En una alguna parte de puerto Vallarta, nuestro siempre carismático Lucario favorito se localizaba en una tienda de farmacias similares tratando de descifrar el sentido de la vida mientras observaba una botarga del doctor simi.

—¿Como pueden bailar con este atuendo todo el día en este calor infernal? —Se cuestionaba con una mirada como viendo al vació, con un sonido de interferencia continua en su mente.

—¡Norberto! Deja de boludear y ven a ayudar —Se quejó el egipcio al mismo tiempo que buscaba una medicina en particular, pero no la ubicaba en ningún sitio— ocupamos algo para infección o ya de perdido para el dolor como penicilina o paracetamol.

—Bueno, buscare algo —se quitó la botarga— o miren aspirina, peptobismo y sal de uva picot.

—Estamos perdidos, los malos balancearon este centro comercial sin piedad y secuestraron a uno de nosotros— se quejaba Alicia algo preocupada por la situación— observando aquí varados sin poder hacer nada —estaba sentada con una pierna con una herida abierta.

—Al menos podemos escuchar la mañanera del peje —Norberto puso el canal de televisión abierta.

—Y por eso abrazos y no balazos, sin maíz no hay país —dijo un Whimsicott en la transmision en vivo.

—Ese cabecita de algodón es tremendo —comentó el Lucario.

Mientras tanto en el triangulo dorado, Sinaloa; a la mitad de la sierra oculto entre las montañas se localizaba la sede del cartel más grande de mexico. Carlota junto con su camarógrafo se encontraban filmando un documental sobre las drogas, ya habían visto el recurrido que tenían que ser desde la costa hasta este sitio recóndito, ahora se localizaban enfrente de un Ferrothorn que se hallaba preparando las pastillas sintéticas, pareciera como si estuviera cocinado en el laboratorio clandestino, rodeado de muchos tubos de ensayo, ollas y demás; lo bueno que los tres eran tipo acero porque de lo contrario ya se hubieran muerto debido a los vapores tóxicos que los rodeaban.

—Así que tu eres el que fabrica las drogas —Afirmó la Lucario con seguridad.

—Por supuesto, me pagan bien aunque bueno no es que me pudiera negar, me conocen a la perfección como por ejemplo donde vivo o con quien me junto, por lo que no me puedo negar —el tipo planta-acero ni siquiera se digno a mirar a la cámara y solo siguió trabajando como si nada pasara.

—Pero como se siente saber que miles de personas mueren de sobredosis por sus producto —insistió la acusadora reportera.

—Como ya le dije es plata o plomo, así que no tengo opción, así es la chamba, muchos se van al bote o a la tumba, da lo mismo, muchos no sobrevivimos y ese temor de no saber si volveré a ver a mi familia nunca se va...

De pronto se empezaron a escuchar balazos a lo lejos, los estaban atacando; se cortò la escena cuando una bala impacto en el camarógrafo haciendo ocasionando que la toma se viera desde el suelo y con la lente bien rota.

En una hacienda entre las montañas a unas horas de la capital, se localizaba el jefe de capos, el líder del cartel mas importante del país. Un Meowscarada que gobernada desde las sombras desde su bunker donde tenia una gran bodega de exclusivos vinos y licores de todo tipo.

—¡¿Que?! Como es posible que atacaran mi laboratorio mas importante —estaba hablando por teléfono— ¡No me importa! Hagan lo que tengan que hacer.

—Así que tu eres el capo de capos —Krookodile se había colado, cargando con dos pistolas listas para combatir.

—¿¡Quien eres tu?! —El tipo planta-siniestro se impresiono que un enemigo armado estuviera enfrente— no importa, igual cometiste un terrible error entrando aquí.

Enseguida el pokemon mago sacó de la nada una gran escopeta con la cual le disparó a quemarropa a su adversario, provocando que el cuerpo cayera de golpe al suelo. Se acerco a verificar que estuviera muerto, terrible error, mas temprano que tarde se dio cuenta que se trataba de un: sustituto. Acto seguido apareció el pokèmon amenazador con sus armas de fuego con las cuales disparo una ráfaga de balas sobre su contrario el cual apenas logro salvar su vida al correr al instante entre sus colección de bebidas alcohólicas, aunque al toque se dio cuenta que tenia una herida de bala en la pierna pero siguió corriendo escuchando detrás suyo varias hasta que termino cayendo al suelo debido a un Terremoto que utilizo su contrincante.

—He esperado tanto tiempo por este día —Volvió a cargar sus dos pistolas— pensando que asesinando a mi padre tendrías el país para ti solo, sobre mi cadáver.

—Pues que así sea, entremetido.

A continuación el Meowscarada le volvió a dar otro escopetazo pero su oponente se protegió con una enorme columna de roca que fue pulverizada al momento del impacto. En eso de un Ida y vuelta trató de alejarse todo lo posible de su contrario pero este lo agarro de un Desarme quitándole su escopeta aunque aprovecho para ejecutar un criticó Truco floral que resultó en un impacto directo a su adversario que cayo al suelo con mucho dolor.

—Mejor aquí corrió que aquí murió —El pokèmon mago sentía con cada paso un insoportable dolor pero tenia que salir de allí lo antes posible.

—No tan rápido —Krookodile luchó bastante para no perder la consciencia— esto no ha terminado.

Enseguida dio unos disparos al alzar destruyendo varias botellas de vino, su objetivo se encontraba escondido entre los anaqueles entre la sección de vodka, arrastrándose tratando de no hacer ruido siendo su meta llegar a la Puerta de salida que tenia a quince metros de distancia.

—Quien lo diría, el capo más peligroso del mundo corriendo por su vida. Que patético esperaba más de ti —Veía todo borroso y a ratos se tambaleaba; apenas podía aguantar en pie, portando su banda focus en uno de sus antebrazos.

—Maldita lagartija, en cuanto me acerque a la puerta estoy muerto, tendré que tomar medidas desesperadas —se dijo para si mismo— es todo o nada.

Al instante el gato enmascarado trató de utilizar su Golpe bajo pero se quedo pasmado al ver al cocodrilo bandido tomándose un gran sorbo de su vino mas costoso antes de aventarlo al suelo con odio; había roto muchas botellas y había grandes trozos de vidrio por todas partes.

—¿¡Pero que chingados?! —La mayoría de su almacén había sido aniquilada— maldito, arruinaste mi amada colección.

—Buen intento, pero no caeré en un juego sucio —levanto sus brazos— ven por mi si te atrevés.

—¡De mi nadie se burla! —Corrió hacia el con un Carantoña listo para acabar con él; el tipo tierra-siniestro cayo al suelo debilitado— Eso estuvo cerca, el mago enmascarado lo hizo de nuevo con otro de sus brillantes escapes de la muer... —empezó a sentir un profundo dolor en el pecho, tenia clavado un gran pedazo de vidrio que le había perforado el pecho— Maldito hijo de Ditto —de su herida broto un chorro de sangre haciendo que se desmayara y falleciera desangrado.

Esta historia continuará...