisa).

Izuku: Vamonos Eri, ah y por cierto (miró a Fuyumi) te ves muy bella con el uniforme y me gusta tu peinado (después procedió a salir del salón con Eri tomándola de su mano).

Fuyumi estaba roja, más roja que un tómate, parecía que toda su sangre se le fue la cabeza, era la primera vez que le decían que era bella, durante años ella era intimidada por su padre lo que le ocasionó que pensara que nadie la vería con esos ojos pero este joven le dijo que era hermosa, ahora se maldecía por no preguntar su nombre.

Izuku y Eri estaban caminando por los pasillos, el silencio era cómodo, ninguno de los dos quería hablar pero de repente apareció la persona que Izuku quería ver.

Aoyama: Hola Midoriya.

Izuku: Hola Yuga, justo la persona que quería ver, te quería preguntar algo.

Aoyama: ¿A sí? ¿Que quieres preguntar?.

Izuku: ¿Quien te dio tu Quirk?.

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