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Capitulo 13: Barco fantasma parte B

Edgar es tele transportado hasta que las moléculas de su cuerpo se vuelven a reunir para materializarlo en lo que parece ser la cubierta de un trasatlántico, se levanta del suelo para ponerse a caminar a la proa al mismo tiempo que fija su atención al inmenso océano que tiene a su disposición de admirar, solo un inmenso mar que se perdía en el horizonte, luego de unos minutos de caminata llega a la parte delantera solo para impresionante ante el imponente cuerpo de agua sin fin que se extiende en todas las direcciones: literalmente estaba en medio de la nada. Solo muy en el horizonte logra divisar lo que parece ser unas montañas que es lo único deferente en su vista que no era el mencionado líquido vita del cual emanada un profundo suspenso debido al escaso ruido en el ambiente.

— ¡¿En dónde estoy?! —Grita el pokémon fauces ante la perturbadora vista y la falta de información— por esta razón es que no me gusta saltar al hiperespacio al azar. Como es peligroso cuando no sabes en donde vas a acabar —se escucha un fuerte ruido proveniente de adentro del barco.

Así que el tipo agua vuelve ingresar al interior de la estructura flotante, intrigado por quien se localiza con él ¡quiere información a como dé lugar! Pero antes de cruzarse con alguien que pudiera contestarle esa cuestión, algo más le llama la atención; se trata de su familia al final del pasillo, allí enfrente de sus ojos, no lo podía creer, sobre todo cuando se supone que su esposa e hijo estaban muertos desde hace casi dos años.

— ¡Eeh! ¿Qué se supone que significa esto? —Se marchan— ¡oigan espérenme! —lo sigue.

Va tras ellos, casi corriendo, con muchas esperanzas en su ser por volverlos a verlos, su mente ya no pensaba en nada que no sea en reencontrarse con su fallecida familia, quienes al llegar al borde del barco se tiran al mar y Edgar si pensarlo dos veces también se lanza al vacío.

— ¡Por favor no me dejen! —Grita el lacayo de Palkia.

Rodolfo reacciona, como si hubiera estado durmiendo parada y con los ojos abiertos, observa a su alrededor, se localiza en lo que parece ser la sala de mando de un gran crucero trasatlántico de un modelo antiguo pero semejante a los actuales. Los controles están oxidados y en muy mal estado, de hecho hay mugre en las ventanas y mucha basura en el piso, pero a pesar de que el interior estaba claramente en muy pésimo estado el exterior aún conserva los vivos colores de una embarcación nueva, algo muy extraño ya que pareciera que el navío llevaba décadas navegando en altamar sin rumbo a su deriva.

— ¿Qué es eso? —Dice el tipo siniestro al mirar por la ventana— ¡Edgar! —Logra divisarlo cuando estuvo en la proa— entonces no estoy solo.

Después encuentra un telescopio con el cual logra admirar más allá de lo que sus ojos podían ver, lo que contempla lo deja perplejo; Se trata de que en el horizonte como si la tierra fuera plana termina en una cascada infinita hacia la hacia la nada, las montañas en realidad eran las rocas flotantes del mundo distorsión, van de manera paralela con respecto a la catarata por lo que no corrían peligro de caer en el fin del mundo.

—Nunca imagine estar en la dimensión de Giratina —de la sorpresa suelta a su suerte el objeto que descubrió— estamos en peligro... —el entorno era lo que manifestaba.

El lacayo del susodicho legendario aún tenía mucho que procesa ante tal revelación, estaban en la región de Hoenn y de un segundo al otro ya se ubicaban en la guardia del legendario de tipo fantasma-dragón. El disfrazorro sumergido en sus pensamiento pisa mal entre la basura ocasionando que perdiera el equilibrio y se desplomara de forma violenta hacia un montículo de latas vacía que ante el impacto causaron mucho ruido. Para su mala suerte se hallaban vacía porque se estaba muriendo de hambre.

—Espero acostumbrarme a este lugar —se dice a si mismo al verificar que no hay comida en los embaces de aluminio —su estómago ruge.

El lacayo de Giratina se aguanta su necesidad de asimilar alimentos para ir en busca del Feraligatr o inspeccionar el lugar, el ambiente es sumamente tétrico al punto de que se te introduce una sensación de correr en tus piernas y salir a toda velocidad de allí pero al mismo tiempo esa posibilidad no tenía sentido ya que estaban atrapados en esa embarcación sin salida por lo que debía guardar la compostura. Lo que lo deja en verdad perplejo son los oscuros brazos transparente que se ubican por todo el complejo, atravesando las paredes inmóviles, el terror no tardo en invadirlo pero con valentía se aguanta esa desagradable sensación de miedo. Sigue avanzando saliendo del interior del trasatlántico para toparse con el tipo agua quien en ese justo momento había saltado hacia su posible muerte, Rodolfo actúa al toque para salvar al pokémon fauces logran sujetar su brazo quedando allí colgando mientras el tipo siniestro se aferra al pasamanos para no caer.

— ¡Suéltame! Tengo que ir con ellos —Empiezan a brotarle lágrimas al tipo agua.

—No digas locuras Edgar —intenta resistir todo el peso— Estas siendo manipulado por las tinieblas.

Las oscuras manos translucidas estaban aferrándose en el lacayo de Palkia para ahogarlo, al parecer solo el Zoroark es capaz de verla porque el Feraligatr ni las apreciaba y crea que era su voluntad el suicidarse.

— ¡Ya déjame en paz! —Recuerda todo sus años más oscuro cuando se volvió adicto al alcohol— la vida no tiene sentido cuando cargas con este dolor ¡quiero morirme!

—No lo permitiré —aplica toda su voluntad sobre la oscuridad— ¡déjenlo libre sanguijuelas del mal! —Los misterioso brazos sueltan su presa— sé que quieres hacerlo —se le acaban las fuerzas.

—¡¿Eeh?! —El tipo agua despierta de su trance— ¡¿Qué está ocurriendo, porque estamos colgando tan precariamente?! —se sorprende de sobremanera.

—¡No preguntes, solo súbete de una buena vez! —Le grita el Zoroark en su desesperación.

—Gracias amigo —consigue volver a salvo a la cubierta— no sé qué hubiera hecho sin ti.

—No hay de que —el lacayo de Giratina por el gran esfuerzo que hizo es que tiene la respiración agitada— solo no vuelvas a bajar la guardia, este lugar está lleno de maldad.

—Ya me di cuenta, espero que eso no vuelva a pasar, vamos a inspeccionar —es lo que dice el pokémon fauces con determinación— deberíamos separarnos —los brazos oscuros ya empiezan a afectarlo.

— ¡No! —Se los quita de encima— al parecer solo yo soy inmune a la oscuridad, no deberíamos separarnos.

—Tienes razón, entonces investiguemos juntos —accede.

En consecuencia los lacayos de Palkia y Giratina ingresan al pasillo principal para después bajar a los pisos inferiores a buscar a más atrapados en su misma situación. Siguieron su camino hacia el interior del trasatlántico hasta llegar al pasillo principal de la zona, algunos sectores estaban bien iluminados, otros en cambio escaseaban en luz y algunos inclusive reinaba la oscuridad. El tipo siniestro ve con desasosiego los continuos brazos de la maldad inmóviles incrustadas en las paredes pacientes por adherirse a una víctima indefensa, todo el lugar muy silencioso y a la vez muy lúgubre invitando al nerviosismo por esperar un espanto en cualquier segundo.

—Es mi imaginación o este sitio es demasiado extraño —vocifera el Feraligatr mientras contempla el piso lleno de desperdicios y asquerosidades pegadas al piso— ¿Cuánto tiempo tendrá este transatlántico?

—Mucho, si hay mucha corrupción canalizada aquí es porque debió pertenecer en vida a alguien que sería la personificación de la maldad en la tierra —empieza a pensar en todos los actos atroces que pudieron realizarse en el pasado— este navío tiene mucha historia, no dudo que haya pasado una especie de masacre y semejantes barbaries por todo el recinto.

—Eso si se escucha feo —en eso pasan una gran R incrustada en la pared— ¿Crees que este barco haya pertenecido al crimen organizado?

—Sin duda alguna, nomás que no logro descifrar a cual, lo bueno que los mafiosos ya no están presentes —varios recuerdos del barco inician a invadir su mente.

Como si regresara en el tiempo el lacayo de Giratina se sumerge en la época en los que el transatlántico cruzaba los océanos del mundo pokémon:

—No puedo creer que estoy en los cuarteles principales, por fin el equipo Rocket vio mi potencial —al joven lo seguía su compañero de tipo veneno— ¿verdad Nidorino que no es genial? —Le responde su pokémon con una gran sonrisa y diciendo su nombre con felicidad.

—Gionvanni no te atrases —le responde la mano derecha del actual jefe de la organización delictiva.

—No lo haré señor —el joven prodigio del crimen fue ascendido a tan temprana edad a ser parte de la elite.

Luego de tener esa visión despierta, el tipo siniestro se da cuenta que el pokémon fauces se había adelantado tanto que lo perdió de vista, va tras él debido a que sabe que si fue influenciado por la maldad a pesar de que supuestamente él debería controlarla y no al revés, Edgar estaba perdido sin su ayuda y seria consumido por la tinieblas. Aunque el disfrazorro corre hasta el cansancio el tipo agua se había esfumado como si nunca hubiera existido, pero no se desespera y sigue buscando hasta que ingresa al salón principal de los pisos inferiores y allí logra ubicar al pokémon aura el cual estaba completamente enloquecido para ese entonces.

—Oye Norberto ¿estás bien? —Pregunta el intrigado tipo siniestro.

— ¡Jamás seré controlado por la oscuridad! —Grita de la desesperación el Lucario— si no tengo opción, en ese caso ¡te destruiré!

En consecuencias el tipo lucha-acero empieza a atacar al Zoroark con Palmeo mientras este lo esquiva ya que se da cuenta que el lacayo de Dialga estaba siendo controlado por los mismos brazos que existían por toda la embarcación y ocasionaba locura total en sus presas.

—Cálmate Norberto ¡estas siendo controlado! —Trata de tranquilizarlo pero es inútil.

—Cálmate tu —activa sus Garra metal— ¡porque no desapareces y me dejas a todos! —ataca sin piedad.

Rodolfo al comprender que el protagonista no dudaría en hacerle daño lo esquiva a toda costa y se defiende sin miedo a lastimarlo. En eso arroja un potenciado Pulso umbro que el Lucario apneas logra hacerle frente con sus garra metal actuando de escudo y después arroja una Onda certera que falla estrepitosamente pero impacta contra una mesa que es propulsada hacia Norberto a quien termina cayéndole encima. El Lucario con su movimiento de tipo lucha destruye el objeto de madera para después con su Copión mandarle el mismo movimiento que casi termina recibiendo el tipo siniestro pero se salva prácticamente de milagro. Acto seguido el Lacayo de Giratina le arroja un fuerte Lanzallamas al mismo tiempo que su adversario activa su Hueso veloz el cual utiliza para soportar esa columna de fuego, ambos oponentes terminan por verse las caras mientras recuperan el aliento antes de continuar...

—Vamos Norberto, reacciona ¡yo soy Rodolfo! Somos amigos —este trata de hacerlo entrar en razón pero es inútil ya que los brazos oscuros están bien aferrado a él— maldita sea, está muy bien corrompido.

— ¡Nunca me convertiré en ti! ¿Cómo sería eso posible? ¡No te creo nada! —Grita el protagonista de una forma muy macabra, furiosa y aterradora.

En eso el protagonista levanta del suelo un tubo de metal con el cual empieza agredir a su contrincante con todas sus fuerzas, el disfrozrro al comprender que nunca va a poder entrar en razón a su adversario se le ocurre un truco para confundirlo; crea una ilusión, una copia de él, esquiva una estocada de la afilada arma de su agresor para luego dejar que su carnada fuera perforada por el susodicho objeto pulso cortante haciendo parecer que había muerto cuando en realidad era su doble.

—¡¿Eeh?! —El pokémon aura piensa que asesino al Zoroark— No, Rodolfo ¡perdóname! —El protagonista cae de rodilla al suelo soltando su arma al suelo— yo no, soy un... asesino —se quiebra en llanto.

—Norberto ¿puedes escucharme? —Trata de liberarlo pero se da cuenta que no puede— ¡carajos! Esto es malo.

— ¡Tu! —El tipo lucha-acero mira con ira hacia adelante— ¡Eres el culpable de todo esto!

—Asesino —el Feraligatr entra en escena— ¡mataste a Rodolfo! —Se pone en guardia— ¡¿porque lo hiciste maldito desgraciado?!

— ¡No te hagas el inocente! —Ejecuta sus Garra metal— sabes bien a lo que refiero, ser despreciable.

—¡Por favor dejen de pelear! —El disfrazorro es el único que se da cuenta que están siendo manipulados por la oscuridad— ¡No cometan ninguna estupidez ustedes dos!

El lacayo de Giratina intenta detener al Lucario y al tipo agua pero se lo impide un oscuro brazo diferente a los demás debido a que pareciera tener mayor jerarquía que el resto. El tipo siniestro trata de liberarse pero es improductivo; solo puede quedarse inmóvil y admirando de manera impotente mientras sus dos mejores amigos corrompidos por las tinieblas se herían a muerte en una pelea sin sentido alguno más allá del dictado por el destino de la maldad que quiere destruirte por dentro sin siquiera te des cuenta: al verlos a los mejores camaradas en los peores enemigos por cualquier tontería.

Esta historia continuará...

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