Se volvió literalmente insistente.

No intensa, insistente.

— No —dijo Jennie sacando copias, la mirada atenta de las demás la seguía— No quiero ir a cenar —

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— No quiero ir de compras —bufo tragandose ese Si que amenazaba con salir cuando la alfa le dijo que ella pagaba—

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Vio un tic en el ojo de la alfa que frenética terminaba su trabajo.

La sensación de soledad la invadió cuando vio la luna en alto y la oficina vacía, otra vez.

— ¿Por qué intentas cortejarme? —cuestiono Jennie recargandose en el escritorio— Te he dicho que no varias veces —

— Me gustas —dijo simplemente la alfa alojándose la corbata— por alguna extraña razón no me molesta que me rechaces, he aprendido a consolarme sola —

Un risa escapo de la boca de la omega.

Si, todos los problemas de Lisa comenzaron cuando se fijo en alguien.

La situación no hizo más que empeorar cuando Lisa se enamoro de una omega. Una linda omega.

— Aparte eres una omega muy linda —

— ¡Soy un alfa! —gruñó enojada sin embargo Lisa solo la miro con cansancio—

— Yo solo se que me gustas, anda di que si —insistió Lisa— Si eres alfa que importa, te dejaré que metas el pene sin chistar —sonrió pensando que ese era el problema—

— ¿El que? —