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003.





Jungkook: 10 años

Taehyung: 11 años



― ¡Feliz cumpleaños, Jungkook! ― festejó la familia del mencionado quien ya tenía doce años. El azabache bajó de la silla en la que estaba y fue al sofá para esperar su trozo de pastel.


O al menos eso creían todos.


Jungkook realmente esperaba a su castaño mejor amigo, aún no llegaba y se había perdido todo de la fiesta, lo que más temía el azabache era que éste no asistiera aunque se lo prometió el día anterior en su colegio luego de las clases.

Habían pasado algunos minutos y Taehyung seguía sin aparecer aún, YoungMi se percató de ello al ver la carita entristecida de su pequeño, sin dudarlo fue hasta él para intentar darle ánimos.

―Bebe, él ya llegará, tú tranquilo ¿sí? Sabes que Tae jamás rompe una promesa. ―le recordó acariciando su cabecita y guiñando un ojo para retirarse a terminar de atender a los invitados.

Su madre tenía razón, Taehyung jamás rompería una promesa como aquella.

YoungMi con los años aceptó la amistad del chico castaño extrovertido con su hijo, aún tenía ciertas dudas sobre el niño pero le hacía feliz el saber que Jungkook podría pasar horas riendo, cosa que no hacía con sus padres ya que eran muy rígidos.

Los invitados que había asistido a la fiesta del azabache ya se estaban yendo, eran las cinco treinta de la tarde y su amigo no había aparecido en todo el rato, se supone que celebrarían aún más ese día por ambos tener la misma edad.

Jungkook había perdido las esperanzas por completo, Taehyung rompió su promesa y eso era completamente devastador para el menor quien sin querer seguir haciendo el ridículo al esperar a su amigo subió a su habitación cerrándola de un portazo, sus padres eran conscientes de aquello, pero, ¿Qué más podían hacer? Ambos habían enviado miles de mensajes a Soomin preguntando por su ausencia y aun así no respondía.

Una hora después tocaron el timbre de la casa, la madre del azabache fue la primera en dejar todo lo que estaba haciendo para ir disparada hacia la puerta alegrándose poco al ver al mejor amigo de su hijo junto a su madre, el castañito cargaba sus manos repletas de bolsas de distintos colores. Los había invitado a pasar para que tomasen asiento en el mullido sofá entregando un poco de pastel para cada uno. La madre de Jungkook había retomado un poco su amistad con Soomin por esas tardes en las que llevaban a ambos niños al parque para que jugasen.

Soomin era una mujer muy dulce y amable, todo lo contrario a YoungMi quien era una mujer muy recta y correcta a su parecer, con ayuda del señor Jeon, Soomin logró dar en el clavo para llegar a YoungMi y así poder conseguir que su hijo estuviese feliz junto a su amigo azabache, porque ella sí sabía el verdadero motivo por el cual Jungkook había faltado tantas veces a las tardes de juego con su hijo.

― YoungMi, lo siento mucho por habernos retrasado tanto. ― se disculpó por ambos. ― Pero Taehyung es muy indeciso y no sabía qué elegir, dijo que debía ser perfecto. ― confesó haciendo comillas al final, viendo como su hijo tenía ambas mejillas sonrojadas.

― Creo que Jungkook se alegrará más de verlo que por los regalos. ― admitió YoungMi en voz baja.

Taehyung apenas escuchó el nombre de su amigo recordó el porqué estaba allí, se había concentrado tanto en el trozo de pastel tan delicioso que tenía en sus manos que lo había olvidado por completo.

― Señora Jeon, ¿Dónde está Jungkook? ― inquirió el castaño dejando su plato sobre la pequeña mesita de centro y limpiando las pequeñas partes con crema que habían quedado sobre sus labios.

―Oh, está arriba.― señaló.― Puedo llamarlo por ti si quie-

―Yo iré, no se preocupe. ― le cortó añadiendo una sonrisa al final, necesitaba estar a solas con su mejor amigo, sabía cuánto había tardado y estaba consciente del estado de su amigo.

Taehyung se levantó despidiéndose de ambas mujeres las cuales ya comenzaban a hablar de quien sabe qué entre sí. El castaño subió hasta la habitación de su amigo, abriendo aquella puerta que decía ''Si eres Taehyung, sólo pasa'' escrito por él mismo una tarde, al entreabrir la puerta pudo distinguir un pequeño rollito en medio de la cama tapado por muchas mantas.

― ¡Ya dije que quiero estar solo! ― gritó consternado el 'pequeño rollito' como lo había catalogado el castaño al verle.

― ¿Entonces con quien probaré estos nuevos video-juegos? ―inquirió el castaño fingiendo estar triste.

Jungkook al reconocer su voz secó rápidamente sus lágrimas y se sentó en su cama para cerciorarse si era cierto que su amigo estaba allí. Y sí lo era, cuando vio al castaño allí dentro de su habitación con muchas bolsas pudo sonreír nuevamente como no lo había hecho en todo el día.

―Tonto, ¿creíste que no vendría? ¿Tan mal amigo me crees? ―inquirió con una mano en su pecho completamente indignado, cosa que hizo reír a su amigo.

Taehyung se acercó acortando toda la distancia y saltó sobre él encerrándolo en un fuerte abrazo. ―Feliz cumpleaños, pequeño Kookie.

―Ya no estoy tan pequeño, hyung, casi tengo su edad. ―protestó el menor haciendo un pequeño puchero que para Taehyung fue completamente adorable. ― Hyung, me está dejando sin aire.

Taehyung soltó su agarre para verle dejando un besito sobre su roja naricita, pellizcó sus mejillas y le entregó la bolsa de regalo que traía consigo.

―No me decidía entre qué elegir, por eso tardé tanto, Kookie. ― explicó a la par en la que Jungkook tomaba sus regalos.

Esto era completamente normal en Taehyung, y Jungkook estaba bien con eso aunque a veces le pasase factura a la hora de comprar ya que el mayor no se decidía por absolutamente nada.

Jungkook abrió las bolsas completamente sorprendido, no por la cantidad de cosas que tenía consigo, sino el personaje de éstas. Había todo tipo de cosas, almohadas, pantuflas, remeras hasta un pijama, pero del mismo personaje, un conejo rosa.

―Hyung, yo le agradezco pero... ¿Qué es esto? ―inquirió ladeando su cabeza hacia un lado, como siempre solía hacer cuando estaba confundido desde muy pequeño.

Por otro lado, Taehyung se echó a reír por su reacción, desde que había salido de la tienda se esperaba todo aquello pero realmente era aún más chistoso presenciarlo de esa forma.

―Es un conejito, lo encontré en una tienda y esto era todo lo que quedaba de él.― explicó mientras se acercaba para tomar una gran almohada con forma de conejo. ― Lo compré porque realmente se parece mucho a ti. ¡Es completamente adorable! ― chilló poniendo la almohada junto al azabache.

Jungkook la tomó y sus ojos se abrieron de par en par, realmente si tenían su parecido pero no tanto como su hyung exageraba.

― ¡Muchas gracias, hyung! ― correspondió el menor dejando un beso en la mejilla del castaño quien no pudo estar más feliz.

― También hay algo más, Jungkookie. ― confesó.

Jungkook realmente no quería ponerse a pensar cuanto gastó su hyung en todo porque realmente era caro pero, aun así, ¿había más? . Observó cómo Taehyung tomaba una pequeña bolsa marrón y sacaba un video juego de ésta, pero, no era cualquier tipo de juego. ¡Era su favorito!

El azabache chilló al tomarlo entre sus manos mientras Taehyung le veía completamente complacido por logar su labor del día.


Alegrar a su Jungkookie.


― ¡Me encanta, hyung! Usted no tiene idea de cuan feliz estoy por eso. ― agradecía Jungkook, ese juego se había agotado apenas lo sacaron a la venta y tenerlo era una completa alegría para él. ― ¿Quiere jugar conmigo ahora, Tae hyung? ― inquirió con ojitos brillosos.

Taehyung por su parte, asintió y con eso Jungkook corrió de inmediato instalando su consola para empezar a jugar.

Esa noche había sido una de las mejores para ambos chicos, era más de las que podían agregar a su lista de días felices, ambos chicos jugaron hasta muy tarde consiguiendo que Taehyung se quedase a dormir ese día en su casa, lo mejor de aquel juego era que nadie salía perdiendo con ello según Jungkook.

― Entonces, ¿Si yo pierdo gano un besito tuyo? ― inquirió el castaño sorprendido ya que por lo general era él quien hacía ese tipo de reglas.

― Exactamente es como funciona, hyung, así nadie pierde. ― confirmó el azabache dejando un besito en la comisura de los labios del mayor.

― P-Pero, Jungkookie no comenzamos a jugar aún. ― admitió un muy sonrojado Taehyung por el atrevimiento del contrario.

― Sólo estaba practicando, TaeTae. ― se excusó para luego volver la atención al juego y darle play.

Así habían jugado el resto de la noche, Jungkook era un experto en juegos y aunque Taehyung fuese bueno también, por lo general era el menor quien ganaba. Le resultaba perfecto porque amaba darle besos a su hyung.

Ambos estaban en el suelo recostados de la cama del menor quien tenía a un lindo castañito dormido sobre su hombro cansado de haber jugado por horas y horas, acarició los cabellos de éste besando la coronilla de su cabeza para luego levantarse con su hyung en brazos, dejándolo sobre la mullida cama donde fue a parar él también, abrazándole para quedarse dormido con su Taehyung entre sus brazos.


Sí, definitivamente, esa era otra de sus noches inolvidables. 



N/A: Este es de mis capítulos menos favoritos, so... Discúlpenme si no les gusta:( .



Gracias por leer.




Editado: 160419.


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