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Capítulo 33: "Graduación//Descontrol//No planeado"

Una música pegajosa se escuchaba de fondo en el salón de eventos que fue elegido especialmente por el señor Bon. Ahora las cosas que han de pasar, lo harán aquí dentro sin la necesidad de ser retenidas por alguna mano justa; ni siquiera mi novio, quien es el que empezó con esta loca historia, intervendrá para evitarlo, pues... es mi destino enfrentar el final con estos ojos color miel.

A todo esto, el lugar donde se llevará a cabo la ceremonia, será en el Hotel Giant, el cual es muy conocido por su excentricidad. Por otro lado, el salón está lleno de compañeros de curso, además de otros alumnos que también debían graduarse, por lo que llega a preocuparme que, en su gran mayoría, sean víctimas de los acontecimientos. Mientras los preparativos se llevaban a cabo, algunos de los que vamos a abrir el acto, estamos detrás del telón, y conmigo se encuentran: Dalton, Davis, y Agni.

—¿Tú qué haces aquí arriba? ¿No se supone que deberías estar allí sentado esperando a que todo comience? —le dijo Davis con cierto mal humor, lo cual yo entiendo, pues se supone que Dalton no es parte del plan.

—Los jovencitos deberían esperar con entusiasmo a que su novia se gradué en el lugar correspondiente —aclaró Agni sonriendo, y aunque se quería mostrar relajado, la realidad es que a él tampoco parecía agradarle la idea de que estuviera ahí.

—Me voy a quedar aquí, y no se hablará más —les respondió mi novio a secas.

—Lo último que necesitamos de ti es que causes problemas... —pero antes de que Davis siguiera con su reproche, uno de sus hombres se acercó a él para avisarle de algo—. ¿Cómo dices? Bien, entonces ve a decirles a los demás que cojan sus posiciones.

Yo y Dalton nos miramos, asentimos a la vez, y nos separamos; la fiesta empezaría en cualquier momento.

La música que se escuchaba antes, fue cambiada por una más tranquila, lo cual hizo que nos ambientáramos para el solemne encuentro. Aunque me sentía nerviosa, me acomodé el elegante vestido que había guardado recelosa, para recibir mi tan esperado diploma, el cual era el fruto de mis esfuerzos. Ahora con un poco más de confianza, fui con paso firme hacia el micrófono, el cual tomé, y después de tragar un poco de saliva viendo a mis alrededores, empecé a hablar.

—Muy buenas tardes —anuncié, y el auditorio se silenció—. Hoy es un gran día para todos ustedes, incluyéndome, pues vamos a recibir algo muy valioso que cultivamos por el tiempo pasado en nuestra querida facultad —me llevó un buen rato realizar mi largo discurso, que al final logré terminar, a lo que recibí muchos aplausos tanto por parte de los organizadores, como de mis compañeros. Procedí entonces a hacer una pequeña reverencia con mi cabeza y me dirigí de regreso al telón; ahora era Agni quien ingresaba al escenario ocupando mi lugar.

—Buen trabajo —me felicitó en cuanto lo vi pasar por mi lado y se lo agradecí.

—Muy buen discurso —me dijo Dalton, quien se encontraba con su nuevo traje de combate; sin dudas la etiqueta era lo suyo.

—Muchas gracias —luego le mencioné algo por lo bajo—. ¿No hay señas de los Neutraalne aún?

—No —me respondió en el mismo tono—, y eso parece traer inquietos tanto a Louis como a los demás. Creo que temen que algo más pase.

—¿Qué otra cosa podría suceder además del intento de secuestro? —pregunté sin comprender los miedos de nuestros allegados.

—No lo sé —me contestó, y luego volteó a ver a Agni, y yo lo acompañé en su acción—. Parece que no tendremos más tiempo para charlar —alegó él, al poco entendí por qué lo decía, ya que el castaño cambió de expresión durante unos segundos, de ahí que se me ocurrió ver al público; abruptamente algunos de los hombres de mi hermano como de Bon estaban cayendo silenciosos uno tras otro.

—Oh Dios... —gemí por lo bajo de la impresión mientras me llevaba las manos a la boca.

—No vayas a apartarte de mí pase lo que pase Lili —me avisó, y yo asentí observando con horror cómo alguien que no podía reconocer por las sombras del mismo salón, avanzaba constantemente entre el personal de Louis y Bon, cosa que me puso aún peor, pues dejaba a su paso solamente cadáveres. No obstante, no fui la única en notar aquello, ya que los que estaban sentados en el centro, se percataron tarde de que las cosas no estaban saliendo tan bien en nuestra graduación, por lo que el pánico invadió a los presentes. Sin embargo, la conmoción no estaba en su máximo apogeo aún, no hasta que de repente, la puerta del salón fue derribada por una banda de matones que redujeron a todos.

—Parece que nos encontramos de nuevo —cuando volteamos a nuestra izquierda, los dos que estábamos al lado del escenario (o sea, yo y Dalton), retrocedimos hasta quedar cerca de Agni, mientras veíamos asomarse a Malcon Neutraalne desde las sombras—. Obligar al próximo rey de este mundo a venir hasta este lugar... es sin dudas una gran falta de respeto.

—Lo lamento por ti, desgraciado, pero tú nunca serás considerado por mí alguna especie de rey —aseguró Dalton elevando sus puños para luchar.

—¡Hey! —Agni palmeó el hombro de mi novio y sonriendo dijo lo siguiente—. No deberían olvidarse de mí —aseguró Agni señalándose con su pulgar—. Hola querido tío. ¿Me extrañaste? —elevó su mentón con cierto aire de superioridad, cosa que no pareció afectar demasiado a nuestro enemigo.

—Es digno de ti dar un paso al frente para salvar a tus amigos, pero me temo... —subió por las pequeñas escaleras que estaban al lado del escenario, permitiéndonos verlo más nítidamente— que esta vez no servirá de nada —alegó sacando su espada de su bastón.

Después de que Malcon llevara a cabo aquella acción, llegué a escuchar a Agni decirle rápidamente a Dalton que escapara, pero éste hizo caso omiso a su petición, por lo que, así como Agni se abalanzó contra Malcon, también lo hizo Dalton.

—¡Idiota! ¡Vete con la niña! —gruñó Agni, quien al parecer estaba dispuesto a cambiar un poco los planes nada mas para que Dalton tuviera el tiempo para escapar.

—¡Estás loco! —le gritó a él mientras ambos chocaban sus armas contra la de Malcon, quien los había bloqueado—. ¡No me perderé la diversión!

—¡Ilusos! —renegó el castaño de lacios cabellos, quien empujó a los chicos que intentaban detenerlo, e inmediatamente le dio una patada a Dalton haciendo que chocara contra una de las paredes, no obstante, éste se reincorporó, aunque con dificultad, además, en un segundo arrebato, Agni intentó cortarlo, pero otra vez contuvo ferozmente su ataque. Sin embargo, el heredero de los Neutraalne parecía no querer retroceder, y dio más pelea. Ambas espadas, tanto la corta como la del bastón de Malcon, chocaron en repetidas ocasiones haciéndolo retroceder apenas un paso, mientras que Dalton, se le encimó otra vez y logró apenas rozarle en esta ocasión el hombro, cosa que el tío de Agni le quiso devolver el gesto, con un rodillazo, sin embargo, Dalton lo paró con ambas manos.

—Jaja, esta vez no... ¡anciano! —después de esa burla, logró encestarle el primer golpe en la mejilla, lo cual hizo retroceder al traidor de Malcon.

—¡Impresionante! —festejé.

—Vaya —silbó suavemente Agni y miró a Dalton—. Estás mejorando —le dijo con una sonrisa.

—Muchas gracias —mencionó mi amado con el ego hasta por las nubes.

—Desgraciado... —murmuró Malcon, quien escupió un poco de sangre y luego no les dio tiempo para realizar algún tipo de defensa, pues: ese sujeto se tiró contra su sobrino en primer lugar, dio vuelta la hoja de su bastón, y le asestó con la parte sin filo un buen golpe en el pecho al castaño, dando como resultado que éste cayera del escenario.

—¡Oh Dios mío, Agni! —grité aterrada, pues en el proceso, no sólo había escuchado cómo algo en su cuerpo fue quebrado, sino que también, como aterrizaba sobre algunas sillas vacías que algunos de los egresados habían dejado atrás.

—¡Infeliz! —se giró hacia él mi novio después de salir de su impresión, pero éste fue de inmediato tomado de su cuello y alzado del mismo suelo—. ¡Uagh! ¡Este bastardo... tiene el agarre... de un... gorila! —el aire parecía empezarle a faltar a mi amado.

—¡Dalton! —al ver esto, iba a ir a ayudarlo, no obstante, Malcon, me señaló con su espada impidiéndome acercarme.

—Entrégate y prometo no matar a tu novio, por lo menos... por ahora —aseguró ese terrible sujeto.

Apreté mis labios en señal de disgusto, y miré en primer lugar al pobre de Agni, quien se encontraba inconsciente sobre los asientos, pero que pronto, empezó a ser removido por el grupo que acompañaba a ese tipo, luego, me volví hacia Dalton, y bajé la mirada sin otra opción. ¿Qué más podía hacer?, solamente me quedaba confiar en el plan de mi hermano. 

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