Como una alfa dominante, Lisa estaba segura de si misma, la posición y el carácter.

Un buen trabajo y una buena familia.

Pero en este momento era insignificante, patética, se dijo a sí misma.

En la área donde trabajaba ella, estaba rodeada de betas y omegas, una en especial que se veía bien a su gusto.

Se llamaba Kim Jennie, y era un dolor en el culo, en el buen sentido.

Tenía los cabellos castaños y los ojos afilados, unos labios lindos y pomposos, una tipa agraciada.

Pero muy agridulce, ¿por qué era tan dura con ella?

Bastarda sensual.

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Si había algo que Jennie odiaba, era la mirada de su jefa de departamento, la alfa ideal Lalisa Manoban.

La odio un poquito más cuando en la oficina donde solo estaban ellas, se acercó.

- ¿Eres omega verdad señorita Kim? -cuestiono la pelinegra ladeando la cabeza, parecía querer confirmar algo-

El silencio sepultó la ya desolada oficina entonces, fue como si una vena de la Ira se marcará en la frente de Jennie cuando abrió la boca.

- Soy un alfa -respondió suavemente, casi imperceptible, sintiéndose intimidada por el cuerpo más grande que se acercó a ella-

- ¿Un que? Disculpa, no te escuche bien -negó con pena la alfa- No debes responder, solo estaba curiosa, perdón si-

- ¡Soy un alfa! -

Hola, mmm, me puse a reescribir la historia y a subirla de nuevo, pero ahora completa, estaba poco convencida de los capítulos ya escritos debido a que como tenían mucha diferencia me costaba recordar sucesos o entrelazarlos.

Perdón y disfruten la lectura

ELL.