Capitulo 29: Un mundo de ensueño parte C
Atención: Pokémon no me pertenece.
Introducción:
Duda en tu corazón (un mundo frio y dicromático alrededor).
Decepción total, ¿no entiendes tu razón de ser? (Norberto cayó por un barranco sin fin).
¡Las cadenas romperé y los esquemas destruiré! (el protagonista caminó por un camino en contra de una manada de Wooloo).
Se encontraba Rodolfo como un Zorua caminando con temor por ese abandonado lugar. El pequeño pokémon se movía por esos pasillos llenos de suciedad, objetos viejos y rayones o con grafitis en todas las paredes. Observó por la ventana un enorme árbol a lo lejos y mucha vegetación arriba del techo del primer piso. El tipo siniestro empezó a recordar su infancia vivida en ese odioso lugar; nada buena, fueron los peores de su existencia. De repente entró a una habitación: su antiguo dormitorio, el cual compartía con armando.
─ ¿Qué haces? ─Preguntó el Rodolfo del pasado a su compañero de cuarto.
─Estos animales son fascinantes ─comentó Armando mientras veía una araña moverse por la pared.
─Eres raro ─fue su respuesta antes de leer su libro de terror favorito arriba de la cama.
El tipo siniestro volvió a la misma esquina en donde su antiguo compañero de cuarto estaba viendo ese arácnido: había una enorme telaraña que se extendía por toda la esquina y llegaba hasta el techo. Después salió de allí, bajo por las escaleras principales en forma de espiral hacia la sala principal, recordó como era maltratado por todos los niños del orfanato, llorando a escondida para que nadie lo viera.
─No llores, ellos se aprovechan de la debilidad ─lo encontró su hermana mayor en esa situación tan deplorable.
─Nadie me quiere ─se quejó─ nos volvemos grande y seguimos atrapados en este odioso lugar ─miró al suelo─ hasta armando ya consiguió familia y yo no.
El pequeño Zorua continuó su caminata por todo el complejo, reavivando todo ese resentimiento acumulado en su interior por todos esos horribles momentos y molestia que a cada rato recibía por motivos que ni sabía porque; o simplemente casualidad y para la diversión de los demás. Rodolfo entró la cocina y recapitulo ese fatídico día. Hace años había ingresado a ese lugar para jugarle una broma al niño que más lo molestaba; hasta en una ocasión provocó que la única oportunidad que tuvo para ser adoptado se esfumara, iniciando un odio tremendo en Rodolfo.
─A ver ¿Qué puedo conseguir para hacer pasar un mal rato? ─de repente se encontró con un pan completamente mohoso─ perfecto, esto servirá para enfermarlo del estómago.
Se sirvió un cereal con leche y desbarato el alimento echado a perder tratando de disimular lo mejor posible. Después se fue a buscar a su víctima y frente a sus ojos empezó a fingir que comía a gusto su plato; siempre ese buscapleito le quitaba su comida antes de que terminara, para luego consumirlo: esa vez no fue la excepción. Se tragó el "comestible" de manera rápida y no se percató del ese sabor raro hasta cuando ya fue demasiado tarde, pero igual no le presto mayor atención.
─Vamos bravucón, comételo todo ─pensó el tipo siniestro.
Días más tarde, pudo disfrutar de una relativa tranquilidad debido a que el niño que más lo molestaba había terminad en el hospital. Semanas después Rodolfo se enteraría horrorizado que su víctima había fallecido debido a que salió alérgico a ese moho, que para la mala suerte del chico también resulto ser una rara especie de hongo toxico en el pan.
Al Zorua se le humedecieron los ojos, solo quería vengarse un poco, jamás tuvo intensiones de asesinarlo y ahora, horrorizado, tendría que cargar con esa culpa de por vida. Nadie pudo vincular aquella muerte con Rodolfo; por lo que no recibió su merecido castigo.
─ ¿Qué ocurre hermanito? ─Le preguntó Amelia al volver a localizarlo en su escondite secreto.
─Ignacio murió ─respondió entre sollozo.
─¿El chico que te molestaba? ─Hizo una sonrisa─ deberías estar alegre, si, es una tragedia, pero viéndolo por el lado bueno ya no podrá seguir molestándote.
─Es horrible ─Rodolfo no podía soportar la terrible culpa que cargaba ahora sobre sus hombros.
─Vamos, alégrate, sigues con vida y deberíamos aprovecharla para disfrutar de cada momento ─se sentó a su lado─ vamos hermanito, no me digas que saliste sumiso y en el fondo de gustaba que Ignacio te molestara...
─No... ─ocultó su rostro y con sus brazos sujeto sus piernas con fuerza.
Pasaron un par de años para que el tipo siniestro superará esa terrible culpa que durante un buen tiempo lo consumió en una fuerte depresión que logro superar con el tiempo. Unos meses antes de que iniciará su aventura, Rodolfo vio en un anunció en la televisión a Zoroark y al instante se volvió en su pokémon favorito.
Cuando cumplió la mayoría de edad salió del orfanato, junto con su hermana que decidió quedarse con él se fueron a la ciudad más cercana y durante unas semanas se quedaron durmiendo dentro de un edificio abandonado mientras pensaban que hacer. Prácticamente no tenían nada más que la ropa que tenían puesta y la fogata con el cual se calentaban durante la noche.
De repente un día, entraron a la zona un niño y un adolescente vestidos de forma tan estrafalarias: parecían pokémon. Rodolfo y Amelia se fueron a esconder mientras observaban escondidos entre la maleza a los dos extraños.
—Nada de miedito, tenemos que buscar esa llave del poder a nuestro amadísimo líder— Se expresó firmemente Elías sin miedo.
—Quien sabe que vándalo durmió aquí anoche y como vez, no se ve la llave del poder por ningún lugar—Norberto observo una fogata apagada recientemente.
—Pues porque está en el quinto piso, eso es obvio Norberto pendejo— Le recordó el niño al adolescente que ya se estaba yendo.
Mientras tanto Rodolfo pregunto:
— ¿La llave del poder, que querrán esos dos? —Se cuestionó al momento de verlos entrar al edificio.
—No lo sé, pero no ha de ser bueno —su hermana pensó en atacarlos por sorpresa.
De repente llegó al lugar un hombre en traje, Amelia al percatarse de ese nuevo intruso empezó a dolerle la cabeza al recordar ruidos de un accidente automovilístico que sufrió ella y su hermano cuando eran muy pequeños.
— ¿Qué ocurre? —Se preocupó Rodolfo.
—Nada, es solo que ese sujeto bien vestido se me hace familiar y no sé porque —Amelia no pudo recordar nada más.
Pero no se quisieron quedar con la duda por lo que siguieron a ese hombre de traje hasta un parque aledaño donde lo observaron pelearse con lo que pareciera ser una persona disfrazada de Absol. Luego del conflicto, la tipo siniestro quedo tendida en el suelo derrotada enfrente de los hermanos, Amelia le quitó la mascará.
—¿Crees que sea buena idea? —Rodolfo estaba temeroso.
—Tengo la corazonada de que ese sujeto tiene algo que ver con nuestro pasado y si no queremos perderle el rastro debemos arriesgarnos a entrometernos en lo que sea que esté pasando con todas estas personas disfrazadas de criatura extrañas —Le miró el rostro inconsciente de Penumbra hasta que despertó de golpe.
Luego de un cambio de palabras ambas chicas se cayeron bien y se hicieron buenas amigas al toque. La Absol llevó a ambos hasta su hogar, les explicó en la aventura en la cual estaba metida y lo primero que hicieron fue ir directo a la cocina para atiborrarse de comida, no habían comido bien en días.
—Comida, te extrañaba —Rodolfo estaba alegre de por fin tener el estómago lleno.
—Vaya, para ser un pokémon tiene un buen gusto —comentó Amelia.
—Gracias por el cumplido, pero la verdad es que tampoco tengo mucho que llegue, la casa es de Aegis... —respondió la pokémon catástrofe.
—¡Oigan porque se están acabando mi comida! —el tipo acero-fantasma apareció de repente.
—Lo siento teníamos hambre —se disculparon antes.
—Ya relájate Aegis... quieren formar parte de la pandilla.
—Bueno, ya que.
Enseguida Lugia salió de su cuarto para bajar con su Smartphone en mano.
—No lo puedo creer ¡Tenemos miembros nuevos! Debemos tomarnos una foto grupal —el legendario de tipo psíquico-volador se tomó una foto donde salían todos— genial, se va directo a mi colección.
—Discúlpenla, siempre hace lo mismo con cada nuevo miembro ¡que pisa mi casa! —Aegislash junto con Lugia fueron los que estuvieron desde el inicio.
Equipo original: Charizard, Palossand, Dhelmise, Aegislash y lugia.
Después tanto Amelia como Rodolfo se incorporan al juego como Gardevoir y Zoroark respectivamente.
En el barco fantasma: El disfrazorro estaba frente a frente con Dhelmise, de repente este solo dijo:
─Perdón.
─El pasado es algo que no podemos cambiar, además tenemos cosas más importantes en que pensar... ─respondió el tipo fantasma-planta.
Esta historia continuará...
Cierre:
Si desesperado estas, una caminata relajante debes dar (Penumbra, Esmeralda, Laguna y Champiñón estaban discutiendo).
No lo tomes a mal, tus emociones manipulándote están (los cuatro se cruzan de brazo y se dan la espalda).
Vamos, se la mejor versión de ti, ¿lo puedes hacer por mí? (pero su amistas es más grande y deciden hacer las paces).
Nota final: Espero que les haya gustado y nos leemos en otra ocasión :D
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