Secuestro 4/4
¡Hola! ¿Qué tal están? Me reporto aquí con una nueva actualización un poco más temprano de lo habitual, solo que no quería dejarlos sin capítulo.
¿Qué les puedo decir de este capítulo en general? Que estén preparados para todo y que tiene un montón de emociones en general, además de que es largo.
Así que espero ver un montón de comentarios de su parte.
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Estaba sentado con las piernas recostadas en otro de los sofás, contiguo al que estaba, ya con la luz del día que se filtraba a través de las ventanas, viendo cómo todavía estaba el cuerpo del otro Omega tirado en el suelo, ya que su hermano había hecho el trabajo que le correspondía: el de sacar a toda la policía por un rato, para él terminar de admirar su obra de arte.
Era tan sublime y mágico como había quedado todo esto, aunque no se negaba a sí mismo que la parte que más detestaba de todo era tener que mancharse la ropa y el cuerpo; por eso se había puesto su ropa más sencilla, aunque no negaba toda la suciedad que sentía que se filtraba por sus poros; en cuanto llegara a su casa, se encargaría de darse una ducha refrescante.
Soltó un suspiro mirando hacia la ventana por unos segundos, mientras se iba recordando, casi causándole risa, de todo ese espectáculo que su peluche montó cuando lo querían subir a la patrulla de policía; era sublime, una obra de arte.
Y de verdad casi pensó que le iba a tocar tener que intervenir para llevárselo lo más lejos posible, pero al final pudieron controlarlo.
Qué lástima tenía demasiadas ganas de poder jugar como se debía, ya que había sido demasiada abstinencia todos estos tres meses, aunque debería pensar siempre en sus prioridades, como las de ahora.De qué hacer con los cuerpos antes de que las fuerzas policiales vinieran realmente aquí.
Se levantó del sofá y comenzó a dar algunos pasos lentos hasta donde estaba el primer cuerpo, encargándose de examinar qué parte se llevaría de aquí.
Por suerte, su bisturí seguía en su bolsillo, así que reafirmó un corte limpio sobre dónde estaba el corazón para sacarle los riñones e hígado, y como finalización le quitó los pantalones y la ropa interior para cortarle el miembro de un solo golpe.
Dejó esas partes tiradas en el suelo a medida que volvía a subir las escaleras, con cuidado de no pisar su más grande obra de arte, buscando sus pertenencias en el cuarto de esta mujer, a la cual repitió las mismas acciones que con el Omega: quitarle los riñones e hígado; estuvo a un paso de quitarle los pulmones.
Pero luego se preguntó a sí mismo qué iba a hacer con los pulmones. No conocía ninguna receta interesante para hacerlos. Eso sí que sería un desperdicio horrible de comida, así que soltó un suspiro y agarró esas partes para meterlas en otra bolsa negra.
Se aseguró de salir de este cuarto con todas sus pertenencias en manos y de que no quedara ninguna huella o algo que pudiera incriminarle en su crimen disque pasional. Volvió a bajar las escaleras con el mismo cuidado, volviendo hasta la sala para agarrar estas partes del cuerpo y meterlas en la bolsa negra.
Cuando vio que todo estaba en orden en la sala, se decidió a abrir las puertas de esta mansión sangrienta para meter todas las pertenencias en su coche, no sin antes asegurarse de mandarle un mensaje a su hermano.
Todo está hecho, puedes mandar a tus amigos policías a que comiencen con sus teorías y demás cosas sobre quién pudo matar a las personas.
Cuando el mensaje se envió, no perdió más el tiempo aquí, poniendo su auto en marcha para irse directo a su casa. Debía comenzar a actuar rápido, así que fue un camino bastante largo, o así lo consideraba cuando llevaba partes humanas en su coche. Al llegar, se encargó de estacionarse y sacar las partes humanas para ir a su pequeño rincón.
Si no podía negarse a sí mismo que tenía un inmenso sótano con todo tipo de implementos para matar gente y luego convertirlos en carne molida, solo que sencillamente no era su mayor ambición por el momento, por el hecho de que detestaba mancharse la ropa de sangre y tener que hacer todo el trabajo sucio.
Pero dejando esta línea de pensamiento, tiró la bolsa al suelo, comenzando a sacar los órganos, llevándolos a la trituradora. Ver el sonido que hacía al ir triturando los órganos era sencillamente magnífico.
Esto lo hizo reír como un desquiciado total. Cuando vio que ya estaba todo triturado, decidió guardar una parte en su congelador, mientras que con la otra, curiosamente, tenía una máquina para hacer salchichas, lo perfecto para que su peluche comiera en el hospital.
Puso una pequeña parte ahí, comenzando a ver las formas que iba adquiriendo antes de convertirse en salchicha. Cuando su trabajo estuvo listo, se encargó de empaquetarla, llevándola hasta su departamento, no negando que se llevó un tremendo susto al ver a su hermano sentado en uno de sus sofás.
De nuevo le hizo señas para que se callara, ya que eran importados, antes de comenzar a ir hasta la nevera para guardarlos un rato. Tampoco negó que se tomó un vaso de agua del grifo, viendo las expresiones que le hacía su hermanito, aunque eso era lo de menos.
Porque lo bueno siempre se hacía esperar hasta el último bocado, y él era quien se robaba el espectáculo de todas las demás personas insignificantes.
Tras pasar algunos minutos haciéndose de rogar, se sentó en otro de los sofás esperando que su hermano comenzara a decir todo lo que tuviera, ya que su tiempo era valioso y no podía perderlo de esta manera.Vio que su hermano vaciló un poco antes de comenzar a hablar.
—¿Qué pretendes hacer con los restos de esta mujer y el otro omega, hermano? —Tomó una pausa jugando con sus manos antes de continuar—. ¿O quieres que elimine toda evidencia, o estás buscando hacer algo más tú solo? Debes decírmelo y yo lo haré.
¡Por Dios! Ni siquiera un "hola" se atrevían a decirle, solo fue directo al grano como si él fuera un cualquiera, aunque ya después se encargaría de cobrárselo con su hermanito; quizás lo acercaría a ese alfa que siempre anda detrás de él. Ya lo pensaría mejor luego; por ahora debía comenzar a pensar bien en lo próximo que diría y sus acciones.
—No, por ahora sencillamente voy a tomar algunas partes de su cuerpo, las cuales me encargué de desaparecer, pero del resto puedes procesarlo como se debe.
—Y me imagino que ya lo has hecho—, se rió un poco ante lo dicho—. O de lo contrario, ¿qué es eso que has metido en el refrigerador?
Su pequeño hermano era más inteligente de lo que debería, por eso estaba en un puesto de policía. Su parte alfa lo hacía sentir orgulloso por su hermanito, casi que quería darle un abrazo, pero se retractó rápidamente al verlo que todavía seguía con los pies recostados en el sofá.
—Touché, me has descubierto más rápido de lo que esperaba—, se paró dispuesto a irse hasta el refrigerador—. Sabes que, espérate ahí que te voy a dar esta carne, o sabes qué, mejor te la doy luego.
Se arrepintió de sus palabras, ya que tenía mejores cosas que hacer por ahora. Vio la vacilación de su hermano, aunque no le prestó mucha atención a medida que lo iba guiando hasta la puerta para que lo dejara a solas y pudiera llegar a tomar su baño con tranquilidad. Le urgía quitarse toda esa suciedad de encima.
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Asegurándose de que estaba solo de nuevo, se encargó de ir hasta el baño para quitarse toda la ropa, la cual luego se encargaría de quemar por completo. Se atrevió a verse el rostro por unos minutos, sintiéndose feliz por lo que había hecho.
Había cobrado venganza por la muerte de su hijo. Debería sentirse feliz, pero no entendía el vacío que sentía en su pecho, mucho más porque su parte alfa seguía molesta con él, solo que no iba tras su peluche para amarlo como debía.
Aunque eso eran tonterías y más tonterías sobre amar, él simplemente se había obsesionado y en todo ese tiempo no había podido quitarse esa idea, por mucho que fueran pareja destinada. Solo le servía para calmar sus celos y cumplir todos sus fetiches.
No era importante que estuviera viendo cómo las lágrimas bajaban por sus mejillas como si fuera un niño pequeño, él no era así, mucho menos había llorado desde la muerte de su esposa e hijo.
Cierto, ellos habían muerto y ahora su hijo también estaba muerto. Quizás esa era la molestia de su parte alfa, no que estuviera con su Omega, el cual no era nada para él más que solo sexo, ¿verdad?
Verdad que solo era sexo y no podía existir amor. Detestaba con todo su ser a su cuerpo, que lo traicionaba en esos momentos al estar llorando como un bebé. Se veía tan patético mostrando esa clase de pensamientos. Menos mal que estaba solo y nadie lo estaba viendo.
Dejando este hilo de pensamientos de lado, se alejó del espejo, se quitó las lágrimas de las mejillas y se fue hasta su jacuzzi. Se relajó ahí en el agua, dejando que esta absorbiera todos sus problemas y le hiciera olvidar el día tan asqueroso que había tenido solo por el hecho de mancharse sus manos de sangre.
Iba cerrando los ojos a medida que se sumergía en sus pensamientos, que iban a mil por hora. Todo comenzó cuando vio a su Omega tan destruido en aquel parque de diversiones, luego en el hospital, y finalmente esta noche en esa mansión.
Él no tenía que haber estado ahí; sencillamente, se encargaría de cobrar su venganza, pero no que su "peluche" terminara involucrado de esta manera. Y no negaba que el peso de la culpa sobre lo que podría pasar a continuación se quedó en lo más profundo de su ser.
Sin embargo, al volver a abrir los ojos, se dio cuenta de lo patético que se veía con esos pensamientos. Todo esto era culpa de su alfa interior, que solo quería hacerlo sentir culpable para que fuera tras su "peluche", algo que no conseguiría nunca.
Porque las cosas se hacen aquí como él quiere, no como las demás personas desean.
Él es importante, no es alguien fragmentado que debe estar a la sombra de un Omega; es alfa y es imponente.
Salió del jacuzzi para ponerse su bata e irse a su cuarto a ponerse su piyama más cómoda para dormir, dándose cuenta de que eran las 8:30 a.m.
Cerró los ojos para intentar dormir un rato antes de continuar con los planes que tenía.
De nuevo estaba en su antigua casa, esa que no tenía más que una habitación con muy pocas cosas. Él había vuelto a salir a la calle para intentar buscar algún trabajo o alguien que le prestara dinero, pero ya todos lo conocían y nadie le hacía ese favor.
Para, aunque sea, sobrevivir unos días, se quitó las lágrimas rápidamente de las mejillas, ya que lo que menos quería era que su esposa lo viera de esta manera y se sintiera peor de lo que ya estaba. Asegurándose de que podía con todo, de ser fuerte con la máscara, se atrevió a entrar en la habitación.
Viendo cómo su esposa estaba acostada en la cama, conectada a un respirador que se había encargado de robar del hospital, (si no sentía que había hecho lo correcto, era eso o que su esposa muriera más rápido) se llegó a sentar en una de las sillas que estaban a su lado, agarrando una de las manos de su esposa, viendo cómo esta le dedicaba una sonrisa antes de que comenzara a hablar.
—¿Qué pretendes hacer, In-ho? —Se pasaba una de sus manos por su vientre un tanto abultado—. Es que no terminas de entender la situación: me voy a morir de cáncer —tosió varias veces antes de continuar—. Esto es agresivo, ni yo ni tu hijo podremos sobrevivir.
—De seguro puede existir algo que podamos hacer para que te puedas salvar —intentaba pensar a mil por hora, intentando no derrumbarse—. Y yo puedo hacer cualquier cosa para que te mejores.
—Según tu lógica, ¿qué?—se soltó de la mano que le había dado su esposo—. ¿Acaso no terminas de entender que estamos llenos de deudas hasta el máximo y ni siquiera tenemos para pagar la deuda de esa consulta?
Se sentía muy frustrado al ir escuchando estas palabras de su esposa. Tenía claro que la situación estaba siendo muy difícil, pero seguro podría hacer algo para mejorarla, como vender un riñón o algo que pudiera hacer para pagar las deudas y poder pagarle un tratamiento.
—Y nos tocará tener que hipotecar más de lo que está la casa para poder pagar la deuda.
—Te prometo que encontraré la manera de salir adelante con esto, solo debes darme tiempo.
Se atrevió a quitarle unos mechones del cabello rebelde de su esposa, viendo cómo se hundía en el sueño por el cansancio.
Aunque él debía ser el fuerte por los tres, no debía importar su cansancio o lo que su cuerpo estuviera sintiendo; debía ser fuerte para luchar por ellos.
Un ruido de algo sonando insistentemente a lo lejos lo despertó sobresaltado, y se sentó en la cama quitándose las lágrimas de los ojos, producto de haber llorado por esos recuerdos que lo atormentaban una y otra vez
Ya que esa persona estaba muerta, ahora quedaba esta parte de su ser que haría todo lo necesario para obtener lo que quería, sin importar el costo o a quién se llevara por delante.
Asegurándose de que no tenía rastros de lágrimas, se atrevió a ver la hora: 11:30 AM. Había dormido un rato antes de que lo molestaran. Comenzó a tantear la mesa de noche hasta encontrar su teléfono, que de nuevo estaba sonando. Se decidió a contestarlo.
— Hola hermano, ya todo se está haciendo de acuerdo con lo que has pedido. —toma una pausa antes de continuar—. Hasta está saliendo mejor de lo que podíamos esperar.
¿Dónde está mi peluche?
Fue un pensamiento que lo atacó tan repentinamente que su parte alfa salió por un momento, mostrando los colmillos por querer buscar a su Omega para cuidarlo, protegerlo y mimarlo. Aunque actuó muy rápido y volvió a ser el mismo, sintió un ligero dolor de cabeza por las emociones vividas.
Pero eso no lo haría cambiar de opinión sobre su peluche, ya que solo era un juego para él y nada más significaba. Luego de unos minutos, cuando la habitación quedó en silencio, se decidió a hablar, sacando la interrogante de su cabeza.
—¿Cómo está mi peluche en el sitio al que lo has llevado? —Respiró entrecortadamente, pensando en ese sitio—. ¿Ha puesto mucha resistencia o se está comportando como debería?
—Verás que por ahora lo están manteniendo sedado para evitarnos contratiempos.—se toma unos minutos antes de continuar.—Además, así no se da cuenta del tiempo que ha pasado y mucho menos de la visita que tuvo con su hija.
Resultó como esperaba, que la pequeña lo estuviera acusando por los crímenes o por su cambio de bando. Esperaba que todo hubiera salido como quería, ya que eso solo lo destruirá mucho más.
Y no fue tan difícil lavarle el cerebro para que le dijera todas esas cosas a su madre, y nada mejor que haberla apartado de su camino.
—Déjame decirte que tu plan fue maravilloso. La pequeña es una actriz de primera, quién sabe si por el miedo que te tenía o porque de verdad te odiaba, pero de cualquier manera, eso está hecho.
—Pues, siendo así, pasaremos a la segunda fase de nuestro plan. Encárgate de visitar a mi peluche e informarle que puede salir libre, y estaré atento a lo que tengas que decirme, y no sabes lo dispuesto que estoy a todo.
Platicaron un poco más antes de que la llamada se llegara a finalizar para que se parara de la cama comenzando a vestirse elegante para la ocasión, además de buscar la carne para darle de comer a su peluche.
Asegurándose de que todo estaba en orden en su apartamento, decidió salir con rumbo al hospital.
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Se estacionó cerca de una cafetería para esperar a su hermano, sin siquiera haber pedido nada de comer o beber, ya que esto iba a ser muy rápido y, tal como lo predijo, pasó solo unos minutos antes de que llegara bastante agitado. Le hizo una seña para que se sentara y comenzó a hablar:
—Y bien, hermano, ¿cómo ha resultado tu pequeña plática con mi "peluche"? —Hace una pausa esperando alguna palabra y, al no ser así, continuó—. Dime, ¿aceptó o ha puesto resistencia?
—No tanta resistencia, sino que estaba con demasiadas dudas, quizás hasta miedo de lo que pudiera pasarle. —Bajó un poco la cabeza—. Y yo le di menos de 24 horas para que pensara en sus acciones y, si su respuesta era afirmativa, tocara la puerta.
Su hermanito lo sorprendió al ver cómo quería hacer esto por su propia cuenta. No pudo negarse, se sintió orgulloso por cómo había actuado y, esta vez, sí le dio una palmada en la espalda en señal de afecto.
—Pero por ahora quise dejarlo consciente, sin ningún tipo de drogas. ¿Estás de acuerdo con eso o querías que lo mantuviera drogado?
—No te niego que me molesta un poco, aunque por ahora encárgate de que esta carne esté especialmente puesta en la comida de mi "peluche", además de la droga para que se quede dormido.
Sí le molestó cómo intentaba actuar a sus espaldas, aunque lo dejó pasar al ponerle la carne en las manos.
—¿Puedo preguntar qué clase de carne es esta que quieres que le coloque a tu Omega?
—Nada sin mucha relevancia, más que un poco de hígado, riñón y el miembro del otro Omega finamente molido para procesarlos en salchicha.
—Asqueroso y más asqueroso. —Se puso una mano en la boca para intentar aguantar las ganas de vomitar.
—Ya no estés vomitando y asegúrate de que se lo coma.
Le dio algunas palmadas en la espalda por lo dramático que estaba siendo su hermano, ya que desde hacía rato sabía el contenido de esto. Se despidió viendo cómo volvía a entrar a ese hospital, mientras él se quedaba admirando todo desde la lejanía.
Pasó algún rato antes de que le dieran la señal de que su peluche estaba drogado; esa fue su señal para entrar al hospital, encontrándose con la escena que quería.
¡Oh, mi amado peluche! Nada me causa tanta satisfacción como verte dormido aquí entre mis brazos. Me encargaré de sacarte de aquí y tenerte para mí todo el tiempo que quiera." Se encargó de cargarlo, sacándolo de allí sin que nadie le dijera nada, y lo metió en su coche.
Para irse a una cabaña que tenía en medio del bosque, de donde no podría escapar, y lo tenía vigilado, ya que había cámaras de seguridad. Al llegar allí, lo sacó y vio que todavía estaba dormido, para amarrarlo a la silla.
Ya había visto por la cámara de seguridad cómo su amado peluche puso un poco de resistencia antes de comer la comida; esa fue su señal para ir a la habitación para tener relaciones sexuales. Lo que no se esperó es que le vomitara la comida encima; esa fue su señal para agarrarlo por los brazos y volver a llevarlo al sótano.
Sin importarle los gritos o pataletas por parte de su Omega, lo amarró a la cama, echándole cera caliente en los pies y parte del cuerpo, sin importar los gritos de dolor que diera, antes de bajarse su ropa y meterle el miembro de un solo golpe.
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Y bueno, con esto hemos terminado el capítulo de hoy. ¡Cuántas emociones hemos vivido, verdad!
Los leo por aquí: ¿cuál ha sido la emoción más intensa que han vivido?
Por aquí, él fue valiente al leer el capítulo sin sentir asco.
Opiniones del líder por aquí, al igual que su odio.
¿Algo que decirle a Gi-hun?
¿Qué creen que pasará ahora? Los leo por aquí.
Nos vemos el miércoles.
Cómo siempre el link del grupo de WhatsApp:
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Si no les carga mi número de teléfono+5804241720472.
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