En medio de una vecindad a las afueras de la ciudad, con todas las casas de dos pisos exactamente iguales a kilómetros a la redonda. La Cámara se encendió, dando paso a la aparición de una Lucario reportera de nombre: Carlota.

—¡¿Cómo Giratina que cancelaron la historia cuando todavía no he aparecido?! —Se quejaba la pokémon aura con mucho enojo por teléfono, cuando de pronto se dio cuenta que la estampaban grabando y arrojo el dispositivo móvil a su suerte— ¿Qué, ya estamos al aire? —Extrañada cambio su mirada de enojo por otra de intriga para terminar con una más amigable— ¡Bienvenidos sean todo a mi programa, en las próximas horas seremos testigos de todo lo ilegal, así es, de todo el recorrido que tienen que hacer las drogas del campo hasta su casa, así que sigan con nosotros —se cortó la trasmisión.

De pronto un portal interdimensional se abrió, haciendo que nuestro Lucario favorito se estrellara de panza contra un Cactus y justo después Anubis le cayó encima provocando que gritara de dolor el susodicho antes de quitarse a la deidad de encima, el cual solo prosiguió en levantarse para luego quitarse el polvo de su pelaje.

—Maldita sea ¿Qué no podíamos tomar un Uber? Los pinchis jodidos portales esos del carajo son peores que taxistas —El tipo lucha-acero empezó a percatarse del paisaje: Cactus, pasto, muchos árboles con ramas secas por todos lados como las montañas que las tenían a su alrededor, un calor horrible y antiguos lagos a punto de secarse— No me digas que... —En ese preciso momento empezaron a llegarle recuerdos de su vida— Oh no... estamos en... ¡México! —Hizo pose tipo el cuadro del: grito.

—Jalisco para ser exacto —se expresó la esencia positiva.

— ¿y tú como sabes eso sabelotodo? —Lo miró con curiosidad.

—Pues porque por allí está un letrero que dice "Bienvenidos a Jalisco"

—Hogar dulce hogar o debería decir hogar dulce traumas, me muero de sed —Observó para todos lados hasta que divisó un grifo, fue corriendo a toda velocidad hacia allí, se lanzó al suelo y abrió el hocico para saborear el agradable sabor del agua para poder rehidratarse pero...— pero que chingados, ¡Esto es agua salada! —Escupió ese salado líquido en cuando estuvo en su boca.

—Creo que estamos cercas del mar, podíamos estar en puerto Vallarta —dedujo el egipcio con mucha suposición.

—Pues vámonos a la ciudad, que me muero de sed.

Acto seguido ambos Lucario fueron a caminar varios kilómetros hasta llegar a la mencionada ciudad portuaria de la república mexicana, por el camino no se encontraron con nada extraordinario más allá de una carretera donde se subieron a un camión de colados para no ir a pata.

De pronto Alicia abrió los ojos, arriba de un yate enorme, vio al frente el inmenso océano pacifico y a su espalda la gran bahía de puerto Vallarta; en el cual la embarcación estaba estacionada. Enseguida para no ser vista se escondió detrás de un montículo de paquetes bien envueltos que contenían cocaína, y con la ayuda de su aura pudo detectar a dos pokémon cerca de ella, aunque desprendían una energía negativa entre ellos había una confianza mutua.

─Mira hijo, pronto toda esta plaza será tuya ─Dijo el Pangoro.

─No puedo esperar a que sea mía ─Respondió el Krokodile.

─Ten toma ─El tipo siniestro-lucha le entregó a su primogénito un arma bañada en oro─ esta fue la pistola que me heredo tu abuelo, después de fundar nuestro cartel.

─Enserio... ─le salieron una lágrimas de felicidad─ no puedo creer ─las sostuvo entre sus garras ─es la primera vez que toco oro de veinticuatro quilates.

─Es un tesoro de la familia, nunca dejes que caiga en manos del enemigo ─fue lo último que dijo el pokémon rostro fiero.

En eso la Lucario pudo presentir a lo lejos que un vehículo iba hacia su dirección a toda velocidad.

Esta historia continuará...