Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

002.





Jungkook: 6 años.

Taehyung: 7 años.



Exactamente un año había pasado desde la última vez en la que el pequeño Jungkook había ido a aquel parque donde pudo disfrutar su pequeño vuelo hacia las nubes. Desde entonces, sólo había ido unas pocas veces con su madre, ya que ésta se ofrecía para así verlo y cerciorarse que realmente no esté en compañía de aquel niño extraño como ella decía.

Jungkook cada vez que fue al parque no podía hacer nada más que esconderse detrás de los arboles u arbustos para llorar, llorar porque siempre veía como su pequeño amigo de cabellos castaños llegaba con una alegre sonrisa cuadrada corriendo por todo el lugar con una loncherita de dinosaurios en su mano, buscando algo. Taehyung no hacía más que buscar a Jungkook todo el tiempo para darle de sus gomitas con azúcar, pero luego de ver que el pelinegro no estaba allí, su sonrisa se derrumbaba y regresaba a llorar con su madre quien intentaba alegrarle, seguramente excusando al pequeño azabache.

El azabache intentó acercarse una de esas veces en la que la madre de Taehyung le dejaba por ratitos para atender una llamada o comprar helados y éste se quedaba allí llorando sin más, pero la mirada que le daba su madre era severa y por nada del mundo le permitiría regresar a aquel parque siquiera a ver al castañito si se acercaba.

Todo eso ocurrió por un año entero, pero ésta vez era diferente, porque quien iba con el pequeño Jungkook era nada más y nada menos que su padre, quien desde que llegó le alentó para que jugase con los demás niños pero el azabache no hacía más que negar con su cabecita.

― Jungkook. ― llamó su padre desde el banquillo al ver que su pequeño no se movía ni un ápice. ― Ven aquí.

El azabache hizo caso a lo pedido quedando enfrente de su padre con su cabecita gacha.

― ¿No quieres jugar? ― inquirió, recibiendo un movimiento de cabeza negativo como respuesta. ― ¿Quieres que nos vayamos? ― el pequeño negó nuevamente.

Su padre se hacía una idea de lo que pasaba con su pequeño, él pensó que tal vez era miedo de socializar o compartir con otros niños y lo entendía porque a esa edad era completamente normal, o los niños eran muy extrovertidos o eran muy introvertidos como en el caso del Jeon menor.

El padre de Jungkook no se equivocaba, era cierto que lo que su hijo tenía era fobia social pero por las razones equivocadas, el señor Jeon pensó que su pequeño siempre fue así ya que Jungkook nunca fue un niño de hablar mucho. Pero lo que él no sabía era que aquella fobia fue provocada por su misma esposa al repetirle cada día a su pequeño que no se juntase con niños extraños o, básicamente, ningún niño en general.

― ¿Quieres jugar conmigo en el columpio? Puedo impulsarte muy alto para que saludes a las nubes, ¿No quieres eso, pequeño? ― inquirió su padre intentando conseguir la aceptación de su pequeño.

Al azabache se le iluminaron sus ojitos al recordar su viaje a las nubes, él quería volver a saludar a sus amigas nubes, ¡Por supuesto que sí!

Jungkook asintió efusivamente tomando la mano de su padre quien lo llevó hasta los balancines para impulsarlo suavemente. Al señor Jeon le encantaba esa risita que tenía su hijo, y no sólo a él sino también a un pequeño castañito que le escuchaba no muy lejos sin poder creerlo del todo.

El padre de Jungkook estuvo apreciando la dulce risa de su pequeño hasta que su teléfono vibrara avisando que tenía una llamada de su jefe, el hombre impulsó a su pequeño una vez más para luego alejarse un poco y atender aquella importante llamada.

Jungkook dejaba de sentir el fresco viento sobre su carita y ya sabía qué significaba eso, el balancín estaba perdiendo impulso y él aún seguía sin llegar al suelo. No iba a llora, claro que no, su madre le había dejado muy en claro que no podía hacerlo, pero bajó su cabecita sintiéndose triste, quería estar con sus amigas las nubes una vez más.

Como si el mismo cielo lo escuchase, en ese momento el columpio tomó impulso nuevamente y él no podía estar más feliz con quien sea que le ayudaba a columpiarse, el azabache reía mucho al sentirse en lo alto de aquel balancín. Cuando el columpio paró, el azabache alegremente bajó de allí para agradecer a nada más y nada menos que a su querido amigo castaño de hace un año, quien no se había olvidado de él como estuvo creyendo todo el rato.

― ¡Creí que jamás volvería a verte! ―lloriqueó el pequeño Tae una vez que el azabache se dio la vuelta haciéndole preocupar. ― ¿Me recuerdas? ― inquirió haciendo un inocente puchero.

Jungkook asintió con ojitos vidriosos, no quería ver a su amigo mal por su culpa, no otra vez.

― ¿Vas a llorar? Chungdookie, no llores.― pidió el castañito abrazando a su amigo fuertemente. ―No estoy enojado contigo, ¿sí? ―aclaró― Solo te extrañé muchisimo, pasó mucho tiempo desde la última vez, ¿Aún quieres jugar conmigo? ―Jungkook se separó del abrazo para verle y asentir con emoción mientras limpiaba sus lagrimitas.

Había querido jugar con él desde hace mucho tiempo, no desperdiciaría ésta oportunidad que le daba la vida.

― ¡Bien! Espera aquí un momento, no tardaré, te lo prometo.― dicho esto, el pequeño castaño corrió en dirección contraria para buscar sus dulces.

El azabache volteó con miedo hacia donde estaba su padre, pero gran fue su sorpresa cuando le vio sonreír con orgullo teniendo ambos pulgares en alto haciéndole saber que todo estaba completamente bien, sólo así fue que pudo calmarse dejando de lado aquellas palabras dichas por su madre que seguían rondando en su mente.

No fue mucho el tiempo en que tardó el castañito en regresar con muchos dulces en sus manitos, tantos que se le caían por el camino, realmente no le importó mucho eso, sólo quería regresar con su amigo de los columpios.

― Ten. ― ordenó el castañito extendiendo algunos dulces que el azabache tomó casi de inmediato. ― Te prometí que traería dulces, por eso le pedí a mi mami que comprara muchos para traerlos siempre por si regresabas. ― confesó sonriente haciendo sentir mal al contrario por no haberse acercado antes, sin embargo, sonrió tímidamente por el gesto del mayor. ― ¿Aún no hablas? ― inquirió mirándole mientras el menor comía una gomita sin decir palabra alguna. ― Está bien, yo puedo hablar mucho si quieres, mi mami dice que soy muy bueno en eso.

Taehyung se sentía orgulloso de sí mismo por ser muy hablador, a veces tenían que callarlo porque su parloteo era infinito pero su ternura y muchos encantos hacia que cualquier persona pasase eso por alto.

Ambos menores pasaron el resto de la tarde jugando, construyeron muchos castillos de arena imaginando ser príncipes piratas que iban a la luna, y toda clase de cosas que se les pudo pasar por la mente en aquel lugar. El azabache estaba completamente feliz de tener a su amigo nuevamente, pero ya era hora de irse, al padre de Jungkook se le hacía tarde para su reunión de trabajo.

―Señor, ¿usted puede traer a Chungdook mañana? ―preguntó inocentemente Taehyung al padre del azabache una vez llegó hasta el arenero en donde estaban ambos niños.

―Por supuesto que sí, pequeño.― confirmó el mayor despeinando el cabello del castaño haciéndole reír.

― ¡Bien! ― festejó. ― Adiós Chungdookie, mañana traeré algunas cosas para jugar. ―el azabache asintió con una sonrisa, despidiéndose con la mano.

Agradeció mucho a su padre, puesto que sin él no podría haber programado antes su tarde de juegos para el día siguiente.



☁☁☁



Jungkook estaba sobre el sofá de la gran sala jugando con sus figuritas de acción, pensado que tal vez podría llevarse algunas para jugar con Taehyung al día siguiente. Cuando el llamado de su madre para ir a comer se escuchó, el chico tomó todo para ponerlo de regresó en su puesto y luego ir a la mesa para comer con sus padres.

― Cariño, ¿Cómo van las cosas en el trabajo? ―inquirió Young Mi apaciblemente en medio de la cena.

― Han habido ciertos problemas pero nada que no se pueda solucionar, Youngie. ― confesó para luego beber un poco de jugo y proseguir. ― Pero, eso no debería ser lo relevante hoy. ― anunció. ― ¿Jungkook no te comentó sobre el nuevo amigo que hizo el día de hoy? ― inquirió alegremente a la par en la que el azabache fijó su mirada en el plato que tenía enfrente para evitar la fuerte mirada que su madre le dedicaba. ― Encontré a Soomin, ella estaba allí con Taehyung su pequeño y le dije a Jungkook que fuese con él a jugar.

Young Mi se relajó un poco, Soomin había sido su compañera de trabajo los primeros días de pasantías, lo recordaba perfectamente. Evidentemente, eso no cambiaría absolutamente nada con su parecer hacia su hijo, sabía más que bien quien era ese niño Taehyung y no le daba mucha confianza, pero con su esposo allí no podría hacer nada; Aún.

―Si es así, eso es fantástico pequeño.― mencionó sonriendo falsamente, pellizcando las mejillas de su hijo. ― ¿Volverán a verse? ―inquirió contagiando su sonrisa a su hijo quien estaba feliz al creer en toda aquella farsa.

―Sí. ―confirmó el Jeon mayor. ― Mañana iremos al parque nuevamente, ¿Cierto campeón? ―el pequeño azabache asintió muy contento, su madre no se había enojado y todo estaba a la perfección para jugar con su querido amigo al día siguiente.

La cena estuvo tranquila para Jungkook quien comió todas y cada una de sus verduras al sentirse tan feliz, cuando terminó con ello fue corriendo a su habitación, tomó un bolso de carritos en donde guardó muchos juguetes para su tarde de juegos.

Esa noche el azabache durmió con una gran sonrisa plasmada en su rostro sin saber qué era lo que le esperaba realmente al siguiente día. Pero, Taehyung fue el primer amigo que Jungkook tuvo en su vida, ¿Cómo no podría estar feliz por ello? Sólo esperaba que sus días siempre fuesen así de felices para él.





Gracias por leer.






Editado: 160419.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro