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003

Jennie se sentía acechada desde que la alfa de mayor rango la había saludado exclusivamente.

No solo por la pelinegra de ojos oscuros llamada Lalisa Manoban.

Si no también por todas esas omegas y betas en su piso que ahora la miraban mucho y prácticamente la acosaban con la mirada.

Iba por un café, su compañera la miraba.

Salía al baño, todos la seguían con la mirada.

Hacia su trabajo, sentía el sonido de las teclas hasta en la cabeza debido al estrés.

O si comía todos miraban lo que comía.

Es más, la rara alfa le prestaba menos atención que todos los demás.

Suspiro con cansancio antes de mirar en dirección a la puerta. La pelinegra venía entrando con papeles en sus manos y sus gafas puestas.

Se veía muy atractiva mientras daba órdenes y mantenía su postura derecha, su rostro serio, barbilla en alto, o simplemente sus manos sosteniendo los papeles mientras decía lo que debían hacer.

Se sorprendió a sí misma antes de girarse rápidamente y seguir con su horario de comida, le dio un trago a su botella de agua debido a la sequedad en su garganta.

Tampoco se percato de la mirada penetrante de la alfa que la miraba lamerse los labios y suspirar de gusto.

Inconscientemente la alfa apretó las mandíbulas desviando la mirada hacia su compañero alfa y le tendió los papeles para sobarse la cien.

Que tortura era sentir gusto por alguien, sobretodo si era la primera vez.

Era diferente a muchas situaciones por las que había pasado en su adolescencia.

En ese momento ella era una persona hermosa que no puede usar su rostro y luego se da cuenta de su falta de personalidad.

Rechino los dientes debido a su creciente importancia e involuntariamente libero feromonas que hicieron voltear a la omega que decía ser alfa, cuando sus miradas chocaron un escalofrío eléctrico recorrió su columna vertebral.

— Tengo que salir un momento, encárgate del resto —murmuró Lisa antes de salir rápidamente en dirección al baño—

Jennie para sus adentros solo se preguntaba que mierda había sido eso.

¿Y porque su zona baja se sentía extraña?

Todo era culpa de las extrañas feromonas que la alfa había liberado el otro día.

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