Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Perversión

"Su omega destinado". ¡Oh, qué bien se siente decir esas palabras de su propia boca! Al fin lo tenía entre sus manos, se decía para sí mismo, viéndolo como estaba acostado en la cama, moviéndose para todos los lados intentando calmar el fuego que tenía dentro de su cuerpo. Y mira que había costado dar con su ubicación en estos tres años que habían transcurrido; era demasiado escurridizo hasta para el mismo.

Siempre estaba escondiéndose desde que uno de los guardias le dio esa llamada en el aeropuerto a su Omega. Tuvo que mover demasiadas influencias para dar con su ubicación y aún así le tocó seguir durante varios días seguidos antes de acercarse esta noche en el bar.

Ya que si no era esta oportunidad, estaría todo perdido, al menos por un tiempo más. Ya se estaba arriesgando demasiado a sí mismo a estar en el ojo público, a pesar de que nadie sabe quién es ni a qué se dedica, pero su Omega sí. Por esos motivos, tenía que tener el cuidado suficiente de no revelar información.

Se veía tan indefenso, tomando algo en ese bar, intentando buscar las respuestas solo para encontrarlo. Y aquí él estaba, frente a su Omega, solo que tuvo que utilizar otras tácticas, un tanto impulsivas, podría decirse, para acercarse, como darle esa droga con ese beso intenso. Aunque no se negaba que a su Omega le encantó el beso, porque pedía más.

Esa droga, sencillamente, era un acelerador del celo, ya que sentía cómo se estaba acercando. Y esta era su oportunidad perfecta para acercarse a su Omega y tenerlo por fin esta noche entre sus brazos.

Y así fue como sucedió. Cuando le dio la droga, pasó algún rato mientras continuaba tocando y rociándolo de feromonas hasta ver cómo había perdido la conciencia totalmente. Ese fue el momento perfecto para sacarlo del bar entre sus brazos, como si fuera su novia. Se encargó de acomodarlo en el coche lo más cómodo posible.

Viéndolo sonrojado en todo su esplendor y cómo intentaba tocarse con sus manos su polla para intentar buscar ese alivio momentáneo, aunque no lo permitió para nada. Hizo un gesto de desaprobación antes de agarrarle las manos al Omega para amarrárselas y llevarlas a la parte de atrás de su cabeza.

Vio cómo le hizo un puchero, intentando entender lo que estaba pasando a su alrededor y mucho más el porqué no lo dejaban tocar. Esto era solamente por precaución, ya que él sería el encargado de darle todo el placer necesario a su Omega.

Con pasos cautelosos se acercó hasta él, dándole algunos besos lentos. Primero comenzó con los labios, siguiendo con el toqueteo antes de atreverse a comenzar a besar el cuello, absorbiendo ese olor a vainilla que comenzaba a salir del cuello de su Omega.

Tan fácil sería marcarlo y reclamarlo como su pareja destinado. Llevarlo con él, pero conocía cómo era su Omega: no se dejaría dominar por nadie y él tampoco quería utilizar la sumisión por los momentos. Prefería verlo así de rebelde, que continuara con este juego de encontrarlo y destruir todos sus planes.

Que lo intentara, si quisiera, sería muy difícil. Intentar acabar con algo que lleva muchos años en marcha.

Cuando ya había absorbido suficiente el olor de excitación de su Omega, se alejó de él para comenzar a poner en marcha el carro hasta uno de sus tantos departamentos.

Fue un camino bastante largo en el cual solo veía cómo su Omega se retorcía por el placer que estaba sintiendo y, sin poder tocarse, eso solo hacía que salieran más gemidos lastimeros de su boca. Le encantaba cómo pedía esa atención. Tuvo que tener demasiado autocontrol para no pararse a mitad de la carretera y follarlo ahí mismo.

Se veía perfecto para disfrutarlo y hacerlo suyo varias veces. Cuando estuvo frente a su apartamento, aparcó el coche, bajando el primero antes de abrir la otra puerta y sacar a su Omega del carro para subirlo hasta su piso.

En el corto trayecto para llegar hasta ahí, él continuaba retorciéndose para encontrar alguna satisfacción al placer que estaba sintiendo, pero sencillamente él no se lo permitió. Se encargó de mantenerlo quieto y él mismo, con su autocontrol, para no follarlo ahí mismo.

Llegó hasta su cuarto, encargándose de quitarle toda su ropa antes de acostarlo en la cama. Buscando todos sus implementos necesarios para esta noche, primero que nada, unas sogas bastante resistentes para amarrarlo en la cama de pies y manos, viendo cómo se retorcía para quitarse las ataduras, sencillamente se veía divino en esta posición.

Luego fue hasta su gaveta donde estaba su juguete preferido: un anillo que se encargaba de retener el orgasmo del Omega. Se acercó hasta él, listo para atacar a su presa, poniéndoselo en su polla.

Escuchando el gemido lastimero que soltó su Omega, antes de comenzar a deleitarse.

Comenzando a dar besos primero por los labios, junto a sus manos, se encargaba de tocar los pezones, amasándolos para su disfrute. Luego fue bajando lentamente hasta el cuello de su Omega, absorbiendo de nuevo el olor a vainilla mezclado con la excitación de su amado.

¡Qué fácil sería marcarlo y reclamarlo como suyo! Se acabaría todo este juego, pero necesitaba resistir un poco más. Aún no era el momento de hacerlo, o no sería para nada un juego limpio.

Quería que el Omega suplicara por su marca, que le dijera que estaba dispuesto a dejar todo por ser su omega. Aunque por ahora, solo se encargaría de disfrutarlo. Abandonó su cuello antes de bajar a los pezones, comenzando a besarlos hasta dejarlos hinchados y erectos para que suplicara por más.

Veía cómo desprendió más lubricante de su parte trasera. Estaba más que listo para la acción. Se quitó rápidamente sus pantalones, revelando su jugosa polla, viendo lo hambriento que estaba por la misma.

Primero disfrutaría, ya luego lo dejaría que le diera una mamada.

Se puso en posición para comenzar a meter su polla lentamente dentro de su Omega, viendo cómo este mismo soltaba gemidos entrecortados gracias al placer que estaba sintiendo. Cuando la introdujo toda dentro de su Omega, se quedó quieto unos minutos antes de comenzar a embestir lentamente, continuando sacando más gemidos.

El placer estaba siendo demasiado, así que su nudo se llegó a hinchar dentro de su Omega, echando los chorros de semen dentro de él por algún rato. Cuando todo salió, se despegó, admirando lo hermoso que se veía su Omega, completamente lleno de él.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro