Lisa miro interesada la escena frente a sus ojos, Jennie estaba sosteniendo una bolsa de medicina mientras pateaba a un hombre.

¿No era ese el acosador?

Inevitablemente una risa salio de su boca y la mirada mordaz se dirigió hacia ella.

Lisa sintió el aroma del celo, sin embargo el picor fue de puro miedo.

— ¡Alfa, alto ahí! —

Y ahora estaba sentada en un sofá frente a la salvaje omega, fue arrastrada sin compasión dentro de su departamento, sin posibilidad de defenderse.

— Muéstrame el pene —señaló la omega y Lisa parpadeara rápidamente— ¿Por qué parpadeas tanto? —

— Esto no es lo que esperaba —dijo Lisa— Solo venía a disculparme, no creí que tuviera que bajarme los pantalones también —

— El doctor me dijo que un alfa dominante estímulo a mi lobo con fermonas —dijo sonriendo, Lisa sonrió de vuelta— Quiero una explicación y la venganza —

— En mi defensa, solo fui detrás de ese olor dulce que desprendes —dijo Lisa tosiendo— Yo no te impregne en ningún momen-

— ¡Cállate, cállate! —Jennie se tapo los oídos— ¡Yo soy un alfa! —

— Tampoco es la gran cosa ¿sabes? —dijo Lisa observando atentamente la reacción de Jennie, la abrazo tranquilamente— Quizá es cómodo ser uno normal, pero se torna odioso  cuando deja de ser así —

Un suspiro salió de la boca de la omega que simplemente se sentó también, el cuello le picaba, pero la alfa frente a ella ni siquiera de movía.

— Disculpa si te cause problemas con mi insistencia —una disculpa salio tranquilamente— la verdad es que si me gustas bastante. Pero si eso te molesta tomaré la distancia adecuada —

El silencio inundó la sala de manera incomoda, Jennie suspiro cuando Lisa se movió.

Parecía que la situación solo empeoraba.