Capitulo 7: Atrapados en la gran mansión parte B
En la habitación de la señora Martínez
Rogelio y Norberto seguían luchando debajo de la cama, Torchic intentaba herir los ojos de su rival con la ayuda de sus patas traseras mientras el Riolu con sus patas delanteras golpeaba todo lo que podía la cara de su oponente, enseguida Rogelio uso un Lanzallamas para quemar el rostro de su adversario, luego Norberto realiza un Copean para también quemar la cara de su contrincante. Entonces el Torchic con su cara que demostraba un profundo odio hacia el Riolu hizo un montón de picotazos en su cabeza, después Norberto utilizo un Contraataqué, ambos pokémon ya se notaban cansados pero aun así siguieron peleando, el Riolu al instante utiliza Palmeo e intenta tocar el cuerpo del Torchic pero este se logra quitar a tiempo, Norberto accidentalmente toca una de las cuatro patas de madera que sostenían la cama de la señora Martínez. De repente toda la cama se estrella contra la pared quedando con solo tres patas de madera, Rogelio y Norberto seguían luchando sin parar mientras Rihanna trataba de no salir herida ante esta serie de ataques que de vez en cuando fallaban y destruían gran parte de la habitación, estos dos no querían que el otro les ganara.
En la entrada de la gran mansión
La señora Martínez se encontraba en la puerta principal viendo como una lujosa limusina se estacionaba frente a ella, de dicho vehiculó salió un elegante señor vistiendo un costoso traje y casi al mismo tiempo también salieron de la limusina sus tres hijas.
-Hola hijo, ¿Cómo estuvo el viaje desde Kalos?- Pregunto la señora Martínez.
-Pues bien, no hubo inconvenientes- Contesto el señor Pérez.
-Me alegra, no te preocupes por anda, yo cuidare a mis adorables nietas- Pronuncio la señora Martínez con mucho entusiasmo.
-Bien hijas, quiero que se comporten con su abuela- Dijo el señor Pérez.
-No te preocupes papa, no le haremos nada malo a la abuela- Respondió la hermana menor con una gran sonrisa en la cara.
-No nos hacemos responsables si le da un infarto- Dijo la hermana mayor.
-Ya vete padre que se te va el avión- Contesto la hermana del medio.
-Sí que son adorables tus hijas- Dijo la señora Martínez muy contenta.
-Regreso en unos cuentos días, te encargo a mis hijas, ¡adiós!- Pronuncio el señor Pérez con mucha desesperación y entrando a la limusina- ¡chofer, larguémonos de aquí!- Grito como si su vida dependiera de ello.
Entonces la limusina comenzó a irse lo más rápido que podía mientras la señora Martínez otro a la gran mansión junto con sus tres nietas.
Dentro de la mansión
La Hermana menor se llamaba Mariana, tenía 8 años, le gusta llevar su ropa sucia, no le gustaba bañarse, tenía el cabello corto, le gustaba maltratar a los pokémon, era toda una traviesa sin control que no le gustaba recibir órdenes y siempre se las arreglaba para no salir repercutida por sus malas intenciones. La hermana del medio se llamaba Ariana, tenía 15 años, siempre traía sus auriculares colgando de sus oídos, le gusta escuchar música a todas horas y es por esta razón que no se podía despegar de su MP3, siempre tenía una personalidad muy seria y fría, el cabello no lo tenía ni tan corto y ni tan largo, tenía pocos amigos y no era muy buena consiguiéndolos, siempre vestía zapatos, pantalones y camisetas de color negro, para finalizar tenia uno de sus ojos cubierto por su cabello. La hermana mayor se llamaba Adriana, tenía 22 años, le gustaban las fiestas y salir con sus muchos amigos, usaba una blusa corta que apenas le cubría el pecho, mini falda roja a cuadros, calcetas largas y tacones, siempre era muy alegre, sonriente, despreocupada y digamos que tenía un cociente intelectual relativamente bajo, no pudo terminar la universidad. Las tres hermanas se encontraban en una sola columna mientras observaban a su abuela caminando de un lado para el otro sosteniendo una regla con sus manos.
-No sé qué educación les haya enseñado su padre, pero aquí aprenderán a ser todas unas señoritas, ¿quedo claro?- Pronuncio la señora Martínez con una expresión en su cara que fácilmente trasmitía miedo.
-Claro que si- Respondió Mariana con una sonrisa falsa en su rostro.
-Me da igual- Contesto Ariana sin mirar de frente a su abuela.
-La abuela nos quiere- Dijo Adriana muy alegre.
-Muy bien, entonces que comience la lección- Golpeo ligeramente la boca de la hermana menor- Borra esa sonrisa de tu cara que no engañas a nadie y ni te atrevas a desafiar mis reglas-Levanto ligeramente con la regla la cabeza de la hermana del medio- cabeza mirando al frente y quita ese cabello del ojo al igual que tu audífonos que tienes en los oídos- Pasa de largo a la hermana mayor- ponte algo de ropa, pareces golfa- Dijo la señora Martínez con mucho desprecio en sus palabras.
-Pero si soy inocente- Respondió Mariana llorando.
-¿Por qué siempre todo el mundo quiere eliminar nuestra individualidad?- Comento Ariana haciendo caso omiso a lo que le dijo su abuela.
-¿pero qué tiene de malo mi ropa?- Dijo Adriana algo confundida.
-Cuando termine con ustedes, se verán exactamente como mi adorable hija, lástima que su padre siempre fue muy rebelde con mi difunto esposo- Pronuncio la señora Martínez con su característica voz ligeramente grave.
Entonces las tres hermanas recordaron la última visita que tuvieron con su tía hace ya unos años que fue la experiencia más desagradable que nunca antes habían tenido. Luego de recordar eso Adriana, Ariana y Mariana casi pierden la cabeza al saber que dentro de poco se convertirían en su tía que era una persona que despreciaban mucho por ser demasiado correcta.
-Pero no creo que nos pueda convertir en nuestra tía- Respondió la hermana mayor pensando que jamás llegarían a ese grado de perfección.
-En efecto, yo misma me arrancaría un dedo si eso llegara a pasar- Contesto la hermana del medio volteando rápidamente su cabeza para el otro lado.
-No por favor, no nos haga ver como nuestra tía- Dijo la hermana menor.
-Nuestra tía es horrible- Pronunciaron las tres hermanas al mismo tiempo.
-¡Silencio!- Grito la señora Martínez- aquí aprenderán a comportarse mientras su padre tiene su importante junta de negocios, aquí aprenderán a comportarse por las buenas- Repentinamente rompe la regla que sostenía en sus manos- o por las malas, su habitación esta al fondo a la derecha- Rápidamente apunta hacia donde estaba dicho cuarto.
En la habitación de las tres hermanas
Adriana, Ariana y Mariana rápidamente desempacaron todo su equipaje para instalarse en su nueva habitación, Mariana al instante salta sobre la cama que estaba más próxima a la ventana, Adriana se sienta sobre la cama que estaba al lado de la entrada del baño del cuarto y finalmente Ariana se acuesta en la cama del medio que se encontraba frente al televisor LED de 75 pulgadas, entonces la hermana del medio enciende la enorme televisión.
-Pido la cama frente a la ventana- Dijo la hermana menor.
-El baño es mío- Pronuncio la hermana mayor apuntando al baño.
-Ambas me dan igual, pero... ¡la televisión es mía que nadie la toque!- Comento la hermana del medio abrazando el control remoto.
Las tres hermanas se pusieron de acuerdo, cosa rara ya que casi nunca coincidían en sus decisiones, Mariana se quedo acostada viendo hacia la ventana que daba una vista hermosa al enorme jardín que tenía su abuela,
En la habitación de la señora Martínez
Entonces la señora Martínez entro a su habitación para después llevarse la sorpresa que se encontraba completamente destruida por la tremenda batalla que habían tenía el Riolu y el Torchic en dicho lugar, Rogelio y Norberto se veían frente a frente con sus tremendas caras de guerreros que eran, ambos estaban muy cansados y su dificultad para recobrar el aliento lo demostraba, los dos pokémon respiraban con mucha brutalidad por lo cansados que estaban. Enseguida Rihanna se lanzo hacia los brazos de la señora Martínez debido a lo asustada que se encontraba, luego esta comenzó a acariciar la espalda de la pequeña Riolu para tranquilizarla, Rihanna temblaba mucho de lo impactada que estaba después de haber sobrevivido a la tremenda batalla que habían tenido Rogelio y Norberto en esa habitación.
-¡ustedes dos, están en graves problemas!- Grito la señora Martínez.
-¿Y yo porque?- Se preguntaba el Torchic.
-No te hagas si tu eres el primero que comenzó, ahora voy a sufrir con por tu culpa- Respondió Norberto con mucha ira en su cara.
-¿Mi culpa?, tú fuiste el que lo inicio todo, si nunca te hubieras aparecido y destruido mi felicidad no tendría porque querer arruinarte tu cara a golpes- Comento Rogelio con mucho enojo y rencor hacia su rival.
-¡Silencio!, no sé qué problemas tengan entre ustedes dos pero ahora sufrirán las consecuencias de sus actos- Pronuncio la señora Martínez al escuchar el tremendo escándalo que estaban provocando los dos pokémon.
La señora Martínez ve horrorizada los tres caros atuendos que tenia para los tres pokémon, sin pensarlo dos veces se llevo a ese Torchic y Riolu hacia la parte poco visitada de la mansión.
En los calabozos para los pokémon
La señora Martínez encadeno a Rogelio y Norberto del cuello para después dejarlos solos en ese aterrador lugar que apenas dejaba pasar la luz. Los dos se encontraban de espaldas sin ganas de verse a los ojos.
-Mira lo que provocas Norberto- Dijo el Torchic con mucho desprecio.
-¿Lo que yo provoco?, tu eres el rencoroso aquí- Contesto el Riolu.
-¿quieres que te vuelva a dar otra gran paliza?- Comento Rogelio.
-¿Quieres que vuelva a barrer el piso con tu cara?, además ahorita no estoy de humor para una pelea- Dijo Norberto debido a lo gris de su situación.
-cállate travesti, nadie te quiere todos te odian mejor comete un gusanito- Respondió cantando- solo eres un gran gallina- Comenzó a cacarear- mírenme soy Norberto y soy un travesti pacifista creo que me equivoque de género- Dijo el Torchic con un tono muy burlón.
-Nomas no te doy otra porque mira quien dice gallina, la gallina- Dijo Riolu.
-Eres un... no vale ni mi tiempo- Pronuncio Torchic agachando su cabeza.
Entonces Norberto ve que en una de las esquina del calabozo se encontraba un Buizel con los ojos cerrados tapado casi completamente por la sombras a excepción de una de sus patas traseras, apenas lograba respirar, se encontraba completamente pálido, flaco y desnutrido.
-Hay no lo puedo creer, esta señora es muy cruel, mantiene aquí a un Buizel desde hace que sabe que días sin comer- Dijo Norberto algo sorprendido.
-¿Tú crees?, por mi lado tengo el cadáver de un Gliscor- Comento Rogelio.
-¡Vamos a morir!- Grito Norberto.
Ya era de noche en la gran mansión y todo el mundo a excepción de estos dos pokémon se encontraban completamente dormidos.
Esta historia continuara...
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